venerar – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 18 Oct 2024 19:01:26 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Oraciones a la Virgen María, compuesta por los Santos https://www.reinadelcielo.org/oraciones-a-la-virgen-maria-compuesta-por-los-santos/ Fri, 18 Oct 2024 06:57:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=17199 ORACIÓN DE
SAN ALFONSO MARIA LIGORIO
Doctor de la Iglesia. 1696 – 1787
1 de agosto

Virgen Santísima Inmaculada y Madre mía María, a Vos, que sois la Madre de mi Señor, la Reina del mundo, la abogada, la esperanza, el refugio de los pecadores, acudo en este día yo, que soy el más miserable de todos. Os venero, ¡oh gran Reina!, y os doy las gracias por todos los favores que hasta ahora me habéis hecho, especialmente por haberme librado del infierno, que tantas veces he merecido. Os amo, Señora amabilísima, y por el amor que os tengo prometo serviros siempre y hacer cuanto pueda para que también seáis amada de los demás. Pongo en vuestras manos toda mi esperanza, toda mi salvación; admitidme por siervo vuestro, y acogedme bajo vuestro manto, Vos, ¡oh Madre de misericordia! Y ya que sois tan poderosa ante Dios, libradme de todas las tentaciones o bien alcanzadme fuerzas para vencerlas hasta la muerte. Os pido un verdadero amor a Jesucristo. Espero de vos tener una buena muerte; Madre mía, por el amor que tenéis a Dios os ruego que siempre me ayudéis, pero más en el último instante de mi vida. No me dejéis hasta que me veáis salvo en el cielo para bendeciros y cantar vuestras misericordias por toda la eternidad. Así lo espero. Amén.

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ORACIÓN DE SAN BERNARDO
Doctor de la Iglesia. 1090 – 1153
20 de agosto

Icono Virgen María (ft img)

Salve Reina de misericordia, Señora del mundo, Reina del cielo, Virgen de las vírgenes, Sancta Sánctorum, luz de los ciegos, gloria de los justos, perdón de los pecadores, reparación de los desesperados, fortaleza de los lánguidos, salud del orbe, espejo de toda pureza. Haga tu piedad que el mundo conozca y experimente aquella gracia que tú hallaste ante el Señor, obteniendo con tus santos ruegos perdón para los pecadores, medicina para los enfermos, fortaleza para los pusilánimes, consuelo para los afligidos, auxilio para los que peligran.

Por ti tengamos acceso fácil a tu Hijo, oh bendita y llena de gracia, madre de la vida y de nuestra salud, para que por ti nos reciba el que por ti se nos dio. Excuse ante tus ojos tu pureza las culpas de nuestra naturaleza corrompida: obténganos tu humildad tan grata a Dios el perdón de nuestra vanidad. Encubra tu inagotable caridad la muchedumbre de nuestros pecados: y tu gloriosa fecundidad nos conceda abundancia de merecimientos.

Oh Señora nuestra, Mediadora nuestra, y Abogada nuestra: reconcílianos con tu Hijo, recomiéndanos a tu Hijo, preséntanos á tu Hijo.

Haz, oh Bienaventurada, por la gracia que hallaste ante el Señor, por las prerrogativas que mereciste y por la misericordia que engendraste, que Jesucristo tu Hijo y Señor nuestro, bendito por siempre y sobre todas las cosas, así como por tu medio se dignó hacerse participante de nuestra debilidad y miserias, así nos haga participantes también por tu intercesión de su gloria y felicidad.

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ORACIÓN DE SAN ANSELMO
Doctor de la Iglesia. 1033-1109
21 de abril

¡Oh bendita entre todas las mujeres, que vences en pureza a los ángeles, que superas a los santos en piedad! Mi espíritu moribundo aspira a una mirada de tu gran benignidad, pero se avergüenza al espectro de tan hermoso brillo. ¡Oh Señora mía!, yo quisiera suplicarte que, por una mirada de tu misericordia, curases las llagas y úlceras de mis pecados; pero estoy confuso ante ti a causa de su infección y suciedad. Tengo vergüenza, ¡oh Señora mía!, de mostrarme a ti en mis impurezas tan horribles, por temor de que tú a tu vez tengas horror de mí a causa de ellas, y sin embargo, yo no puedo, desgraciado de mí, ser visto sin ellas.

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ORACIÓN DE SAN LUIS GONZAGA [1]
1568 – 1591
21 de junio

Oh Señora mía, Santa María: hoy y todos los días y en la hora de mi muerte, me encomiendo a tu bendita fidelidad y singular custodia, y pongo en el seno de tu misericordia mi alma y mi cuerpo; te recomiendo toda mi esperanza y mi consuelo, todas mis angustias y miserias, mi vida y el fin de ella: para que por tu santísima intercesión, y por tus méritos, todas mis obras vayan dirigidas y dispuestas conforme a tu voluntad y a la de tu Hijo. Amén.

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ORACIÓN DE SAN EFRÉN DE SIRIA
Doctor de la Iglesia. 306-373
18 de junio

María Madre de Dios (ft img)

Mi santísima Señora, Madre de Dios, llena de gracia, tú eres la gloria de nuestra naturaleza, el canal de todos los bienes, la reina de todas las cosas después de la Trinidad…, la mediadora del mundo después del Mediador; tú eres el puente misterioso que une la tierra con el cielo, la llave que nos abre las puertas del paraíso, nuestra abogada, nuestra mediadora. Mira mi fe, mira mis piadosos anhelos y acuérdate de tu misericordia y de tu poder. Madre de Aquel que es el único misericordioso y bueno, acoge mi alma en mi miseria y, por tu mediación, hazla digna de estar un día a la diestra de tu único Hijo.

ORACIÓN DE SAN GERMÁN
Obispo de París. 496-576
28 de mayo

¿Quién no se llenará la admiración ante ti? Tú eres firme protección, refugio seguro, intercesión vigilante, salvación perenne, auxilio eficaz, socorro inmutable, sólida muralla, tesoro de delicias, paraíso irreprensible, fortaleza inexpugnable, trinchera protegida, fuerte torre de defensa, puerto de refugio en la tempestad, sosiego para los que están agitados, garantía de perdón para los pecadores, confianza de los desesperados, acogida de los exiliados, retorno de los desterrados, reconciliación de los enemistados, ayuda para los que han sido condenados, bendición de quienes han sufrido una maldición, rocío para la aridez del alma, gota de agua para la hierba marchita, pues, según está escrito, por medio de ti nuestros huesos florecerán como un prado.

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ORACIÓN DE SANTO TOMÁS DE AQUINO
Doctor de la Iglesia. 1225-1274
7 de marzo

Oh bienaventurada y dulcísima Virgen María, Madre de Dios, toda llena de misericordia, hija del Rey supremo, Señora de los Angeles, Madre de todos los creyentes: hoy y todos los días de mi vida, deposito en el seno de tu misericordia mi cuerpo y mi alma, todas mis acciones, pensamientos, intenciones, deseos, palabras, obras; en una palabra, mi vida entera y el fin de mi vida; para que por tu intercesión todo vaya enderezado a mi bien, según la voluntad de tu amado Hijo y Señor nuestro Jesucristo, y tú seas para mi, oh Santísima Señora mía, consuelo y ayuda contra las asechanzas y lazos del dragón y de todos mis enemigos.

Dígnate alcanzarme de tu amable Hijo y Señor nuestro Jesucristo, gracias para resistir con vigor a las tentaciones del mundo, demonio y carne, y mantener el firme propósito de nunca más pecar, y de perseverar constante en tu servicio y en el de tu Hijo. También te ruego, oh Santísima Señora mía, que me alcances verdadera obediencia y verdadera humildad de corazón, para que me reconozca sinceramente por miserable y frágil pecador, impotente no sólo para practicar una obra buena, sino aun para rechazar los continuos ataques del enemigo, sin la gracia y auxilio de mi Creador y sin el socorro de tus santas preces. Consígueme también, oh dulcísima Señora mía, castidad perpetua de alma y cuerpo, para que con puro corazón y cuerpo casto, pueda servirte a ti y a tu Hijo en tu Religión. Concédeme pobreza voluntaria, unida a la paciencia y tranquilidad de espíritu para sobrellevar los trabajos de mi Religión y ocuparme en la salvación propia y de mis prójimos. Alcánzame, oh dulcísima Señora, caridad verdadera con la cual ame de todo corazón a tu Hijo Sacratísimo y Señor nuestro Jesucristo, y después de él a ti sobre todas las cosas, y al prójimo en Dios y para Dios: para que así me alegre con su bien y me contriste con su mal, a ninguno desprecie ni juzgue temerariamente, ni me anteponga a nadie en mi estima propia. Haz, oh Reina del cielo, que junte en mi corazón el temor y el amor de tu Hijo dulcísimo, que le dé continuas gracias por los grandes beneficios que me ha concedido no por mis méritos, sino movido por su propia voluntad, y que haga pura y sincera confesión y verdadera penitencia por mis pecados, hasta alcanzar perdón y misericordia.

Finalmente te ruego que en el último momento de mi vida, tú, única madre mía, puerta del cielo y abogada de los pecadores, no consientas que yo, indigno siervo tuyo, me desvíe de la santa fe católica, antes usando de tu gran piedad y misericordia me socorras y me defiendas de los malos espíritus, para que, lleno de esperanza en la bendita y gloriosa pasión de tu Hijo y en el valimiento de tu intercesión, consiga de él por tu medio el perdón de mis pecados, y al morir en tu amor y en el amor de tu Hijo, me encamines por el sendero de la salvación y salud eterna. Amén.

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ORACIÓN DE SAN ATANASIO DE ALEJANDRÍA
Doctor de la Iglesia. 295 – 373
2 de mayo

La virgen María 5 (ft img)

Oh Virgen, tu gloria supera todas las cosas creadas. ¿Qué hay que se pueda semejar a tu nobleza, madre del Verbo Dios? ¿A quién te compararé, oh Virgen, de entre toda la creación? Excelsos son los ángeles de Dios y los arcángeles, pero ¡cuánto los superas tú, María! Los ángeles y los arcángeles sirven con temor a aquel que habita en tu seno, y no se atreven a hablarle; tú, sin embargo, hablas con él libremente. Decimos que los querubines son excelsos, pero tú eres mucho más excelsa que ellos: los querubines sostienen el trono de Dios; tú, sin embargo, sostienes a Dios mismo entre tus brazos. Los serafines están delante de Dios, pero tú estás más presente que ellos; los serafines cubren su cara con las alas no pudiendo contemplar la gloria perfecta; tú, en cambio, no sólo contemplas su cara, sino que la acaricias y llenas de leche su boca santa.

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ORACIÓN DE SAN ILDEFONSO DE TOLEDO
Arzobispo de Toledo. +667
23 de enero

Señora mía, dueña y poderosa sobre mí, madre de mi Señor, sierva de tu Hijo, engendradora del que creó el mundo, a ti te ruego, te oro y te pido que tenga el espíritu de tu Señor, que tenga el espíritu de tu Hijo, que tenga el espíritu de mi Redentor, para que yo conozca lo verdadero y digno de ti, para que yo hable lo que es verdadero y digno de ti y para que ame todo lo que sea verdadero y digno de ti. Tú eres la elegida por Dios, recibida por Dios en el cielo, llamada por Dios, próxima a Dios e íntimamente unida a Dios. Tú, visitada por el ángel, saludada por el ángel, bendita y glorificada por el ángel, atónita en tu pensamiento, estupefacta por la salutación y admirada por la anunciación de las promesas.

He aquí que tú eres dichosa entre las mujeres, íntegra entre las recién paridas, señora entre las doncellas, reina entre las hermanas. He aquí que desde ese momento te dicen feliz todas las gentes, te conocieron feliz las celestes virtudes, te adivinaron feliz los profetas todos y celebran tu felicidad todas las naciones. Dichosa tú para mi fe, dichosa tú para mi alma, dichosa tú para mi amor, dichosa tú para mis predicciones y predicaciones. Te predicaré cuanto debes ser predicada, te amaré cuanto debes ser amada, te alabaré cuanto debes ser alabada, te serviré cuanto hay que servir a tu gloria. Tú, al recibir sólo a Dios, eres posterior al Hijo de Dios; tú, al engendrar a un tiempo a Dios y al hombre, eres antes que el hombre hijo, al cual, al recibirle solamente al venir, recibiste a Dios por huésped, y al concebirle tuviste por morador, al mismo tiempo, al hombre y a Dios. En el pasado eres limpia para Dios, en el presente tuviste en ti al hombre y a Dios, en el futuro serías madre del hombre y de Dios; alegre por tu concepción y tu virginidad, contenta por tu descendencia y por tu pureza y fiel a tu Hijo y a tu esposo. Conservas la fidelidad a tu Hijo, de modo que ni El mismo tenga quien le engendre; y de tal modo conservas fidelidad a tu esposo, que él mismo te conozca como madre sin concurso de varón. Tanto eres digna de gloria en tu Hijo cuanto desconoces todo concurso de varón, habiendo sabido lo que debías conocer, docta en lo que debías creer, cierta en lo que debías esperar y confirmada en lo que tendrías sin pérdida alguna.

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ORACIÓN DE SAN VENANCIO FORTUNATO
Obispo de Poitiers. 535-605
14 de diciembre

Tu nombre es digno de honor, oh María, bendecida en todo tiempo y obra de arte que rinde alabanza a su experto artífice. Oh amable doncella que has recibido el egregio mensaje angélico, tú posees unos dones de belleza que sobrepasan los de cualquier otra persona. Eres la más hermosa de las rosas y tu candor es muy superior al de los lirios. Tú eres la nueva flor de la tierra que el cielo cultiva desde lo alto. Cristal, ámbar, oro, púrpura, esmeralda, cándida perla, allí adonde llega el resplandor de tu hermosura quedan envilecidos los más preciosos metales. La nieve es vencida por tu blancura inmaculada, el sol sobrepujado por la hermosura de tu cabellera; sus rayos, oh Virgen, palidecen frente a tu belleza; el brillo del rubí se apaga y el resplandor del lucero del alba queda oscurecido ante ti que en todo momento aventajas a los astros del firmamento.

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Fuente; Devocionario Católico


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Vida de San Antonio de Padua https://www.reinadelcielo.org/vida-de-san-antonio-de-padua/ Thu, 13 Jun 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=6429 ]]>

San Antonio nació en Portugal, pero adquirió el apellido por el que lo conoce el mundo, de la ciudad italiana de Padua, donde murió y donde todavía se veneran sus reliquias. Así lo conocemos todos: San Antonio de Padua

León XIII lo llamó “el santo de todo el mundo”, porque su imagen y devoción se encuentran por todas partes.

Llamado “Doctor Evangélico“. Escribió sermones para todas las fiestas del año.

“El gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer pero no vivir de acuerdo con lo que se cree”
—San Antonio

“Era poderoso en obras y en palabras. Su cuerpo habitaba esta tierra pero su alma vivía en el cielo” —Un biógrafo de ese tiempo.

Patrón de mujeres estériles, pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros. Se le invoca por los objetos perdidos y para pedir un buen esposo/a. Es verdaderamente extraordinaria su intercesión.

San Antonio de Padua 3

Vino al mundo en el año 1195 y se llamó Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo, nombre que cambió por el de Antonio al ingresar en la orden de Frailes Menores, por la devoción al gran patriarca de los monjes y patrones titulares de la capilla en que recibió el hábito franciscano. Sus padres, jóvenes miembros de la nobleza de Portugal, dejaron que los clérigos de la Catedral de Lisboa se encargaran de impartir los primeros conocimientos al niño, pero cuando éste llegó a la edad de quince años, fue puesto al cuidado de los canónigos regulares de San Agustín, que tenían su casa cerca de la ciudad. Dos años después, obtuvo permiso para ser trasladado al priorato de Coimbra, por entonces capital de Portugal, a fin de evitar las distracciones que le causaban las constantes visitas de sus amistades.

No le faltaron las pruebas. En la juventud fue atacado duramente por las pasiones sensuales. Pero no se dejó vencer y con la ayuda de Dios las dominó. El se fortalecía visitando al Stmo. Sacramento. Además desde niño se había consagrado a la Stma. Virgen y a Ella encomendaba su pureza.

Una vez en Coimbra, se dedicó por entero a la plegaria y el estudio; gracias a su extraordinaria memoria retentiva, llegó a adquirir, en poco tiempo, los más amplios conocimientos sobre la Biblia. En el año de 1220, el rey Don Pedro de Portugal regresó de una expedición a Marruecos y trajo consigo las reliquias de los santos frailes-franciscanos que, poco tiempo antes habían obtenido allá un glorioso martirio. Fernando que por entonces había pasado ocho años en Coimbra, se sintió profundamente conmovido a la vista de aquellas reliquias y nació en lo íntimo de su corazón el anhelo de dar la vida por Cristo.

Poco después, algunos frailes franciscanos llegaron a hospedarse en el convento de la Santa Cruz, donde estaba Fernando; éste les abrió su corazón y fue tan empeñosa su insistencia, que a principio de 1221, se le admitió en la orden. Casi inmediatamente después, se le autorizó para embarcar hacia Marruecos a fin de predicar el Evangelio a los moros. Pero no bien llegó a aquellas tierras donde pensaba conquistar la gloria, cuando fue atacado por una grave enfermedad (hidropesía),que le dejó postrado e incapacitado durante varios meses y, a fin de cuentas, fue necesario devolverlo a Europa. La nave en que se embarcó, empujada por fuertes vientos, se desvió y fue a parar en Messina, la capital de Sicilia. Con grandes penalidades, viajó desde la isla a la ciudad de Asís donde, según le habían informado sus hermanos en Sicilia, iba a llevarse a cabo un capítulo general.

Aquella fue la gran asamblea de 1221, el último de los capítulos que admitió la participación de todos los miembros de la orden; estuvo presidido por el hermano Elías como vicario general y San Francisco, sentado a sus pies, estaba presente. Indudablemente que aquella reunión impresionó hondamente al joven fraile portugués. Tras la clausura, los hermanos regresaron a los puestos que se les habían señalado, y Antonio fue a hacerse cargo de la solitaria ermita de San Paolo, cerca de Forli. Hasta ahora se discute el punto de si, por aquel entonces, Antonio era o no sacerdote; pero lo cierto es que nadie ha puesto en tela de juicio los extraordinarios dones intelectuales y espirituales del joven y enfermizo fraile que nunca hablaba de sí mismo. Cuando no se le veía entregado a la oración en la capilla o en la cueva donde vivía, estaba al servicio de los otros frailes, ocupado sobre todo en la limpieza de los platos y cacharros, después del almuerzo comunal.

Mas no estaban destinadas a permanecer ocultas las claras luces de su intelecto. Sucedió que al celebrarse una ordenación en Forli, los candidatos franciscanos y dominicos se reunieron en el convento de los Frailes Menores de aquella ciudad. Seguramente a causa de algún malentendido, ninguno de los dominicos había acudido ya preparado a pronunciar la acostumbrada alocución durante la ceremonia y, como ninguno de los franciscanos se sentía capaz de llenar la brecha, se ordenó a San Antonio, ahí presente, que fuese a hablar y que dijese lo que el Espíritu Santo le inspirara. El joven obedeció sin chistar y, desde que abrió la boca hasta que terminó su improvisado discurso, todos los presentes le escucharon como arrobados, embargados por la emoción y por el asombro, a causa de la elocuencia, el fervor y la sabiduría de que hizo gala el orador.

San Antonio de Padua 4 (Light)

En cuanto el ministro provincial tuvo noticias sobre los talentos desplegados por el joven fraile portugués, lo mandó llamar a su solitaria ermita y lo envió a predicar a varias partes de la Romagna, una región que, por entonces, abarcaba toda la Lombardía. En un momento, Antonio pasó de la oscuridad a la luz de la fama y obtuvo, sobre todo, resonantes éxitos en la conversión de los herejes, que abundaban en el norte de Italia, y que, en muchos casos, eran hombres de cierta posición y educación, a los que se podía llegar con argumentos razonables y ejemplos tomados de las Sagradas Escrituras.

En una ocasión, cuando los herejes de Rímini le impedían al pueblo acudir a sus sermones, San Antonio se fue a la orilla del mar y empezó a gritar: “Oigan la palabra de Dios, Uds. los pececillos del mar, ya que los pecadores de la tierra no la quieren escuchar”. A su llamado acudieron miles y miles de peces que sacudían la cabeza en señal de aprobación. Aquel milagro se conoció y conmovió a la ciudad, por lo que los herejes tuvieron que ceder.

A pesar de estar muy enfermo de hidropesía, San Antonio predicaba los 40 días de cuaresma. La gente presionaba para tocarlo y le arrancaban pedazos del hábito, hasta el punto que hacía falta designar un grupo de hombres para protegerlo después de los sermones.

Además de la misión de predicador, se le dio el cargo de lector en teología entre sus hermanos. Aquella fue la primera vez que un miembro de la Orden Franciscana cumplía con aquella función. En una carta que, por lo general, se considera como perteneciente a San Francisco, se confirma este nombramiento con las siguientes palabras: “Al muy amado hermano Antonio, el hermano Francisco le saluda en Jesucristo. Me complace en extremo que seas tú el que lea la sagrada teología a los frailes, siempre que esos estudios no afecten al santo espíritu de plegaria y devoción que está de acuerdo con nuestra regla”. Sin embargo, se advirtió cada vez con mayor claridad que, la verdadera misión del hermano Antonio estaba en el púlpito. Por cierto que poseía todas las cualidades del predicador: ciencia, elocuencia, un gran poder de persuasión, un ardiente celo por el bien de las almas y una voz sonora y bien timbrada que llegaba muy lejos.

Por otra parte, se afirmaba que estaba dotado con el poder de obrar milagros y, a pesar de que era de corta estatura y con cierta inclinación a la corpulencia, poseía una personalidad extraordinariamente atractiva, casi magnética. A veces, bastaba su presencia para que los pecadores cayesen de rodillas a sus pies; parecía que de su persona irradiaba la santidad. A donde quiera que iba, las gentes le seguían en tropel para escucharle, y con eso había para que los criminales empedernidos, los indiferentes y los herejes, pidiesen confesión. Las gentes cerraban sus tiendas, oficinas y talleres para asistir a sus sermones; muchas veces sucedió que algunas mujeres salieron antes del alba o permanecieron toda la noche en la iglesia, para conseguir un lugar cerca del púlpito. Con frecuencia, las iglesias eran insuficiente para contener a los enormes auditorios y, para que nadie dejara de oírle, a menudo predicaba en las plazas públicas y en los mercados.

Poco después de la muerte de San Francisco, el hermano Antonio fue llamado, probablemente con la intención de nombrarle ministro provincial de la Emilia o la Romagna. En relación con la actitud que asumió el santo en las disensiones que surgieron en el seno de la orden, los historiadores modernos no dan crédito a la leyenda de que fue Antonio quien encabezó el movimiento de oposición al hermano Elías y a cualquier desviación de la regla original; esos historiadores señalan que el propio puesto de lector en teología, creado para él, era ya una innovación. Más bien parece que, en aquella ocasión, el santo actuó como un enviado del capítulo general de 1226 ante el Papa, Gregorio IX, para exponerle las cuestiones que hubiesen surgido, a fin de que el Pontífice manifestara su decisión. En aquella oportunidad, Antonio obtuvo del Papa la autorización para dejar su puesto de lector y dedicarse exclusivamente a la predicación. El Pontífice tenía una elevada opinión sobre el hermano Antonio, a quien cierta vez llamó “el Arca de los Testamentos”, por los extraordinarios conocimientos que tenía de las Sagradas Escrituras.

Desde aquel momento, el lugar de residencia de San Antonio fue Padua, una ciudad donde anteriormente había trabajado, donde todos le amaban y veneraban y donde, en mayor grado que en cualquier otra parte, tuvo el privilegio de ver los abundantísimos frutos de su ministerio. Porque no solamente escuchaban sus sermones multitudes enormes, sino que éstos obtuvieron una muy amplia y general reforma de conducta. Las ancestrales disputas familiares se arreglaron definitivamente, los prisioneros quedaron en libertad y muchos de los que habían obtenido ganancias ilícitas las restituyeron, a veces en público, dejando títulos y dineros a los pies de San Antonio, para que éste los devolviera a sus legítimos dueños. Para beneficio de los pobres, denunció y combatió el muy ampliamente practicado vicio de la usura y luchó para que las autoridades aprobasen la ley que eximía de la pena de prisión a los deudores que se manifestasen dispuestos a desprenderse de sus posesiones para pagar a sus acreedores. Se dice que también se enfrentó abiertamente con el violento duque Eccelino para exigirle que dejase en libertad a ciertos ciudadanos de Verona que el duque había encarcelado. A pesar de que no consiguió realizar sus propósitos en favor de los presos, su actitud nos demuestra el respeto y la veneración de que gozaba, ya que se afirma que el duque le escuchó con paciencia y se le permitió partir, sin que nadie le molestara.

Después de predicar una serie de sermones durante la primavera de 1231, la salud de San Antonio comenzó a ceder y se retiró a descansar, con otros dos frailes, a los bosques de Camposampiero. Bien pronto se dio cuenta de que sus días estaban contados y entonces pidió que le llevasen a Padua. No llegó vivo más que a los aledaños de la ciudad. El 13 de junio de 1231, en la habitación particular del capellán de las Clarisas Pobres de Arcella recibió los últimos sacramentos. Entonó un canto a la Stma. Virgen y sonriendo dijo: “Veo venir a Nuestro Señor” y murió. Era el 13 de junio de 1231. La gente recorría las calles diciendo: “¡Ha muerto un santo! ¡Ha muerto un santo!.Al morir tenía tan sólo treinta y cinco años de edad. Durante sus funerales se produjeron extraordinarias demostraciones de la honda veneración que se le tenía. Los paduanos han considerado siempre sus reliquias como el tesoro más preciado.

San Antonio fue canonizado antes de que hubiese transcurrido un año de su muerte; en esa ocasión, el Papa Gregorio IX pronunció la antífona “O doctor optime” en su honor y, de esta manera, se anticipó en siete siglos a la fecha del año 1946, cuando el Papa Pío XII declaró a San Antonio “Doctor de la Iglesia”.

Se le llama el “Milagroso San Antonio” por ser interminable lista de favores y beneficios que ha obtenido del cielo para sus devotos, desde el momento de su muerte. Uno de los milagros mas famosos de su vida es el de la mula: Quiso uno retarle a San Antonio a que probase con un milagro que Jesús está en la Santa Hostia. El hombre dejó a su mula tres días sin comer, y luego cuando la trajo a la puerta del templo le presentó un bulto de pasto fresco y al otro lado a San Antonio con una Santa Hostia. La mula dejó el pasto y se fue ante la Santa Hostia y se arrodilló.

Iconografía

Por regla general, a partir del siglo XVII, se ha representado a San Antonio con el Niño Jesús en los brazos; ello se debe a un suceso que tuvo mucha difusión y que ocurrió cuando San Antonio estaba de visita en la casa de un amigo. En un momento dado, éste se asomó por la ventana y vio al santo que contemplaba, arrobado, a un niño hermosísimo y resplandeciente que sostenía en sus brazos. En las representaciones anteriores al siglo XVII aparece San Antonio sin otro distintivo que un libro, símbolo de su sabiduría respecto a las Sagradas Escrituras. En ocasiones se le representó con un lirio en las manos y también junto a una mula que, según la leyenda, se arrodilló ante el Santísimo Sacramento que mostraba el santo; la actitud de la mula fue el motivo para que su dueño, un campesino escéptico, creyese en la presencia real.

San Antonio es el patrón de los pobres y, ciertas limosnas especiales que se dan para obtener su intercesión, se llama “pan de San Antonio”; esta tradición comenzó a practicarse en 1890. No hay ninguna explicación satisfactoria sobre el motivo por el que se le invoca para encontrar los objetos perdidos, pero es muy posible que esa devoción esté relacionada con un suceso que se relata entre los milagros, en la “Chronica XXIV Generalium” (No. 21): un novicio huyó del convento y se llevó un valioso salterio que utilizaba San Antonio; el santo oró para que fuese recuperado su libro y, al instante, el novicio fugitivo se vio ante una aparición terrible y amenazante que lo obligó a regresar al convento y devolver el libro.

En Padua hay una magnífica basílica donde se veneran sus restos mortales.

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Bibliografía
Butler, Vida de los Santos.
Salesman, P. Eliécer, Vidas de los Santos.
Sgarbossa, Mario y Luigi Giovannini – Un Santo Para Cada Día
Fuente: Corazones.org


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Poemas a la Virgen María https://www.reinadelcielo.org/poemas-a-la-virgen-maria/ Fri, 25 May 2018 13:09:49 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=13202

LA VIRGEN AL MEDIODÍA

No tengo nada que ofrecerte,
nada que solicitarte…
Vengo solamente, oh María,
para contemplarte…,
contemplar tu rostro,
dejar al corazón que cante
en tu propio lenguaje…

Porque tú eres hermosa,
porque eres inmaculada,
la mujer de la Gracia
finalmente restaurada,
la criatura en su primigenio honor
y en su florecimiento definitivo,
tal como salió de Dios
en la mañana de su original esplendor.

Inefablemente intacta
porque tú eres la Madre de Jesucristo,
que es la verdad entre tus brazos,
y la única esperanza y el único fruto.

Porque tú eres la mujer, el Edén
de la antigua ternura olvidada…
¡Que toda la creación te cante agradecida,
Madre de Jesucristo,
simplemente porque existes.

*****
Paul Claudel

EL NOMBRE DE MARÍA

María mes de mayo (ft img)He oído en la montaña,
cuando levanta el cielo,
la voz del arroyuelo,
su plácido rumor.
He oído en la espesura,
la cántiga del ave,
cuando con voz suave
bendice a su Creador.

Mas eso es menos dulce
que el eco de tu nombre,
cuando te invoca el hombre
con la voz del corazón.
Tu nombre es dulce, María;
tu nombre es armonía,
tu nombre es bendición.

He oído los susurros
del agua entre las flores,
que canta tus amores
con quejumbrosa voz.
He oído el eco vago
que eleva en la montaña
la mística campana,
vocero de su Dios.

Pero eso es menos dulce
que el nombre que dio el cielo,
a Aquella que es consuelo
del hombre en su dolor.
Tu nombre es más dulce,
bellísima María;
tu nombre es alegría
del pobre pecador.

*****
Enrique Álvarez Bonilla

BENDICIÓN DE ALBORADA

Me lo contó -siendo niño-,
en una hermosa mañana,
un anciano venerable,
protegido en la solana:

No hay documento escrito,
es una leyenda urbana:
-me dice con voz precisa,
en tertulia sosegada-.

Una mujer muy hermosa,
con perfil de soberana
asiste a la fuente limpia
en las horas de alborada.
Nadie conoce su nombre
-me advierte fiel; y recalca-:
mas todos los que madrugan
y buscan el agua clara
ven a la excelsa señora
como un susurro en el alma.

Figura firme y sencilla,
vestida con elegancia;
“mujer fuerte” de la tierra,
digna de toda alabanza.

Más de uno -con reservas-,
de los vecinos de Hontangas,
se acerca todos los días
por satisfacer su ansia…
de ver con sus propios ojos
a escena tan comentada.
Las preguntas son constantes,
cuando suena la campana
y se suman a la fiesta
debajo de la espadaña.
¿Quién conoce por su nombre
a esta mujer que -sin falta-,
se aparece a los creyentes
en horas de madrugada?
Algunos más fervorosos
piensan sin rubor y exclaman:
es la Virgen de la Cueva
que siente amor y nostalgia
del encuentro con la gente
por su belleza de alma.

El que quiera comprobarlo
y alimentar la esperanza
venga a la fuente del pueblo
con inquietudes marianas;
y verá cómo la imagen,
abastecida de agua,
se regocija en la ermita
donde reposa con gracia.
*****
Así lo contó mi padre
en un paseo con calma,
cuando el cuerpo se recrea
y el espíritu se ensancha.
Trascendía la leyenda,
con cariñosa palabra,
añadiendo que la Virgen
bendecía la plegaria
de aquellos que la visitan,
al salir en la mañana,
con afanes de progreso
y reverencia sagrada.

*****

MARÍA NACIÓ EN SILENCIO

María Madre de Dios (ft img)María nació en silencio
en horas de madrugada,
cuando los gallos anuncian
albores en la besana,
en un hogar nazareno
donde viven en alianza
dos ancianos venerables
de nombres Joaquín y Ana.

Personas de vida intensa,
abiertas a la esperanza,
recibieron su sonrisa
con gozo inmenso en el alma
y adoptaron la ternura
como fórmula adecuada
para ‘envolver’ a María
en protección y crianza.

Creció la niña María
de virtudes adornada,
como si fuera una estrella
de luz y suave fragancia:
cuerpo de gran hermosura,
claridad en la mirada,
sencilla cual violeta,
ardiente e inmaculada;
imagen pura de Dios
en belleza y semejanza.

María aplaude la vida
con juventud esmeralda;
se reviste de primores,
ensueña, camina y canta
y expande sus privilegios
entre amigas en la plaza,
como arrullo de paloma
protegida en la enramada.

El saludo de Gabriel
por sorpresa y sin palmas
desvela todo el misterio:
“María, llena de gracia,
el Señor está contigo”.
La salutación reclama
su seno como un jardín
donde plantar la Palabra
y se convierte de pronto
en Virgen de la Esperanza.

Al percibir la presencia
-fulgente como una llama-
del Espíritu de Dios
asentado en sus entrañas,
pronuncia humilde “así sea”,
sumergida en la plegaria,
ensancha su corazón
y prorrumpe en alabanzas.

***
¡Enhorabuena, María!,
por tu grandeza de alma,
porque recreas auroras
con silencio de palabras
y cultivas emociones
al son de cítara y arpa.

*****
Serafín de la Hoz Veros.

MARÍA: SILENCIO DE CLAUSURA

Virgen María 8 (ft img)María es paz y armonía en su figura
que enaltece por sí misma a la mujer;
es preludio de un intenso amanecer,
deslumbre en luz de gracia y hermosura.

María, alborada firme de ternura.
Con ser Dios soberano, nos hace ver
cuán importante y bello es obedecer
en silencio evanescente de clausura.

Dios, que encendió el espíritu de María
en virtud de privilegios de primera,
despojarla de su encanto no podía.

¿Cómo premiar a la Madre con la palma?
Cual la llama y la fragancia en primavera,
asunta fue al cielo María en cuerpo y alma.

*****
Serafín de la Hoz Veros.

BRILLO DE BLANCA LIRA
Santa María de la Vid

De blanca lira, Madre, y gran pureza
es tu alma, en clave de ternura.
Regazo de indigentes sin ventura
que buscan al autor de tal belleza.

En ti remanso, Madre, mi cabeza
y alivio en tu mirada la amargura
de los hombres y aquella singladura
que les tiene sumidos en tristeza.

Quietud y calma, Madre, ya respiro
en arca monacal de brillo intenso.
Un fino sentimiento de acampada

se difunde por mi ser. Yo suspiro
y agrego mi fervor al universo
para cantarte ¡bienaventurada!

*****
Serafín de la Hoz Veros.

EL ANUNCIO DEL ÁNGEL

El saludo de Gabriel,
ángel de Dios, a María
abre esperanzas al hombre
en misteriosa misiva:
– En tu seno virginal
con despliegue de sonrisas,
un Niño te ha de nacer
en gracia de aurora y brisa,
como fragancia de flores
y fruto de una caricia.

Virgen María (ft img) 6– “En disposición humilde / mi alma te glorifica,
Dios sublime de Israel / -cantó con fervor María-;
aunque no entiendo el misterio / acepto su melodía.
Cúmplase tu voluntad / y no se haga la mía”.

– ¡No temáis!, buena Señora,
al que con tierna porfía
desea ocupar tu cuerpo
con generosa semilla.
El Hijo que ha de nacer
en graciosa teofanía,
será grande en esta tierra
aunque le cueste fatigas.
La Criatura ha de ser
antorcha de luz y guía
para gloria de Dios Padre
en prodigiosa armonía.
Será excelsa la misión
en su forma y sinfonía,
pues no en vano representa
al esperado Mesías.

La bondad de sus palabras
con destellos de alegría,
sus gestos de compasión,
su mirada clara y limpia,
su fortaleza de alma
y meditada empatía
con los enfermos y niños
en contacto con la vida,
serán su mejor aval
en ‘el campo de la espiga’,
para recrear al hombre
de su primera caída.

Así se expresó el Arcángel
en la casa de María
cuando del cielo bajó
para anunciar La Noticia.
Y en prodigioso contento
de escena sin bambalinas
san Gabriel se retiró
de la tierra a la otra orilla.
María quedó en silencio,
por gracia fortalecida.

*****
Serafín de la Hoz

PINTOR DE SUEÑOS

Asunción de la Virgen MaríaHubo una vez, no sé dónde, un pintor
de sueños que pintaba, no sé cómo,
los trazos indecibles del misterio.
Le dijo al viento: “Dame tu susurro,
tu música silvestre y rumorosa”.
Pintó invisible -un deje leve apenas-,
pero sonora el alma de MARÍA.

Le dijo al bosque, al arroyo, a los pájaros,
al mar en calma, al valle, a las praderas,
al amanecer…: “Dadme ese paisaje”.
Pintó, fulgente, el rostro de MARÍA.
Le dijo al cielo: “Dame tus lumbreras;
tu luz, tu sol, tu luna, tus estrellas…”.
Pintó, tersos, los ojos de MARÍA.

Le dijo al niño: “Dame tu alborozo,
tu primera inocencia y el candor
de tus muecas, la flor de tus miradas…”.
Y pintó la sonrisa de MARÍA.
Dijo a la madre: “Dame tu ternura,
tu amor y tu desvelo hecho costumbre:
dame, mujer, tu anhelo, tu embeleso”.
Y pintó un corazón sin más fronteras
que el sollozo, el dolor y la esperanza.

Dijo a Dios: “Dame de ti lo mejor”.
Hubo un silencio de ojos infinitos.
Hubo ángeles. Hubo primavera
en la historia del hombre con Dios.
Floreció la Palabra en la ribera de María…
De su hijo engalanada
nos la pintó el pintor de nuestros sueños.

*****
Miguel Rubio


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Los caminos de María https://www.reinadelcielo.org/los-caminos-de-maria/ Fri, 20 Jan 2017 12:56:01 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=8637

La devoción y el culto a la Virgen María están presentes desde los inicios de la vida de la Iglesia. Ya en los textos evangélicos puede observarse la particular atención que Jesús tenía con su Madre, así como el cariño y respeto que debían profesarle los discípulos desde que en el Calvario recibió su misión maternal y fue encomendada a San Juan.

Desde los tiempos más antiguos se venera a la Santísima Virgen con el título de Madre de Dios, a cuya protección acuden fieles y peregrinos de todos los continentes. Las expresiones de amor y cariño de las personas a María comenzaron pronto a sucederse y la repetición y continuidad de las mismas hizo que enseguida se convirtieran en actos de confianza filial y devoción hacia Nuestra Señora.

Santa María Virgen Reina (ft img)El culto mariano tiene sin duda un carácter muy particular y especial, y ha de servir para la gloria de la Trinidad, pues no en vano se venera a “María, exaltada por la gracia de Dios, después de su Hijo, por encima de todos los ángeles y hombres, como la Santa Madre de Dios, que participó en los misterios de Cristo, es honrada con razón por la Iglesia con un culto especial”, tal y como se afirmó en el Concilio Vaticano II. Venerar a la Virgen es también adorar a Dios que la llenó de gracias pues iba a ser la madre de Cristo.

La devoción mariana se ha ido desarrollando hasta nuestros días con un admirable amor y respeto hacia María, íntimamente ligada a la vida de su Hijo, a quien siempre conduce, promoviendo y fortaleciendo la entrega por parte de los fieles y devotos.

Las imágenes, los iconos y las estatuas de la Virgen que se hallan en santuarios, iglesias y capillas, ayudan a los fieles y peregrinos a la búsqueda y al encuentro de la Santa Madre.

Ninguna de las imágenes conocidas reproduce el rostro auténtico de María, pero nos muestran el camino para llegar hasta ella y nos reconfortan con su ayuda y protección. Así, al venerar las representaciones de María, el creyente honra a Cristo en la persona de su Madre.

Como queda reflejado, la doctrina mariana tiene pues una característica esencial y es la referencia a Cristo, pues todo en María deriva de Cristo y está orientado a él.

La Ruta Mariana posee en sus santuarios cinco de estas representaciones de María la Madre de Dios, cinco de las más conocidas y veneradas imágenes del mundo cristiano.

Cada una tiene un origen y una historia diferente, pero todas ellas reciben el incondicional amor y cariño de los fieles, la admiración y el respeto de todos.

La devoción mariana a Nuestra Señora del Pilar

Virgen del Pilar (ft img) 3De acuerdo con una antiquísima tradición, venerada y viva a lo largo de los siglos, la venida de la Virgen a Zaragoza en carne mortal es el origen que da sentido a todo lo que rodea al Santuario del Pilar. Se trata de una piadosa tradición según la cual, el apóstol Santiago se encontraba en Cesaraugusta, a orillas del río Ebro, junto a un pequeño grupo de conversos que habían escuchado y creído su predicación. Pero los cesaraugustanos resultaban bastante duros de oído y de corazón, y el apóstol vio flaquear sus fuerzas y comenzó a preguntarse si tenía sentido seguir predicando el mensaje de Jesús en esta tierra. Cuando su flaqueza por el desánimo le hizo perder su entereza, vio a María, la madre de Jesús, rodeada de ángeles que, desde Jerusalén venía para confortarle y renovar sus ánimos. La Santísima Virgen entregó a Santiago el Pilar, la Columna de jaspe que hoy sostiene su imagen, como símbolo de la fortaleza que debía tener su fe. Esto sucedía en la madrugada del día dos de enero del año cuarenta del siglo primero. María conversó con Santiago y le encargó que fuera levantado un templo sobre la Columna o Pilar que trajo, convirtiéndose así en el primer templo Mariano de la cristiandad.

La Jaculatoria pilarista que cada día cantan los infanticos en respuesta de amor y emoción hacia la Madre de Dios dice así: “Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. Por siempre sea, por siempre sea bendita y alabada.”

La imagen de la Virgen está sobre un pilar, mejor dicho, sobre una columna de jaspe de 1,70 m. de altura y un diámetro de 24 cm. La devoción pilarista sostiene que la columna no ha variado jamás su emplazamiento desde la fecha en que la tradición sitúa la venida de María.

Rodeando el pilar, cada día viste uno de los muchos mantos ofrecidos por los fieles, instituciones y asociaciones. Los días 2, 12 y 20 de cada mes la Imagen aparece sobre la columna sin el manto. En estos días se conmemoran la fiesta de la Venida de la Virgen (2 de enero), la fiesta del Pilar (12 de octubre) y la fiesta de la Coronación Canónica ( 20 de mayo de 1905).

La devoción mariana a Nuestra Señora de Torreciudad

Señora TorreciudadLa devoción a la Virgen de Torreciudad es muy antigua en los pueblos próximos. Ya desde el siglo XI, vecinos de localidades cercanas como Secastilla, Ubiergo, El Grado, Graus, Olvena, Naval, Enate o Artasona se dirigían a Torreciudad para pedir favores, dar gracias o, simplemente, manifestar su amor a la Virgen. Esta costumbre se ha trasmitido de generación en generación, manteniendo viva esta devoción mariana, acudiendo en peregrinación a este lugar para rezar a la Virgen y confiarle sus alegrías y penas. La imagen se encontraba en una ermita, en un promontorio sobre el río Cinca.

Antiguamente, los peregrinos venían desde los lugares más alejados de la comarca gracias a los trabajos de los santeros. Estos hombres iban de un lado a otro con una imagen pequeña de la Virgen, recogiendo limosnas y moviendo a las gentes a ir a Torreciudad. Los santeros eran alojados en los pueblos por los hermanos, quienes a su vez tenían derecho a ser alojados y atendidos en Torreciudad cuando peregrinasen.

Según la tradición, refrendada por estudios históricos, la talla de la Virgen fue venerada con anterioridad a 1804. A raíz de la denominación árabe, fue escondida y posteriormente recuperada, cerca de la ermita, una vez reconquistado el terreno por los cristianos. El día de la fiesta de la Virgen congregaba a tantos fieles en la ermita que el lugar se quedaba pequeño para albergar a los peregrinos. Se formaban largas colas que se perdían entre las peñas de los montes. Entre las gentes, que subían a celebrar la fiesta, se cantaba y repartía torta y vino.

Hoy, como a lo largo de los nueve siglos de historia, esta pequeña ermita sigue siendo un entrañable punto de encuentro para las gentes de las comarcas cercanas, que celebran con frecuencia misas, bodas, aniversarios o retiros espirituales.

La Virgen de Torreciudad se nos presenta como “Majestad de Nuestra Señora”, dejando al descubierto una espléndida expresión de rostros y formas. Responde al tipo iconográfico del “Asiento de la Sabiduría”, muy extendido durante la Edad Media. Son imágenes privadas de sentimentalismo, a veces con una escueta expresión de sencillez campesina y ricas en contenido doctrinal. Serenidad y belleza son sensaciones que los peregrinos y fielen reciben cuando se postran ante ella.

El día 22 de Agosto se celebra la Fiesta de la Virgen de Torreciudad.

Al actual santuario de Torreciudad acuden personas venidas de todos los rincones del mundo. Los autocares y automóviles traen hasta aquí peregrinos, familias, estudiantes, obreros, campesinos, etc. Todo está envuelto en un halo de silencio y paz, limpio aire y sosegado ambiente. En la explanada es muy frecuente ver gente que bajo los porches recorre meditando y rezando los misterios del rosario, representados en azulejos sobre altares, o algún párroco celebrando misa para sus feligreses llegados con él en romería.

Igual que en el pasado, quienes se acercan a Torreciudad sienten que están en un lugar de oración, en un sitio donde se da culto a la Santísima Virgen.

La devoción mariana a Nuestra Señora de Montserrat

Nuestra Señora de MontserratEl primer texto que hace referencia a la leyenda del origen de la Virgen data de 1239, hecho que evidencia que Montserrat es un lugar santo desde mucho tiempo atrás, tanto por la presencia de la imagen de Santa María, como por la de miles de peregrinos.

Cuenta la leyenda que en el año 880, un sábado al anochecer en la montaña de Montserrat, unos niños pastores vieron bajar del cielo una gran luz acompañada de una bella melodía que se paró en medio de la montaña. Al cabo de una semana volvieron al lugar junto con sus padres y la visión se repitió. Durante los cuatro sábados siguientes les acompañó el párroco del pueblo de Olesa y todos juntos volvieron a ver la misma visión. El obispo de la ciudad de Manresa, enterado de la noticia, quiso observarlo personalmente y acudió también en sábado al citado lugar. Tanto el obispo como sus acompañantes vieron una cueva en la que se hallaba la imagen de la Virgen María. Intentaron trasladarla procesionalmente a la ciudad de Manresa, pero se les hizo tan pesada que fue inútil. Este hecho fue interpretado por el Obispo como la voluntad de la Virgen de quedarse en aquel lugar y mandó construir una capilla para María, pues tenía que ser venerada en la montaña de Montserrat.

Esta pequeña abadía recibió pronto peregrinos y visitantes de múltiples lugares, lo que contribuyó a conocerse entre las gentes las narraciones de los milagros que la Virgen allí obraba.

La Virgen de Montserrat, conocida popularmente como “la Moreneta” por el color oscuro de su cara y manos, es Santa María como “Madre de Dios” o “Trono de Sabiduría”.

La Virgen sostiene con la mano derecha el orbe esférico, símbolo del cosmos, la creación, el volumen perfecto. El gesto ritual que se utiliza para venerar la Imagen es besar o tocar su mano derecha. Con la mano izquierda, María hace el gesto de ponerla sobre el hombro del Niño, indicando así que aquel rey omnipotente es hijo suyo. El Niño Jesús bendice con la mano derecha y en la izquierda sostiene una piña, símbolo de fecundidad y vida perenne. Todo ello provoca una impresión majestuosa y afable a la vez.

La actual Imagen , la que hoy se venera, fue esculpida a finales del siglo XII y fue coronada patrona de Cataluña por el Papa León XIII en 1881.

El dia 27 de abril se celebra la Fiesta de la Virgen de Montserrat, Patrona de Cataluña, precedida por la celebración de la Víspera el día anterior.

La devoción mariana a Nuestra Señora de Lourdes

La advocación mariana de Nuestra Señora de Lourdes tiene su origen en una persona y unos hechos acaecidos en la villa francesa de Lourdes, a orillas del río Gave. A Bernardita Soubirous, una pequeña niña de 14 años, cuando el 11 de febrero de 1858 se encontraba en el bosque recogiendo leña, se le apareció una resplandeciente figura de una joven que la llamaba. Sorprendida se arrodilló y comenzó a rezar pues no alcanzaba a comprender lo que había visto. La figura desapareció, para aparecer nuevamente a los pocos días. Hubo 18 apariciones entre el 11 de febrero y el 16 de julio de ese mismo año. El 25 de marzo, en la decimosexta aparición, la Señora reveló su nombre a la pequeña Bernardita, la Inmaculada Concepción. La Inmaculada Concepción es la advocación y privilegio de la Santísima Virgen María, según el cual María, en previsión de los méritos de la Pasión y Muerte de su Hijo Jesucristo, fue preservada de toda mancha de pecado original desde el primer instante de su Concepción. Esta verdad fue proclamada dogma de fe por el Papa Pío IX en 1854.

Todas las apariciones de la Inmaculada Concepción a Bernardita se caracterizaron por la sobriedad de las palabras de la Señora y por la aparición en una gruta de una fuente que de repente empezó a dar agua limpia y clara. Desde entonces es un lugar de referencia de innumerables milagros constatados. Tomada con incredulidad por el clero en los primeros momentos, la manifestación fue recibiendo con el tiempo una acogida cada vez más favorable, siendo hoy en día uno de los lugares de devoción mariana más importantes y reconocidos en el mundo cristiano. El Obispo de Lourdes, Monseñor Laurence, certificó la declaración de la autenticidad de las Apariciones. Todos estos hechos dieron lugar al Mensaje de Lourdes. Donde hoy se encuentra la Imagen de la Virgen de Lourdes es el lugar exacto donde se produjeron las Apariciones.

El Mensaje que la Santísima Virgen dio en Lourdes, puede resumirse en:
– Es un agradecimiento del cielo por la definición del dogma de la Inmaculada Concepción (que se había declarado cuatro años antes por el Papa Pio IX en 1854), al mismo tiempo que se presenta Ella misma como Madre y modelo de pureza para el mundo.
– Derramó innumerables gracias de sanaciones físicas y espirituales para que se le siguiese a través de la Iglesia.
– Es una exaltación a la virtudes de la pobreza y humildad al escoger a Bernadita como instrumento de su mensaje.
– La Santísima Virgen le repite que lo importante es ser feliz en la otra vida, aunque para ello sea preciso aceptar la cruz. “Yo también te prometo hacerte dichosa, no ciertamente en este mundo, sino en el otro”.
– En todas la apariciones vino con su Rosario: la importancia de rezarlo.
– Importancia de la oración, de la penitencia y humildad (besando el suelo como señal de ello) y también de la misericordia infinita con los enfermos
– Importancia de la confianza en Dios

La devoción mariana a Nuestra Señora de Meritxell

Señora de MaritxellAunque los orígenes de la devoción por la virgen de Meritxell podrían ser anteriores, dado que no contamos con información anterior, si podemos afirmar que ya existía culto a Nuestra Señora de Meritxell desde la época en que se construyo la antigua iglesia románica y la época en la que estaba datada la antigua talla de la virgen que desapareció en un incendio en 1973.
Además de estos elementos físicos y tangibles, existe también ese elemento intangible del conocimiento popular que se transmite a través de cuentos y leyendas. En el caso de Meritxell, se trata de una bonita leyenda que cuenta como un pastor que se dirigía desde Encamp a Canillo para asistir a la misa del día de Reyes (6 de enero), encontró a mitad de camino la talla de la imagen de Meritxell bajo un rosal silvestre en flor. Se trataba de una imagen más propia de la primara que de invierno y fue esto lo que le llamó la atención para reparar en la imagen de la virgen.

Una vez informó del acontecimiento al cura de Canillo, la imagen fue colocada en el altar de la iglesia de Canillo, de donde desapareció sin explicación durante la noche. A pesar de que se pensó, que la imagen se había robado, llegaron noticias de que la virgen se encontraba nuevamente bajo el rosal. La imagen se llevó a la iglesia de Encamp, pensando que ese era el deseo de la virgen, pero al igual que había sucedido la noche anterior, la imagen había desaparecido, apareciendo nuevamente a los pies del rosal. Por este motivo, los fieles de la zona decidieron hacer una iglesia en Meritxell (justo en el lugar donde había aparecido), entendiendo que ese era el deseo de la Madre.

A la Virgen de Meritxell se la concibe como madre protectora. El artista que crea la imagen la muestra como una mujer sencilla y humilde a pesar de ser la reina del cielo. Y los fieles la miran como guía en su día a día, tal y como se canta en las plegarias.

Meritxell del silencio, enseñadnos a escuchar.
Meritxell de la montaña, enseñadnos a admirar.
Meritxell de las nieves, enseñadnos a no mentir, a no mentirnos.
Meritxell del rosal silvestre, enseñadnos el gozo de dar y de darse.
Meritxell de los narcisos, enseñadnos la dulzura de la vida.
Meritxell del cielo limpio y del sol esplendoroso, enseñadnos la Luz.
Meritxell vecina de los prados, de las bordas y de las casas de labrador, enseñadnos la sencillez.
Meritxell del sufrimiento, enseñadnos a rezar.
Meritxell de los niños, enseñadnos a sonreír.
Meritxell de la paz, enseñadnos la solidaridad.
Meritxell, Madre de los andorranos, enseñadnos la unidad.
Meritxell, Virgen, enseñadnos a amar.

___________________
Fuente: Ruta Mariana


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