¡Oh, mi Dios! Veo una fuente, una inmensa fuente a la que van ángeles y santos y derraman cantaros y ánforas, grandes y pequeñas, y no se detienen... (ver artículo)
Creemos que muchos de los difuntos van al purgatorio. Y sabemos que las misas ofrecidas por ellos son de vital importancia para conducirlos al cielo. (ver artículo)