Llegará un momento, y no está tan lejano, en que tendremos que aprender a sostener nuestra fe y nuestra vida comunitaria en Dios, en pocos sacerdotes. (ver artículo)
"Gritaba y maldecía", relató Carlo María Rossato, prior y rector del santuario de Monte Berico. "La presencia del maligno era evidente". (ver artículo)
Nunca llegaremos a comprender que una oración, pequeña o grande, dada en favor de las almas sufrientes, se la damos directamente a Dios. (ver artículo)