Nuestra Madre es el refugio en el que debemos encontrar el consuelo, el amor, la paz. Si ella está con nosotros, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede faltar? (ver artículo)
En esta Navidad que se acerca, contemplemos a la Familia de Jesús en la Gruta de las montañas de Judá. Los tres se miran, sonríen, se hablan de corazón a corazón. (ver artículo)
Señor, dame una vida nueva, sáname de mis cánceres espirituales, haz que Tu Fuego queme todos los tumores que se han adherido a mi alma. Que tu dolor fructifique... (ver artículo)
Hermano, te hablo a ti, si a ti. No, no hay error, no le hablo a otro lector, le hablo a tu corazón. Te voy a pedir algo, con lágrimas en los ojos: nunca luches contra Dios. (ver artículo)
La fe, cuando está bien afirmada, da una visión de la muerte que es opuesta a la que nuestra débil naturaleza humana nos orienta a tener. (ver artículo)
Darle valor al dolor, a nuestros miedos y angustias, y hacer sonreír a Dios, es fundamentalmente hacerle un favor a nuestra alma, que purificada avanzará por esta vida con mayor sabiduría. (ver artículo)
Ambos, inseparablemente, nos muestran un lado Divino que da testimonio de nuestra Realeza como hijos de Dios, y un lado humano por el que encontramos el sendero hacia la Patria Celestial... (ver artículo)
Cuando vemos el gesto de un hijo o una hija que nos sorprende con un signo de madurez, no podemos dejar de emocionarnos hasta las lágrimas mientras nuestro corazón exclama en un grito ¡ese es mi hijo! (ver artículo)