tradición – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 06 Sep 2024 19:15:31 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Natividad de la Virgen María https://www.reinadelcielo.org/natividad-de-la-virgen-maria/ Thu, 05 Sep 2024 18:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=5168 ¡Felicidades a nuestra Madre!
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¡El día 8 de septiembre, celebramos en toda la Iglesia, con gran alegría, el nacimiento de la la Virgen María!

La celebración de la fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María, es conocida en Oriente desde el siglo VI. Fue fijada el 8 de septiembre, día con el que se abre el año litúrgico bizantino, el cual se cierra con la Dormición, en agosto. En Occidente fue introducida hacia el siglo VII y era celebrada con una procesión-letanía, que terminaba en la Basílica de Santa María la Mayor.

El Evangelio no nos da datos del nacimiento de María, pero hay varias tradiciones. Algunas, considerando a María descendiente de David, señalan su nacimiento en Belén. Otra corriente griega y armenia, señala Nazareth como cuna de María.

Sin embargo, ya en el siglo V existía en Jerusalén el santuario mariano situado junto a los restos de la piscina Probática, o sea, de las ovejas. Debajo de la hermosa iglesia románica, levantada por los cruzados, que aún existe -la Basílica de Santa Ana- se hallan los restos de una basílica bizantina y unas criptas excavadas en la roca que parecen haber formado parte de una vivienda que se ha considerado como la casa natal de la Virgen.

Natividad de la Virgen María 3

Esta tradición, fundada en apócrifos muy antiguos como el llamado Protoevangelio de Santiago (siglo II), se vincula con la convicción expresada por muchos autores acerca de que Joaquín, el padre de María, fuera propietario de rebaños de ovejas. Estos animales eran lavados en dicha piscina antes de ser ofrecidos en el templo.

La fiesta tiene la alegría de un anuncio premesiánico. Es famosa la homilía que pronunció San Juan Damasceno (675-749) un 8 de septiembre en la Basílica de Santa Ana, de la cual extraemos algunos párrafos:

“¡Ea, pueblos todos, hombres de cualquier raza y lugar, de cualquier época y condición, celebremos con alegría la fiesta natalicia del gozo de todo el Universo. Tenemos razones muy válidas para honrar el nacimiento de la Madre de Dios, por medio de la cual todo el género humano ha sido restaurado y la tristeza de la primera madre, Eva, se ha transformado en gozo. Ésta escuchó la sentencia divina: parirás con dolor. A María, por el contrario, se le dijo: Alégrate, llena de gracia!

¡Oh feliz pareja, Joaquín y Ana, a ustedes está obligada toda la creación! Por medio de ustedes, en efecto, la creación ofreció al Creador el mejor de todos los dones, o sea, aquella augusta Madre, la única que fue digna del Creador. ¡Oh felices entrañas de Joaquín, de las que provino una descendencia absolutamente sin mancha! ¡Oh seno glorioso de Ana, en el que poco a poco fue creciendo y desarrollándose una niña completamente pura, y, después que estuvo formada, fue dada a luz! Hoy emprende su ruta la que es puerta divina de la virginidad. De Ella y por medio de Ella, Dios, que está por encima de todo cuanto existe, se hace presente en el mundo corporalmente. Sirviéndose de Ella, Dios descendió sin experimentar ninguna mutación, o mejor dicho, por su benévola condescendencia apareció en la Tierra y convivió con los hombres”.

La fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María se comenzó a celebrar oficialmente con el Papa San Sergio (687-701 d.C.) al establecer que se celebraran en Roma cuaro fiestas en honor de Nuestra Señora: la Anunciación, la Asunción, la Natividad y la Purificación.

Si pensamos por cuántas cosas podemos hoy alegrarnos, cuántas cosas podemos festejar y por cuántas cosas podemos alabar a Dios; todos los signos, por muchos y hermosos que sean, nos parecerán tan sólo un pálido reflejo de las maravillas que el Espíritu de Dios hizo en la Virgen María, y las que hace en nosotros, las que puede seguir haciendo… si lo dejamos.

Oración

Concede, Señor, a tus hijos el don de tu gracia, para que, cuantos hemos recibido las primicias de la salvación por la maternidad de la Virgen María, consigamos aumento de paz en la fiesta de su Nacimiento. Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

Himnos a la Natividad de María

Himno I

Hoy nace una clara estrella,
tan divina y celestial,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace de ella.

De Ana y de Joaquín, oriente
de aquella estrella divina,
sale luz clara y digna
de ser pura eternamente;
el alba más clara y bella
no le puede ser igual,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo Sol nace de ella.

No le iguala lumbre alguna
de cuantas bordan el cielo,
porque es el humilde suelo
de sus pies la blanca luna:
nace en el suelo tan bella
y con luz tan celestial,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo Sol nace de ella.

Gloria al Padre, y gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.

Himno II

Canten hoy, pues nacéis vos,
los ángeles, gran Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.

Canten hoy pues a ver vienen
nacida su Reina bella,
que el fruto que esperan de ella
es por quien la gracia tienen.

Dignan, Señora de vos,
que habéis de ser su Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.

Pues de aquí a catorce años,
que en buena hora cumpláis,
verán el bien que nos dais,
remedio de tantos daños.

Canten y digan, por vos,
que desde hoy tienen Señora,
y ensáyense desde ahora,
para cuando venga Dios.

Y nosotros que esperamos
que llegue pronto Belén,
preparemos también
el corazón y las manos.

Vete sembrando, Señora,
de paz nuestro corazón,
y ensayemos, desde ahora,
para cuando nazca Dios. Amén.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS MADRE QUERIDA!

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Fuentes: aciprensa y EWTN


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Oraciones Tradicionales https://www.reinadelcielo.org/oraciones-tradicionales/ Tue, 09 Jul 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=190 Padre Nuestro

Padre nuestro que estás en los Cielos; santificado sea Tu Nombre; venga a nosotros Tu Reino; hágase Tu Voluntad así en la tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén.

 

Credo

Cruz de JesúsCreo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra. Creo en Jesucristo Su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó entre los muertos; subió a los Cielos; está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso, desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne, la vida eterna.
Amén.

 

Ave María

Dios te salve María; llena eres de Gracia; el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el Fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

 

Gloria

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.

 

Pésame

pensarPésame Dios mío y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el Cielo que perdí, pero mucho más me pesa porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos. Antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente no pecar más y evitar todas las ocasiones próximas de pecado.
Amén.

 

Anima Christhi (Alma de Cristo)

Alma de Cristo santifícame
Cuerpo de Cristo sálvame
Sangre de Cristo embriágame
Agua del costado de Cristo lávame
Pasión de Cristo confórtame
oh, Buen Jesús óyeme
dentro de Tus Llagas escóndeme
no permitas que me aparte de Ti
del maligno enemigo defiéndeme
en la hora de mi muerte llámame
y mándame ir a Ti
para que con Tus Santos te alabe
por los siglos de los siglos.
Amén.

 

Salve

Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te Salve, a ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos. Y después de este destierro muéstranos a Jesús, Fruto Bendito de tu Vientre.

¡Oh Clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh Dulce Virgen María!. Ruega por nosotros pecadores, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

Bendita sea tu pureza

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti Celestial Princesa, Oh Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes Madre mía.
Amén.

 

El Magnificat,
el canto de María
(Lucas 1, 46-55)

MagnificatMi alma canta la grandeza del Señor, y mi Espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque Él miró con bondad la pequeñez de tu servidora.

En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡Su Nombre es Santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de Su Brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, Su servidor, acordándose de Su Misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre.
Amén.

 

Regina Coeli (Reina del Cielo)

Reina del cielo, alégrate, aleluya,
porque el que mereciste engendrar, aleluya,
resucitó como lo había dicho, aleluya.
Ruega por nosotros a Dios, aleluya.
Regocíjate y alégrate, Virgen María, aleluya,
porque verdaderamente resucitó el Señor, aleluya.

 

Oración por las almas del purgatorio
(Santa Gertrudis)

Padre Eterno, te ofrezco la Preciosísima Sangre de Tu Divino Hijo, Jesucristo, en unión con todas las Misas que se celebran en el mundo entero en este día, por todas las Benditas Ánimas del Purgatorio, por los pecadores en todas partes, por los pecadores en la Iglesia universal, por aquéllos en mi casa y en mi familia.
Amén.

 

Oración a los Ángeles Custodios

Angel de la guarda
dulce compañía
no me desampares
ni de noche ni de día
hasta que me entregues
en los brazos de Jesús y de María

Con tus alas me persigno
y me abrazo de la Cruz
y en mi corazón me llevo
al dulcísimo Jesús.

 

Oración de los Pastoricitos
(entregada por el Arcángel San Miguel a los tres niños en Fátima)

Pastorcitos de FátimaOh Dios mío, yo creo, espero, adoro y os amo. Y os pido perdón por todos los que no creen, no esperan, no adoran y no os aman. (tres veces).
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente, y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Alma, Sangre y Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Tabernáculos de la tierra, en expiación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con las que El mismo es ofendido.
Y por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y por la intercesión del Inmaculado Corazón de María, te pido por la conversión de todos los pecadores.
Amén.

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Significado de los regalos de los Reyes al Niño Dios https://www.reinadelcielo.org/significado-de-los-regalos-de-los-reyes-al-nino-dios/ Wed, 03 Jan 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=8551

El Evangelio de San Mateo relata la historia de los magos:
Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle.» […] Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra.

ilustraciones de los Reyes Magos con fondo de cielo estrellado y estrella de Belem

Epifanía significa “manifestación”. Jesús se da a conocer. Aunque Jesús se dio a conocer en diferentes momentos a diferentes personas, la Iglesia celebra como epifanías tres eventos:

  • Epifanía ante los Magos de Oriente: Se trata de una manifestación a los paganos, para poner de relieve que el Niño Dios que nace, viene para salvarnos a todos, independientemente de nuestra raza.
  • Epifanía del Bautismo del Señor: Manifestación a los judíos por medio de San Juan Bautista.
  • Epifanía de las Bodas de Caná: Manifestación a Sus discípulos y comienzo de Su vida pública por intercesión de su Madre María.

LOS OBSEQUIOS

Melchor, que representa a los europeos, ofreció al Niño Dios un presente de oro que atestigua su realeza. Gaspar, representante de los semitas de Asia, cuyo bien más preciado es el incienso, lo ofreció al Niño como símbolo de su divinidad. Y por último, Baltasar, negro y con barba, se identifica con los hijos de Cam, los africanos, que entregan la mirra, en alusión a su futura pasión y resurrección.

LA ADORACIÓN DE LOS REYES MAGOS

Según las visiones de la Beata Ana Catalina Emmerich.
“Vi la caravana de los tres Reyes llegando a una puerta situada hacia el Sur.
Un grupo de hombres los siguió hasta un arroyo que hay delante de la ciudad, volviéndose luego. Cuando hubieron pasado el arroyo, se detuvieron un momento para buscar la estrella en el cielo. Habiéndola divisado dieron un grito de alegría y continuaron su marcha cantando. La estrella no los conducía en línea recta, sino por un camino que se desviaba un poco al Oeste”.

La gran estrella

reyes magos de orienteLa estrella, que brillaba durante la noche como un globo de fuego, se parecía ahora a la luna vista durante el día; no era perfectamente redonda, sino como recortada; a menudo la vi oculta por las nubes (…) El camino que seguían los Reyes era solitario, y Dios los llevaba sin duda por allí para que pudieran llegar a Belén durante la noche, sin llamar demasiado la atención.

Los vi ponerse en camino cuando ya el sol se hallaba muy bajo. Iban en el mismo orden, en que habían venido ; Ménsor, el más joven, iba delante; luego venía Saír, el cetrino, y por fin Teóceno, el blanco, que era también el de más edad.

Les hablaron del valle de los pastores como de un buen lugar para levantar sus carpas. Ellos se quedaron durante largo rato indecisos. Yo no les oí preguntar nada acerca del rey de los judíos recién nacido. Sabían que Belén era el sitio designado por la profecía; pero, a causa de lo que Herodes les había dicho, temían llamar la atención.

Pronto vieron brillar en el cielo, sobre un lado de Belén, un meteoro semejante a la luna cuando aparece; montaron entonces nuevamente en sus cabalgaduras, y costeando un foso y unos muros ruinosos, dieron la vuelta a Belén, por el Sur, y se dirigieron al Oriente hacia la gruta del Pesebre, que abordaron por el costado de la llanura donde los ángeles se habían aparecido a los pastores (…) El campamento se hallaba en parte arreglado, cuando los Reyes vieron aparecer la estrella, clara y brillante, sobre la colina del Pesebre, dirigiendo hacia ella perpendicularmente sus rayos de luz. La estrella pareció crecer mucho y derramó una cantidad extraordinaria de luz (…)

Un gran júbilo

De pronto sintieron un gran júbilo, pues vieron en medio de la luz, la figura resplandeciente de un niño. Todos se destocaron para demostrar su respeto; luego los tres Reyes fueron hacia la colina y encontraron la puerta de la gruta. Ménsor la abrió, viéndola llena de una luz celeste, y al fondo, a la Virgen, sentada, sosteniendo al Niño, tal como él y sus compañeros la habían visto en sus visiones.

Volvió sobre sus pasos para contar a los otros lo que acababa de ver (…) Los vi ponerse unos grandes mantos, blancos con una cola que tocaba el suelo. Tenían un reflejo brillante, como si fueran de seda natural; eran muy hermosos y flotaban ligeramente a su alrededor. Eran éstas las vestiduras ordinarias para las ceremonias religiosas. En la cintura llevaban unas bolsas y unas cajas de oro colgadas de cadenas, cubriendo todo esto con sus amplios mantos. Cada uno de los Reyes venía seguido por cuatro personas de su familia, además de algunos servidores de Ménsor que llevaban una mesa pequeña, una tapete con flecos y otros objetos.

Los Reyes siguieron a San José, y al llegar bajo el alero que estaba delante de la gruta, cubrieron la mesa con el tapete y cada uno de ellos puso encima las cajas de oro y los vasos que desprendieron de su cintura: Eran los presentes que ofrecían entre todos.

En el pesebre

Adoración de lo Reyes (ft img)Ménsor y los demás se quitaron las sandalias, y José abrió la puerta de la gruta. Dos jóvenes del séquito de Ménsor iban delante de él; tendieron una tela sobre el piso de la gruta, retirándose luego hacia atrás ; otros dos los siguieron con la mesa, sobre la que estaban los presentes.

Una vez llegado delante de la Santísima Virgen, Ménsor los tomó, y poniendo una rodilla en tierra, los depositó respetuosamente a sus plantas. Detrás de Ménsor se hallaban los cuatro hombres de su familia que se inclinaban con humildad. Saír y Teóceno, con sus acompañantes, se habían quedado atrás, cerca de la entrada.

María, apoyada sobre un brazo, se hallaba más bien recostada que sentada sobre una especie de alfombra, a la izquierda del Niño Jesús, el cual estaba acostado en el lugar en que había nacido; pero en el momento en que ellos entraron, la Santísima Virgen se sentó, se cubrió con su velo y tomó entre sus brazos al Niño Jesús, cubierto también por su amplio velo.

Entre tanto, María había desnudado el busto del Niño, el cual miraba con semblante amable desde el centro del velo en que se hallaba envuelto; su madre sostenía su cabecita con uno de sus brazos y lo rodeaba con el otro.

Tenía sus manitas juntas sobre el pecho, y a menudo las tendía graciosamente a su alrededor (…) Vi entonces a Ménsor que sacaba de una bolsa, colgada de su cintura, un puñado de pequeñas barras compactas, pesadas, del largo de un dedo, afiladas en la extremidad y brillantes como el oro; era su regalo, que colocó humildemente sobre las rodillas de la Santísima Virgen al lado del Niño Jesús (…) Después se retiró, retrocediendo con sus cuatro acompañantes, y Saír, el Rey cetrino, se adelantó con los suyos y se arrodilló con una profunda humildad, ofreciendo su presente con palabras conmovedoras. Era un vaso de oro para poner el incienso, lleno de pequeños granos resinosos, de color verdoso; lo puso sobre la mesa delante del Niño Jesús.

Luego vino Teóceno, el mayor de los tres. Tenía mucha edad; sus miembros estaban endurecidos, no siéndole posible arrodillarse; pero se puso de pie, profundamente inclinado, y colocó sobre la mesa un vaso de oro con una hermosa planta verde. Era un precioso arbusto de tallo recto, con pequeños ramos crespos coronados por lindas flores blancas: era la mirra (…) Las palabras de los Reyes y de todos sus acompañantes eran llenas de simplicidad y siempre muy conmovedoras. En el momento de prosternarse y al ofrecer sus presentes, se expresaban más o menos en estos términos: «Hemos visto su estrella; sabemos que Él es el Rey de todos los reyes; venimos a adorarlo y a ofrecerle nuestro homenaje y nuestros presentes». Y así sucesivamente (…)

Dulce y amable gratitud

La madre de Dios aceptó todo con humilde acción de gracias; al principio no dijo nada, pero un simple movimiento bajo su velo expresaba su piadosa emoción. El cuerpecito del Niño se mostraba brillante entre los pliegues de su manto.
Por fin, Ella dijo a cada uno algunas palabras humildes y llenas de gracia, y echó un poco su velo hacia atrás. Allí pude recibir una nueva lección.
Pensé: «con qué dulce y amable gratitud recibe cada presente! Ella, que no tiene necesidad de nada, que posee a Jesús, acoge con humildad todos los dones de la caridad. Yo también, en lo futuro, recibiré humildemente y con agradecimiento todas las dádivas caritativas» ¡Cuánta bondad en María y en José! No guardaban casi nada para ellos, y distribuían todo entre los pobres
(…)

Los honores solemnes rendidos al Niño Jesús, a quien ellos se veían obligados a alojar tan pobremente, y cuya dignidad suprema quedaba escondida en sus corazones, los consolaba infinitamente. Veían que la Providencia todopoderosa de Dios, a pesar de la ceguera de los hombres, había preparado para el Niño de la Promesa, y le había enviado desde las regiones más lejanas, lo que ellos por sí no podían darle: la adoración debida a su dignidad, y ofrecida por los poderosos de la tierra con una santa magnificencia. Adoraban a Jesús con los santos Reyes. Los homenajes ofrecidos los hacían muy felices (…)

Agasajo

reyes magos de oriente 3Entre tanto, José, con la ayuda de dos viejos pastores, había preparado una comida frugal en la tienda de los tres Reyes. Trajeron pan, frutas, panales de miel, algunas hierbas y frascos de bálsamo, poniéndolo todo sobre una mesa baja, cubierta con un tapete. José había conseguido estas cosas desde la mañana para recibir a los Reyes, cuya venida le había sido anunciada de antemano por la Santísima Virgen (…) En Jerusalén vi hoy, durante el día, a Herodes leyendo todavía unos rollos en compañía de unos escribas, y hablando de lo que habían dicho los tres Reyes. Después todo entró nuevamente en calma, como si se hubiera querido acallar este asunto.

Hoy por la mañana temprano vi a los Reyes y a algunas personas de su séquito, visitando sucesivamente a la Sagrada Familia. Los vi también, durante el día, cerca de su campamento y de sus bestias de carga, ocupados en hacer diversas distribuciones. Estaban llenos de júbilo y de felicidad, y repartían muchos regalos. Vi que entonces, se solía siempre hacer esto, en ocasión de acontecimientos felices.

Por la noche, fueron al Pesebre para despedirse. Primero fue sólo Ménsor.
María le puso al Niño Jesús en los brazos; él lloraba y resplandecía de alegría.
Luego vinieron los otros dos, y derramaron lágrimas al despedirse. Trajeron todavía muchos presentes; piezas de tejidos diversos, entre los cuales algunos que parecían de seda sin teñir, y otros de color rojo o floreados; también trajeron muy hermosas colchas. Quisieron además dejar sus grandes mantos de color amarillo pálido, que parecían hechos con una lana extremadamente fina; eran muy livianos y el menor soplo de aire los agitaba.

Traían también varias copas, puestas las unas sobre las otras, cajas llenas de granos, y en una cesta, unos tiestos donde había hermosos ramos de una planta verde con lindas flores blancas. Aquellos tiestos se hallaban colocados unos encima de otros dentro de la canasta. Era mirra. Dieron igualmente a José unos jaulones llenos de pájaros, que habían traído en gran cantidad sobre sus dromedarios para alimentarse con ellos.

La despedida

Cuando se separaron de María y del Niño, todos derramaron muchas lágrimas.
Vi a la Santísima Virgen de pie junto a ellos en el momento de despedirse.

Llevaba sobre su brazo al Niño Jesús envuelto en su velo, y dio algunos pasos para acompañar a los Reyes hasta la puerta de la gruta; allí se detuvo en silencio, y para dar un recuerdo a aquellos hombres excelentes, desprendió de su cabeza el gran velo transparente de tejido amarillo que la envolvía, así como al Niño Jesús, y lo puso en las manos de Ménsor. Los Reyes recibieron aquel presente inclinándose profundamente, y un júbilo lleno de respeto hizo palpitar sus corazones, cuando vieron ante ellos a la Santísima Virgen sin velo, teniendo al pequeño Jesús. ¡Cuántas dulces lágrimas derramaron al abandonar la gruta! El velo fue para ellos desde entonces la más santa de las reliquias que poseían.

Hacia la medianoche, tuve de pronto una visión. Vi a los Reyes descansando en su carpa sobre unas colchas tendidas en el suelo, y cerca de ellos percibí a un hombre joven y resplandeciente. Era un ángel que los despertaba y les decía que debían partir de inmediato, sin volver por Jerusalén, sino a través del desierto, siguiendo las orillas del Mar Muerto.

Los Reyes se levantaron enseguida de sus lechos, y todo su séquito pronto estuvo en pie. Mientras los Reyes se despedían en forma conmovedora de san José una vez más delante de la gruta del Pesebre, su séquito partía en destacamentos separados para tomar la delantera, y se dirigía hacia el Sur con el fin de costear el Mar Muerto atravesando el desierto de Engaddi. Los Reyes instaron a la Sagrada Familia a que partiera con ellos, porque sin duda alguna un gran peligro la amenazaba; luego aconsejaron a María que se ocultara con el pequeño Jesús, para no ser molestada a causa de ellos.

Lloraron entonces como niños, y abrazaron a san José diciéndole palabras conmovedoras; luego montaron sus dromedarios, ligeramente cargados, y se alejaron a través del desierto. Vi al ángel cerca de ellos, en la llanura, señalarles el camino. Pronto desaparecieron. Seguían rutas separadas, a un cuarto de legua unos de otros, dirigiéndose durante una legua hacia el Oriente, y enseguida hacia el Sur, en el desierto.

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Fuente: Web Católico de Javier


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Los caminos de María https://www.reinadelcielo.org/los-caminos-de-maria/ Fri, 20 Jan 2017 12:56:01 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=8637

La devoción y el culto a la Virgen María están presentes desde los inicios de la vida de la Iglesia. Ya en los textos evangélicos puede observarse la particular atención que Jesús tenía con su Madre, así como el cariño y respeto que debían profesarle los discípulos desde que en el Calvario recibió su misión maternal y fue encomendada a San Juan.

Desde los tiempos más antiguos se venera a la Santísima Virgen con el título de Madre de Dios, a cuya protección acuden fieles y peregrinos de todos los continentes. Las expresiones de amor y cariño de las personas a María comenzaron pronto a sucederse y la repetición y continuidad de las mismas hizo que enseguida se convirtieran en actos de confianza filial y devoción hacia Nuestra Señora.

Santa María Virgen Reina (ft img)El culto mariano tiene sin duda un carácter muy particular y especial, y ha de servir para la gloria de la Trinidad, pues no en vano se venera a “María, exaltada por la gracia de Dios, después de su Hijo, por encima de todos los ángeles y hombres, como la Santa Madre de Dios, que participó en los misterios de Cristo, es honrada con razón por la Iglesia con un culto especial”, tal y como se afirmó en el Concilio Vaticano II. Venerar a la Virgen es también adorar a Dios que la llenó de gracias pues iba a ser la madre de Cristo.

La devoción mariana se ha ido desarrollando hasta nuestros días con un admirable amor y respeto hacia María, íntimamente ligada a la vida de su Hijo, a quien siempre conduce, promoviendo y fortaleciendo la entrega por parte de los fieles y devotos.

Las imágenes, los iconos y las estatuas de la Virgen que se hallan en santuarios, iglesias y capillas, ayudan a los fieles y peregrinos a la búsqueda y al encuentro de la Santa Madre.

Ninguna de las imágenes conocidas reproduce el rostro auténtico de María, pero nos muestran el camino para llegar hasta ella y nos reconfortan con su ayuda y protección. Así, al venerar las representaciones de María, el creyente honra a Cristo en la persona de su Madre.

Como queda reflejado, la doctrina mariana tiene pues una característica esencial y es la referencia a Cristo, pues todo en María deriva de Cristo y está orientado a él.

La Ruta Mariana posee en sus santuarios cinco de estas representaciones de María la Madre de Dios, cinco de las más conocidas y veneradas imágenes del mundo cristiano.

Cada una tiene un origen y una historia diferente, pero todas ellas reciben el incondicional amor y cariño de los fieles, la admiración y el respeto de todos.

La devoción mariana a Nuestra Señora del Pilar

Virgen del Pilar (ft img) 3De acuerdo con una antiquísima tradición, venerada y viva a lo largo de los siglos, la venida de la Virgen a Zaragoza en carne mortal es el origen que da sentido a todo lo que rodea al Santuario del Pilar. Se trata de una piadosa tradición según la cual, el apóstol Santiago se encontraba en Cesaraugusta, a orillas del río Ebro, junto a un pequeño grupo de conversos que habían escuchado y creído su predicación. Pero los cesaraugustanos resultaban bastante duros de oído y de corazón, y el apóstol vio flaquear sus fuerzas y comenzó a preguntarse si tenía sentido seguir predicando el mensaje de Jesús en esta tierra. Cuando su flaqueza por el desánimo le hizo perder su entereza, vio a María, la madre de Jesús, rodeada de ángeles que, desde Jerusalén venía para confortarle y renovar sus ánimos. La Santísima Virgen entregó a Santiago el Pilar, la Columna de jaspe que hoy sostiene su imagen, como símbolo de la fortaleza que debía tener su fe. Esto sucedía en la madrugada del día dos de enero del año cuarenta del siglo primero. María conversó con Santiago y le encargó que fuera levantado un templo sobre la Columna o Pilar que trajo, convirtiéndose así en el primer templo Mariano de la cristiandad.

La Jaculatoria pilarista que cada día cantan los infanticos en respuesta de amor y emoción hacia la Madre de Dios dice así: “Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. Por siempre sea, por siempre sea bendita y alabada.”

La imagen de la Virgen está sobre un pilar, mejor dicho, sobre una columna de jaspe de 1,70 m. de altura y un diámetro de 24 cm. La devoción pilarista sostiene que la columna no ha variado jamás su emplazamiento desde la fecha en que la tradición sitúa la venida de María.

Rodeando el pilar, cada día viste uno de los muchos mantos ofrecidos por los fieles, instituciones y asociaciones. Los días 2, 12 y 20 de cada mes la Imagen aparece sobre la columna sin el manto. En estos días se conmemoran la fiesta de la Venida de la Virgen (2 de enero), la fiesta del Pilar (12 de octubre) y la fiesta de la Coronación Canónica ( 20 de mayo de 1905).

La devoción mariana a Nuestra Señora de Torreciudad

Señora TorreciudadLa devoción a la Virgen de Torreciudad es muy antigua en los pueblos próximos. Ya desde el siglo XI, vecinos de localidades cercanas como Secastilla, Ubiergo, El Grado, Graus, Olvena, Naval, Enate o Artasona se dirigían a Torreciudad para pedir favores, dar gracias o, simplemente, manifestar su amor a la Virgen. Esta costumbre se ha trasmitido de generación en generación, manteniendo viva esta devoción mariana, acudiendo en peregrinación a este lugar para rezar a la Virgen y confiarle sus alegrías y penas. La imagen se encontraba en una ermita, en un promontorio sobre el río Cinca.

Antiguamente, los peregrinos venían desde los lugares más alejados de la comarca gracias a los trabajos de los santeros. Estos hombres iban de un lado a otro con una imagen pequeña de la Virgen, recogiendo limosnas y moviendo a las gentes a ir a Torreciudad. Los santeros eran alojados en los pueblos por los hermanos, quienes a su vez tenían derecho a ser alojados y atendidos en Torreciudad cuando peregrinasen.

Según la tradición, refrendada por estudios históricos, la talla de la Virgen fue venerada con anterioridad a 1804. A raíz de la denominación árabe, fue escondida y posteriormente recuperada, cerca de la ermita, una vez reconquistado el terreno por los cristianos. El día de la fiesta de la Virgen congregaba a tantos fieles en la ermita que el lugar se quedaba pequeño para albergar a los peregrinos. Se formaban largas colas que se perdían entre las peñas de los montes. Entre las gentes, que subían a celebrar la fiesta, se cantaba y repartía torta y vino.

Hoy, como a lo largo de los nueve siglos de historia, esta pequeña ermita sigue siendo un entrañable punto de encuentro para las gentes de las comarcas cercanas, que celebran con frecuencia misas, bodas, aniversarios o retiros espirituales.

La Virgen de Torreciudad se nos presenta como “Majestad de Nuestra Señora”, dejando al descubierto una espléndida expresión de rostros y formas. Responde al tipo iconográfico del “Asiento de la Sabiduría”, muy extendido durante la Edad Media. Son imágenes privadas de sentimentalismo, a veces con una escueta expresión de sencillez campesina y ricas en contenido doctrinal. Serenidad y belleza son sensaciones que los peregrinos y fielen reciben cuando se postran ante ella.

El día 22 de Agosto se celebra la Fiesta de la Virgen de Torreciudad.

Al actual santuario de Torreciudad acuden personas venidas de todos los rincones del mundo. Los autocares y automóviles traen hasta aquí peregrinos, familias, estudiantes, obreros, campesinos, etc. Todo está envuelto en un halo de silencio y paz, limpio aire y sosegado ambiente. En la explanada es muy frecuente ver gente que bajo los porches recorre meditando y rezando los misterios del rosario, representados en azulejos sobre altares, o algún párroco celebrando misa para sus feligreses llegados con él en romería.

Igual que en el pasado, quienes se acercan a Torreciudad sienten que están en un lugar de oración, en un sitio donde se da culto a la Santísima Virgen.

La devoción mariana a Nuestra Señora de Montserrat

Nuestra Señora de MontserratEl primer texto que hace referencia a la leyenda del origen de la Virgen data de 1239, hecho que evidencia que Montserrat es un lugar santo desde mucho tiempo atrás, tanto por la presencia de la imagen de Santa María, como por la de miles de peregrinos.

Cuenta la leyenda que en el año 880, un sábado al anochecer en la montaña de Montserrat, unos niños pastores vieron bajar del cielo una gran luz acompañada de una bella melodía que se paró en medio de la montaña. Al cabo de una semana volvieron al lugar junto con sus padres y la visión se repitió. Durante los cuatro sábados siguientes les acompañó el párroco del pueblo de Olesa y todos juntos volvieron a ver la misma visión. El obispo de la ciudad de Manresa, enterado de la noticia, quiso observarlo personalmente y acudió también en sábado al citado lugar. Tanto el obispo como sus acompañantes vieron una cueva en la que se hallaba la imagen de la Virgen María. Intentaron trasladarla procesionalmente a la ciudad de Manresa, pero se les hizo tan pesada que fue inútil. Este hecho fue interpretado por el Obispo como la voluntad de la Virgen de quedarse en aquel lugar y mandó construir una capilla para María, pues tenía que ser venerada en la montaña de Montserrat.

Esta pequeña abadía recibió pronto peregrinos y visitantes de múltiples lugares, lo que contribuyó a conocerse entre las gentes las narraciones de los milagros que la Virgen allí obraba.

La Virgen de Montserrat, conocida popularmente como “la Moreneta” por el color oscuro de su cara y manos, es Santa María como “Madre de Dios” o “Trono de Sabiduría”.

La Virgen sostiene con la mano derecha el orbe esférico, símbolo del cosmos, la creación, el volumen perfecto. El gesto ritual que se utiliza para venerar la Imagen es besar o tocar su mano derecha. Con la mano izquierda, María hace el gesto de ponerla sobre el hombro del Niño, indicando así que aquel rey omnipotente es hijo suyo. El Niño Jesús bendice con la mano derecha y en la izquierda sostiene una piña, símbolo de fecundidad y vida perenne. Todo ello provoca una impresión majestuosa y afable a la vez.

La actual Imagen , la que hoy se venera, fue esculpida a finales del siglo XII y fue coronada patrona de Cataluña por el Papa León XIII en 1881.

El dia 27 de abril se celebra la Fiesta de la Virgen de Montserrat, Patrona de Cataluña, precedida por la celebración de la Víspera el día anterior.

La devoción mariana a Nuestra Señora de Lourdes

La advocación mariana de Nuestra Señora de Lourdes tiene su origen en una persona y unos hechos acaecidos en la villa francesa de Lourdes, a orillas del río Gave. A Bernardita Soubirous, una pequeña niña de 14 años, cuando el 11 de febrero de 1858 se encontraba en el bosque recogiendo leña, se le apareció una resplandeciente figura de una joven que la llamaba. Sorprendida se arrodilló y comenzó a rezar pues no alcanzaba a comprender lo que había visto. La figura desapareció, para aparecer nuevamente a los pocos días. Hubo 18 apariciones entre el 11 de febrero y el 16 de julio de ese mismo año. El 25 de marzo, en la decimosexta aparición, la Señora reveló su nombre a la pequeña Bernardita, la Inmaculada Concepción. La Inmaculada Concepción es la advocación y privilegio de la Santísima Virgen María, según el cual María, en previsión de los méritos de la Pasión y Muerte de su Hijo Jesucristo, fue preservada de toda mancha de pecado original desde el primer instante de su Concepción. Esta verdad fue proclamada dogma de fe por el Papa Pío IX en 1854.

Todas las apariciones de la Inmaculada Concepción a Bernardita se caracterizaron por la sobriedad de las palabras de la Señora y por la aparición en una gruta de una fuente que de repente empezó a dar agua limpia y clara. Desde entonces es un lugar de referencia de innumerables milagros constatados. Tomada con incredulidad por el clero en los primeros momentos, la manifestación fue recibiendo con el tiempo una acogida cada vez más favorable, siendo hoy en día uno de los lugares de devoción mariana más importantes y reconocidos en el mundo cristiano. El Obispo de Lourdes, Monseñor Laurence, certificó la declaración de la autenticidad de las Apariciones. Todos estos hechos dieron lugar al Mensaje de Lourdes. Donde hoy se encuentra la Imagen de la Virgen de Lourdes es el lugar exacto donde se produjeron las Apariciones.

El Mensaje que la Santísima Virgen dio en Lourdes, puede resumirse en:
– Es un agradecimiento del cielo por la definición del dogma de la Inmaculada Concepción (que se había declarado cuatro años antes por el Papa Pio IX en 1854), al mismo tiempo que se presenta Ella misma como Madre y modelo de pureza para el mundo.
– Derramó innumerables gracias de sanaciones físicas y espirituales para que se le siguiese a través de la Iglesia.
– Es una exaltación a la virtudes de la pobreza y humildad al escoger a Bernadita como instrumento de su mensaje.
– La Santísima Virgen le repite que lo importante es ser feliz en la otra vida, aunque para ello sea preciso aceptar la cruz. “Yo también te prometo hacerte dichosa, no ciertamente en este mundo, sino en el otro”.
– En todas la apariciones vino con su Rosario: la importancia de rezarlo.
– Importancia de la oración, de la penitencia y humildad (besando el suelo como señal de ello) y también de la misericordia infinita con los enfermos
– Importancia de la confianza en Dios

La devoción mariana a Nuestra Señora de Meritxell

Señora de MaritxellAunque los orígenes de la devoción por la virgen de Meritxell podrían ser anteriores, dado que no contamos con información anterior, si podemos afirmar que ya existía culto a Nuestra Señora de Meritxell desde la época en que se construyo la antigua iglesia románica y la época en la que estaba datada la antigua talla de la virgen que desapareció en un incendio en 1973.
Además de estos elementos físicos y tangibles, existe también ese elemento intangible del conocimiento popular que se transmite a través de cuentos y leyendas. En el caso de Meritxell, se trata de una bonita leyenda que cuenta como un pastor que se dirigía desde Encamp a Canillo para asistir a la misa del día de Reyes (6 de enero), encontró a mitad de camino la talla de la imagen de Meritxell bajo un rosal silvestre en flor. Se trataba de una imagen más propia de la primara que de invierno y fue esto lo que le llamó la atención para reparar en la imagen de la virgen.

Una vez informó del acontecimiento al cura de Canillo, la imagen fue colocada en el altar de la iglesia de Canillo, de donde desapareció sin explicación durante la noche. A pesar de que se pensó, que la imagen se había robado, llegaron noticias de que la virgen se encontraba nuevamente bajo el rosal. La imagen se llevó a la iglesia de Encamp, pensando que ese era el deseo de la virgen, pero al igual que había sucedido la noche anterior, la imagen había desaparecido, apareciendo nuevamente a los pies del rosal. Por este motivo, los fieles de la zona decidieron hacer una iglesia en Meritxell (justo en el lugar donde había aparecido), entendiendo que ese era el deseo de la Madre.

A la Virgen de Meritxell se la concibe como madre protectora. El artista que crea la imagen la muestra como una mujer sencilla y humilde a pesar de ser la reina del cielo. Y los fieles la miran como guía en su día a día, tal y como se canta en las plegarias.

Meritxell del silencio, enseñadnos a escuchar.
Meritxell de la montaña, enseñadnos a admirar.
Meritxell de las nieves, enseñadnos a no mentir, a no mentirnos.
Meritxell del rosal silvestre, enseñadnos el gozo de dar y de darse.
Meritxell de los narcisos, enseñadnos la dulzura de la vida.
Meritxell del cielo limpio y del sol esplendoroso, enseñadnos la Luz.
Meritxell vecina de los prados, de las bordas y de las casas de labrador, enseñadnos la sencillez.
Meritxell del sufrimiento, enseñadnos a rezar.
Meritxell de los niños, enseñadnos a sonreír.
Meritxell de la paz, enseñadnos la solidaridad.
Meritxell, Madre de los andorranos, enseñadnos la unidad.
Meritxell, Virgen, enseñadnos a amar.

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Fuente: Ruta Mariana


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Los Villancicos en Navidad https://www.reinadelcielo.org/los-villancicos-en-navidad/ Fri, 23 Dec 2016 17:41:33 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=5909 ]]>

Los villancicos nos recuerdan la alegría del nacimiento de Cristo. Con el Nacimiento de Jesús se cumple la promesa de Dios al mundo de enviar a un Salvador. Jesucristo es Dios hecho hombre.

La tradición

Las tradiciones y costumbres son una manera de hacer presente lo que ocurrió, y celebrarlo con alegría. Una de las costumbres del Adviento y de la Navidad son los villancicos.

Los Villancicos

Se dice que el compositor de los primeros villancicos fue el Marqués de Santillana, que compuso una serie de canciones para celebrar con sus tres hijos el misterio de la Navidad.

Sin embargo, los primeros villancicos que se conocen fueron compuestos por los evangelizadores en el siglo V, con la finalidad de llevar la Buena Nueva a los aldeanos y campesinos que no sabían leer. Sus letras hablaban en lenguaje popular sobre el misterio de la encarnación y estaban inspirados en la liturgia de la Navidad. Se llamaba villanus al aldeano y con el tiempo, el nombre de estas canciones navideñas cambió a “villancicos”. Éstos hablan en un tono sensible e ingenioso de los sentimientos de la Virgen María y de los pastores ante el Nacimiento de Cristo.
En el siglo XIII, se extienden por todo el mundo junto con los nacimientos de San Francisco de Asís.

Los villancicos favorecen la participación en la liturgia de Adviento y de Navidad. Cantar villancicos es un modo de demostrar nuestra alegría y gratitud a Jesús y escucharlos durante el Adviento ayuda a la preparación del corazón para el acontecimiento de la Navidad.

Los villancicos nos recuerdan la alegría del nacimiento de Cristo.

En el caso de la Navidad, lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo su aspecto exterior, sino su significado interior. Debemos vivir todas estas costumbres y tradiciones con mucha alegría, reflexionando en su significado y aprovechándolas para estar más cerca de Dios.

A continuación puedes escuchar algunos villancicos tradicionales

Adeste fidele


Noche de Paz

Campanas de Belén

Pastores venid a ver

En el portal de Belén

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