tiempo – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 26 Jun 2020 14:56:06 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Los tiempos de Dios https://www.reinadelcielo.org/los-tiempos-de-dios/ Fri, 26 Jun 2020 00:00:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=302 Tres tiempos ha pensado Dios para el desarrollo de la historia de la humanidad, dentro del gran misterio que representa Su Plan para nosotros.

Los primeros tiempos fueron los de la Creación, los tiempos del Padre que con Su Pensamiento y Su Voluntad creó todo lo que nos rodea. Y fueron también los tiempos de la Fe: Fe en la existencia de un Dios único, omnipotente, lleno de amor por sus criaturas. Pero, fue el propio hombre el que corrompió la perfección de esa creación, haciendo uso de su voluntad, del libre albedrío que Dios le dio. Y fue utilizando mal ese libre albedrío que el hombre volvió a caer, una vez más, olvidándose en forma creciente del Dios Creador.

Equilibrio

Dios Padre abrió entonces la puerta a los segundos tiempos: los de la Redención, los tiempos de la Salvación, tiempos del Hijo. Y sin dudas que estos tiempos fueron los de la Esperanza, ya que el Mesías nos trajo el anuncio del Reino, la promesa de un futuro de felicidad. La llegada de Cristo abrió las puertas del Cielo y también abrió nuestros corazones al Arca en que Dios quiso resguardarnos de los males del mundo: María. ¿Acaso podía el Padre elegir un modo imperfecto en el acto de dar Su naturaleza Humana al Hombre Dios, a Su Hijo?. Los tiempos de la redención no pueden entenderse, entonces, sin unir a Madre e Hijo, Redentor y Corredentora, en la Pasión, Muerte y Resurrección que nos conducen a la esperanza de una vida de plenitud.

Y fue el mismo Jesús quien anunció la llegada del tercer tiempo en la historia de la humanidad, al anticipar la venida del Espíritu Santo, Espíritu de Santificación. Estos son, entonces, los tiempos de la Santificación. Y son también los tiempos de la caridad, ya que el Espíritu Santo es Espíritu de Amor, como Jesús nos lo enseñó con su nuevo y principal mandamiento. De este modo, el Espíritu de Dios se derrama sobre el mundo, buscando los corazones que le den acogida, que lo dejen actuar. Somos los hombres los que debemos reconocer y facilitar su accionar, por el camino de la humildad y el amor. En estos tiempos es el Espíritu Santo el que habla a través de quienes Evangelizan y llevan el mensaje renovado (¡una vez más!) por obra del Soplo Divino. Llevar a las almas a Dios es la caridad perfecta, es el amor que difunde el mensaje de Salvación.

De este modo hemos visto una humanidad que ha recorrido distintas etapas a lo largo de su historia:

Los tiempos del Padre, de la Creación, del Pensamiento Divino que todo lo hizo. Fueron tiempos de Fe.

Los tiempos del Hijo, de la Redención, del amor del Padre expresado en el Hombre Dios, nacido de la Nueva Eva, la Mujer Perfecta. Son los tiempos de la Esperanza.

Y finalmente los tiempos del Espíritu Santo, de la Santificación, del amor derramado sobre el mundo. Tiempos de Caridad.

Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Creación, Redención y Santificación.
Fe, Esperanza y Caridad.

Dios ha desarrollado su Plan de manera perfecta, dejando que en cada tiempo se manifieste un aspecto nuevo y maravilloso de Su Divinidad. Es un camino con un destino cierto, un destino de plenitud. Cuando se haya alcanzado esa plenitud, cuando el plan esté completo, estaremos en condiciones de presenciar el gran final que el Señor nos tiene preparados. ¿Cuándo. ¿Cómo? ¡Solo El lo sabe!


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Tiempo, sólo tiempo https://www.reinadelcielo.org/tiempo-solo-tiempo/ Fri, 03 Apr 2020 08:12:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=555 Tantas cosas que te pedimos, Señor, con el corazón o con la boca, siempre te pedimos que nos ayudes. Salud, para nosotros, para quienes amamos, danos salud es nuestro ruego.

Y Tú nos la concedes, se la das a un niño que inicia su vida, se la devuelves a un anciano que sufre los dolores de tantos años de trabajo y tristezas, se la repones a una mamá que quiere estar para cuidar de sus hijos, se la regalas a un papá que se preocupa de quién será el que dará el sustento a su familia. Pero, Señor, a Tus Ojos, ¿qué es lo que nos das realmente?. Tiempo, ante Tus Ojos Tú nos devuelves la salud para que podamos seguir viviendo un tiempo más, un poco más en este mundo. Tú nos das tiempo.

¿Y de qué vale ese tiempo ante Tus Ojos?. Vale porque es tiempo que nos puede significar la Vida Eterna, si es que lo utilizamos bien. Todo tiempo no utilizado para ganarse la Vida Verdadera puede ser valioso según el juicio de los hombres, pero no es tiempo útil a Tus Ojos, mi Jesús. Ante Vos, cada minuto en esta tierra sirve para dártelo, para hacer Tu Voluntad. Cuando Tú nos devuelves la salud, lo haces no sólo esperanzado de que te agradezcamos, sino en forma mucho más importante, para que torzamos el rumbo a partir de ese momento y pongamos proa a la salvación, a la ruta de la santidad. Para Vos, mi Jesús, devolvernos la salud es una esperanza de Vida Eterna, no de vida pasajera, aquí en la tierra. Tu nos das un bien pasajero, perecedero, como puente para que podamos obtener un Bien Eterno.

¿Y qué ocurre cuando nos das un trabajo?. ¿ Acaso te alegras de que tengamos dinero para gastar, para sostenernos en este frenético carrusel de consumo?. No, lo que nos das es tiempo, una vez más. Tiempo de tranquilidad material, para que las preocupaciones no nos abrumen y nos arrojen a la tentación de males más profundos. Tú quieres que esa paz terrenal que nos brindas al darnos trabajo, nos permita detenernos y reflexionar, y transformar ese don en trabajo para Jesús, para Su Viña. Es tiempo el que nos das, tiempo para trabajar en agradecimiento a tanto bien recibido y tiempo para dignificar el hecho de ser hijos Tuyos, demostrando antes los demás que nada importa, sino ser buenos hijos del Creador. Una vez más, un bien pasajero como puente para obtener un Bien Eterno.

Manos del alfarero

¿Y cuándo pedimos solución a nuestros problemas afectivos?. ¿Acaso te agrada que pongamos nuestros afectos por encima del amor a Ti?. Claro que no, ningún afecto terrenal puede anteponerse al amor por Vos, mi Jesús. Una vez más, cuando Tú nos das amor y afectos terrenales, lo haces para que veamos Tu Mano en ello, para que ese pequeño brote de amor que surge en nuestro corazón, un amor del todo terrenal y humano, florezca y se transforme en Amor Divino, en Amor por Ti. Tu quieres que veamos en ese sentimiento que explota en nuestro pecho, un signo que nos deje comprender que hay un sentimiento superior, que hace brotar lágrimas ante el menor pensamiento dedicado a Vos. El amor terrenal, bien perecedero, nos es dado como muestra del Amor Eterno, el Amor que nos llevará al Reino. Y esos tiempos de gozo en nuestra vida afectiva, son tiempos que Tú nos regalas para que sean un motivo más de agradecimiento a Tu Amor, y se conviertan en tiempos de devolverte todo lo recibido con fe y obras.

Y muchas otras cosas te pedimos, que Tú nos das. Todo ello es una forma de darnos tiempo terrenal, espacio para que busquemos y encontremos el Camino, la Verdad y la Vida. Lo que nos das no vale por si mismo, porque es perecedero. Vale por el sentido espiritual que Tú les das a las cosas: todo debe tener un sentido salvífico, un sentido orientado a ponernos en la senda correcta. Todo tiempo que Tu nos das, tiempos de salud, tiempos de trabajo, tiempos de afectos y amores terrenales, todos esos momentos son oportunidades imperdibles para resucitar nuestra alma, para darle Vida Eterna.

Y tú, ¿qué haces con tu tiempo?. ¿Lo estás aprovechando al máximo de tus capacidades, tal cómo el Señor espera de ti?. Mira otra gente que trabaja para Jesús y Su Madre, mira como aprovechan su tiempo al máximo. ¿Crees acaso que Dios no espera lo mismo de ti?. El tiempo de bonanza y de paz terrenal que Dios te da no lo debes derrochar como un bien inagotable, porque no lo es. Cada minuto que vives es una oportunidad que Dios te da de volver a El, de hacerlo feliz, de ganarte un lugar a Su lado.

Si quieres ser realmente sabia o sabio, ¡no desperdicies tu vida en cuestiones vanas!


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Vivir la misa con profundidad – 11 consejos https://www.reinadelcielo.org/vivir-la-misa-con-profundidad-11-consejos/ Fri, 16 Feb 2018 18:48:23 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=11332

La misa es la forma de orar más conocida por la humanidad, pero no siempre funciona. A continuación aconsejamos algunas prácticas que pueden ayudar a que se siga con interés y devoción.

1: Comienza con una oración en silencio.

“Señor Jesucristo, estamos aquí reunidos para presenciar un milagro. Estamos unidos por los ángeles y los santos y, como pronunció Juan Pablo II: ‘ María está presente, con la Iglesia y como Madre de la Iglesia, en cada una de nuestras celebraciones de la Eucaristía’. Por su interseción y a su lado, ayúdame a sentir esta misa de forma más profunda’.

Observa la imagen de María y las figuras de los santos y los ángeles para recordar su presencia.

2: Elige a alguien y reza por esa persona durante la misa.

No es necesario decírselo, pero siempre puedes “ofrecer” la misa a alguien en particular. La misa no tomará un significado más importante, pero sí podrá adquirir una mayor intensidad personal.

3: Cuando tu mente se distraiga…

Observa el crucifijo o el tabernáculo si te distraes. Esto podrá ayudar a que dejes de “repetir las oraciones” y empieces a rezarlas. Mientras lo miras, escucha la liturgia o las palabras de los salmos. Estas palabras te devolverán la concentración.

4: Si tienes miedo de profundizar durante la misa, pregúntate por qué.

A menudo, los pecados de nuestra vida son la raíz del miedo a sentir la intimidad con Dios. Si pedimos de forma sincera poder entender y afrontar las debilidades que nos frenan, podremos reconocerlas y sacarlas durante la confesión.

5: Si empiezas a juzgar al resto durante la misa…

Estamos programados mentalmente para fijarnos en las personas. Durante la misa ocurre lo mismo: la debilidad de las personas que nos rodean, los puntos débiles de los que están en frente. Intenta llevar tu atención hacia los objetos que se utilizan durante el servicio como símbolos de Cristo: el altar, las velas, las vestiduras o los vasos sagrados. Están diseñados para elevar la mente.

6: Presta atención al “código” en las lecturas.

Las lecturas durante la misa ofrecen dos líneas de significado muy valiosas: las palabras en sí mismas son normalmente llamamientos a llevar una vida mejor. Pero si el significado simple no te llama la atención, busca el significado en clave.

Averigua cómo las lecturas del Antiguo Testamento se refieren a Cristo. En el salmo, haz tuya la oración en lugar de simplemente repetir las frases. En la epístola, busca esa cita que te llame la atención, un mensaje que puedas aprovechar y aplicar. En el Evangelio, céntrate en el modo en que Jesús reacciona ante las distintas situaciones en el mundo.

7: Ofrécete con obsequios.

Cuando se presentan obsequios, ya sea desde el fondo de la iglesia o sobre la patena, colócate junto a ellos. Ofrécete a Jesús con los obsequios. Pronuncia: “Jesús, me postro ante ti con estos obsequios para que sean tomados y transformados por tu gracia”.

8: Viaja en el tiempo.

Cuando llega el momento de la consagración, dejas de estar simplemente en misa con tus vecinos. La Iglesia te enseña que eres testigo no de una nueva representación, sino del sacrificio original de Jesucristo representado. Así que no te limites a observar al mismo cura de siempre levantar otra vez el cáliz. Entiende lo que está pasando en ese sacrificio y esa ofrenda a Jesucristo.

9: Reza en silencio durante la elevación.

Es una tradición antigua y útil rezar en silencio “Mi Señor y mi Dios” cuando se alza la hostia sagrada, y “Mi Jesús, misericordia”cuando se alza la copa.

10: Reza en la cola para la comunión.

Algunas de las oraciones que he aprendido con los años son: “María, llévame al altar del amor”, “Mi ángel de la guarda, acércame a Jesús”, “Señor Jesucristo, que está realmente presente en el sacramento, me inclino ante ti, te adoro”.

11: Finalmente, cuando salgas por la puerta…

Intenta recordar algo de la homilía o el Evangelio que te haya llamado la atención y que puedas mencionar a alguien. Repetir lo que ha provocado que tu corazón se conmueva hace que el mensaje cale más hondo.

La misa será lo mejor que hagas ese día, da igual el día. ¡Aprovéchala!

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Fuente: Aleteia.org


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10 consejos para rezar conversando con la Virgen https://www.reinadelcielo.org/10-consejos-para-rezar-conversando-con-la-virgen/ Fri, 04 Nov 2016 13:28:42 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=8135

La oración del rosario, popularmente llamado “tercio”, es un medio para repasar con calma los misterios de la vida de Jesús y María, mientras recibimos gracias muy especiales prometidas por la madre de Dios a la humanidad.

Con base en el libro “El rosario, teología de rodillas”, escrito por el sacerdote Florian Kolfhaus, de la Secretaría de Estado del Vaticano, ofrecemos 10 consejos prácticos para rezar el rosario todos los días:

  1. Lleva siempre el rosario contigo

O al menos el decenario, que tiene sólo diez cuentas y puedes transportarlo fácilmente. Cada vez que agarres las llaves de casa, recuerda también llevarte el rosario.

  1. Aprovecha tu tiempo libre para rezar

Mientras esperas en la consulta médica, en una pausa del trabajo o los estudios, en las filas del día a día…

  1. Reza durante las tareas y actividades deportivas

Rosario 2 (ft img)Existen actividades que no exigen mucha concentración porque son más bien prácticas: extender la ropa, lavar el coche, andar en bicicleta, correr… Así como las personas que se aman piensan el uno en el otro durante esas actividades, también el rosario puede rezarse como gesto de amor a Jesús y a María.

  1. Imágenes y música pueden ayudar…

El rosario es una oración contemplativa: más importante que las palabras que decimos está la predisposición del corazón para contemplar los misterios que estamos meditando. Así, puedes escoger imágenes que ayuden a contemplar cada pasaje de la vida de Cristo y María. La música sacra en segundo lugar también puede ser un instrumento útil para recogerte.

  1. Transforma tus distracciones en un “asunto de oración”

Las distracciones están todo el tiempo a nuestro alrededor: es la lista de compras, el aniversario, una persona enferma, una preocupación…

Luchar contra estos pensamientos no los elimina. Lo mejor es hablar con Dios sobre esas “distracciones” y rezar un Ave María por las personas e intenciones relacionadas a ellas: con ello, la oración se vuelve sincera, real, personal, incluyendo las cosas que inquietan tu corazón y poniéndolas en las manos de Dios, por intercesión de Nuestra Señora.

  1. Reza durante tus traslados

El camino hacia el trabajo o la escuela, sea en coche o en autobús, tren o caminando, es una oportunidad para charlar con María como quien conversa con cualquier otro amigo: con naturalidad, sin necesitar inclinar la cabeza ni cerrar los ojos. Aprovecha y dedica los Ave María a las personas que se cruzan en tu camino y en tu vida: esos “extraños” que están por las calles y aceras, las personas del trabajo y la escuela… Si te topas con un médico, por ejemplo, reza por él y sus pacientes.

  1. Reza “peregrinando”

El RosarioEl rosario puede rezarse en todo lugar. Nada impide que lo recemos de rodillas, ofreciendo el sacrificio físico por el fortalecimiento de nuestra voluntad y por las intenciones de desagravio, pero no se trata de “aguantar lo máximo posible a toda costa”. Lo que importa es saber que nuestro cuerpo y nuestra alma son para Dios. Puedes rezar sentado, acostado, caminando, con la misma confianza del hijo que habla con su mamá sin preocuparse excesivamente por las formalidades. La forma, el modo, la postura deben estar al servicio del contenido: si no, no hacen el menor sentido.

  1. Ofrece cada misterio por una intención

Reza cada misterio por una intención especial: por tu familia, por un amigo, por el Papa Francisco, por los cristianos perseguidos en Siria, en Irak, en Estados Unidos, en tu escuela o empresa… Cuanto más específica es la intención, es mejor. No pidas sólo por ti: ¡sé generoso!

  1. Reza también en las horas de “desierto espiritual” – incluso sin palabras…

Todos pasamos por momentos de aridez espiritual, de aflicción, de angustia, en los que no logramos o hasta no queremos rezar. Al final, sucede lo mismo en relación a las personas que amamos: incluso amándolas, hay momentos en que no estamos con ganas de hablar con ellas. Son los altos y bajos del humor. En esos momentos difíciles, además, podemos hacer silencio y simplemente rezar un misterio del rosario. Ese gesto de fuerza de voluntad ofrecido a Dios puede ser la semilla de una transformación poderosa e inesperada. Además, puede ser suficiente sólo sostener el rosario en la mano, sin pronunciar ninguna palabra: la buena oración puede ser simplemente un acto de presencia. Así como en los momentos en que no tenemos ganas de hablar, pero queremos estar cerca de alguien, en silencio, porque la cercanía dice mucho más de lo que parece.

  1. Duérmete rezando el rosario

Rezar el Ave María, para un católico, hace más sentido que contar borreguitos para dormir, ¿no crees? Y toda mamá se conmueve al ver a su hijo o hija durmiéndose en sus brazos…

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Fuente: Aleteia.org


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