La ciencia ha sido clara: la vida humana se origina en el momento de la concepción
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La tristeza, la decepción o las preocupaciones, usualmente nos arrebatan la paz y debilitan nuestro ánimo. (ver artículo)
La Iglesia está a favor de salvar a nuestros genios que aún no han nacido y lucha incansablemente por hacerlo.
Durante mucho tiempo se dijo -y se dice- que la Iglesia fue y es obsoleta, caduca, atrasada, fuera de época, y no sabe vivir al ritmo (ver artículo)