Meditaciones

El Cordero

Cada vez que comulgamos el Cuerpo de Cristo, nos unimos a la historia de Salvación de nuestro pueblo, rememorando el cordero que el Pueblo de Moisés comió aquella noche en Egipto. (ver artículo)

¡Buscapiés espirituales!

Cuando era niño, al llegar la fiesta de año nuevo esperábamos con ansiedad los cohetes y fuegos de artificio. Petardos y estrellitas luminosas hacían brillar nuestros ojitos vivaces, entre gritos y risas. ¡Qué épocas felices, que sencillos de corazón (ver artículo)

¡Quiero ser un burro!

Me corrijo, no quiero ser un burro, quiero ser un burrito, el más pequeño burro entre los burros. Esto lo comprendo ahora plenamente, quizás después de haber tratado tontamente de ser pavo real o simplemente pavo, durante demasiados años de mi vida. (ver artículo)

Darle valor al dolor

Darle valor al dolor, a nuestros miedos y angustias, y hacer sonreír a Dios, es fundamentalmente hacerle un favor a nuestra alma, que purificada avanzará por esta vida con mayor sabiduría.
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Motivo y consecuencia

Cuando confundimos el motivo con la consecuencia, parecemos esas bicicletas con el piñón roto: pedaleamos, pero la bicicleta no avanza, aunque nos sigamos esforzando... (ver artículo)

Hágase Tu Voluntad

¿Cuántas veces hemos rezado “hágase Tu Voluntad, así en la tierra, como en el Cielo”? ¿Hemos entendido el profundo sentido de esta oración hecha por Jesús, Dios hecho Hombre, a Su Padre? (ver artículo)