Darle valor al dolor, a nuestros miedos y angustias, y hacer sonreír a Dios, es fundamentalmente hacerle un favor a nuestra alma, que purificada avanzará por esta vida con mayor sabiduría.
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El Señor se nos manifiesta en lo pequeño, como en aquel atardecer donde mi amiga supo ver a Dios mostrándole cuan Caballero es. Mira a tu alrededor, construye tu vida desde lo que tienes... (ver artículo)