Sus éxtasis, curaciones milagrosas y sucesos sobrenaturales eran tan frecuentes que no se conocen en semejante cantidad en ningún otro santo. (ver artículo)
Con el poder del Señor, Nicolás realizó innumerables milagros. Los fieles estaban impresionados y tenían gran confianza en su intercesión para aliviar los sufrimientos de las almas en el purgatorio. (ver artículo)
Cuando pidieron la cabeza de Juan Bautista el rey sintió enorme tristeza porque estimaba mucho a Juan y estaba convencido de que era un santo. (ver artículo)
Tarde te amé, Oh Belleza siempre antigua, siempre nueva. Tarde te amé. Te he conocido, y he tenido hambre y sed de Ti. Tú me has tocado, y he sido encendido por tu paz. (San Agustín) (ver artículo)
La Madre de Dios, en persona, le enseñó a Sto. Domingo a rezar el rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe. (ver artículo)