Algunas de nuestras devociones y oraciones predilectas. No pretendemos aquí recoger todo el devocionario de la Iglesia porque eso es una tarea demasiado grande para nosotros, pero si aquellas que mas llegan a nuestro corazón. La oración y la contemplación abren el Corazón Misericordioso de Dios
Tarde te amé, Oh Belleza siempre antigua, siempre nueva. Tarde te amé. Te he conocido, y he tenido hambre y sed de Ti. Tú me has tocado, y he sido encendido por tu paz. (San Agustín) (ver artículo)
Mónica significa dedicada a la oración y a la vida espiritual.
Santa Mónica es conocida por haber sido la madre de San Agustín y por haber logrado la conversión de su hijo. (ver artículo)
Señor te pedimos que estemos siempre dispuestos a vivir en el amor como vos nos enseñaste, dando tu vida por todos, entregando tu tiempo, tus esfuerzos y tus anhelos para transmitir el mensaje de Dios. (ver artículo)
Santa Mónica que, siendo esposa atribulada y afligida, supo beber en silencio el cáliz de sus tribulaciones, y con sus santísimos ejemplos y prudentísimos consejos consoló a muchas madres y esposas. (ver artículo)
Oh amado Jesús, te adoro y venero la llaga causada por el peso de vuestra cruz... Jesús, me compadezco de Vos y desde el fondo de mi corazón te glorifico. (ver artículo)
La fiesta de la Asunción, el 15 de agosto, es “la fiesta de María”, la más solemne de las fiestas que la Iglesia celebra en su honor. Ella es nuestra Madre del Cielo. (ver artículo)
Solemnidad de la Asunción de la bienaventurada la Virgen María, Madre de nuestro Señor Jesucristo: Acabado el curso de su vida en la tierra, fue elevada en cuerpo y alma a la gloria de los cielos. (ver artículo)
Deseó ardientemente acompañar al papa Sixto II en su martirio. Por la fe de Cristo superó el tormento del fuego, y el instrumento de su tortura se convirtió en distintivo de su triunfo (ver artículo)
La Madre de Dios, en persona, le enseñó a Sto. Domingo a rezar el rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe. (ver artículo)