Sudán del Sur – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 03 Feb 2023 19:57:29 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Manute Bol: El gigante NBA que se negó a dejar de ser católico https://www.reinadelcielo.org/manute-bol-el-gigante-nba-que-se-nego-a-dejar-de-ser-catolico/ Fri, 03 Feb 2023 19:57:29 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=27030 “Este hombre no es un hombre común. Fue enviado como mensajero a este mundo para hacer algo importante. Él ya cumplió con su misión. Dios lo ha tomado y nos ha dejado a los demás el resto del trabajo”, comentó el día de su muerte el patriarca de la familia Bol.

El Papa Francisco se encuentra de viaje en RD Congo y Sudán del Sur. En este último país los católicos son aproximadamente la mitad de la población (7,2 millones), y tienen una fe bastante dinámica. Algo que se puede comprobar en su héroe nacional, precisamente, un devoto católico, que dedicó su vida al baloncesto y a ayudar siempre a los demás.

Un niño distinto

Manute Bol es uno de los jugadores más importantes de la historia de la NBA, el único en cazar un león con su propia lanza, como él confesaba con orgullo. De fe católica, aunque con elementos tribales como la poligamia, Bol nació un 16 de octubre de 1962 (fecha oficial, algunos dudan de ella) en Gogrial (Sudán del Sur) y pertenecía a la etnia de los Dinka. Durante su vida destacó no solo por su desmesurada altura sino también por su inmensa generosidad.

Con un abuelo de 2,39 m, un padre de 2,03 m, una madre de 2.08 m, Manute Bol llegó a alcanzar los 2,31 m, en un cuerpo de 92 kilos. Sin duda, una proeza de Dios, sostener tantos centímetros con una envergadura tan liviana. Se cuenta que cuando hizo su primer mate en una canasta, se comió literalmente el aro y perdió algún diente. Años después le serían repuestos en Estados Unidos.

Manute Bol es un héroe nacional de Sudán del Sur, a lo largo de su vida destinó sus ingresos a la reconciliación del país, construyendo escuelas sin distinción de etnia o religión.

Bol creció en un poblado Dinka de Sudán del Sur. Allí vivían semidesnudos, sin agua corriente, electricidad y sin escuelas. Su abuelo, Malouk Chol Bol, era el jefe de la aldea y tenía 40 esposas. Su nieto, Manute Bol, estaba destinado a sucederlo, pero un día de 1975 conoció el baloncesto y su vida cambió para siempre.

El fallecido NBA fue siempre un niño distinto. Cuando tenía nueve años quiso estudiar, algo nada común en su aldea, los dos días a pie que lo separaban de la escuela, fueron demasiado, y abandonó a la semana. El gigantón se dedicó entonces a trabajar como pastor de ganado, hasta que unos familiares empezaron a hablarle de un deporte donde los muy altos marcaban la diferencia.

Uno de sus primos, Noul Makwag, que jugaba de base en la selección sudanesa, lo recomendó para su propio equipo, el Catholic Club de Jartum, en la capital del país. El entrenador quedó fascinado, y permitió que le pagaran más dinero que al resto. Manute Bol correspondió aquel gesto: aprendió rápido a jugar y a los seis meses, tras lograr el campeonato local, era convocado por la selección de su país.

Estrella del baloncesto

Manute Bol fue el primer africano en jugar en la NBA y uno de los más altos de la historia. En la foto aparece con su compañero de equipo, Muggsy Bogue, el más pequeño por aquel entonces.

En el equipo nacional, el entrenador lo invitó a viajar a Estados Unidos para probar suerte. El 23 de mayo de 1983, aterrizaba en Estados Unidos para vivir la gran experiencia de su vida. Bol no sabía inglés y dejaba atrás una vida y una cultura muy diferentes. De hecho, el oficial de migraciones se sorprendió cuando leyó en el pasaporte que sólo medía 1,59 m. En Sudán lo habían medido sentado.

Por una serie de problemas administrativos, Bol estuvo sin equipo los primeros meses en Estados Unidos. Mientras tanto se dedicaba a aprender inglés y a mejorar su juego. Fue una universidad pequeña de Connecticut la que logró que la NCAA aceptara una beca especial para el sudanés. Jugó una sola temporada (84/85) en la liga universitaria, pero consiguió sorprender al mundo. Los pabellones se llenaban para verlo.

Pasado un tiempo, Bol fue elegido en el draft de la NBA por los Washington Bullets, en la posición número 31. El sudanés se convirtió en el primer africano en jugar en la mítica liga. Nike, Coca Cola y Kodak lo contrataron como imagen comercial. Manute estaba empezando a hacerse de oro y a convertirse en uno de los mejores taponadores de la historia de la NBA. Fue el jugador de mayor altura que ha anotado un triple en la historia de la liga.

En la liga americana terminó jugando diez temporadas, aunque en las últimas dos sólo participó en 33 partidos, a causa de la artritis que padecía en las rodillas y muñecas. Cambió de equipo seis veces, hasta que se retiró en 1995. Una vez fuera de las canchas, Bol tenía claro que utilizaría los más de 10 millones de dólares que había ganado para devolvérselos a su pueblo, que estaba arruinado por una cruenta guerra civil.

“Creo que era 1991 cuando vi las noticias sobre Sudán en televisión. El Gobierno estaba matando a mi gente y me dije que algo tenía que hacer. Así que decidí convertirme en guerrero. Un guerrero pacífico. Sentía que había hecho dinero, fama, y que era el momento de entregarle algo a mi gente”, recordaría años después en una entrevista con la cadena NBC.

Padre de la reconciliación

La guerra civil sudanesa, entre el Norte y el Sur, tuvo sus orígenes en los años 50, incluso antes de que el país se independizara en 1956. El territorio de Sudán había pertenecido al Imperio Británico y a Egipto (de ahí la influencia musulmana), aunque las dos partes nunca se habían unido. El Sur, cristiano y tribal. El Norte, musulmán y más desarrollado.

En realidad hubo dos conflictos, el segundo (1983-2005) fue mucho más brutal y uno de los más mortíferos del siglo XX: casi dos millones de civiles fueron asesinados en el Sur. Se cree que Bol llegó a perder a 250 familiares en la guerra.

Lejos de buscar revancha, Bol siempre puso la otra mejilla e intentó unir a ambos bandos. Como NBA, logró que el mundo escuchara noticias sobre la guerra que sufría su país, y viajó a la zona de conflicto arriesgando su vida, para ver la situación en primera persona y organizar la ayuda humanitaria. Gran parte de los millones que había ganado los destinó a construir escuelas mixtas (sin distinción de religión o etnias). Un total de 41 en todo el país.

En Sudán del Sur la Iglesia tiene 200 escuelas primarias, 33 secundarias y 7 centros superiores o universitarios. A sus escuelas e institutos acuden unos 94.000 alumnos.

Manute Bol falleció el 19 de junio del 2010 en Virginia (EE.UU). La huella que había dejado en su pueblo, quedó clara en su funeral, en el que participaron más de un millón de personas.

Siendo el embajador africano más importante de la época, Bol hizo que el Gobierno del norte lo invitara para empezar las negociaciones de paz. Le aconsejaron no asistir, pero él prefirió arriesgar. Como condición para la paz le pidieron que se convirtiera al Islam, Bol lo rechazó y Omar Bashir, el presidente de facto del Norte, aprovechó para acusarlo de ser espía estadounidense.

En arresto y arruinado

Cuando Sudán fue puesto en la lista de “estados patrocinadores del terrorismo”, Al Bashir culpó a Manute Bol y lo condenó a arresto domiciliario. La pena la cumplió en una casa en los suburbios de Jartum, con sus dos esposas, un hijo y 14 parientes. Allí pasó un par de años encerrado, sin trabajo ni dinero, pero manteniendo la sólida voluntad de mediar en el conflicto.

La presión de organismos internacionales hizo que los extremistas musulmanes lo liberaran y, cuando salió, escapó primero hacia Egipto y luego hacia EE.UU., en 2002. La reacción popular le hizo darse cuenta de que su poder e impacto habían crecido aún más. Algo similar a lo que había pasado con Nelson Mandela en Sudáfrica.

Enfermo y en contra de la opinión de su familia, Bol volvió a Sudán cuando supo que la paz podía consolidarse. Con su sola presencia, fortificó el movimiento. Ambos bandos detuvieron los ataques y el tratado acabó firmándose, incluyendo el referéndum de autodeterminación. El Sur decidió su futuro y Manute Bol pudo sentir que había cumplido con un deber histórico.

Su enfermedad renal empeoró y el 19 de junio de 2010, a la edad oficial de 47 años, Manute Bol falleció en Virginia (EE.UU). La huella que había dejado en su pueblo, quedó clara en su funeral, en el que participaron más de un millón de personas.

A comienzos de 2011, el referéndum por la independencia en Sudán del Sur se realizó con un resultados apabullante (99% de los votos a favor). El 9 de julio, el país se convirtió oficialmente en el estado soberano más joven del mundo. Manute Bol había sido el personaje clave de esta independencia y, sobre todo, de la reconciliación entre dos pueblos.

“Hizo cosas que no necesitaba hacer, pero hoy sabemos que no hubiese sido feliz si no ayudaba a su pueblo. Su amor por todos fue enorme y es la razón por la cual yo estoy aquí”, expresó Luol Deng, compatriota y jugador de la NBA (2004-2019).

“Mucha gente sintió pena por él, porque lo veían muy alto y raro. Pero yo les voy a decir algo: si todos en este planeta fueran como Manute Bol, este sería un mundo hermoso para vivir”, relató en su día Charles Barkley, mítica estrella de los 76ers de la NBA.

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Fuente: Religión en Libertad


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La religiosa que pasó de casi morir a tiros a transformar una ciudad de Sudán del Sur https://www.reinadelcielo.org/la-religiosa-que-paso-de-casi-morir-a-tiros-a-transformar-una-ciudad-de-sudan-del-sur/ Fri, 15 Mar 2019 09:57:24 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=20834

La obra de la monja irlandesa Orla Treacy, de las hermanas de Loreto, que está desarrollando una importante labor misionera en una peligrosa zona de Sudán del Sur no ha pasado desapercibida para el gobierno de Estados Unidos.

Su lucha a favor de los más débiles en medio de una espiral de violencia y de una hambruna que hace estragos ha llevado al Departamento de Estado a conceder a esta religiosa el International Women of Courage Award (Premio Internacional a las Mujeres de Coraje), un galardón que reconoce a mujeres de todo el mundo que trabajan por la justicia y la paz en los lugares en los que estos valores son más necesarios.

Candidatura promocionada por la embajadora Gingrich

Religiosa Orla premiadaSon los propios embajadores de Estados Unidos por el mundo los que proponen sus candidatos y luego la Secretaría de Estado elige a las mujeres premiadas. Precisamente, la candidatura de la hermana Orla Treacy fue promovida para el galardón por Calista Gingrich, actual embajadora estadounidense ante la Santa Sede, y esposa de Newt Gingrich, una de las figuras republicanas más relevantes y que fue presidente de la Cámara de Representantes. Éste se convirtió al catolicismo en 2009 gracias a Calista, católica devota.

El premio a la religiosa fue entregado por la primera dama de EEUU, Melania Trump, y el secretario de Estado, Mike Pompeo

“Como embajadora de Estados Unidos ante la Santa Sede tuve el gran honor de nombrar a la hermana Orla para este premio otorgado a mujeres que muestran un valor y un heroísmo extraordinarios para defender la paz, la justicia y la dignidad humana, a menudo con un gran riesgo personal. La hermana Orla encarna estas cualidades y más. Su compromiso con la gente de Rumbek es una marca de su valor único, su fuerza interior y su gran dedicación a la justicia de las mujeres. Con cada contrato firmado, cada comida provista y cada diploma otorgado, la hermana Orla Treacy promueve el estatus de las mujeres y la causa de la paz en Sudán del Sur”, afirma Gingrich.

Una obra impresionante en Sudán del Sur

Orla Treacy nació en Irlanda en 1973. Educada en un colegio religioso pronto sintió la llamada a la vida religiosa ingresando finalmente en las Hermanas de Loreto. En 2006, junto con otras hermanas de su congregación comenzó una nueva misión en lo que hoy es Sudán del Sur, un país asediado por la guerra, los conflictos entre clanes, la inseguridad y el hambre.

Es lo que hoy son las Escuelas de Loreto en Rumbek, que a día de hoy es mucho más que un centro educativo. Es como dijo Mike Pompeo, secretario de Estado, “un faro de esperanza” en una zona marcada por la oscuridad.

En 2017 la hambruna se extendió por todo Sudán del Sur, incluida la ciudad de Rumbek. Más del 40% de la población sufría malnutrición, entre los que había un millón de niños. La hermana Treacy sabía que tenía que hacer algo y había que hacerlo con urgencia.

Medidas que salvaron a muchas personas

Religiosa Orla premiada 2La directora de la misión creó una clínica médica en la propia escuela y empezó a servir comidas a sus estudiantes, empleados y a sus familias. Esta alimentación afectó directamente a las tasas de asistencia de la escuela, que mejoró en un 95%.

Además, las hermanas trabajaron con miembros de la comunidad que están dispuestos a arriesgar sus vidas para conseguir abastecimientos y transportar provisiones de alimentos a través de las áreas de conflicto en Sudán del Sur.

Todos estos esfuerzos, junto a un programa de nutrición para bebés desnutridos han mejorado drásticamente la salud de los niños no sólo de esta ciudad sino de toda la región gracias a las más de 700.000 comidas que estas religiosas han logrado dispensar en plena hambruna.

El otro gran pilar de la obra que encabeza esta religiosa irlandesa es la ayuda que sus escuelas y sus obras están proporcionando a las niñas y mujeres del país. Gracias a esta misión se están evitando matrimonios forzados y se fomenta la posibilidad de que se puedan formar, cosa que de otra manera parecería inviable.

“Dentro de la escuela las niñas viven en paz y armonía”, afirma esta monja, pese a que fuera sus tribus estén en conflicto permanente.

Contra los matrimonios forzados

En Sudán del Sur había y todavía persiste hoy una tasa de violencia contra las mujeres de las más altas del mundo. La violación y otras formas de violencia sexual están generalizadas y se cometen con impunidad. En muchos casos se ven forzadas a contraer matrimonios concertados y son sometidas a una servidumbre doméstica. Más de la mitad de las jóvenes están ya casadas cuando cumplen los 18 años. Este país tiene además una de las tasas de mortalidad materna más alta del mundo. Asimismo, el 76% de las niñas no recibe educación alguna.

Al llegar a Rumbek, esta religiosa se mostró decidida a cambiar el rumbo que propiciaba esta situación. Empezaron con un internado para niñas, y ahora hay también una escuela secundaria para niñas, una escuela primaria mixta y un centro de atención primaria.

Durante los últimos 13 años, la hermana Orla y sus compañeras han educado a numerosas niñas y jóvenes salvando a muchas de matrimonios forzados cuando apenas son todavía unas niñas.

Amenazada a punta de pistola en la escuela

Esta firmeza también le ha costado a la religiosa muchos problemas e incluso le ha podido costar la vida. Cuando una de sus estudiantes se vio obligada a contraer matrimonio forzada por su familia, la hermana Orla hizo todo lo posible para que no dejara al aula.

Poco después, un tío de esta niña se presentó en la escuela exigiendo a punta de pistola que dejara llevarse a la pequeña para entregarla en matrimonio. La religiosa galardonada se negó aún arriesgando la vida, y finalmente consiguió que esta menor no fuera entregada en matrimonio.

Desde aquel momento, las escuelas de la congregación establecieron el mandato de toda la comunidad de que los padres que deseen enviar a sus hijas a la escuela deben firmar un contrato con el compromiso de no obligarlas a contraer matrimonio mientras estén matriculadas en la escuela.

Este enfoque ha tenido un fuerte impacto en la región contra los matrimonios forzados Y ahora la iniciativa liderada por la religiosa irlandesa es apoyada por el Ministerio de Educación, asociaciones locales, jefes tribales, y los lideres de iglesias y otras comunidades.

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Fuente: Religión en Libertad


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