Semana Santa – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Thu, 28 Mar 2024 11:37:41 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Semana Santa – Devocionario https://www.reinadelcielo.org/semana-santa-devocionario/ Thu, 28 Mar 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=24321 ]]>

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Amando hasta el extremo – Canción de Semana Santa https://www.reinadelcielo.org/amando-hasta-el-extremo-cancion-de-semana-santa/ Mon, 25 Mar 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=9187 Esta canción, “Amando hasta el extremo”, de Maite López, te ayudará a meditar la entrega más grande de Dios a la humanidad: Su propio Hijo.

“No hay amor más grande que dar la vida por los amigos”

 


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Lo que hay que saber para el Miércoles de Ceniza y la Cuaresma https://www.reinadelcielo.org/lo-que-hay-que-saber-para-el-miercoles-de-ceniza-y-la-cuaresma/ Wed, 14 Feb 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=6262

Comienza la Cuaresma y damos respuesta a las preguntas más comunes en este tiempo:

1. ¿Qué es el Miércoles de Ceniza?

Es el día en el que comienza la Cuaresma. No es el día en el que acaba el Carnaval.
Siempre cae en miércoles (parece obvio, pero algunas personas dudan todavía) y da igual que el año sea bisiesto porque se cuenta hacia atrás desde la Misa de la Cena del Señor.

Misal Romano:
En la Misa de este día se bendice y se impone la ceniza, hecha de los ramos de olivo o de otros árboles, bendecidos en el Domingo de Ramos del año precedente.

2.- ¿Dónde se compra la Ceniza?

Cenizas

En ningún sitio. Se obtiene de quemar los ramos bendecidos el Domingo de Ramos del año anterior.

Muchas familias guardan los ramos o las palmas y los llevan a la parroquia los días previos.

3.- ¿Por qué se impone la ceniza?

Es un símbolo, Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, 125

El comienzo de los cuarenta días de penitencia, en el Rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las Cenizas, que distingue la Liturgia del Miércoles de Ceniza. Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios. Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se debe ayudar a los fieles, que acuden en gran número a recibir la Ceniza, a que capten el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual.

4.- ¿A quién se puede imponer?

No hace falta ser católico para que te impongan la ceniza. De hecho, muchos catecúmenos participan en la ceremonia en preparación para su bautismo el día/noche de Pascua de Resurrección.

Es un «día de puertas abiertas»: creyente o no, niño, adolescente, maduro, mayor sin madurar o anciano.

5.- ¿Cómo y cuándo se impone?

No hay reglas fijas. Depende del ámbito cultural y de las costumbres locales.

En los países de tradición latina, las cenizas se imponen en la frente.
En los países del ámbito anglosajón, con agua bendita se hace una pasta y se suele «marcar la frente».

Después de la homilía, el sacerdote bendice las cenizas y las rocía con agua bendita. Luego se impone con una de estas dos fórmulas:

Conviértete y cree en el Evangelio.
Recuerda que eres polvo y al polvo volverás.

6.- ¿Es obligatorio?, ¿es día de precepto?

Ceniza

No, no es obligatorio, y no es día de precepto. Aunque curiosamente sin «ser obligatorio» y siendo día laborable, suele aumentar considerablemente la asistencia a la Santa Misa ese día.

Tampoco es «obligatorio» confesarse. Pero es una extraordinaria oportunidad.

7.- ¿Cuánto tiempo hay que tener la ceniza en la cabeza o la frente?

Lo que quieras. Los hay que se lo quitan al volver al banco. Otros, como testimonio, esperan a que desaparezca naturalmente.

8.- ¿Hace falta que la imponga un sacerdote?

La bendición, como todo sacramental, sólo un sacerdote o un diácono puede hacerla. Para la imposición pueden ser ayudados por laicos.

Puede hacerse fuera de la celebración de la Misa:
La bendición e imposición de la ceniza puede hacerse también fuera de la Misa. En este caso es recomendable que preceda una liturgia de la palabra, utilizando la antífona de entrada, la oración colecta, las lecturas con sus cantos, como en la Misa. Sigue después la homilía y la bendición e imposición de la ceniza. El rito concluye con la oración universal, la bendición y la despedida.

9.- ¿Es obligatorio el ayuno y la abstinencia?

El Miércoles de Ceniza no hay obligación para los católicos de imponerse la ceniza, pero sí de hacer ayuno y abstinencia según las normas generales y las particulares de cada diócesis.

El ayuno es obligado, al igual que el Viernes Santo, a los mayores de 18 años y menores de 60. Fuera de los límites también se puede. Consiste en hacer solo una comida fuerte al día.

La abstinencia de comer carne es obligada desde los 14 años. Todos los viernes de Cuaresma también lo son de abstinencia obligatoria. Los demás viernes del año también, aunque según el país puede sustituirse por otro tipo de sacrificio/mortificación.

Hay sólo dos días de ayuno durante el año, miércoles de ceniza y viernes santo. Son dos días fuertemente penitenciales. Todos los viernes del año son días penitenciales en los cuales también se ha de observar la abstinencia de carne.
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Fuente: Infocatolica.com


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Meditaciones de Semana Santa https://www.reinadelcielo.org/meditaciones-de-semana-santa/ Fri, 31 Mar 2023 10:36:11 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=9185 Jueves Santo

“Si quieres entender el cuerpo de Cristo, escucha al Apóstol, que dice a los fieles: Vosotros sois el cuerpo de Cristo y sus miembros (1Cor 12,27). En consecuencia, si vosotros sois el cuerpo y los miembros de Cristo, sobre la mesa del Señor está el misterio que sois vosotros mismos y recibís el misterio que sois vosotros”
(S. Agustín, Sermón 272)

MOTIVACIÓN PARA EL DÍA

eucaristia (ft img)

“Esto es conmovedor. Jesús que lava a los pies a sus discípulos. Pedro no comprende nada, lo rechaza. Pero Jesús se lo ha explicado. Jesús –Dios– ha hecho esto. Y Él mismo lo explica a los discípulos: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis» (Jn 13,12-15). Es el ejemplo del Señor: Él es el más importante y lava los pies porque, entre nosotros, el que está más en alto debe estar al servicio de los otros. Y esto es un símbolo, es un signo, ¿no? Lavar los pies es: «yo estoy a tu servicio». Y también nosotros, entre nosotros, no es que debamos lavarnos los pies todos los días los unos a los otros, pero entonces, ¿qué significa? Que debemos ayudarnos, los unos a los otros.

A veces estoy enfadado con uno, o con una… pero… olvídalo, olvídalo, y si te pide un favor, hazlo. Ayudarse unos a otros: esto es lo que Jesús nos enseña y esto es lo que yo hago, y lo hago de corazón, porque es mi deber. Como sacerdote y como obispo debo estar a vuestro servicio. Pero es un deber que viene del corazón: lo amo. Amo esto y amo hacerlo porque el Señor así me lo ha enseñando. Pero también vosotros, ayudadnos: ayudadnos siempre. Los unos a los otros. Y así, ayudándonos, nos haremos bien. Ahora haremos esta ceremonia de lavarnos los pies y pensemos: que cada uno de nosotros piense: «¿Estoy verdaderamente dispuesta o dispuesto a servir, a ayudar al otro?». Pensemos esto, solamente. Y pensemos que este signo es una caricia de Jesús, que Él hace, porque Jesús ha venido precisamente para esto, para servir, para ayudarnos.”

Homilía Papa Francisco
Misa de la cena del Señor
28 de marzo de 2013

“El Jueves santo nos exhorta a no dejar que, en lo más profundo, el rencor hacia el otro se transforme en un envenenamiento del alma. Nos exhorta a purificar continuamente nuestra memoria, perdonándonos mutuamente de corazón, lavándonos los pies los unos a los otros, para poder así participar juntos en el banquete de Dios. (…)El Jueves santo es un día de gratitud y de alegría por el gran don del amor hasta el extremo, que el Señor nos ha hecho. Oremos al Señor, en esta hora, para que la gratitud y la alegría se transformen en nosotros en la fuerza para amar juntamente con su amor”.

MISA «IN CENA DOMINI»
HOMILÍA DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI
Basílica de San Juan de Letrán
Jueves Santo 20 de marzo de 2008

Viernes Santo

“Nadie puede ver la gloria de cristo si no es sanada por la humildad de su carne”
(San Agustín, Comentario al Evangelio de San Juan, 2,16)

MOTIVACIÓN PARA EL DÍA

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Mediante la La Cruz de Jesús es la Palabra con la que Dios ha respondido al mal del mundo. A veces nos parece que Dios no responde al mal, que permanece en silencio. En realidad Dios ha hablado, ha respondido, y su respuesta es la Cruz de Cristo: una palabra que es amor, misericordia, perdón. Y también juicio: Dios nos juzga amándonos. Recordemos esto: Dios nos juzga amándonos. Si acojo su amor estoy salvado, si lo rechazo me condeno, no por él, sino por mí mismo, porque Dios no condena, Él sólo ama y salva.

Queridos hermanos, la palabra de la Cruz es también la respuesta de los cristianos al mal que sigue actuando en nosotros y a nuestro alrededor. Los cristianos deben responder al mal con el bien, tomando sobre sí la Cruz, como Jesús.

Papa Francisco
Viernes Santo de 2013. Vicarucis

REFLEXIÓN

Han capturado a Jesús. La patrulla lo ata y lo conduce a casa de Anás. Jesús es abofeteado y enviado al Suma Sacerdote Caifás. Entra en acción Pilato, quien ve en Jesús un asunto comprometedor, en el que no quiere mezclarse. Finalmente, y entre las negaciones de Pedro, es llevado a la cruz. Estos son los hechos.

¿Qué podemos esperar de un crucificado? Pensar que Jesús acepta la muerte por ascesis, porque tiene mucho aguante o es muy sufrido, o porque tiene que cumplir inevitablemente un plan que le ha sido impuesto por el Padre, es dar muestras de no haber entendido nada del relato de Juan.

Jesús ha estado trabajando desde el comienzo con una idea: hacer la voluntad del que le envía. Este trabajo era su alimento (Jn. 4, 34). Ha puesto todo su empeño en devolver a Dios su verdadero rostro. Quería destruir las máscaras con las que los judíos habían amordazado a Dios para poder ejercer su propia autoridad. Pero los dirigentes de Israel han visto amenazado su poder y se han abalanzado sobre Jesús.

Entonces, ¿ha fracasado en su trabajo?, ¿sus esfuerzos se reducen a nada? Porque.. ahí está, crucificado, perdiendo su sangreLa hora que tanto anunciaba Juan ha llegado ya. Es en esta hora cuando descubrimos el verdadero rostro de Dio; las falsificaciones han caído a tierra. En la hora de la cruz, Jesús nos dice quién es Dios: es el que da la vida para que sus amigos no sean víctimas de falsas imágenes de Dios. La verdadera imagen está en la cruz: éste es un Dios que es capaz de amarnos hasta morir por cada uno de nosotros. Se opone al Dios de los judíos, que paralizaba a los hombres con la ley y el templo (Jn,. 5, 1-4).

La expresión “entregó el espíritu” (/Jn/19/30) no se refiere a la muerte; no significa “murió”. El verbo griego significa “entregar, transmitir”. En esta hora, Jesús transmite el espíritu. Esto quiere decir que transmite un talante, un estilo de vivir, el rasgo que define a Dios: amar hasta dar la vida. En la cruz descubrimos de verdad a Dios, su amor (el cielo). Por eso la cruz es el signo del cristiano. No refleja sufrimiento, aguante, ascesis, fatalidad, sino amor radical hasta dar la vida.

Jesús, sin forzar a nadie, invita a vivir esta actitud de amor y de entrega. Respeta nuestra libertad. No es una opción que se nos impone. Se ofrece para todo aquél que quiera asumirla. Jesús nos da la libertad de rechazar la invitación. Podemos volver a lo de antes (templo y ley), ir hacia las cosas de atrás (Jn. 18, 6).

Pero hay un hecho ineludible: si Jesús está en la cruz es porque la ley lo ha querido. Esta idea es una obsesión en el pensamiento de Pablo. Cuando Pablo contempla a Jesús en la cruz descubre detrás la mano de la ley y de sus máximos representantes. “Envió Dios a su hijo, nacido de mujer, sometido a la ley, para rescatar a los que estaban sometidos a la ley, para que recibiéramos la condición de hijos ” (/Ga/04/04-05).

Jesús da la vida por cada uno de nosotros. Es un gesto de alcance universal, que no excluye a nadie y que respeta la libertad de los que prefieren basar su salvación en la ley. Creer en el Dios que se ha revelado en el acto de amor realizado por Jesús en la cruz es una invitación clara a ampliar horizontes. Ya no podemos limitarnos a dar nuestra vida sólo en favor de unos pocos familiares o amigos (a veces se muere por entes abstractos, como las ideologías o las patrias). La invitación es universal: debemos ser capaces de dar la vida por todos. Como El lo hizo.

Aquí nos conduce Jesús: a comprometernos por todos. ¿Es una ingenuidad? ¿Es una realidad profunda, capaz de engendrar una vida verdadera? ¿Hay posibilidades de conseguirlo? ¿Es posible? La resurrección dará una respuesta afirmativa.

Sábado Santo

“Y nosotros hemos visto y somos testigos de que el Padre envió a su Hijo como Salvador del mundo. Tened confianza los que estáis enfermos. Ha venido el médico, ¿y desesperáis? Grave era la enfermedad; las heridas, insanables; la dolencia, desesperada. ¿Consideras la gravedad del mal y no atiendes a la omnipotencia del Médico? Estás desesperado, pero El es omnipotente; de esto fueron testigos los que nos anunciaron al Médico y primeramente fueron curados; y, sin embargo, ellos más bien fueron curados en esperanza que en realidad. Porque así dice el Apóstol: En esperanza hemos sido salvados (Rm 8,24). Comenzamos a sanar por la fe, pero nuestra salud será completa cuando esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad (I Cor 15,53). Esta es esperanza, mas no aún realidad. Pero quien se alegra en la esperanza, poseerá también la realidad. Sin embargo, quien no posee la esperanza no podrá llegar a la realidad”
(S. Agustín, Exposición de la Epístola a los Partos VIII, 13)

MOTIVACIÓN PARA EL DÍA

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La secuencia del descendimiento es muy piadosa, sobre todo cuando el hijo fue devuelto a los brazos de la madre. Si su espíritu descansaba ya en el seno del Padre, ahora su cuerpo descansa en el regazo de la madre, la Pietá. María besaba las llagas de ese cuerpo con amor intenso de comunión.

«Con tus lágrimas lava las heridas; / su muerte, Madre, es pascua y es victo­ria, / su corazón, el trono de la gloria, / y sus llagas serán fuente de vida».

María está ofreciendo el cuerpo muerto de su hijo. Es Eucaristía. No hay dolor más grande ni amor más compasivo ni entrega más generosa.

Ella estaba comulgando enteramente con los sentimientos de Jesús, que se había ofrecido y había puesto su espíritu en manos del Padre. El fiat de la Anunciación culmina en este fiat de la inmolación. María está siendo en este momento, como lo fue Jesús, sacerdote, víctima y altar, sólo que esta vez el al­tar era blando, su propio regazo. María estaba también redimiendo al mundo, Corredentora. Ofrecía la Pasión de su hijo y la suya propia por el mundo ciego y desgarrado, para la salvación de todos los hombres, hijos y hermanos.

La finalidad de Jesús al hacerse pobre no es la pobreza en sí misma, sino —dice san Pablo— «…para enriqueceros con su pobreza». No se trata de un juego de palabras ni de una expresión para causar sensación. Al contrario, es una síntesis de la lógica de Dios, la lógica del amor, la lógica de la Encarnación y la Cruz. Dios no hizo caer sobre nosotros la salvación desde lo alto, como la limosna de quien da parte de lo que para él es superfluo con aparente piedad filantrópica. ¡El amor de Cristo no es esto! Cuando Jesús entra en las aguas del Jordán y se hace bautizar por Juan el Bautista, no lo hace porque necesita penitencia, conversión; lo hace para estar en medio de la gente, necesitada de perdón, entre nosotros, pecadores, y cargar con el peso de nuestros pecados. Este es el camino que ha elegido para consolarnos, salvarnos, liberarnos de nuestra miseria. Nos sorprende que el Apóstol diga que fuimos liberados no por medio de la riqueza de Cristo, sino por medio de su pobreza. Y, sin embargo, san Pablo conoce bien la «riqueza insondable de Cristo» (Ef 3, 8), «heredero de todo» (Heb 1, 2).

Papa Francisco


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Guía para Celebrar el Jueves Santo en casa https://www.reinadelcielo.org/guia-para-celebrar-el-jueves-santo-en-casa/ Tue, 07 Apr 2020 23:51:14 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=24345 ]]>
  • Recordemos lo que decía san Jerónimo sobre la escucha de la Palabra de Dios: “En lo que se refiere al Misterio Eucarístico, cuando cae una migaja de pan, nos sentimos aturdidos. Así sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios: esta Palabra de Dios y el Cuerpo y la Sangre de Cristo  se dejan caer en nuestros oídos y, nosotros, ¿pensaremos en otra cosa?”.
  • Esta celebración tiene lugar de manera preferente al final de la tarde o en la noche.
  • Si se encuentra solo, es preferible leer las lecturas y oraciones de la misa de este domingo (que también podrá encontrar en esta guía) o seguir la misa por televisión o internet. Esta celebración requiere al menos la participación de dos personas.
  • Esta celebración se adapta particularmente a un marco familiar, de amistad o de vecinos. Ahora bien, en el respeto de las medidas del confinamiento, es necesario verificar si está permitido invitar a los vecinos o amigos. En todo caso, durante su celebración, deberán respetarse estrictamente las consignas de seguridad.
  • Debería colocarse una cruz o el crucifijo.
  • Se encenderán una o varias velas, que deberán colocarse en un soporte incombustible (por ejemplo, un plato de porcelana o cristal). Al final de la celebración, se apagarán las velas.
  • Se designa a una persona para dirigir la oración, quien establecerá la duración de los momentos de silencio.
  • Se designan lectores para la primera lectura, el salmo y el Evangelio. 
  • JUEVES SANTO

    Celebración de la Palabra

    Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.

    Nos sentamos. El guía de la celebración, toma la palabra: 

    Hermanos y hermanas
    en este Jueves Santo,
    pongamos nuestra mirada en Cristo Jesus,
    en el momento en el que enseñó a sus discípulos
    a perpetuar la Eucaristía
    hasta el final de los tiempos,
    la Eucaristía de su vida
    para la remisión de los pecados.
    De este modo, cada vez que esta ofrenda
    es celebrada en memorial,
    se cumple la obra de nuestra redención.

    Por desgracia, en este día,
    no podemos reunirnos en asamblea
    para participar en la cena,
    que constituye el sacramento de su amor.
    Ahora bien, sabemos que cuando
    nos reunimos para rezar en su Nombre,
    Cristo se hace presente entre nosotros.
    Y creemos firmemente que, cuando leemos su Palabra en Iglesia,
    nos habla el mismo Verbo de Dios.

    Pausa

    Jesús, las circunstancias nos impiden acceder
    a la comunión de tu cuerpo, entregado por nosotros,
    y de tu sangre derramada por nosotros.
    Según las promesas de tu Iglesia,
    te suplicamos:
    haz que tu Palabra sea para nosotros
    auténtico alimento para nuestra vida;
    y danos la fuerza para imitarte
    para actualizar de este modo tu entrega por nosotros,
    amándonos los unos a los otros
    como tú nos has amado.

    Después de tres minutos de silencio,
    todos se ponen de pie
    y hacen la señal de la cruz, diciendo: 

    En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

    El guía de la celebración sigue diciendo: 

    Para prepararnos a acoger la Palabra de Dios
    y se convierta en motivo de purificación para todos nosotros,
    reconozcamos con humildad nuestros pecados.

    Sigue el rito penitencial:

    Señor, ten misericordia de nosotros.
    Porque hemos pecado contra ti.
    Miéstranos, Señor, tu misericordia.
    Y danos tu salvación.

    Que Dios Todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
    perdone nuestros pecados,
    y nos lleve a la vida eterna.
    Amén.

    Se pronuncia o canta:

    Señor, ten piedad.
    Señor, ten piedad.

    Cristo, ten piedad.
    Cristo, ten piedad.

    Señor, ten piedad.
    Señor, ten piedad.

    ORACIÓN

    Quien guía la celebración dice:

    Dios nuestro,
    reunidos para celebrar la santísima Cena
    en la que tu Hijo unigénito,
    antes de entregarse a la muerte,
    confió a la Iglesia el nuevo y eterno sacrificio,
    banquete pascual de su amor,
    concédenos que, de tan sublime misterio,
    brote para nosotros la plenitud del amor y de la vida.
    Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
    que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
    y es Dios por los siglos de los siglos.

    Amén.

    Se leen las lecturas de la misa del Jueves Santo.
    El encargado de la priera lectura permanece de pie,
    mientras los demás se sientan.

    PRIMERA LECTURA
    Del libro del Éxodo (12, 1-8. 11-14)

    En aquellos días, el Señor les dijo a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: “Este mes será para ustedes el primero de todos los meses y el principio del año. Díganle a toda la comunidad de Israel: ‘El día diez de este mes, tomará cada uno un cordero por familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con los vecinos y elija un cordero adecuado al número de personas y a la cantidad que cada cual pueda comer. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito.

    Lo guardarán hasta el día catorce del mes, cuando toda la comunidad de los hijos de Israel lo inmolará al atardecer. Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de la casa donde vayan a comer el cordero. Esa noche comerán la carne, asada a fuego; comerán panes sin levadura y hierbas amargas. Comerán así: con la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano y a toda prisa, porque es la Pascua, es decir, el paso del Señor.

    Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados. Castigaré a todos los dioses de Egipto, yo, el Señor. La sangre les servirá de señal en las casas donde habitan ustedes. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga exterminadora, cuando hiera yo la tierra de Egipto.

    Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como fiesta en honor del Señor. De generación en generación celebrarán esta festividad, como institución perpetua’ ”.

    Palabra de Dios.
    Te alabamos, Señor.

    El encargado de leer el salmo se levanta,
    mientras los demás permanecen sentados. 

    SALMO 115 (12-13. 15-16bc. 17-18)

    R/ Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.

    ¿Cómo le pagaré al Señor
    todo el bien que me ha hecho?
    Levantaré el cáliz de salvación,
    e invocaré el nombre del Señor.

    R/ Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.

    A los ojos del Señor es muy penoso
    que mueran sus amigos.
    De la muerte, Señor, me has librado,
    a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava.

    R/ Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.

    Te ofreceré con gratitud un sacrificio
    e invocaré tu nombre.
    Cumpliré mis promesas al Señor
    Ante todo su pueblo.

    R/ Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.

    El lector encargado de la lectura se levanta,
    mientras el resto permanecen sentados.

    SEGUNDA LECTURA
    Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios (11, 23-26)

    Hermanos: Yo recibí del Señor lo mismo que les he trasmitido: que el Señor Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”.

    Lo mismo hizo con el cáliz después de cenar, diciendo: “Este cáliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria mía siempre que beban de él”.

    Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva.

    Palabra de Dios.
    Te alabamos, Señor.

    EVANGELIO

    Todos se ponen de pie.
    Se eleva la aclamación antes del Evangelio.

    R/ Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

    Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor,
    que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.

    R/ Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

    El lector encargado del Evangelio lo leerá con lentitud y sobriedad.

    Lectura del santo Evangelio según san Juan (13, 1-15)

    Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre y habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.

    En el transcurso de la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de entregarlo, Jesús, consciente de que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas y sabiendo que había salido de Dios y a Dios volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto y tomando una toalla, se la ciñó; luego echó agua en una jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que se había ceñido.

    Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: “Señor, ¿me vas a lavar tú a mí los pies?” Jesús le replicó: “Lo que estoy haciendo tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde”. Pedro le dijo: “Tú no me lavarás los pies jamás”. Jesús le contestó: “Si no te lavo, no tendrás parte conmigo”. Entonces le dijo Simón Pedro: “En ese caso, Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza”. Jesús le dijo: “El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos”. Como sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: ‘No todos están limpios’.

    Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, volvió a la mesa y les dijo: “¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo, para que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan”.

    El Evangelio termina sin aclamación.
    Todos se sientan. El guía repite lentamente, 
    como si se tratara de un eco lejano:

    En lo más profundo de nuestro corazón,
    dejemos resonar esta palabra del Señor,
    que constituye para nosotros un programa de vida:

    “Les he dado ejemplo,
    para que lo que yo he hecho con ustedes,
    también ustedes lo hagan”.

    Permanecemos tres minutos en silencio de meditación personal.
    Al final, todos se levantan. El que guía la celeración introduce el Padrenuestro.

    Fieles a la recomendación del Salvador,
    y siguiendo su divina enseñanza,
    nos atrevemos a decir:

    Se reza o canta el Padre Nuestro:

    Padre nuestro,
    que estás en el cielo,
    santificado sea tu nombre;
    venga a nosotros tu reino;
    hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
    Danos hoy nuestro pan de cada día;
    perdona nuestras ofensas,
    como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
    no nos dejes caer en la tentación,
    y líbranos del mal.

    E inmediatamente todos proclaman:

    Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.

    El guía sigue diciendo:

    Acabamos de unir nuestra voz
    a la del Señor Jesús para orar al Padre.
    Somos hijos en el Hijo.
    En la caridad que nos une los unos a los otros,
    renovados por la Palabra de Dios,
    podemos intercambiar un gesto de paz,
    signo de la comunión
    que recibimos del Señor.

    Todos intercambian un gesto de paz. Si fuera necesario, siguiendo las indicaciones de las autoridades, este gesto puede hacerse inclinando profundamente la cabeza hacia el otro o, en familia, enviando un beso a distancia con dos dedos en los labios.
    Nos sentamos.

    COMUNIÓN ESPIRITUAL

    El guía dice:

    Dado que no podemos recibir la comunión sacramental,
    el Papa Francisco nos invita apremiantemente a realizar la comunión espiritual,
    llamada también “comunión de deseo”.

    El Concilio de Trento nos recuerda que
    “se trata de un ardiente deseo de alimentarse con este Pan celestial,
    unido a una fe viva que obra por la caridad,
    y que nos hace participantes de los frutos y gracias del Sacramento”.

    El valor de nuestra comunión espiritual
    depende, por tanto, de nuestra fe en la presencia de Cristo en la Eucaristía,
    como fuente de vida, de amor y de unidad,
    así como de nuestro deseo de comulgar, a pesar de las circunstancias.

    Y para aumentar nuestro deseo de la presencia de Cristo,
    vamos a cantar o rezar el cántico “Ubi caritas et amor, Deus ibi est
    (“Donde hay caridad y amor, allí está Dios”).

    CÁNTICO

    Si se quiere cantar o declamar en latín:

    Ubi caritas et amor, Deus ibi est.
    Congregavit nos in unum Christi amor.
    Exsultemus, et in ipso jucundemur.
    Timeamus, et amemus Deum vivum.
    Et ex corde diligamus nos sincero.

    Ubi caritas et amor, Deus ibi est.
    Simul ergo cum in unum congregamur:
    Ne nos mente dividamur, caveamus.
    Cessent iurgia maligna, cessent lites.
    Et in medio nostri sit Christus Deus.

    Ubi caritas et amor, Deus ibi est.
    Simul quoque cum beatis videamus,
    Glorianter vultum tuum, Christe Deus:
    Gaudium quod est immensum, atque probum,
    Saecula per infinita saeculorum. Amen.

    Si se quiere declamar en castellano:

    Donde hay caridad y amor, allí está Dios.
    El amor de Cristo nos ha congregado y unido.
    Alegrémonos y deleitémonos en Él.
    Temamos y amemos al Dios vivo.
    Con sincero corazón amémonos unos a otros.

    Donde hay caridad y amor, allí está Dios.
    Del mismo modo estemos congregados y unidos,
    cuidémonos de estar desunidos en espíritu.
    Cesen las malignas rencillas, cesen los disgustos.
    Y Cristo nuestro Dios reine entre nosotros.

    Donde hay caridad y amor, allí está Dios.
    Ojalá junto con los bienaventurados veamos
    también tu rostro en la gloria ¡oh Cristo Dios nuestro!
    Este será el gozo santo e inefable
    por los siglos infinitos. Amén

    Al final del cántico, quien guía la celebración dice:

    Les invito ahora a inclinar la cabeza,
    a cerrar los ojos y a recoger su espíritu.

    En lo más profundo de nuestro corazón,
    dejemos crecer el ardiente deseo de unirnos a Jesús,
    en la comunión sacramental,
    y de hacer que su amor se haga vivo en nuestras vidas,
    amando a nuestros hermanos y hermanas como Él nos ha amado.

    Permanecemos cinco minutos en silencio en un diálogo de corazón a corazón con Jesucristo.
    Podemos cantar un cántico de acción de gracias.

    BENDICIÓN

    La persona que guía la celebración, con las manos juntas, 
    pronuncia en nombre de todos la fórmula de la bendición:

    Por intercesión de san N. [patrón de la parroquia o del país],
    de todos los santos y santas de Dios,
    que el Señor de la perseverancia y la fortaleza
    nos ayude a vivir el espíritu de
    sacrificio, compasión y amor de Cristo Jesús.

    De este modo, en comunión con el Espíritu Santo,
    daremos gloria a Dios,
    Padre de Nuestro Señor Jesucristo,
    por los siglos de los siglos.
    Amén.

    Todos juntos mirando hacia la cruz,
    piden la bendición del Señor:

    El Señor nos bendiga y proteja,
    ilumine su rostro sobre nosotros
    y nos conceda su favor.
    Amén.

    Todos hacen la señal de la cruz.
    Los padres pueden hacer la señal de la cruz en la frente de sus hijos.
    Es posible concluir la celebración elevando un canto eucarístico.

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    Fuente: Aleteia.org


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    Posible milagro en Illinois https://www.reinadelcielo.org/posible-milagro-en-illinois/ Fri, 24 Jun 2016 09:16:35 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=7267 Un icono de San Juan Bautista, que forma parte del iconostasio de la Iglesia Ortodoxa Griega de la Asunción, en Homer Glen, de Illinois, estaría supurando , milagrosamente, un aceite con fragancia, curativo.

    Sotirious “Sam” Dimitriou, el pastor de la iglesia, dijo a la CBS de Chicago que entiende el fenómeno como “una bendición de Dios. Hay una fragancia dulce, que viene de este aceite “.

    Icono San Juan Bautista con aceiteEl aceite fue notado, por primera vez hace casi un año, en julio de 2015, por dos feligreses y un monaguillo. La pequeña congregación (lo que equivale a apenas 200 familias de la zona) decidió que sería mejor mantenerlo en secreto. Pero desde que un informe de  las noticias locales decidió difundir el hecho, entonces, la Iglesia se inundó de visitantes y peregrinos, algunos de ellos procedentes de Grecia.

    Las autoridades de la Iglesia recogen el aceite con algodones, colocados en la parte inferior del icono, que es lo que luego se entrega a los peregrinos. Ellos estiman que han dado alrededor de 5.000 algodones hasta ahora.

    “Lo primero que salió de mi boca fue: «¿Qué hago?»”, dijo Dimitriou. “Uno no espera nada como esto. Es impresionante. Es tan potente como ver un acto de Dios ante tus ojos “.

    Ya se trate de un acto de Dios o de una reacción química, nadie lo sabe realmente. Pero el hecho es que a pocos le importa eso en la comunidad ortodoxa griega: “Una explicación racional es irrelevante si lo que parece ser un evento sobrenatural atrae a la gente hacia Dios”, dice el pastor. “Nosotros no hacemos, necesariamente, declaraciones oficiales sobre todo esto”, dijo el obispo Demetrios, obispo auxiliar de Mokissos, de la Metrópolis Ortodoxa Griega de Chicago. “Dejamos que los fieles creen que si lo desean … Si te acerca a Dios, que es maravilloso. Si no lo hace, no lo hace “.

    A continuación, se puede ver el reporte gráfico de una televisión local

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    Fuente: Aleteia.org
    Traducción y subtítulos: Reina del Cielo

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