Nuestro espíritu se fortalece porque sabe que ya viene la época linda, del brote verde y tierno de la obra nueva, de la satisfacción infinita, que a nada se puede comparar.
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Oremos a Dios nuestro Padre, fuente de bondad y de misericordia, por medio de Jesucristo su Hijo, y así alimentar nuestra fe y nuestra esperanza en la vida eterna. (ver artículo)
Luisa Picarreta, la mística italiana a quien el Señor reveló los secretos de la Divina Voluntad, frecuentemente nombra a la Virgen Santísima como la Reina del Cielo. (ver artículo)