Dame la fe señor, La fe de María. Para decirte sí, un sí sin medidas. Dame la fe señor, la fe de María. Para renunciar a mí y entregarte mi vida mi vida.
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La letra y el mensaje, junto a la melodía, componen una alabanza y agradecimiento a Dios tan exquisito y delicado, que nos eleva el espíritu hasta el cielo... (ver artículo)
“Estoy muy contenta, uno se siente impresionado de la Obra de Dios a través del sufrimiento, de tantas personas que rezan por mí”, escribió agradecida la hermana Cecilia. (ver artículo)
Leonardo era un maestro de lo enigmático. Se torna imposible para la mente comprender totalmente el misterio que irradian sus obras. (ver artículo)