sacerdote católico – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 25 Nov 2016 19:52:46 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Del comunismo, los robos y el alcohol a sacerdote católico https://www.reinadelcielo.org/del-comunismo-los-robos-y-el-alcohol-a-sacerdote-catolico/ Fri, 25 Nov 2016 19:50:43 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=8263

Enrique Cabrera es de esos sacerdotes que encontraron su vocación tras experimentar una fuerte conversión. De hecho, este madrileño venía de una familia comunista y no creyente, en la que el nombre de Jesús nunca se pronunciaba en casa.

Tal y como relataba en su testimonio, el padre Cabrera ha estado marcado por el fuerte compromiso político de su familia con el comunismo. De hecho, en su casa esta ideología estaba insertada hasta en el tuétano de sus miembros. Vale como ejemplo su padre fue detenido en 1942 y condenado a muerte por el régimen franquista aunque finalmente consiguió que le conmutaran la pena por la cadena perpetua para incluso luego poder quedar en libertad.

Educado en el seno del Partido Comunista de España

“Cuando tenía pocos años recuerdo estar en el locutorio de la cárcel de Segovia visitando a un primo mío detenido por asuntos políticos. Este era el ambiente en el que encontraba”.

Aunque afirmaba que sus padres no le ideologizaron, la realidad es que el ambiente le engulló. “En mi infancia fui acostumbrado a ir de manifa en manifa, de mitin en mitin y de fiesta del partido en fiesta del partido”. Y cuando creció un poco más, su padre fue nombrado en un cargo del partido y recuerda que su casa se convirtió en una especie de segunda sede del Partido Comunista. Y este ambiente acabó marcando su personalidad. En el instituto, “había Ética o Religión e iba a Ética y me reía de los cuatro gatos que iban a Religión”.

Además de comunista, un “bravucón”

Además, con la adolescencia llegaron las amistades y la creación de su pandilla que se caracterizaba por ir en “plan macarras”. Tanto es así que todos los días la Policía les cacheaba. “Era comunista, ateo furibundo, heavy metal, vestía en plan heavy e iba a discotecas heavy”.

Pero además su gran referente intelectual era Nietzsche y su “biblia” era la obra del alemán, Así habló Zaratustra. “Mi ideal era el superhombre, el ser arrogante que desprecia a los débiles”.

Todo ello conformaba en él un sentimiento de resentimiento por el que consideraba que “Jesucristo era una leyenda urbana inventada por el poder, la religión era el opio del pueblo y la Iglesia era la culpable de todos los males de la humanidad”.

Alcohol, drogas, robos…

Y mientras tanto su vida se desmoronaba. Con sus amigos bebía y bebía. “Empezamos a bajar peldaños en nuestra dignidad, ya me había dedicado a saquear tiendas en octavo, de ahí pasé a reventar cabinas telefónicas, el siguiente paso fue atracar a la gente en la calle”. Sin embargo, se sentía muy mal robando a la gente y pronto lo dejó.

También las drogas eran parte del día a día. Fumaba porros con sus amigos y aunque tantearon drogas más duras finalmente se quedaron en las puertas. Eso sí, el abuso con el alcohol le hizo perder el conocimiento en varias ocasiones y por ello decidió dejarlo. Aun no había cumplido los 20 años.

Su odio irracional a la Iglesia

OdioSu pandilla se desmoronaba. Dos de sus amigos eran ya alcohólicos y las peleas entre todos eran constantes por lo que acabó refugiándose en el deporte, lo que a la postre fue su salvación en aquel momento. Lo que no cambiaba era su odio a la Iglesia. “Me acuerdo de cruzarme con sacerdotes por la calle e insultarles en la cara y también de abroncar a mi padre por haberme hecho bautizar”.

Entonces cambió estas amistades por otra aun peor. Este nuevo amigo era, según el sacerdote, “la persona más depravada” que ha conocido nunca y con él salía de fiesta día sí y día también. Y pese a creerse feliz porque se pasaba el día riendo en realidad, “sentía un vacío tremendo, me preguntaba para qué vivir, para qué levantarme, la vida se me hacía insoportable”.

El punto de inflexión en su vida

Fue en ese gran momento de oscuridad cuando un instrumento de Dios apareció en su vida para darle un giro de 180 grados. Era amigo suyo pero no de su pandilla y llevaba sin verle año y medio. Le recordaba como un pagano, al igual que él. Pero algo había cambiado

Un día Enrique acudió a su casa y la escena la relataba así en su testimonio: “Me encontré a Juan Carlos y le vi leyendo un Catecismo, yo no daba crédito y con desprecio le dije que qué hacía con eso. Levantó los ojos y me dijo que se había hecho cristiano. Fue como una bomba atómica para mí”.

Sin embargo, habló con él y comenzaron a quedar. A Enrique le atraía esa vida que llevaba ahora su amigo, su felicidad. Y el Señor se valió de él para que se convirtiese.

Los elementos que le ayudaron en su conversión

Dios, relataba este sacedote, se valió de tres elementos para su conversión. En primer lugar, el testimonio de un cristiano, en este caso su amigo que le hacía presente la Iglesia: “Él estaba lleno del Señor y me fue desmontando todo y presentando a Jesucristo de manera atractiva”.

El segundo elemento fue un libro sobre la Sabana Santa de Turín. Esto le marcó pues desmontó los prejuicios que el comunismo había marcado en él desde pequeño contra el cristianismo. “Era algo científico que confirmaba que Jesús no era un mito sino una persona de verdad”.

La fuerza real del Evangelio

Y el tercer punto fue el descubrimiento del Evangelio. “Fui a él aun sin tener ni idea y comencé con Mateo 1 y recuerdo que el momento clave fue el de las Bienaventuranzas, entonces me derrumbé porque sentía a Jesucristo a mi lado abrazándome”.

Sobre este punto, el padre Cabrera incidía en que “sentía que realmente había alguien a mi lado, que no estaba solo. Sentía de manera indudable que había junto a mí una presencia buena. Fue lo que me desarmó así que me puse de rodillas, pedí perdón y me alegré como nunca lo había hecho”.

El puzle de su vida empezaba a encajar

Hasta ese momento, afirmaba el ahora sacerdote, “mi vida era un puzle, y en ese caos que era mi vida todo empezó a encajar. Empecé a poder releer mi vida entera y fue un descubrimiento. Al Señor le pedí que pusiera en el lugar en el que mejor sirviera a su plan de salvación”.

Y vaya si lo hizo. Aunque el proceso fue lento. Enrique se incorporó a la parroquia de su barrio y se apuntó a catequesis de confirmación. Y de ahí pasó a la gran confesión. Estuvo tres meses preparándose para confesar hasta que por fin dio el paso.

El Señor le pedía más

“Me confirmé, empecé a dar catequesis de primera comunión en la parroquia pero empecé a sentirme muy roñoso con el Señor, él me daba mucho y yo le daba poco así que me metí en la Adoración Nocturna y en otros grupos”, aseguraba el sacerdote. Pero seguía insatisfecho hasta que finalmente entendió que “Dios no quería más tiempo de mi vida sino mi vida”

Pero dar el paso al sacerdocio le costó mucho. Tenía ya una vida hecha, un trabajo que le gustaba. “Yo le dije a Dios que me pidiera cualquier cosa menos eso, yo no quería entregar mi vida del todo y el Señor insistió”.

Dios finalmente venció y para Enrique ha sido la derrota más dulce pues ahora es feliz, verdaderamente feliz. Se ordenó en 1998 y ahora es él el que intenta llevar a Dios a aquel que no le conoce.

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Fuente: Religión en Libertad


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Un sacerdote visitó el cielo, el purgatorio y el infierno https://www.reinadelcielo.org/un-sacerdote-visito-el-cielo-el-purgatorio-y-el-infierno/ Fri, 08 May 2015 16:17:43 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=3997

Joseph Maniyangat, sacerdote católico, nació en la India. Él tuvo un accidente mientras iba a celebrar misa. Murió en el hospital y su ángel de la guarda lo llevó al infierno, el purgatorio y al cielo, donde el Señor le esperaba para pedirle una misión en la Tierra

BREVEMENTE SU HISTORIA
Fr. Joseph Maniyangat actualmente es el pastor de la Iglesia Católica Santa Catalina de Siena en Orange Park, Florida, donde dirige una Ministerio de sanación espiritual, mental y física.
Nació el 16 de julio de 1949 en Kerala, India de sus padres, Joseph y Theresa Maniyangat. Fue el mayor de siete hermanos: Joseph, Mary, Theresa, Lissama, Zachaaríah, Valsa y Tom.
A la edad de catorce años, entró en el Seminario Menor de Santa María en Thiruvalla para empezar a estudiar para el sacerdocio. Cuatro años más tarde, fue al Seminario Mayor Pontificio San José en Alwaye, Kerala, para proseguir su formación sacerdotal. Después de completar los siete años de filosofía y teología, fue ordenado sacerdote el 1 de enero de 1975 para servir como misionero en la diócesis de Thiruvalla.
Mientras enseñaba en el seminario menor de San Thomas en Bathery en 1978, se convirtió en un carismático y comenzó a realizar retiros carismáticos y conferencias.
El Padre José trabajó en la Diócesis de Idaho entre 1987 y1989. En 1992, el padre José entró en la Diócesis de San Agustín donde fue asignado a distintos destinos.
En julio 2011 el padre José fue trasladado a la Iglesia Católica Santa Catalina de Siena en Orange Park, Florida. El Padre José, es el Director Espiritual Diocesano de la Legión de María y tiene un ministerio eucarístico y carismático de sanación. Lleva a cabo misiones de sanación en la parroquia, las principales ciudades de los Estados Unidos y países de ultramar.

EL ACCIDENTE
Fr Jose ManiyangatCuenta el padre José. El domingo 14 de abril de 1985, en la Fiesta de la Divina Misericordia, iba a celebrar misa en una iglesia de la misión en la parte norte de Kerala, y tuve un accidente fatal.
Yo estaba en una motocicleta cuando fue impactado de frente por un jeep conducido por un hombre que estaba borracho después de un festival hindú.
Me llevaron a un hospital a unos 35 kilómetros de distancia. En el camino, mi alma salió de mi cuerpo y experimenté la muerte.
Inmediatamente, encontré a mi Ángel de la Guarda. Vi mi cuerpo y las personas que me estaban llevando al hospital. Les oí llorando y orando por mí. En este momento el ángel me dijo:
“Voy a llevarte al cielo, el Señor quiere verte y hablar contigo”. Dijo también que, en el camino, él quería mostrarme el infierno y el purgatorio.

EL INFIERNO
En primer lugar, el ángel me escoltó al infierno. ¡Era un espectáculo horrible!
Yo veía a satanás y los demonios, un fuego que nunca se apagará de alrededor de 2.000 grados Fahrenheit, gusanos arrastrándose, la gente gritando y peleando, otros torturados por los demonios.
El ángel me dijo que todos estos sufrimientos se debían a pecados mortales no arrepentidos.
Entonces, comprendí que había siete grados o niveles de sufrimiento de acuerdo con el número y tipo de los pecados mortales cometidos en sus vidas terrenales. Las almas se veían muy feas, crueles y horribles.
Fue una experiencia terrible. Vi a gente que conocía, pero no estoy autorizado a revelar sus identidades.
Los pecados que los condenaban eran principalmente el aborto, la homosexualidad, la eutanasia, el odio, el rencor y el sacrilegio.
El ángel me dijo que si se hubieran arrepentido, habrían evitado el infierno, y hubieran ido al purgatorio.
También entendí que algunas personas que se arrepienten de estos pecados, pueden ser purificados en la tierra a través de sus sufrimientos. De esta manera pueden evitar el purgatorio e ir directamente al cielo.
Me sorprendí cuando vi en el infierno hasta los sacerdotes y obispos, algunos de los cuales nunca me esperaba ver. Muchos de ellos estaban allí por haber guiado con enseñanzas erróneas, y mal ejemplo.

EL PURGATORIO
Después de la visita al infierno, mi ángel de la guarda me acompañó hasta el purgatorio.
También en este caso, hay siete niveles de sufrimiento y fuego que nunca se apagará. Pero es mucho menos intenso que en el infierno y no hay peleas ni conflictos.
El principal sufrimiento de estas almas es su separación de Dios. Algunos de los que están en el Purgatorio cometieron pecados mortales, pero se reconciliaron con Dios antes de su muerte.
A pesar de que estas almas sufren, gozan de paz y el conocimiento de que algún día verán a Dios cara a cara.
Tuve la oportunidad de comunicarse con las almas del purgatorio. Me pidieron que orara por ellos y que le diga a la gente que oren por ellos también, para que puedan ir al cielo rápidamente. Cuando rezamos por estas almas, recibimos su agradecimiento por medio de sus oraciones, y una vez que entren en el cielo, sus oraciones se vuelven aún más meritorias.

EL CIELO
Fr Jose Maniyangat 2Después, mi ángel me escoltó hasta el cielo pasando a través de un gran túnel, deslumbrantemente blanco. Nunca experimenté tanta paz y alegría en mi vida.
Inmediatamente después, el cielo se abrió, y percibí la música más deliciosa, que nunca había oído antes. Los ángeles estaban cantando y alabando a Dios.
Vi a todos los santos, especialmente a la Santísima Madre y San José, y muchos santos piadosos obispos y sacerdotes que brillaban como estrellas.
Y cuando aparecí ante el Señor, Jesús me dijo:
“Quiero que vuelvas al mundo. En tu segunda vida serás un instrumento de paz y sanación para mi pueblo. Caminarás en tierra extranjera, y hablarás en una lengua extranjera. Todo es posible para ti con Mi gracia”.
Después de estas palabras, la Virgen me dijo:
“Haced lo que Él os diga. Yo te ayudaré en tu ministerio”.
Las palabras no pueden expresar la belleza del cielo. Allí nos encontramos con mucha paz y felicidad, que excede millones de veces nuestra imaginación.
Nuestro Señor es mucho más hermoso que cualquier imagen puede transmitir. Su cara es radiante y luminosa, más bella que mil soles en ascenso. Las imágenes que vemos en el mundo son sólo una sombra de su magnificencia.
La Santísima Madre estaba junto a Jesús, Ella era muy hermosa y radiante. Ninguna de las imágenes que vemos en este mundo puede compararse con su belleza real.
El cielo es nuestro verdadero hogar, todos hemos sido creados para alcanzar el cielo y gozar de Dios para siempre.
Entonces, volví al mundo con mi ángel.
Es difícil para mí describir lo hermoso que es mi ángel de la guarda. Él es radiante y luminoso. Él es mi compañero constante y me ayuda en todos mis ministerios, especialmente mi ministerio de sanación. Experimento su presencia donde quiera que voy y estoy agradecido por su protección en mi vida diaria.

VUELTA A LA VIDA EN LA TIERRA
Mientras mi cuerpo estaba en el hospital, el médico completó todos los exámenes necesarios, y fui declarado muerto. La causa de la muerte fue hemorragia. Mi familia fue notificada, y ya que estaban muy lejos, el personal del hospital decidió llevar mi cuerpo muerto a la morgue. Debido a que el hospital no tenía aire acondicionado, estaban preocupados de que el cuerpo se descompondría rápidamente.
A medida que fueron moviendo mi cuerpo muerto a la morgue, mi alma volvió al cuerpo. Sentí un dolor insoportable a causa de tantas heridas y huesos rotos. Empecé a gritar, y entonces la gente se asustó y salió corriendo gritando. Uno de ellos se acercó al médico y le dijo:
“El cuerpo muerto está gritando”. El médico vino a examinar el cuerpo y descubrió que estaba vivo. Así que le dijo: “El padre está vivo, es un milagro. Llévalo de vuelta al hospital”.
Ahora, de vuelta en el hospital, me hicieron una transfusión de sangre y me llevaron a una cirugía para reparar los huesos rotos. Trabajaron en mi mandíbula, costillas, pelvis, muñecas, y pierna derecha. Después de dos meses, me dieron de alta del hospital, pero mi médico traumatólogo dijo que nunca volvería a caminar.
Entonces le dije:
“El Señor, que me devolvió la vida y me envió de vuelta al mundo, me curará”.
Una vez en casa, todos rezamos por un milagro. Aún después de un mes, y cuando me sacaron el yeso, yo no era capaz de moverse. Pero un día, mientras rezaba, sentí un dolor espantoso en la pelvis. Después de un rato el dolor desapareció por completo y oí una voz que decía:
“Estás curado. Levántate y anda”.
Sentí la paz y el poder sanador en mi cuerpo. De inmediato me levanté y caminé. Alabé y agradecí a Dios por el milagro.
Fui a mi médico con la noticia de mi curación, y él se quedó asombrado. Él dijo:
“Tu Dios es el Dios verdadero. Tengo que seguir a tu Dios”.
El médico era hindú, y me pidió que le enseñara sobre nuestra Iglesia. Después de estudiar la fe, lo bauticé y se hizo Católico.

Tras el mensaje de mi ángel de la guarda, yo vine a los Estados Unidos el 10 de noviembre de 1986 como un sacerdote misionero…

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Fuente: http://forosdelavirgen.org

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