Los fogonazos de felicidad que vivimos aquí, no son más que una muestra, un anticipo de lo que vamos a vivir en el Reino prometido.
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¡No somos nada!
Meditaciones
¡Piedad, Hijo de David!
¡Piedad, Hijo de David, ten piedad de mí! Una y otra vez, el grito sacude a hombres, bestias, arboles y hasta a las rocas. ¡Piedad, Hijo de David, ten piedad de mí!
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¡Qué difícil es ser Dios!
Y Dios, que ha hecho y sigue haciendo cuanto está a Su alcance dentro de Su Ley de Misericordia y Justicia, ve con tristeza qué poco nos aprovecha de todo lo que de Él recibimos. (ver artículo)
¡Quiero ser un burro!
Me corrijo, no quiero ser un burro, quiero ser un burrito, el más pequeño burro entre los burros. Esto lo comprendo ahora plenamente, quizás después de haber tratado tontamente de ser pavo real o simplemente pavo, durante demasiados años de mi vida. (ver artículo)
¡Una ola de “sed de Iglesia” barre al mundo!
Podemos y debemos unirnos a la Iglesia que invita a todos los hombres y mujeres de buen corazón, a volver al Amor de Dios, a gozar de la Paz que da sentirse en paz con el Creador... (ver artículo)
¿A qué temo más?
Santo temor de Dios, sé mi brújula cada día. Ahuyenta los falsos temores del mundo, dame la fortaleza necesaria para no tener miedo alguno a los avatares de mi vida... Lléname de Ti, Señor. (ver artículo)
¿Cómo hablar a nuestros queridos difuntos?
El nombre de un ser amado no pasa jamás, porque nuestra alma perdura por toda la eternidad, sin restricciones. Mi padre no era Juan, es Juan.
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¿Cuál es tu Viña?
¿Cuál es tu viña? – Videoreflexión
¿Debo rezar por mis difuntos?
Las almas santas tienen ganada la eternidad de ser felices en un estado de permanente unión con Dios. Y también quienes culminan su vida terrenal en el Purgatorio son almas destinadas al Reino. (ver artículo)