San Juan – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Wed, 27 Dec 2023 09:48:02 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 San Juan evangelista https://www.reinadelcielo.org/san-juan-evangelista/ Wed, 27 Dec 2023 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=10898 ]]>

Fiesta de san Juan, apóstol y evangelista, hijo de Zebedeo, que junto con su hermano Santiago y con Pedro fue testigo de la transfiguración y de la pasión del Señor, y al pie de la cruz recibió de Él a María como madre. En su evangelio y en otros escritos se muestra como teólogo, habiendo contemplado la gloria del Verbo encarnado y anunciando lo que vio.

Juan, hijo de Zebedeo y de Salomé, hermano de Santiago, fue capaz de plasmar con exquisitas imágenes literarias los sublimes pensamientos de Dios. Hombre de elevación espiritual, se lo considera el águila que se alza hacia las vertiginosas alturas del misterio trinitario: “En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios”.

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Es de los íntimos de Jesús y le está cerca en las horas más solemnes de su vida. Está junto a él en la última Cena, durante el proceso y, único entre los apóstoles, asiste a su muerte al lado de la Virgen. Pero contrariamente a cuanto pueden hacer pensar las representaciones del arte, Juan no era un hombre fantasioso y delicado, y bastaría el apodo que puso el Maestro a él y a su hermano Santiago -”hijos del trueno”- para demostrarnos un temperamento vivaz e impulsivo, ajeno a compromisos y dudas, hasta parecer intolerante.

En el Evangelio él se presenta a sí mismo como “el discípulo a quien Jesús amaba”. Aunque no podemos indagar sobre el secreto de esta inefable amistad, podemos adivinar una cierta analogía entre el alma del “hijo del trueno” y la del “Hijo del hombre”, que vino a la tierra a traer no sólo la paz sino también el fuego. Después de la resurrección, Juan parmanecerá largo tiempo junto a Pedro. Pablo, en la carta a los Gálatas, habla de Pedro, Santiago y Juan “como las columnas” de la Iglesia.

En el Apocalipsis Juan dice que fue perseguido y relegado a la isla de Patmos por la “palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.” Según una tradición, Juan vivió en Éfeso en compañía de la Virgen, y bajo Domiciano fue echado en una caldera de aceite hirviendo, de la que salió ileso, pero con la gloria de haber dado también él su “testimonio”. Después del destierro en Patmos, regresó definitivamente a Éfeso en donde exhortaba infatigablemente a los fieles al amor fraterno, como resulta de las tres epístolas contenidas en el Nuevo Testamento. Murió de avanzada edad en Éfeso, durante el imperio de Trajano, hacia el año 98.

Gran testigo de la Gloria de Cristo

Cuando María Magdalena trajo la noticia de que el sepulcro de Cristo se hallaba abierto y vacío, Pedro y Juan acudieron inmediatamente y Juan, que era el más joven y el que corría más de prisa, llegó primero. Sin embargo, esperó a que llegase San Pedro y los dos juntos se acercaron al sepulcro y los dos “vieron y creyeron” que Jesús había resucitado.

A los pocos días, Jesús se les apareció por tercera vez, a orillas del lago de Galilea, y vino a su encuentro caminando por la playa. Fue entonces cuando interrogó a San Pedro sobre la sinceridad de su amor, le puso al frente de Su Iglesia y le vaticinó su martirio. San Pedro, al caer en la cuenta de que San Juan se hallaba detrás de él, preguntó a su Maestro sobre el futuro de su compañero:

«Señor, y éste, ¿qué?» (Jn 21,21)
Jesús le respondió: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme.» (Jn 21,22)

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Debido a aquella respuesta, no es sorprendente que entre los hermanos corriese el rumor de que Juan no iba a morir, un rumor que el mismo Juan se encargó de desmentir al indicar que el Señor nunca dijo: “No morirá”. (Jn 21,23).

Después de la Ascensión de Jesucristo, volvemos a encontrarnos con Pedro y Juan que subían juntos al templo y, antes de entrar, curaron milagrosamente a un tullido. Los dos fueron hechos prisioneros, pero se les dejó en libertad con la orden de que se abstuviesen de predicar en nombre de Cristo, a lo que Pedro y Juan respondieron: «Juzgad si es justo delante de Dios obedeceros a vosotros más que a Dios. No podemos nosotros dejar de hablar de lo que hemos visto y oído.»
(Hechos 4:19-20)

Después, los Apóstoles fueron enviados a confirmar a los fieles que el diácono Felipe había convertido en Samaria. Cuando San Pablo fue a Jerusalén tras de su conversión se dirigió a aquellos que “parecían ser los pilares” de la Iglesia, es decir a Santiago, Pedro y Juan, quienes confirmaron su misión entre los gentiles y fue por entonces cuando San Juan asistió al primer Concilio de Apóstoles en Jerusalén. Tal vez concluido éste, San Juan partió de Palestina para viajar al Asia Menor.

Maravillosas revelaciones celestiales

Después de la muerte de Domiciano, en el año 96, San Juan pudo regresar a Efeso, y es creencia general que fue entonces cuando escribió su Evangelio. El mismo nos revela el objetivo que tenía presente al escribirlo. “Todas estas cosas las escribo para que podáis creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios y para que, al creer, tengáis la vida en Su nombre”. Su Evangelio tiene un carácter enteramente distinto al de los otros tres y es una obra teológica tan sublime que, como dice Teodoreto, “está más allá del entendimiento humano el llegar a profundizarlo y comprenderlo enteramente”. La elevación de su espíritu y de su estilo y lenguaje, está debidamente representada por el águila que es el símbolo de San Juan el Evangelista.

También escribió el Apóstol tres epístolas: a la primera se le llama Católica, ya que está dirigida a todos los otros cristianos, particularmente a los que él convirtió, a quienes insta a la pureza y santidad de vida y a la precaución contra las artimañas de los seductores. Las otras dos son breves y están dirigidas a determinadas personas: una probablemente a la Iglesia local, y la otra a un tal Gayo, un comedido instructor de cristianos. A lo largo de todos sus escritos, impera el mismo inimitable espíritu de caridad. No es éste el lugar para hacer referencias a las objeciones que se han hecho a la afirmación de que San Juan sea el autor del cuarto Evangelio.

Muerte de San Juan Evangelista

San Juan murió pacíficamente en Efeso hacia el tercer año del reinado de Trajano, es decir hacia el año cien de la era cristiana, cuando tenía la edad de noventa y cuatro años, de acuerdo con San Epifanio.

Según los datos que nos proporcionan San Gregorio de Nissa, el Breviarium sirio de principios del siglo quinto y el Calendario de Cartago, la práctica de celebrar la fiesta de San Juan el Evangelista inmediatamente después de la de San Esteban, es antiquísima.

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En el texto original del Hieronymianum, (alrededor del año 600 P.C.), la conmemoración parece haber sido anotada de esta manera: “La Asunción de San Juan el Evangelista en Efeso y la ordenación al episcopado de Santo Santiago, el hermano de Nuestro Señor y el primer judío que fue ordenado obispo de Jerusalén por los Apóstoles y que obtuvo la corona del martirio en el tiempo de la Pascua”. Era de esperarse que en una nota como la anterior, se mencionaran juntos a Juan y a Santiago, los hijos de Zebedeo; sin embargo, es evidente que el Santiago a quien se hace referencia, es el otro, el hijo de Alfeo.

La frase “Asunción de San Juan”, resulta interesante puesto que se refiere claramente a la última parte de las apócrifas “Actas de San Juan”. La errónea creencia de que San Juan, durante los últimos días de su vida en Efeso, desapareció sencillamente, como si hubiese ascendido al cielo en cuerpo y alma puesto que nunca se encontró su cadáver, una idea que surgió sin duda de la afirmación de que aquel discípulo de Cristo “no moriría”, tuvo gran difusión aceptación a fines del siglo II. Por otra parte, de acuerdo con los griegos, el lugar de su sepultura en Efeso era bien conocida y aun famosa por los milagros que se obraban allí.

El “Acta Johannis”, que ha llegado hasta nosotros en forma imperfecta y que ha sido condenada a causa de sus tendencias heréticas, por autoridades en la materia tan antiguas como Eusebio, Epifanio, Agustín y Toribio de Astorga, contribuyó grandemente a crear una leyenda. De estas fuentes o, en todo caso, del pseudo Abdías, procede la historia en base a la cual se representa con frecuencia a San Juan con un cáliz y una víbora. Se cuenta que Aristodemus, el sumo sacerdote de Diana en Efeso, lanzó un reto a San Juan para que bebiese de una copa que contenía un líquido envenenado. El Apóstol tomó el veneno sin sufrir daño alguno y, a raíz de aquel milagro, convirtió a muchos, incluso al sumo sacerdote. En ese incidente se funda también sin duda la costumbre popular que prevalece sobre todo en Alemania, de beber la Johannis-Minne, la copa amable o poculum charitatis, con la que se brinda en honor de San Juan. En la ritualia medieval hay numerosas fórmulas para ese brindis y para que, al beber la Johannis-Minne, se evitaran los peligros, se recuperara la salud y se llegara al cielo.

San Juan es sin duda un hombre de extraordinaria y al mismo tiempo de profundidad mística. Al amarlo tanto, Jesús nos enseña que esta combinación de virtudes debe ser el ideal del hombre, es decir el requisito para un hombre plenamente hombre.  Esto choca contra el modelo de hombre machista que es objeto de falsa adulación en la cultura, un hombre preso de sus instintos bajos. Por eso el arte tiende a representar a San Juan como una persona suave, y, a diferencia de los demás Apóstoles, sin barba.  Es necesario recuperar a San Juan como modelo: El hombre capaz de recostar su cabeza sobre el corazón de Jesús, y precisamente por eso ser valiente para estar al pie de la cruz como ningún otro.   Por algo Jesús le llamaba “hijo del trueno”. Quizás antes para mal, pero una vez transformado en Cristo, para mayor gloria de Dios.

Oración a San Juan Evangelista

Glorioso san Juan Evangelista, a vos acudimos,
llenos de confianza en vuestra intercesión.

Nos sentimos atraídos a vos con una especial devoción
y sabemos que nuestras súplicas serán
más agradables a Dios nuestro Señor, si vos,
que tan amado sois de Él, se las presentáis.

Vuestra caridad, reflejo admirable de la de Dios,
os inclina a socorrer toda miseria, a consolar toda pena
y a complacer todo deseo y necesidad,
si ello ha de ser provechoso para nuestra alma.

Mirad, pues,
nuestra necesidad de conocer al Maestro,
tú que estuviste cerca de Él.

Mira nuestros trabajos y necesidades,
nuestros buenos deseos,
y alcanzadnos que aseguremos cada día más
nuestro conocimiento del evangelio
del que tu fuiste un testigo privilegiado.

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Fuente: Catholic.net y ACI Prensa


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El milagro de la Virgen de San Juan https://www.reinadelcielo.org/el-milagro-de-la-virgen-de-san-juan/ Fri, 08 Jul 2022 18:55:51 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=26619 ]]> En marzo, cuando la pequeña Abigail Campos estaba cerca de cumplir cuatro años, comenzó a experimentar un fuerte cansancio seguido de convulsiones y vómitos. Sus padres, Adriana y Juan Francisco, llevaron a la niña al hospital más cercano en San Juan de los Lagos (Aguascalientes, México), región donde se encuentra la Virgen más venerada de México después de Guadalupe.

Tras las pruebas iniciales le diagnosticaron encefalitis autoinmune, una enfermedad inflamatoria e incurable del sistema nervioso. La niña estuvo inconsciente durante 15 días y tuvo que ser intubada.

Uno de esos días su familia y el personal médico celebraron su cuarto cumpleaños con la esperanza de que despertara, pero eso no sucedió.

Siguió un tratamiento y finalmente pudo salir del hospital, pero con una traqueotomía y con la necesidad de atención ininterrumpida.

Fue entonces cuando sus padres, devotos de la Virgen de San Juan de los Lagos acudieron a la catedral junto a su hija para venerar la imagen de Nuestra Señora y a pedirle por la sanación de Abigail.

Era un 7 de abril, día en que se celebraba la ceremonia del cambio de vestido de la Virgen en la catedral. Ahí estaba mons. Jorge Cavazos, exobispo de San Juan de los Lagos y actual obispo de San Luis de Potosí.

Un sorprendente milagro

Entrevistado por el responsable del Archivo Histórico de la Catedral de San Juan de los Lagos, Everardo López Padilla, el obispo ha relatado como aquel día, cuando pasó con la figura de la Virgen frente a la niña, ocurrió un sorprendente milagro.

Mons. Jorge Cavazos, exobispo de San Juan de los Lagos, relata como fue el milagro de sanación de Abigail Campos, que presenció en primera persona.

“Ese día fue algo muy especial. Uno va con mucha fe y devoción. Yo sentía que (la Virgen) me dice ‘ve otra vez, estate otra vez’ [frente a la niña]. Sentí eso, como una inquietud interna y es con el video donde se hace más viral”.

En efecto, en el video grabado ese día, se puede ver cómo el Arzobispo lleva en sus manos a la Virgen de San Juan de los Lagos y la coloca junto a la pequeña. Su madre puso la mano de la niña en la imagen y se la quedó viendo unos instantes.

«No sentí nada más que la necesidad, que ella me decía ‘ve otra vez’ y fui allí. Como que ella estaba rogándole a Dios por esa niña, que bueno que está muy bien. Como que ella decía ‘quiero rezar aquí’, con ella. Bendito sea Dios que a través de ella nos concede este milagro«, compartió el Prelado mexicano.

El obispo asegura que lo sucedido en la catedral «no fue sino un milagro». «Pasar de una situación a otra, inmediatamente, sin una causa médicamente hablando, sonreír esa noche… Eso ya es decir. Dios existe y ahí está la prueba. No le quitemos nada a Dios, porque nos ama tanto que nos ha dejado la presencia de la Virgen de San Juan”, añade.

«Se nos saltaron las lágrimas. Veíamos la fe»

“Todos notamos y sentimos que hubo una conexión mágica entre la niña y la Virgen”, dijo el padre, en declaraciones a Primer Impacto.

Así fue el milagro de la Virgen que salvó a Abigail Campos de una enfermedad incurable.

Heriberto García, sacerdote de la Catedral, comentó que “los papás estaban muy conmovidos. Fue un momento muy especial que hizo que todos los que estábamos ahí se nos salieran las lágrimas porque veíamos la fe”.

Cuando subieron al coche de regreso a casa, Abigail sonreía. Llevaba sin hacerlo 34 días. Dos semanas después estaba curada.

“Todos nosotros nos sentimos bendecidos y también comprometidos. Si Él (Dios) nos ayudó por la intercesión de nuestra Santísima Madre es por algo y para algo”, dijo Juan Francisco Campos.

La Virgen de San Juan de los Lagos es la segunda advocación mariana más venerada en México, luego de la Virgen de Guadalupe.

“Qué bonito que Dios quiera conceder sus favores y nos reanima con este milagro, prácticamente para iniciar los festejos de los 400 años del primer milagro, que también se obró en una niña”, dijo el Arzobispo de San Luis Potosí en el video del 5 de julio, recordando que el primer milagro de la Virgen se obró en 1623.

“Dios, porque nos ama tanto nos ha dejado una presencia hermosísima que es la Virgen de San Juan y hay que disfrutarla”, concluyó el Prelado mexicano.

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Fuente: Cari Filii


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