Un Dios agradecido
Dios nos llama desde ese lugar solitario, rincón distante, pero cercano, puerta entreabierta que deja filtrar la Luz de Su Presencia. Y llenos del asombro del amor recién reconocido, empezamos a buscar. (ver artículo)
Los ojos del corazón nos dejan ver la necesidad de amor de los demás y de nosotros mismos; la belleza de Dios presente en la Creación que nos rodea.
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La mano de Dios está presente en todo lo que nos rodea, El nos manifiesta Su Voluntad de modos diversos. Debemos descubrir la vista espiritual que nos permita ver la realidad del Reino. (ver artículo)