Es una virtud heroica la de aquellos que son capaces de responder al mal con bien, la de los que son capaces de frenar sus propios sentimientos de enojo, la de los que derraman miel sobre un mundo. (ver artículo)
“Estoy muy contenta, uno se siente impresionado de la Obra de Dios a través del sufrimiento, de tantas personas que rezan por mí”, escribió agradecida la hermana Cecilia. (ver artículo)