

Desde que supo de la perdida de su marido, de su hijo, y del bebé que esperaba, Marta renunció a preguntarse por qué. (ver artículo)
Todos me rogaban que no la viera, porque ya llevaba tres dias en el agua, y yo les dije: ¡Tengo que verla! Eso ya no es ella, es sólo su carcaza. ¡Ella ya está radiante con Dios!
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Concebido después de que abusaran de su madre, al saber su origen se vio rechazado por todos: Sólo Dios dio valor a su vida. Así su vida se vio salvada...
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La misericordia no sólo mueve el corazón, sino también los brazos las piernas, se mueve el cuerpo y el alma, sale al encuentro de la pobreza; y no se detiene (ver artículo)