¡Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, del inefable poder que vuestro Hijo divino os ha dado sobre su Corazón adorable. Llenos de confianza acudimos a implorar vuestra protección! (ver artículo)
La resurrección del alma es encontrar el amor de Dios, y es EL el que hace arrancar nuestros motores para poder volar majestuosos, entregados a Su Potencia Salvadora, hacia el Reino de Cristo. (ver artículo)