Cuando la devoción del Santo Rosario empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe y le pidió que reviviera esta devoción... (ver artículo)
¡Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, del inefable poder que vuestro Hijo divino os ha dado sobre su Corazón adorable. Llenos de confianza acudimos a implorar vuestra protección! (ver artículo)
Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendito vuestro purismo seno, en que por nueve meses hizo su morada el Hijo de Dios hecho hombre por dar salud a mi alma. (ver artículo)
Señor mío, Cristo, yo que te veo en la Cruz clavado y veo en ella el peso de mis pecados. No puedo más que el contemplaros, amaros y abrazaros... (ver artículo)
Señor Jesús, en tu nombre y con el Poder de tu Sangre Preciosa, sellamos toda persona o hechos a través de los cuales el enemigo nos quiera hacer daño. (ver artículo)