Vivimos inmersos en el mundo, por lo que estas pequeñas o grandes experiencias de tentación seguida de pecado ocurren a diario, demasiado a menudo. (ver artículo)
Dios nos llama desde ese lugar solitario, rincón distante, pero cercano, puerta entreabierta que deja filtrar la Luz de Su Presencia. Y llenos del asombro del amor recién reconocido, empezamos a buscar. (ver artículo)
La multitud respondió con una fervorosa aclamación, gritando que amaban a Jesús y que estaban dispuestos a seguirlo... Necesitamos una generación de jóvenes que abracen el anhelo de la santidad (ver artículo)
Aun como católicos nos sentimos rodeados de confusión, porque mientras vemos con claridad lo que significa nuestro ser cristiano, encontramos enormes dificultades en ser comprendidos... (ver artículo)
¡Esta es nuestra Iglesia, la Iglesia de la que estamos enamorados y por la que queremos trabajar en búsqueda de la civilización del Amor! (ver artículo)
Señor, hazme manso, prudente y humilde. Dame la fortaleza para callar, esperar y confiar en Ti. Enséñame a hacer pequeños sacrificios interiores que agraden a Tu Corazón Amante. (ver artículo)
Señor, dame a través de Tu Santo Espíritu la capacidad de saber cómo debo actuar en cada momento. Que mi corazón se una al Tuyo para poder hacer lo que Vos esperas de mí. (ver artículo)
La verdad es que para Dios no aplican nuestros cortos pensamientos ni nuestros imperfectos sentimientos. Él trae a este mundo a las almas, y las recoge a Su seno también. (ver artículo)
Desde nuestra naturaleza humana débil y expuesta a la tentación, todos tenemos grietas en nuestra alma que esconden el riesgo de abrirse, hasta dejar pasar los torrentes del pecado. (ver artículo)
Cuando el mar más aúlla a nuestro alrededor, más nos debemos sujetar a la fe y la confianza, al amor y la esperanza que vienen del Señor. (ver artículo)