vacío – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 18 Dec 2020 18:54:22 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 La joven que revolución el mundo de las “Startups” lo deja todo para ser monja https://www.reinadelcielo.org/la-joven-que-revolucion-el-mundo-de-las-startups-lo-deja-todo-para-ser-monja/ Fri, 18 Dec 2020 18:53:58 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=25255 ]]> Montserrat Medina Martínez era uno de los mayores ejemplos de joven triunfadora en Europa. Con 36 años, lleva a sus espaldas un currículum excepcional. La revista «Business Insider» la eligió entre «Los 21 jóvenes españoles de 35 años (o menos) que están revolucionando el mundo de las startups«.

Venta de la startup a PayPal

Esta ingeniera de Valencia (España) recibió una beca de doctorado en matemáticas computacionales en la Universidad de Stanford. Aparcó estos estudios para fundar en 2011 Jetlore, una empresa con sede en San Mateo (California) que proporcionaba datos a grandes empresas para que ofrecieran contenidos «a medida» a sus clientes. Pronto Pay Pal se interesó por esta herramienta y le compró la empresa.

Premios internacionales

Montserrat Medina Martínez fue seleccionada entre las 10 top talents de España menores de 35 años por la revista MIT Technology Review y recibió la Medalla de Bronce en los Stevie Awards for Women in Business de 2017, a la Mujer ejecutiva del Año.

Su página en LinkedIn como testimonio

Hoy en la página de LinkedIn de Montserrat Medina se lee «Sierva de Dios». Y a continuación: «Con mucho pesar tengo que despedirme de Deloitte. He decidido dejarlo todo y responder a lo que creo que es una llamada de Dios a seguirle más de cerca. Os dejo mi testimonio donde abro mi corazón para que con la gracia de Dios podáis entender mi decisión.
Que Dios os bendiga.»

A un monasterio de agustinas

Y es que Montserrat Medina ha decidido hacerse monja. El éxito y el dinero no le hacían feliz, y se planteó más. Ahora afirma que ha encontrado «el tesoro» del que habla el Evangelio y se entrega a Dios como religiosa en un monasterio de agustinas.

Antes de «desaparecer», Montse hizo llegar una carta a sus socios de Deloitte en la que explicaba su decisión.

«Me provocaba un vacío cada vez más creciente»

En ella relata que “Usaba todos los talentos que la infinita bondad de nuestro Dios me había regalado, pero los empleaba para mi propia gloria y para acumular riquezas en este mundo. Me apropiaba de los dones recibidos buscando sólo mi propio interés. Y me engañaba a mí misma porque lejos de hacerme feliz esa actitud sólo me provocaba un vacío cada vez más creciente”.

«Empezar a invertir en mi futuro para la vida eterna»

También explica: “He decidido, sin ningún remordimiento, dejar de invertir en mi futuro terrenal y empezar a invertir en mi futuro para la vida eterna. Puesto que dejo el mundo para servir y hacer la Voluntad de Dios, tengo la certeza de que el Señor misericordioso suplirá con creces mi falta con aquellos a quienes estoy dejando por Él. No dejo el mundo, propiamente, sino lo mundano. Y quiero entregar mi vida en oración y ofrenda por todos aquellos a quienes Dios ama”.

«He encontrado el tesoro»

Así es como afronta Montse su nueva vida de entrega plena a Dios: «Desconozco por qué su Amor me ha concedido gratuitamente los talentos inmerecidos con los que he podido trabajar y realizarme como persona todos estos años. Igualmente desconozco el plan que Él tiene de ahora en adelante para conmigo. Lo único que sé con certeza es que he encontrado “el tesoro” y, como dice el Evangelio, quiero vender todo lo que tengo en este mundo para comprarlo (cf. Mt 13, 44-46). Siento que, secundando esta llamada mi vida adquiere un sentido lleno de luz, que me hace sentirme dichosa y feliz.»

Texto íntegro de la carta

A continuación, transcribimos íntegra la carta de Montse a los socios de Deloitte*:

Mi nueva esperanza: comunicación y confesión

Con todos los riesgos que supone abrir el corazón, quiero hacerlo como una expresión de libertad y una confesión de la fe. A quien lea este escrito le confío algo íntimo y personal, pero que no puedo retener sólo para mí.

Se ha abierto una nueva etapa en mi vida que comporta dejar mi carrera profesional. Creo que Dios me está llamando a dejarlo todo para seguir a su Hijo Jesús más de cerca. Su gracia me ha quitado el velo que cubría mis ojos y he comenzado a comprender cuánto le debo. Él ha puesto en mí un fuego que enciende una insaciable necesidad de amarle y servirle. Muchas veces me pregunto: ¿Cómo puedo yo, siendo pobre criatura, servir y amar al Creador? Pero la respuesta emerge desde dentro: Si Él me llama, en su Nombre me lanzo a esta aventura de dejarlo todo para buscar continuamente su Rostro.

Desconozco la razón por la cual el Señor se ha fijado en mí. Desconozco por qué desde mi infancia cada domingo internamente me conmovía escuchar en un canto de Iglesia “he dicho tu nombre”; no entendía entonces que esto era una gracia particular. Desconozco por qué su Amor me ha concedido gratuitamente los talentos inmerecidos con los que he podido trabajar y realizarme como persona todos estos años. Igualmente desconozco el plan que Él tiene de ahora en adelante para conmigo. Lo único que sé con certeza es que he encontrado “el tesoro” y, como dice el Evangelio, quiero vender todo lo que tengo en este mundo para comprarlo (cf. Mt 13, 44-46). Siento que, secundando esta llamada mi vida adquiere un sentido lleno de luz, que me hace sentirme dichosa y feliz.

La llamada que muestra el pasaje evangélico del joven rico (cf. Mc 10, 17-39) es la llamada que hoy siento dirigida a mí… por más que la llevo dentro desde hace mucho tiempo, pero sin atreverme nunca a responder. Desde hace años quería decir que sí a Jesús, pero no lo hacía sino tímidamente y sólo por dentro. Y mientras demoraba la respuesta verdadera, esa que compromete la vida, usaba todos los talentos que la infinita bondad de nuestro Dios me había regalado, pero los empleaba para mi propia gloria y para acumular riquezas en este mundo. Me apropiaba de los dones recibidos buscando sólo mi propio interés. Y me engañaba a mí misma porque lejos de hacerme feliz esa actitud sólo me provocaba un vacío cada vez más creciente. Ciertamente, mi meta no era otra que lo que la sociedad me enseñó desde mi niñez: estudiar, posicionarme con un trabajo bien remunerado, casarme y tener hijos. La idea de servir al Señor estaba lejos de mis pensamientos: me había hecho un dios a mi medida que debía servirme a mí y ajustarse a mis objetivos y ambiciones.

Así, autoproclamada “buena católica” por mi asistencia física a la eucaristía dominical, pero enorgullecida por la gloria, poder y dinero que iba obteniendo, mi alma se iba construyendo un lugar privilegiado en el abismo del sinsentido de una vida encerrada en el egoísmo. No encuentro palabras para describir el estado tan deplorable en el cual se encontraba mi alma mientras me engañaba a mí misma, convencida de que complacía a Dios. Después de todo, pensaba que algo debía estar haciendo bien: yo me esforzaba y veía recompensa. Ahora me pregunto: ¿Cómo he podido estar tan confundida todos estos años? No era Dios quien me estaba dando la gloria de la tierra sino el príncipe de este mundo quien me estaba engañando sin yo saberlo. Mientras tanto, el Dios misericordioso lo permitió para mi propio bien. He necesitado experimentar estas tinieblas y el poder desgarrador del mundo para apreciar más la vida de la fe y el Evangelio de Cristo. El sufrimiento que comporta seguir a los ídolos del mundo me ha preparado para renunciar a ellos y volverme al Señor en una ofrenda completa de mi vida.

He vivido 12 años “triunfando” según los parámetros del mundo: tengo títulos de la prestigiosa Universidad de Stanford, he fundado una startup en Silicon Valley que ha adquirido una Fortune 100 y con tan sólo 34 años he llegado a ser socia en Deloitte. Yo le decía al Señor: Mira lo bien que he aprovechado tus talentos. Pero sintiendo un profundo conocimiento de la suciedad de mi alma, me percaté de mi mal entendimiento con respecto a la ansiada “perfección” que buscaba en las cosas del mundo, y cuánto más me acercaba a ella, más me alejaba de la verdadera: la perfección del alma que consiste en hacer la voluntad de Dios, verdadera plenitud para la que hemos sido creados.

Hundida en mi miseria, sin saber qué hacer con todos mis pecados he comprendido que el Señor lo perdona todo porque Él es todo bondad y misericordia. Ahora quiero dejarlo todo por seguir a este Dios que ha conquistado mi corazón. Es una deuda de amor lo que vivo… aunque sé que por mi parte esa deuda siempre estará por saldar. Quiero que el Señor sea mi único Dios, y no el dinero. No puedo servir a dos señores. El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; y me llama a amarle con todo mi ser.

La inquietud de mi alma me ha llevado a buscar la Voluntad de Dios en comunidades católicas, en voluntariados, hasta planeé fundar una ONG…, pero no encontraba la Paz en ninguno de estos proyectos. Ahora, secundando la llamada a ofrecerme al Señor en la vida consagrada contemplativa, he encontrado la Paz del corazón. Creo que desde esta vocación podré ayudar a tantos que buscan a Dios sin saber dónde y cómo encontrarlo. La Iglesia y la Comunidad de Monjas contemplativas que me acogen me regalan un hogar donde vivir con sencillez evangélica el seguimiento de Cristo en fraternidad. Soy consciente de que es un gran riesgo el que corro dejándolo todo para entrar en un Monasterio… pero la vida vale la pena cuando se arriesga en la búsqueda del Bien. Y “sé de quién me he fiado” (2Tim 1, 12).

Por ello he tomado la decisión más importante y al mismo tiempo más sencilla de mi vida. He decidido, sin ningún remordimiento, dejar de invertir en mi futuro terrenal y empezar a invertir en mi futuro para la vida eterna. Puesto que dejo el mundo para servir y hacer la Voluntad de Dios, tengo la certeza de que el Señor misericordioso suplirá con creces mi falta con aquellos a quienes estoy dejando por Él. No dejo el mundo, propiamente, sino lo mundano. Y quiero entregar mi vida en oración y ofrenda por todos aquellos a quienes Dios ama.

Quiero terminar pidiendo perdón a quienes haya podido hacer sufrir en estos años o por los que se puedan ver perjudicados de alguna manera por esta decisión vocacional. Os agradezco que recéis por mí; yo rezaré por todos.

¡Bendito y alabado sea por siempre el Señor!
Montse

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Fuente: Aleteia.org


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Salvado por la Virgen de Mejugorje y Juan Pablo II https://www.reinadelcielo.org/salvado-por-la-virgen-de-mejugorje-y-juan-pablo-ii/ Fri, 09 Dec 2016 19:04:16 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=8371

Rafael Bersabe Delgado nació en Sevilla, pero llegó a Madrid siendo adolescente. Recibió una buena formación católica en el ambiente del colegio y clubs del Opus Dei. Allí estaba a gusto. Pero al pasar a la Universidad tuvo un grave problema de adaptación: “No me supe adaptar. De hecho, tuve una especie de depresión aquel año”. Primero abandonó los estudios. Después, el Opus Dei. Y al final dejó toda práctica católica y el trato con la Iglesia.

Nueva Era para llenar un vacío personal

“Al abandonar la Obra, quedó un vacío espiritual en mi interior que yo intenté llenar con temas que en aquella época ya estaban de moda, como el yoga y la meditación trascendental. Estamos hablando de los años 70, a finales. Como yo era muy nervioso, buscaba relajación y equilibrio interior”.

El yoga y la meditación trascendental fueron un paso previo para adentrarse en las prácticas de la Nueva Era: parapsicología, astrología, consultas a videntes, tarot, numerología…

“Proliferaban en televisión y en radio programas de corte oriental ligados a la espiritualidad de la Nueva Era y la parapsicología. Esto me fue alejando cada vez más de la Iglesia, evidentemente”.

“Junto a este vacío espiritual, tenía un vacío, digamos, afectivo-emocional. Amigos no me faltaban, pero en el fondo anhelaba algo más íntimo, una pareja en mi vida. Y yo siempre fui muy tímido para las relaciones afectivas y también para ligar”.

Un intento de lograr “autoconocimiento”

rafael en taller nueva eraEste vacío espiritual y emocional lo intentaba llenar con prácticas que pensaba que le ayudarían en su autoconocimiento.

“En la Nueva Era proliferan mucho las consultas a astrólogos, a videntes, el tarot y demás, un poco como camino de autoconocimento y otro poco para buscar una respuesta de qué futuro me esperaba, porque estaba bastante angustiado por mi presente. Me fui metiendo cada vez más en el mundo de los videntes y buscando a ver si iba a tener un futuro mejor.”

Con todo, Rafa aclara: “Yo nunca renuncié a creer en Cristo como Dios, aún cuando en la Nueva Era a Cristo se le considera como un “maestro”, como Buda o como pueda ser cualquier otro. (…) Yo nunca fui un Hijo de Acuario, como se suele decir, no. Yo siempre tuve mi fe, aunque es verdad que la tuve en el cuarto trastero, porque no practicaba mi religión católica durante esos años, pero nunca apostaté de mi fe. (…) Mi fe estaba ahí, pero es verdad que coqueteando con las doctrinas un poco panteístas de la Nueva Era. Podía tener cierto coqueteo o ciertas dudas, pero nunca acepté los postulados de la Nueva Era a este nivel de que Jesucristo era un simple “avatar” o un simple maestro, eso jamás”.

Entrando en el reiki… que engancha

Dentro del supermercado de lo religioso de la Nueva Era, Rafa fue haciendo distintos cursos y convivencias. Y fue durante unas “vacaciones holísticas” cuando se inició en el reiki, una práctica que supuestamente canaliza una energía (indetectable e indemostrable) que se supone que puede curar. Incluye rituales de iniciación y tiene un elemento espiritual: no es una disciplina mecánica. Es incompatible con la ciencia (porque esa energía es indetectable) y es incompatible con la fe cristiana (porque requiere ritos iniciáticos y elementos espirituales que no están al servicio de Cristo ni discernidos en la Iglesia).

“Me lo tomé con calma porque tuve cierta dificultad, dada mi forma de ser, demasiado analítica y cerebral. Tenía dificultad para abrirme a esto de las energías y dejarme un poco fluir como ellos dicen… Yo no acababa de creerme capaz de canalizar energía a través de mis manos. Tuve que repetir muchas veces los cursos, con el consiguiente dinero que me tuve que gastar, porque son bastante caros, son de fin de semana. Hay personas que se inician y llegan a la maestría en un par de años o menos. Yo tardé seis años, desde el 1998 hasta el 2006, que me hice maestro. Y siendo maestro tuve mis propios alumnos y los inicié en el reiki”.

“A mí el reiki me aportaba mucha relajación, mucha tranquilidad, lo mismo que la meditación o el yoga. Y te llegas a hacer adicto a ello. Cuando llegó mi conversión, gracias a la Virgen María, en Medjugorje, una de las cosas que más me costó romper y cortar con ello fue el reiki, porque estaba muy enganchado a ello”.

“También es importante resaltar que junto con la adicción que comenté antes de los videntes, terapeutas y el reiki, también tenía adicción al sexo a través de la pornografía, por esta insatisfacción que sentía de que necesitaba una persona a mi lado y esta persona no aparecía de ninguna forma”.

La muerte de Juan Pablo II, un despertar

Juan Pablo II (ft img)Las cosas comienzan a cambiar con la muerte de San Juan Pablo II, en 2005: “Muchas personas tuvimos un vuelco en nuestro corazón, y yo fui una de ellas. (…) A raíz de esto, siento una nostalgia de volver como el hijo pródigo – otra vez – a la Iglesia. Entonces empiezo a ir algunos domingos a Misa, aunque no me confesaba ni nada, yo seguía en pecado, pero al menos iba algunos domingos a Misa”.

Una dificultad que retrasó su conversión definitiva fue entrar en contacto con un grupo católico que tenía ciertas conexiones con la Nueva Era. “Gracias a Dios, la Virgen María iba a tomar cartas en este asunto”.

Medjugorje: rosario, paz y lágrimas

Cuando a Rafa le nombras Medjugorje se le ilumina la cara: “Medjugorje: palabra mágica, más que mágica. Para mí es la mayor bendición de mi vida”.

En septiembre de 2010, casi por casualidad, ve en televisión un programa sobre esta localidad de Bosnia donde se dice que se aparece la Virgen a unos videntes, un caso que la Iglesia aún está estudiando. Ese programa le impacta.

Imagen de la Virgen de Mejugorje 2(feat image)Al verano siguiente, ya en 2011, Rafa acudió a Medjugorje. La experiencia fue intensa.
“Fue entrar allí, en el rosario, con todo el calor sofocante… No sé qué me pasó por dentro, que me sentí totalmente removido, y me puse a llorar desconsoladamente… Un llanto, totalmente… como que ¡vamos!, que yo sólo he llorado así cuando era pequeñito… Cuando era pequeño y tu padre te riñe o tu madre te pega, pues uno llora… y yo nunca había llorado así. Y todos los días nada más entrar allí era como pasar a otra dimensión, parecía mágico aquello. Estaba claro que me estaba moviendo a contrición, y me estaba limpiando de toda mi vida anterior”.

La imagen de la Reina de la Paz le atraía poderosamente: “Yo no sé qué me pasaba con esa imagen, que estaba atraído como por un imán. Me tiraba horas y horas rezando allí. Bueno, no puedo describir con palabras las sensaciones que allí me hacía pasar la Virgen. Sentía que la Virgen… no me lo decía con palabras… Era como si la Virgen me estuviese diciendo: No te preocupes que no vas a volver a las andadas como antes, porque Yo ya te he rescatado y de mi mano no te arrebata nadie”.

Renovación Carismática: sanación y liberación

De regreso de Medjugorje conoció los grupos de oración de la Renovación Carismática Católica, y a un sacerdote de la Renovación que le ayudó mucho. En la Renovación es frecuente orar pidiendo a Dios sanación y liberación, y rechazando cualquier cosa que esclaviza, incluyendo espiritualidades dañinas como la Nueva Era.

“Me siento muy feliz, me siento totalmente rescatado y sanado por el Señor. Ha sido un proceso desde el 2011 para acá. Sobre todo el primer año fue muy duro, porque romper con todo lo anterior no fue nada fácil. Pero la verdad es que la gracia ha estado ahí y he estado además muy ayudado por estos movimientos”, la Renovación Carismática y el Opus Dei. “El camino ha sido difícil, pero cada año he estado mejor”.

Rafa tiene palabras para los que puedan estar pasando por cualquier tipo de dificultad en la vida.

“Que no intente buscar salidas ni alternativas fuera de la Iglesia o fuera de la fe. Que no se alejen de Dios. Con mi experiencia puedo reafirmar que son ciertas las palabras de Jesús de que Él es el único Camino. (…) Y es cierto, porque yo he visto que la verdadera sanación la he tenido en el seno de la Iglesia, en concreto, a través de la Renovación Carismática que tiene muchas herramientas en este terreno, y entonces vienen la sanación, la paz interior, y el salir adelante. No hay mejor compañero que Cristo y la Virgen María para que nos lleven de la mano para salir del pozo, por hondo que sea”.

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Fuente: Religión en Libertad


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