Este triduo en nuestra Iglesia comienza el 31 de octubre con la Víspera del 1 de noviembre, Fiesta de Todos los Santos y
finaliza el 2 de noviembre (ver artículo)
Novena a la Natividad de la Virgen María
¡Oh María Santísima! Fuiste concebida sin pecado original. Veneramos, y nos alegramos de la solemne conmemoración de vuestro Nacimiento. Se reza del 30 de agosto al 7 de septiembre. (ver artículo)
Natividad de Nuestro Señor Jesucristo
Al celebrar en este día el nacimiento de quien es el verdadero Sol, la luz del mundo, que surge de la noche. Celebramos la manifestación del Verbo de Dios a los hombres. (ver artículo)
Oración a la Virgen del Perpetuo Socorro para pedir por los hijos
Que esta palabra sea el grito de mi corazón desde la aurora. ¡Oh María! Que tu bendición los acompañe, los guarde, los defienda. (ver artículo)
Nuestra Señora del Sagrado Corazón Jesús
¡Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, del inefable poder que vuestro Hijo divino os ha dado sobre su Corazón adorable. Llenos de confianza acudimos a implorar vuestra protección! (ver artículo)
Novena por las almas del purgatorio
Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas. (ver artículo)
Entender mejor al Sagrado Corazón de Jesús de la mano de Santa Teresita de Lisieux
El Corazón de Jesús late, para Santa Teresita, en la Eucaristía.
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San Fermín
San Fermín, obispo de Pamplona. El obispo de Tolosa San Saturnino le envió a predicar el Evangelio a Pamplona, le consagró por su primer obispo y, vuelto después de algunos años a las Galias, predicó el Evangelio en el norte de Francia, muriendo (ver artículo)
Cómo nació y evolucionó el Santo Rosario a través de los siglos
El rezo del santo Rosario ha tardado mucho en formarse. No fue ideado en un momento concreto, sino que es fruto de una larga evolución. (ver artículo)
Esto me dijo la Virgen para mitigar mi sufrimiento
Durante la noche me visitó la Madre de Dios con el Niño Jesús en los brazos. La alegría llenó mi alma y dije: María, Madre mía, ¿sabes cuánto sufro? (ver artículo)