Cuando la devoción del Santo Rosario empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe y le pidió que reviviera esta devoción... (ver artículo)
La Madre de Dios, en persona, le enseñó a Sto. Domingo a rezar el rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe. (ver artículo)
“Fue como entrar en el Cielo”, asegura Isabel. De hecho, ella y su marido no dejaron de acudir puntualmente al convento a rezar con las monjas. (ver artículo)