Nada le falta a la Iglesia para completar su hermosura, y sin embargo lo más maravilloso que la constituye es el milagro de nuestra fe, fe activa que la mantiene en movimiento, en continua ascensión. (ver artículo)
El difunto Inocencio le preguntó a Santa Lutgarda si podría orar por él, diciendo: “¡Ay! Es terrible, y mi pena tendrá una duración de siglos si usted no viene en mi ayuda." #purgatorio (ver artículo)