San José – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Thu, 02 May 2024 12:16:04 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 San José obrero https://www.reinadelcielo.org/san-jose-obrero/ Wed, 01 May 2024 06:11:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=6809

“Lo que hacéis, hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor… Servid a Cristo Señor”
(Col 3, 23 s.).

Fiesta: 1 de mayo

¿Cómo no ver en estas palabras de la liturgia de hoy el programa y la síntesis de toda la existencia de San José, cuyo testimonio de generosa dedicación al trabajo propone la Iglesia a nuestra reflexión en este primer día de mayo? San José, “hombre justo”, pasó gran parte de su vida trabajando junto al banco de carpintero, en un humilde pueblo de Palestina. Una existencia aparentemente igual que la de muchos otros hombres de su tiempo, comprometidos, como él, en el mismo duro trabajo. Y, sin embargo, una existencia tan singular y digna de admiración, que llevó a la Iglesia a proponerla como modelo ejemplar para todos los trabajadores del mundo.

¿Cuál es la razón de esta distinción? No resulta difícil reconocerla. Está en la orientación a Cristo, que sostuvo toda la fatiga de San José. La presencia en la casa de Nazaret del Verbo Encarnado, Hijo de Dios e Hijo de su esposa María, ofrecía a José el cotidiano por qué de volver a inclinarse sobre el banco de trabajo, a fin de sacar de su fatiga el sustento necesario para la familia. Realmente “todo lo que hizo”, José lo hizo “para el Señor”, y lo hizo “de corazón”.

Todos los trabajadores están invitados hoy a mirar el ejemplo de este “hombre justo”. La experiencia singular de San José se refleja, de algún modo, en la vida de cada uno de ellos. Efectivamente, por muy diverso que sea el trabajo a que se dedican, su actividad tiende siempre a satisfacer alguna necesidad humana, está orientada a servir al hombre. Por otra parte, el creyente sabe bien que Cristo ha querido ocultarse en todo ser humano, afirmando explícitamente que “todo lo que se hace por un hermano, incluso pequeño, es como si se le hiciese a Él mismo” (cf. Mt 25, 40). Por lo tanto, en todo trabajo es posible servir a Cristo, cumpliendo la recomendación de San Pablo e imitando el ejemplo de San José, custodio y servidor del Hijo de Dios.

Al dirigir hoy, primer día de mayo, un saludo cordialísimo a todos vosotros, (…), mi pensamiento va con todo afecto especialmente a los trabajadores presentes y, mediante ellos, a todos los trabajadores del mundo, exhortándoles a tomar renovada conciencia de la dignidad que les es propia: con su fatiga sirven a los hermanos: sirven al hombre y, en el hombre, a Cristo. Que San José les ayude a ver el trabajo en esta perspectiva, para valorar toda su nobleza y para que nunca les falten motivaciones fuertes a las que pueden recurrir en los momentos difíciles.

Oración a San José Obrero

Nos dirigimos a ti, Oh bendito San José, nuestro protector en la tierra, como quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y fortalezcas en nuestros trabajos.

Por la promesa de realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el pecado, de la avaricia, de un corazón corrupto. Se tú el solícito guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.

Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos, para así poder obtener contigo el descanso eterno en el Cielo.
Amén.

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Fuente: Texto de San Juan Pablo II


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San José, Casto Esposo de la Virgen María https://www.reinadelcielo.org/san-jose-casto-esposo-de-la-virgen-maria/ Tue, 19 Mar 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=9039 En el Plan Reconciliador de Dios, San José tuvo un papel esencial: Dios le encomendó la gran responsabilidad y privilegio de ser el padre adoptivo del Niño Jesús y de ser esposo virginal de la Virgen María. San José, el santo custodio de la Sagrada Familia, es el santo que más cerca está de Jesús y de la Santísima de la Virgen María. 
Su fiesta es el 19 de marzo.

San Mateo (1,16) llama a San José el hijo de Jacob; según San Lucas (3,23), su padre era Helí. Probablemente nació en Belén, la ciudad de David del que era descendiente. Al comienzo de la historia de los Evangelios (poco antes de la Anunciación), San José vivía en Nazaret.

Según San Mateo 13,55 y Marcos 6,3, San José era un “tekton”. La palabra significa en particular que era carpintero o albañil. San Justino lo confirma, y la tradición ha aceptado esta interpretación.
Nuestro Señor Jesús fue llamado “Hijo de José”, “el carpintero” (Jn 1,45; 6,42; Lc 4,22).

Como sabemos no era el padre natural de Jesús, quién fue engendrado en el vientre virginal de la Virgen María por obra del Espíritu Santo y es Hijo de Dios, pero José lo adoptó amorosamente y Jesús se sometió a él como un buen hijo ante su padre. ¡Cuánto influenció José en el desarrollo humano del niño Jesús! ¡Qué perfecta unión existió en su ejemplar matrimonio con María!

Modelo de silencio y de humildad

maria y jose (ft img)

Las principales fuentes de información sobre la vida de San José son los primeros capítulos del evangelio de Mateo y de Lucas. En los relatos no conocemos palabras expresadas por él, tan sólo conocemos sus obras, sus actos de fe, amor y de protección como padre responsable del bienestar de su amadísima esposa y de su excepcional Hijo. Es un caso excepcional en la Biblia: un santo al que no se le escucha ni una sola palabra. Es, pues, el “Santo del silencio”.

Su santidad se irradiaba desde antes de los desposorios. Es un “escogido” de Dios; desde el principio recibió la gracia de discernir los mandatos del Señor. No es que haya sido uno de esos seres que no pronunciaban palabra, fue un hombre que cumplió aquel mandato del profeta antiguo: “sean pocas tus palabras”. Es decir, su vida sencilla y humilde se entrecruzaban con su silencio integral, que no significa mero mutismo, sino el mantener todo su ser encauzado a cumplir el Plan de Dios. San José, patrono de la vida interior, nos enseña con su propia vida a orar, a amar, a sufrir, a actuar rectamente y a dar gloria a Dios con toda nuestra vida.

Vida virtuosa

Su libre cooperación con la gracia divina hizo posible que su respuesta sea total y eficaz. Dios le dio la gracia especial según su particular vocación y, al mismo tiempo, la misión divina excepcional que Dios le confió requirió de una santidad proporcionada.

Se ha tratado de definir muchas veces las virtudes de San José: “Brillan en el, sobre todo las virtudes de la vida oculta: la virginidad, la humildad, la pobreza, la paciencia, la prudencia, la fidelidad que no puede ser quebrantada por ningún peligro, la sencillez y la fe; la confianza en Dios y la mas perfecta caridad. Guardo con amor y entrega total, el deposito que se le confiara con una fidelidad propia al valor del tesoro que se le deposito en sus manos.”

San José es también modelo incomparable, después de Jesús, de la santificación del trabajo corporal. Por eso la Iglesia ha instituido la fiesta de S. José Obrero, celebrada el 1 de mayo, presentándole como modelo sublime de los trabajadores manuales.

Amor virginal

San José Obrero (ft img)

La concepción del Verbo divino en las entrañas virginales de María se hizo en virtud de una acción milagrosa del Espíritu Santo, sin intervención alguna de San José. Este hecho es narrado por el Evangelio y constituye uno de los dogmas fundamentales de nuestra fe católica: la virginidad perpetua de María. En virtud a ello, San José a recibido diversos títulos: padre nutricio, padre adoptivo, padre legal, padre virginal; pero ninguna en si encierra la plenitud de la misión de San José en la vida de Jesús.

San José ejerció sobre Jesús la función y los derechos que corresponden a un verdadero padre, del mismo modo que ejerció sobre María, virginalmente, las funciones y derechos de verdadero esposo. Ambas funciones constan en el Evangelio. Al encontrar al Niño en el Templo, la Virgen reclama a Jesús: “Hijo, porque has obrado así con nosotros? Mira que tu padre y yo, apenados, te buscábamos”. María nombra a San José dándole el título de padre, prueba evidente de que él era llamado así por el propio Jesús, pues miraba en José un reflejo y una representación auténtica de su Padre Celestial.

La relación de esposos que sostuvo San José y Virgen María es ejemplo para todo matrimonio; ellos nos enseñan que el fundamento de la unión conyugal está en la comunión de corazones en el amor divino. Para los esposos, la unión de cuerpos debe ser una expresión de ese amor y por ende un don de Dios. San José y María Santísima, sin embargo, permanecieron vírgenes por razón de su privilegiada misión en relación a Jesús. La virginidad, como donación total a Dios, nunca es una carencia; abre las puertas para comunicar el amor divino en la forma mas pura y sublime. Dios habitaba siempre en aquellos corazones puros y ellos compartían entre sí los frutos del amor que recibían de Dios.

Dolor y Alegría

San José y Jesús (Ft img)

Desde su unión matrimonial con María, San José supo vivir con esperanza en Dios la alegría-dolor fruto de los sucesos de la vida diaria.

En Belén tuvo que sufrir con la Virgen la carencia de albergue hasta tener que tomar refugio en un establo. Allí nació el Jesús, Hijo de Dios. El atendía a los dos como si fuese el verdadero padre. Cual sería su estado de admiración a la llegada de los pastores, los ángeles y mas tarde los magos de Oriente. Referente a la Presentación de Jesús en el Templo, San Lucas nos dice: “Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él”.(Lc 2,33).

Después de la visita de los magos de Oriente, Herodes el tirano, lleno de envidia y obsesionado con su poder, quiso matar al niño. San José escuchó el mensaje de Dios transmitido por un ángel: “Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle” (Mt 2,13). San José obedeció y tomo responsabilidad por la familia que Dios le había confiado.

San José tuvo que vivir unos años con la Virgen y el Niño en el exilio de Egipto.
Esto representaba dificultades muy grandes: la Sagrada familia, siendo extranjera, no hablaba el idioma, no tenían el apoyo de familiares o amigos, serían víctimas de prejuicios, dificultades para encontrar empleo y la consecuente pobreza. San José aceptó todo eso por amor sin exigir nada, siendo modelo ejemplar de esa amorosa obediencia que como hijo debe a su Padre en el cielo.

Lo mas probable es que San José haya muerto antes del comienzo de la vida pública de Jesús ya que no estaba presente en las bodas de Canaá ni se habla mas de él. De estar vivo, San José hubiese estado sin duda al pie de la Cruz con María. La entrega que hace Jesús de su Madre a San Juan da también a entender que ya San José estaba muerto.

Según San Epifanius, San José murió en sus 90 años y el Venerable Beda dice que fue enterrado en el Valle de Josafat.

Patrono de la Iglesia Universal

El Papa Pío IX, atendiendo a las innumerables peticiones que recibió de los fieles católicos del mundo entero, y, sobre todo, al ruego de los obispos reunidos en el concilio Vaticano I, declaró y constituyó a San José Patrono Universal de la Iglesia, el 8 de diciembre de 1870.

¿Que guardián o que patrón va a darle Dios a su Iglesia? pues el que fue el protector del Niño Jesús y de María.

Cuando Dios decidió fundar la familia divina en la tierra, eligió a San José para que sea el protector y custodio de su Hijo; para cuando se quiso que esta familia continuase en el mundo, esto es, de fundar, de extender y de conservar la Iglesia, a San José se le encomienda el mismo oficio. Un corazón que es capaz de amar a Dios como a hijo y a la Madre de Dios como a esposa, es capaz de abarcar en su amor y tomar bajo su protección a la Iglesia entera, de la cual Jesús es cabeza y María es Madre.

Devoción a San José

Una de las mas fervientes propagadoras de la devoción a San José fue Santa Teresa de Ávila. En el capítulo sexto de su vida, escribió uno de los relatos mas bellos que se han escrito en honor a este santo:

“Tomé por abogado y protector al glorioso San José, y encomiéndeme mucho a el. Vi claro que así de esta necesidad, como de otras mayores, este padre y señor mío me saco con mas bien de lo que yo le sabia pedir. No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa tan grande las maravillosas mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma; de este santo tengo experiencia que socorre en todas las necesidades, y es que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra, que como tenia nombre de padre, y le podía mandar, así en el cielo hace cuanto le pide. Querría yo persuadir a todos que fuesen devotos de este glorioso santo por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios”.

Otros santos que también propagaron la devoción a San José fueron San Vicente Ferrer, Santa Brígida, San Bernardino de Siena (que escribió en su honor muy hermosos sermones) y San Francisco de Sales, que predicó muchas veces recomendando la devoción al Santo Custodio.


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Las enseñanzas de San José https://www.reinadelcielo.org/las-ensenanzas-de-san-jose/ Fri, 15 Mar 2024 09:14:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=19509 ]]> San José es creado por Dios Padre y al mismo tiempo es padre adoptivo de Dios Hijo. Es el Hombre justo (hombre en quien Dios se complace). Elegido para participar en el misterio divino de la redención.

A José. Debido a la trascendencia de su misión. Dios le otorga virtudes teologales y humanas muy especiales. Desposado con María, la llena de gracia. Es al mismo tiempo padre legal de Jesucristo, quien es la fuente de toda gracia. Lo que se puede señalar de él son sólo pinceladas de su grandeza humana.

Este hombre que acunó amorosamente a Jesús desde su nacimiento, y siguió cuidadosamente sus pasos, forjando a su hijo en la fe y los valores, fue engalanado de virtudes grandes.
Algunas de sus enseñanzas:

San José y Jesús (Ft img)

Hombre de silencio y de oración. Permanece en diálogo constante con su Creador.

Hombre obediente, dispuesto a cambiar su voluntad y sujetarse a los planes divinos. Cumple los mandatos de Dios sin importar el cansancio, esfuerzo.

Hombre lleno de amor, compasión y misericordia. A pesar de su dolor al no entender la maternidad de María, busca proteger su honra, su vida y la del niño. Piensa repudiarla en secreto.

Hombre trabajador, protector, honesto. Vive del trabajo de sus manos con lo que sostiene a su esposa y a su hijo.

Formador. Consciente de su misión enseña a su hijo la fe, la oración, las virtudes teologales y humanas. Además de su oficio de carpintero.

Hombre sencillo y humilde. No busca protagonismos. Apenas aparece en momentos claves. Es del linaje de David, desposado con María, se le aparece un ángel en sueños para decirle que no tema recibir por esposa a María porque lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo. Más adelante para salvar al Niño Jesús, el ángel en sueños le ordena huir a Egipto, se le menciona en la presentación del niño en el templo cuando se dice que Jesús es hijo de José el carpintero.

Hombre de paz. Participa en el misterio, se asombra, lo contempla, lo medita. Y como María lo acepta con gozo y gran paz en su corazón.

Probado en el dolor como el gran sufrimiento moral al dudar sobre María, al no encontrar posada para que nazca su hijo, en la huida a Egipto, cuando lo pierden durante tres días y lo encuentran en el templo, en el empadronamiento en donde conocio el anunció de Simeón de que una espada atravesaría el corazón de María.

Hombre sabio. Con gracias especiales en atención a su misión como padre adoptivo de Jesús.

José y María son modelos de perfección. Tienen en común, al igual que su Hijo Jesús, un anhelo profundo de hacer la voluntad del Padre. Permitieron que la voluntad de Dios reinara en sus vidas y los elevara como personas.

Pidamos la gracia de poder decir de forma comprometida…” Venga tu Reino, para que Dios reine en el corazón y que la propia voluntad quede sujeta a él. De tal forma que se haga su voluntad así en la tierra como en el cielo”, Mt 6,10.

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Fuente: Catholic.net


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Los siete domingos de San José https://www.reinadelcielo.org/los-siete-domingos-de-san-jose/ Wed, 13 Mar 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=27031 ]]>

Los siete domingos de san José son una costumbre de la Iglesia para preparar la fiesta del 19 de marzo. La meditación de los “dolores y gozos de san José” ayuda a conocer mejor al santo Patriarca y a recordar que también él afrontó alegrías y dificultades.

La Iglesia, siguiendo una antigua costumbre, prepara la fiesta de san José, el día 19 de marzo, dedicando al Santo Patriarca los siete domingos anteriores a esa fiesta en recuerdo de los principales gozos y dolores de la vida de San José.

En concreto, fue el Papa Gregorio XVI quien fomentó la devoción de los siete domingos de san José, concediéndole muchas indulgencias; pero S.S. Pío IX les dio actualidad perenne con su deseo de que se acudiera a San José, para aliviar la entonces aflictiva situación de la Iglesia universal.

Los siete dolores y gozos de san José

Primer domingo de san José

Primer dolor: Estando desposada su madre María con José, antes de vivir juntos se halló que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo (Mt 1,18).

Primer gozo: El ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, pues lo concebido en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús (Mt 1, 20-21).

Meditaciones: 1º domingo de san José (audio y texto)

Primera reflexión para meditar durante los siete domingos de san José. Los temas propuestos son: la devoción de los siete domingos de san José; la misión del padre de Jesús

Segundo domingo de san José

Segundo dolor: Vino a los suyos, y los suyos no le recibieron (Jn 1,11).

Segundo gozo: Fueron deprisa y encontraron a María, a José y al niño reclinado en el pesebre (Lc 2,16).

Meditaciones: 2º domingo de san José (audio y texto)

Segunda reflexión para meditar durante los siete domingos de san José. Los temas propuestos son: san José, padre amado; modelo de padre; patrono de la familia.

Tercer domingo de san José

Tercer dolor: Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de que fuera concebido en el seno materno (Lc 2,21).

Tercer gozo: Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados (Mt 1, 21).

Meditaciones: 3º domingo de san José (audio y texto)

Tercera reflexión para meditar durante los siete domingos de san José. Los temas propuestos son: san José enseña a Jesús; Jesús escucha la ley de labios de José; José experimenta la ternura de Dios.

Cuarto domingo de san José

Cuarto dolor: Simeón los bendijo, y dijo a María, su madre: Mira, éste ha sido puesto como signo de contradicción para que se descubran los pensamientos de muchos corazones (Lc 2, 34-35).

Cuarto gozo: Porque han visto mis ojos tu salvación, la que preparaste ante todos los pueblos; luz para iluminar a las naciones (Lc 2, 30-31).

Meditaciones: 4º domingo de san José (audio y texto)

Cuarta reflexión para meditar durante los siete domingos de san José. Los temas propuestos son: cómo obedece san José; el recogimiento necesario para escuchar a Dios; con su obediencia anticipa la de Jesús.

Quinto domingo de san José

Quinto dolor: El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y estate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo (Mt 2,13).

Quinto gozo: Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que dice el Señor por el profeta: “De Egipto llamé a mi hijo” (Mt 2,15).

Meditaciones: 5º domingo de san José (audio y texto)

Quinta reflexión para meditar durante los siete domingos de san José. Los temas propuestos son: José acoge los planes divinos; descubrir a Dios en la realidad diaria; la coherencia del modo de hacer de Dios.

Sexto domingo de san José

Sexto dolor: Él se levantó, tomó al niño y a su madre y regresó a la tierra de Israel. Pero al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, temió ir allá (Mt 2, 21-22).

Sexto gozo: Y fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo dicho por los profetas: será llamado Nazareno (Mt 2,23).

Meditaciones: 6º domingo de san José (audio y texto)

Sexta reflexión para meditar durante los siete domingos de san José. Los temas propuestos son: dificultades y creatividad en la vida de José; la actitud ante los problemas de una familia corriente; acoger la luz de Dios en lo ordinario.

Séptimo domingo de san José

Séptimo dolor: Le estuvieron buscando entre los parientes y conocidos, y al no hallarle, volvieron a Jerusalén en su busca (Lc 2, 44-45).

Séptimo gozo: Al cabo de tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y haciéndoles preguntas (Lc 2,46).

Meditaciones: 7º domingo de san José (audio y texto)

Séptima reflexión para meditar durante los siete domingos de san José. Los temas propuestos son: Jesús trabajó junto a José; redescubrir el valor del trabajo; trabajo y oración, oración y trabajo.

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Fuente: opusdei.org


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Novena a San José https://www.reinadelcielo.org/novena-a-san-jose/ Mon, 11 Mar 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=6197 Te invitamos a rezar esta novena.]]>
  • Señal de la Cruz.
  • Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en Ti espero, adoro y Os amo.
  • Señor y Dios Nuestro ilumina nuestro camino para ser dignos hijos y muéstranos en Tu Santo hijo José, el dulce y puro camino hacia Ti. Amén.
  • Primer Día: San José, enséñame a tener fe.

    Flor 3

    Querido San José, vos que sos mi amigo, que fuiste de Jesús, su Papá adoptivo, enséñame a tener una radiante fe. Vos sabés cuán difícil es a veces creer, cuán fácil para mí es caer. Los miedos, la razón, mi conveniencia, el mundo es para mí como granizo que me alejan de Jesús y Sus designios. Sabés cuántas cosas no comprendo, y podés leer en mi corazón cuando me oscurezco. Dame una fe viva, una fe que solo entienda que el Señor es mi Maestro, y que corrió por mí todos los riesgos hasta morir en el Madero. Que vuelva a creer, que le sea fiel y que persevere en Él. Amén.

    Padre Nuestro, Avemaría y Gloria

    Segundo Día: Dame, San José, la pureza que ilumina y guía.

    Querido hermano, San José, ayúdame con este gran don, el don de los elegidos del Señor. Vos que la pureza supiste guardar, y fuiste digno de tal confianza que el mismo Dios  te dio a Su Esposa Amada, María. Yo puedo comprender cuánto latía tu corazón por aquella Mujer Purísima, a la que te supiste entregar en corazón, alma y vida. Ella que era tan preciosa por su presencia, lo era más aún por su santidad. Vos la supiste cuidar y amar de verdad como tierno y puro esposo. Custodia mi alma para que tenga pureza de pensamiento, palabra y obras. Amén.

    Padre Nuestro, Avemaría y Gloria

    Tercer Día: San José, dame el don de la fortaleza.

    Querido San José, dame el don de la fortaleza. Enséñame que no hay adversidad que con Dios no se pueda alejar o cambiar. Dame la fortaleza de ánimo y de espíritu, para hacer frente a los peligros de esta vida y saberlos llevar con la alegría de los que en Dios confían. Enséñame que cada obstáculo no es una amenaza sino una enseñanza. Que aunque a veces la cruz es pesada, Jesús junto a mí la arrastra y que unidos venceremos. Porque si Dios está conmigo a qué temo, qué cosas no puedo. El camina conmigo en el Huerto y en el desierto, y juntos vamos al Cielo. Hazme fuerte en mis batallas, para que yo sea a Su semejanza y deje en esta tierra Su Huella Santa. Y como vos en Nazaret, Belén, Egipto y Jerusalén haz que con mi cruz pueda yo vencer. Amén.

    Padre Nuestro, Avemaría y Gloria

    Cuarto Día: Enséñame, San José, a comprender.

    Flor 3

    San José, enséñame a los designios de Dios comprender, aún aquellos a los que mi corazón dice “no sé”. Quita de mi alma esas dudas que producen amargura. Y haz que como un hijo confiado le entregue a Jesús mi vida, mi amor y mi trabajo. Para sentirme liberado. Y así como vos con fe comprendiste a María, haz que pueda comprender y me entregue a la Voluntad de Dios en mi vida. Y lo que yo diga “no sé” también se lo entregue a Él, porque Él quiere tan solo mi bien. Amén.

    Padre Nuestro, Avemaría y Gloria

    Quinto Día: San José, dame el don de la prudencia.

    San José, vos sabes cuánto me cuestan mis modos… y también conocer los tiempos…  San José, aquieta mi alma para que tenga prudencia, que conozca y actúe del modo y en el tiempo necesario para que mis obras alcancen un buen fin. Que tenga un corazón prudente, para ordenar mi vida y otras vidas. Que mis miedos, enojos y ansiedades no ahoguen esta gracia. Haz que las contradicciones del mundo sean sanadas por este don, pues la prudencia es pariente de la fe y la esperanza que todo lo alcanzan y mueven   montañas. San José enséñame a “prudentemente” mover montañas… Amén.

    Padre Nuestro, Avemaría y Gloria

    Sexto Día: San José, haz que triunfe en mi corazón el amor.

    San José, vos que amaste y que tanto lloraste, pero supiste ver en la tribulación y el dolor de tus días la Gracia de las Manos de Dios que te abrazan y levantan. San José, que tantas penumbras, trabajos, miedos y riesgos soportaste en tu corazón. Que tantas preocupaciones te aquejaban: tu familia, el trabajo, los parientes, amigos y vecinos. También aquellos que los sabías tus enemigos. Pero que con el escudo del amor y la  espada de la Verdad, enfrentaste y ganaste. Haznos un corazón amoroso, donde el  servicio, la bondad y la verdad brillen con alegría en nuestras vidas. Amén.

    Padre Nuestro, Avemaría y Gloria

    Séptimo Día: San José, dame un corazón paciente.

    San José, dame un corazón paciente. La paciencia es la virtud de los Santos, porque nos hace abandonarnos en el Corazón de Jesús que es la protección y omnipotencia de Dios que se regala a los hombres. En medio de la adversidad es entregar. Dame paciencia San José, para saber esperar contra toda esperanza; para poder perseverar en medio de las tormentas; dame paciencia cuando a Dios no vea, para poder hallar Su paz y entregar. Porque Él siempre está y Su amor no me va a dejar. Él me vino a llamar y a buscar, Él me quiere de verdad  y me va a ayudar. Dame paz para aceptar y cumplir Su Voluntad. Amén.

    Padre Nuestro, Avemaría y Gloria

    Octavo día: La humildad de José.

    Flor 5

    San José, vos sí que fuiste un hombre humilde. No por ser carpintero, pues ese oficio te hacia sabio. No por tus manos de trabajo, ni por tus logros humanos. Sino porque sentiste de lo Alto el “llamado” y respondiste. Te vestiste siempre de “tu nada” frente  a la Palabra en la que descansaba tu alma y a La que amabas. Llevaste una vida casta y solo en Dios depositabas tu mirada, para “escuchar” lo que Él te enseñaba, y quitar también toda cizaña. Haz San José que yo también Le entregue “mi nada”, para depositar mi corazón en Su Corazón Precioso, ese Corazón Amante de los hombres, que es Corazón de Padre, Hijo y Esposo y que nos llama a todos para entregarnos el Tesoro escondido, ese Tesoro que es el mismo Cristo y que nos lleva al Cielo prometido. San José hazme humilde, siempre humilde. Amén.

    Padre Nuestro, Avemaría y Gloria

    Noveno Día: San José, enséñame los dones de la  alegría y la oración.

    Flor 4

    San José enséñame tu alegría. Y cómo no vas a tener alegría si tu esposa es la Virgen María y tu hijo, Jesús, Dios, Rey y Señor de nuestras vidas. Cómo no vas a tener alegría al tener al Niño Jesús en tus  brazos y mimarlo, sentir sus abrazos y enseñarle, y morir en Sus Brazos… Cómo no vas a tener alegría si tu vida era confianza infinita a la Voluntad Divina, si por Ella hacías y deshacías y por Ella tu alma ardía. Enséname a orar para confiar y vencer en mi debilidad, para amar de verdad y cumplir siempre la Santa Voluntad. San José fiel custodio de Jesús y María custodia mi alma y mi hogar, y haz que mi alma se encienda en gozo de tenerte a vos como patrono. Amén

    Padre Nuestro. Avemaría y Gloria

    San José ¡Ruega por nosotros!

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    Asociación de Fieles
    Misioneros de Nuestra Señora del Cielo
    nuestrasenoradelcielo.net


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    El matrimonio de la Virgen María y San José https://www.reinadelcielo.org/el-matrimonio-de-la-virgen-maria-y-san-jose/ Mon, 22 Jan 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=2246 El matrimonio de María y de José es una verdad clara y repetidamente enseñada en el Evangelio. En una primera etapa se celebraba el matrimonio legal (verdadero matrimonio hasta tal punto que si a la mujer se la sorprendía en adulterio se la podía lapidar) y después de un tiempo, un año más o menos, el esposo la llevaba solemnemente a su casa. Antes, pues, de convivir con María, José es el esposo de María. Por eso el ángel de parte de Dios le dice que no tema tomar a María, su mujer, en su casa.

    Pues bien, “el hecho de ser ella la esposa prometida de José está contenido en el designio mismo de Dios”(RC 1), lo que significa que San José pertenece al orden hipostático. Cuando Dios se dirige a él lo hace en calidad de esposo de María, y lo que ha sucedido en ella por obra del Espíritu Santo es una afirmación del vinculo esponsal, existente ya entre María y José Y este vínculo esponsal se había realizado por voluntad de Dios y, consiguientemente, hay que conservarlo. En su maternidad divina María tiene que continuar viviendo como una virgen desposada con un hombre llamado José. De ahí que intervenga de nuevo el Señor por medio del ángel y le diga a José que tiene que tomar a María, su mujer en su casa para ratificar y culminar este matrimonio. “En estas palabras de la ´anunciación nocturna` José escuchó no solo la verdad divina acerca de la inefable vocación de su esposa, sino que también vuelve a escuchar la verdad sobre su propia vocación. Este hombre justo que en el espíritu de las más nobles tradiciones del pueblo elegido amaba a la Virgen de Nazaret y se había unida a ella con amo esponsal, es llamado de nuevo por Dios a este amor”(RC 19).

    El matrimonio de José y María es un matrimonio que se realiza por voluntad de Dios, especialmente en la segunda etapa. Es un matrimonio llevado a cabo por el Espíritu Santo, en el que prima el más sublime y más puro amor. Como dice le Abad Ruperto de Deutz: “Oh matrimonio verdadero y santo, matrimonio celeste y no terreno, pues ¿cómo o en qué estuvieron maritados? Ciertamente en que entre ellos no había más que un espíritu, una sola fe; sólo no existió allí la corrupción de la carne…en que la vida de los esposos y su unión era totalmente celeste, del Espíritu Santo era el amor conyugal de ambos, cuyo trato era en los cielos y en ambos tenía la primacía. Dios había encomendado a la mujer a la fe de este marido, y formando la humanidad (de Jesús) de la carne de la Virgen había infundido radicalmente, totalmente en este varón paterno el amor a aquel niño que de ella nacía” (Commentarium in Matheum, l.I, PL 170,3919). “Su amor, como hombre, ha sido regenerado por el Espíritu Santo… José, obediente al Espíritu Santo, encontró justamente en él la fuente del amor, de su amor esponsal de hombre y este amor fue más grande que el que de aquel varón justo podía esperarse, según la medida del propio corazón humano”(RC 19)

    María, unida a José, el hombre justo, por un estrechísimo vínculo de amor y José, mediante el sacrificio total de sí mismo, expresa su amor generoso hacia la Madre de Dios haciéndole don esponsal de sí (RC 20); se aman con abismos de amor que hay en sus corazones; estos abismo de amor son la grandeza de María, en sentir de Santa Teresita.

    Y como el matrimonio es el máximo consorcio y amistad, -al que de por sí va unida la comunión de bienes- se sigue que si Dios ha dado a José como esposo a la Virgen María se lo ha dado no solo como compañero de vida, testigo de la virginidad y tutor de la honestidad, sino también para que participase por medio el pacto conyugal de su excelsa grandeza”.(RC 20).

    Este amor es la vida de la Sagrada Familia, la Trinidad de la tierra, para dar a entender que si el amor es la esencia de la Trinidad del cielo –el amor que su esencia se decía- lo es también de la Trinidad de la tierra. No se comprende que María pertenezca al orden hipostático y que no pertenezca san José, que por el matrimonio es carne de María. Es el matrimonio de José y María el que es ordenado por voluntad de Dios desde toda la eternidad a la realización del misterio de la Encarnación.

    “La familia de Nazaret, inserta directamente en el misterio de la Encarnación constituye un misterio especial. Y –al igual que en la Encarnación- a este misterio pertenece también una verdadera paternidad: la forma humana de la familia del Hijo de Dios, verdadera familia humana formada por el misterio divino. En esta familia José es el Padre.”(RC 21).

    Este matrimonio de José y María, contenido en el designio eterno de Dios, inspirado y llevado a cabo por el Espíritu Santo y realizado por voluntad expresa de Dios en su segunda etapa, está totalmente ordenado y únicamente a acoger el misterio de la Salvación, al Salvador del mundo, que tenía que nacer por disposición de Dios desde la eternidad de una virgen María, desposada con un hombre llamado José.

    P. Román Llamas, ocd

    fuente: http://www.bloguerosconelpapa.org

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    ¡Camina a Belén! https://www.reinadelcielo.org/camina-a-belen/ Thu, 21 Dec 2023 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=403 ]]> Mi esposa escribió, en momentos de dolor y sufrimiento, estas palabras de consuelo:

    Si la incomprensión te pesa, camina a Belén.
    Si la soledad te acompaña, camina a Belén.
    Si la tribulación y el dolor inundan tu corazón, camina a Belén.
    Si te sientes derrotado y el mundo te ha traicionado, camina a Belén,
    porque allí se encuentra el Niño que para ti ha nacido,
    y desde Su pobre cuna te muestra que viene a derrotar toda tristeza,
    y darte una vida nueva,
    para que en tu corazón siempre florezca el amor y la paz verdadera.

    ¡Oh Belén que en todos los corazones Jesús te quiere poner!

    Hoy quiero meditar estas palabras, frase por frase, en la Luz de la Navidad que Jesús quiere poner en nuestras almas, para mejor preparación de nuestro corazón a la Venida del Niño que tanto esperamos.

    Si la incomprensión te pesa, camina a Belén.

    María y el niño

    María caminaba en silencio, incomprendida por el mundo, y sin poder explicarle a la gente cual era la realidad que realmente la llenaba de gozo, y de dolor. El gozo y el dolor eran como un ramo de hermosas rosas que perfumaban su alma, pero llenas de espinas que hacían difícil tomarlas con las manos sin lastimarse. ¿Cómo borrar esa incomprensión sin decir que el Dios de lo alto había anidado en su Vientre? Las habladurías, las críticas de los familiares, las miradas esquivas, ¡cómo dolían en su alma! El silencio fue siempre el compañero fiel de María, por eso Ella caminó a Belén simplemente guardando estas cosas en su Corazón.

    Si la soledad te acompaña, camina a Belén.

    José y el burrito iban con Ella, y sin embargo la soledad la envolvía con más dureza que el frío del camino. José la miraba con palabras de consuelo, tratando de no mostrar el dolor que laceraba su interior. María estaba acompañada por la hermana soledad, esa amiga que se empeña en unirse a nosotros cuando más necesitaríamos el calor del mundo, las miradas comprensivas, los abrazos de bienvenida, el aceptar sin preguntar, el confiar sin saber. La hermana soledad nos llama entonces a cerrar los ojos y a ir de su mano por los estrechos senderos de nuestra alma, al encuentro del que nos espera en Su cuna de Belén.

    Si la tribulación y el dolor inundan tu corazón, camina a Belén.

    María, portadora en su vientre del más maravilloso Tesoro que jamás pudiera haber existido, fue rechazada como si fuera una molestia, un motivo de distracción para los que gozaban del calor de las posadas, de los hogares donde acudieron por ayuda. José estaba en su pueblo, en su Belén, y sin embargo no fue escuchado por sus propios familiares o amigos. ¡Cuánto dolor y tristeza hizo nido en los corazones de estas purísimas almas! Pero María sabía que el sufrimiento, cuando es extremo, anuncia la cercanía de grandes Gracias. ¡Ella, Nuestra Señora de la Alta Gracia, la Gracia de ser Madre del Salvador!

    Si te sientes derrotado y el mundo te ha traicionado, camina a Belén,
    porque allí se encuentra el Niño que para ti ha nacido,
    y desde Su pobre cuna te muestra que viene a derrotar toda tristeza,
    y darte una vida nueva,
    para que en tu corazón siempre florezca el amor y la paz verdadera.

    Anunciación de la Virgen

    El estallido de dolor ante la traición de los cercanos, y de los lejanos, y el fracaso ante los ojos del mundo, fue reemplazado por un estallido de Gloria. María vio esos Ojos que la miraban desde un montoncito de paja y polvo, y comprendió que todo había tenido sentido, como anticipando la Cruz que como espada iba a atravesar su Corazón, pero también viendo las puertas del Reino de Dios que se abrirían ante la reconciliación de Dios con Su Criatura. María vio como el camino a Belén derrotó los dolores del mundo e invitó a la Gloria de los angeles que nos cantan a nosotros aún hoy sobre la “paz a los hombres de buena voluntad, a los que verdaderamente aman al Señor”.

    ¡Oh Belén que en todos los corazones Jesús te quiere poner!

    Ayer, hoy y siempre, la humildad de Belén es puesta por Jesús en nuestro pesebre interior, nuestro corazón. Como lo hizo María, Él espera de nosotros obediencia heroica, humildad en el silencio, entrega en el dolor, aceptar sin comprender, caminar sin ver el camino, oración aún cuando duela, caminar aunque las piedras traspasen nuestros pies. Belén está delante de nosotros, fulgurante, majestuosa, aunque escondida a los ojos del mundo.

    Ese es nuestro secreto, compartido con María. Belén, nuestra Belen Celestial, en la que el Niño por nacer nos espera. Hermano, hermana, no mires atrás.

    ¡Sólo camina a Belén!


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    Rosario a San José https://www.reinadelcielo.org/rosario-a-san-jose/ Thu, 02 Mar 2023 18:15:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=27122 ]]> Ha empezado el año dedicado a san José, castísimo esposo de la Virgen María, custodio paternal de nuestro Señor Jesús. Y en un tiempo tan necesitado de virtudes, mirar a san José es ¡más que una buena idea!

    Las virtudes de san José son hermosas porque tienen que ver con el cotidiano hacer. Él mejor que nadie sabe lo que es tener tareas que parecen descomunales frente a las pequeñas capacidades humanas. Nos enseña, que confiando a Dios todo, la vida entera, no hay labor imposible.

    Ahora podrás estar preguntándote ¿cómo es eso del rosario a san José? El rosario a san José es una devoción no muy difundida, aunque su origen se remonta al año 1871. En esa fecha, su Santidad, el papa Pio IX proclamó promover la devoción a san José, esposo de la Virgen María (Inclytum Patriarcham).

    Esta devoción es muy practicada en algunos lugares de Colombia, y son los hombres quienes acostumbran hacerlo, se reza además los días miércoles, día consagrado por la Iglesia para venerar a san José.

    Un rosario diferente

    El rosario a san José usualmente está compuesto por septenarios (cinco grupos de siete cuentas), separados por una cuenta entre grupo y grupo donde se anuncia el misterio. Y la medalla que acompaña este rosario es precisamente, la medalla de san José.

    Es precioso pensar que a través de este rosario es el mismo José quien lleva nuestras oraciones a los pies de María, nuestra Madre, para que interceda por nosotros. ¡Es como ver a un devoto esposo llevar el más hermoso ramo de rosas a su amada!

    1. Oración Inicial

    Empezamos tomando el rosario justo donde está la medalla de san José, luego de hacernos la señal de la cruz, rezamos la siguiente oración:

    «San José, que con amor trabajaste la madera para en esta vida, vida pasajera, a tu familia el pan de cada día proveer. Oh san José, ahora en el cielo con Cristo, que extendido en el madero en el que vida eterna al hombre dio, enséñanos a reconocer, en el quehacer de cada día el camino hacia Dios».

    2. Los misterios (mirando con los ojos de san José)

    Además de meditar las virtudes de san José, este rosario nos invita a mirar con sus ojos los distintos eventos que rodearon la vida de nuestro Salvador. 

    Mirar con los ojos de un padre que muchas veces tuvo miedo, que tuvo la preocupación de sacar a su familia adelante, que sufrió persecuciones y que trabajó arduamente. Y todo esto, siempre de la mano de Dios con una fuerza de hombre fortalecida por la fe inquebrantable en Dios.

    Aquí hemos encontrado diversas formas en la devoción popular para meditar los misterios, les ofrecemos dos:

    Primera opción

    Hace énfasis en contemplar los acontecimientos de la vida de Jesús de los que José fue testigo directo:

    — La anunciación a José (Mateo 1:18-21). Contemplamos el gozo de José al recibir el encargo de tomar a María, Virgen, como esposa quien llevaba en el seno a Jesús.

    — El nacimiento de Jesús (Mateo 2:1-12; Lucas 2:1-20). Contemplamos a José hombre, con el encuentro de lo divino, testigo de los coros de ángeles y de la presencia de la grandeza de Dios en el nacimiento de Jesús.

    — La circuncisión y la atribución del nombre de Jesús (Lucas 2:21, Mateo 1:20-21). Contemplamos a José fiel cumplidor de la voluntad y de la ley de Dios.

    — La presentación en el Templo (Lucas 2:22-38). Contemplamos a José devoto padre que acompaña a su hijo en el inicio de su vida religiosa.

    — La huída en Egipto (Mateo 2:13-15). Contemplamos a José valeroso, jefe de familia que en momento de adversidad no duda en poner a su familia a salvo.

    — El regreso a Nazaret (Mt 2:23). Contemplamos a José, confiado en la palabra del Señor que regresa y dedica su vida no solo a ganar el sustento para ella sino también a la educación de Nuestro Señor.

    — El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo ( Lucas 2:44-46). Contemplamos a José, padre como cualquiera que sufre con las decisiones de su hijos pero confía plenamente en los designios del Señor.

    Cada misterio se anuncia en las cuentas que separan cada grupo de siete (o cinco) cuentas, en cada cuenta rezaremos un Ave José :

    «Dios te salve José, lleno de la gracia divina.

    Entre tus brazos descansó El Salvador y ante tus ojos creció.

    Bendito eres entre todos los hombres,

    y bendito es Jesús, el hijo divino de tu Virginal Esposa.

    San José, padre adoptivo de Jesús,

    ayúdanos en nuestras necesidades familiares, de salud y de trabajo,

    hasta el fin de nuestros días, y socórrenos a la hora de nuestra muerte. Amén».

    Otra oración:

    «Salve, José, hombre justo, Dios te escogió como esposo de María y Jesús te honró con el nombre de padre.
    Salve, custodio del Redentor y protector de la Iglesia universal, 
    Protege nuestras familias y asístenos en la hora de la muerte. Amén».

    Segunda opción

    La segunda fórmula que hemos escogido, resalta las virtudes de este santo entre los santos:

    Primera virtud de san José

    «Por el tiempo que a María esperaste, danos la virtud para en silencio pacientemente esperar, esto es danos la paz».

    Un Padrenuestro y cinco (o siete, dependiendo del rosario) Ave José:

    — Dios te salve, oh José, esposo de María, ¡lleno de gracia! Jesús y su Madre están contigo: bendito tú eres entre todos los hombres y bendito es Jesús, el Hijo de María. 

    — San José ruega por nosotros, los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. 

    — Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

    — Como era en un principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

    Jaculatoria: Amado san José haz crecer en mí la fe, que en ella buscaré, la esperanza y caridad.

    Segunda virtud de san José

    «Por aceptar en castidad para María desposar, danos la virtud para vivir en pureza y castidad».

    Un Padrenuestro y cinco (o siete, dependiendo del rosario) Ave José:

    — Dios te salve, oh José, esposo de María, ¡lleno de gracia! Jesús y su Madre están contigo: bendito tú eres entre todos los hombres y bendito es Jesús, el Hijo de María. 

    — San José ruega por nosotros, los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

    — Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 

    — Como era en un principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

    Jaculatoria: Amado san José haz crecer en mí la fe, que en ella buscaré, la esperanza y caridad.

    Tercera virtud de san José

    «Por aceptar la paternidad de Jesús, danos la virtud para solo hacer la voluntad de Dios».

    Un Padrenuestro y cinco (o siete, dependiendo del rosario) Ave José 

    — Dios te salve, oh José, esposo de María, ¡lleno de gracia! Jesús y su Madre están contigo: bendito tú eres entre todos los hombres y bendito es Jesús, el Hijo de María. 

    — San José ruega por nosotros, los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

    — Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 

    — Como era en un principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

    Jaculatoria: Amado san José haz crecer en mí la fe, que en ella buscaré, la esperanza y caridad.

    Cuarta virtud de san José

    «Por el día que todo dejaste para tu Hijo salvar, danos la virtud para cumplir lo que Dios pida y vivir, como tú, en santa obediencia».

    Un Padrenuestro y cinco (o siete, dependiendo del rosario) Ave José:

    — Dios te salve, oh José, esposo de María, ¡lleno de gracia! Jesús y su Madre están contigo: bendito tú eres entre todos los hombres y bendito es Jesús, el Hijo de María. 

    — San José ruega por nosotros, los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

    — Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 

    — Como era en un principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

    Jaculatoria: Amado San José haz crecer en mí la fe, que en ella buscaré, la esperanza y caridad.

    Quinta virtud de san José

    «Por el día que tú Hijo encontraste hablando con sabiduría y callaste, danos la virtud de callar y aprender a escuchar al que en nombre de Dios habla».

    Un Padrenuestro y cinco (o siete, dependiendo del rosario) Ave José:

    — Dios te salve, oh José, esposo de María, ¡lleno de gracia! Jesús y su Madre están contigo: bendito tú eres entre todos los hombres y bendito es Jesús, el Hijo de María. 

    — San José ruega por nosotros, los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

    — Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 

    — Como era en un principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

    Jaculatoria: Amado San José haz crecer en mí la fe, que en ella buscaré, la esperanza y caridad.

    3. Oración final

    Luego de los misterios podemos utilizar cualquiera de las siguientes oraciones, seguidas de las letanías a san José:

    «Acuérdate, oh castísimo esposo de la Virgen María, san José, mi amable protector, que nunca se oyó decir, que alguno de aquellos que invocaron tu protección e imploraran tu socorro, hubiese quedado sin consuelo. 

    Lleno de confianza, me presento ante ti y me encomiendo con fervor a tu patrocinio. No desatiendas mis oraciones, oh padre adoptivo del Redentor, mas bien escúchalas y acógelas. Amén».

    También puedes hacer esta:

    «¡Oh Dios, que con inefable providencia te dignaste elegir a san José para esposo de tu Santísima Madre; te rogamos nos concedas tenerlo como intercesor en el cielo, ya que lo veneramos como protector en la tierra. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén».

    «Gloria al Padre, al hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén».

    4. Letanías a san José

    «Señor, ten misericordia de nosotros (bis)

    Cristo, ten misericordia de nosotros. (bis)

    Señor, ten misericordia de nosotros. (bis)

    Cristo óyenos. (bis)

    Cristo escúchanos. (bis)

    Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.

    Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.

    Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

    Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.

    Santa María, ruega por nosotros.

    San José, ruega por nosotros.

    Ilustre descendiente de David, ruega por nosotros.    

    Luz de los Patriarcas, ruega por nosotros.  

    Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros.  

    Casto guardián de la Virgen, ruega por nosotros.  

    Padre nutricio del Hijo de Dios, ruega por nosotros.  

    Celoso defensor de Cristo, ruega por nosotros.  

    Jefe de la Sagrada Familia, ruega por nosotros.  

    José, justísimo, ruega por nosotros.  

    José, castísimo, ruega por nosotros.  

    José, prudentísimo, ruega por nosotros.  

    José, valentísimo, ruega por nosotros.  

    José, fidelísimo, ruega por nosotros.  

    Espejo de paciencia, ruega por nosotros.  

    Amante de la pobreza, ruega por nosotros.  

    Modelo de trabajadores, ruega por nosotros.  

    Gloria de la vida doméstica, ruega por nosotros.  

    Custodio de Vírgenes, ruega por nosotros.  

    Sostén de las familias, ruega por nosotros.  

    Consuelo de los desgraciados, ruega por nosotros.  

    Esperanza de los enfermos, ruega por nosotros.  

    Patrón de los moribundos, ruega por nosotros.  

    Terror de los demonios, ruega por nosotros.  

    Protector de la Santa Iglesia, ruega por nosotros.  

    Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.

    Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor,

    Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros».

    Concluimos el rosario a san José haciendo la señal de la cruz.

    Para tener en cuenta

    No te compliques si no tienes ese rosario en especial (de siete o cinco cuentas con la medalla de san José), puedes utilizar tu rosario normal e incluso rezar 10 Ave José en lugar de siete o cinco.

    La idea es que aprendas a rezarlo, medites en la misión de san José y juntos vayamos haciendo cada vez más conocida la devoción a este querido santo, patrono de la Iglesia universal.

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    Fuente: Catholic-link


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    Oración a San José https://www.reinadelcielo.org/oracion-a-san-jose/ Fri, 29 Apr 2022 08:30:48 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=10065

    Oración a San José

    Enséñanos, José, cómo se es “no protagonista”
    cómo se avanza sin pisotear,
    cómo se colabora sin imponerse,
    cómo se ama sin reclamar,
    cómo se obedece sin protestar,
    cómo ser eslabón entre presente y futuro,
    cómo luchar frente a tanta desesperanza,
    cómo sentirse eternamente joven.

    Dinos, José,
    cómo se vive siendo “número dos”
    cómo se hacen cosas fenomenales
    desde un segundo puesto,
    cómo se sirve sin mirar a quién,
    cómo se sueña sin más tarde dudar,
    cómo morir a nosotros mismos,
    cómo cerrar los ojos, al igual que tú,
    en los brazos de la Buena Madre.

    Explícanos
    cómo se es grande sin exhibirse,
    cómo se lucha sin aplauso,
    cómo se avanza sin publicidad,
    cómo se persevera y se muere uno
    sin esperanza de homenaje,
    cómo se alcanza la Gloria desde el silencio,
    cómo se es fiel sin enojarse con el cielo.
    Dínoslo, Buen Padre José.

    Amén


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    San José en la formación del Corazón de Jesús – 8 Letanías https://www.reinadelcielo.org/san-jose-en-la-formacion-del-corazon-de-jesus-8-letanias/ Fri, 25 Mar 2022 11:21:38 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=25728 ]]> En el primer viernes de junio, mes del Sagrado Corazón en el Año de San José, el padre José María Alsina Casanova, superior general de la Hermandad de Hijos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, nos deja una reflexión sobre el papel crucial de San José en la formación humana del corazón de su hijo.

    El Corazón de Jesús, ¿formado por San José?

    Hablar del Corazón de Jesús es hablar de la Encarnación del Hijo de Dios. “Dios nos amó con corazón humano” nos dice el Concilio Vaticano II. Ese corazón fue formado físicamente en las entrañas de María Virgen. San José no engendra físicamente a Jesús, pero si que le comunica “vida espiritual” en cuanto educador y, por tanto, formador de su “corazón humano”.

    Santo Tomás de Aquino reconoce que San José, a pesar de no haber engendrado a Jesús, merece, no obstante, el título de padre por haber cumplido todas las funciones paternas. Para el Angélico, el padre no es sólo el principio de la generación y la existencia sino también “de la educación y de la instrucción”. Esto llega a concluir que el papel de San José en la formación del Corazón humano del Hijo, es decir en la Encarnación, no es secundario, sino que su presencia ha sido fundamental. Presentamos a continuación 8 letanías del Corazón de Jesús en las que aparecen la huella profunda que San José ha dejado en la formación del corazón de su hijo.

    1.- Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre

    Ese corazón se ha formado en cuanto hombre como hijo tratando a San José. A él le dirigía cariñosamente la palabra Abba con la que luego enseñaría a sus discípulos a rezar y a dirigirse al Padre.

    2.- Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia

    La misericordia y la paciencia son virtudes que se aprenden en el hijo como fruto de saberse amado en su pequeñez y debilidad sobre todo por el padre. Jesús en cuanto hombre “aprendió” a ser paciente y misericordioso sabiéndose amado como niño por su padre José.

    3.- Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte

    Nos dice el evangelio de Lucas que “Jesús vivía sometido a sus padres”. La obediencia que le llevó a la Cruz fue ejercida en perfección atendiendo a las indicaciones de sus padres en Nazaret. Nos estremece pensar que el “hágase” de Getsemaní lo había pronunciado tantas veces secundando los mandatos de José.

    4.-Corazón de Jesús, traspasado por una lanza

    Fue un soldado el que atravesó físicamente el corazón de Cristo después de morir. Ese corazón traspasado nos habla de como a Jesús le afectan las alegrías y las penas de los hombres. Pensemos como Jesús sería educado en su sensibilidad humana contemplando la virtud de San José, aprendiendo a sufrir el mal y a alegrarse con el bien.

    Una entrevista a José María Alsina Casanova sobre la devoción a San José en el año que la Iglesia le está consagrando.

    5.- Corazón de Jesús, en quien el Padre se ha complacido

    El hijo se sabe Hijo en cuanto que el Padre se goza de tenerlo como tal. Jesús en cuanto hombre tuvo esa experiencia paterna de ver cómo José se llenaba de gozo al ejercer su misión de padre. Aquella palabra pronunciada por el Padre en el Jordán, “Este es mi Hijo amado en quien he puesto todas mis complacencias”, resonaría en el Corazón de Cristo como eco de la voz suave de su amado padre en la tierra, el Buen José.

    6.- Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo

    Los profetas hablaban del Mesías como el Consolador. San Ignacio de Loyola en sus Ejercicios dice que Jesús en la Resurrección realiza el “oficio de consolar”.

    ¿De quién aprendería a consolar sino de su padre José viendo como era descanso para su Madre María en días como aquel en el que se perdió en el templo?

    7.- Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra

    Dice Santo Tomás de Aquino que uno de los frutos de la caridad es la paz. En Nazaret hay paz porque aquella familia se quiere. En el amor que su padre José tiene a la Virgen, Jesús aprendería la gran lección de la paz y reconciliación que luego con su Cruz y Resurrección llenaría el mundo de esperanza.

    8.- Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren

    Parece la letanía mas adecuada para poner en los labios de San José, patrón de la buena muerte. Según la tradición, José moriría acompañado por Jesús y María. Mirando a Jesús, que tantas veces habría descansado en su regazo paterno, San José en el momento de la muerte descansaría en la paz con aquellas palabras que luego el Hijo pronunciaría en la Cruz: “Todo está cumplido”.

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    Fuente: Religión en Libertad


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