Nora, al principio no entendió a su hermana Rosa tras regresar de Medjugorje. No creía que este lugar en Bosnia pudiera también cambiar su vida. (ver artículo)
"Gritaba y maldecía", relató Carlo María Rossato, prior y rector del santuario de Monte Berico. "La presencia del maligno era evidente". (ver artículo)
«Me puse de rodillas y le dije: `Me han dicho que eres madre. Si eres madre de todos, también eres mi madre... me tienes que ayudar a llegar a tu Hijo» (ver artículo)