En pocas palabras, Dios me dijo que me arriesgara, que aprovechando los medios del mundo hiciera lo que en ese momento era necesario y que Él se encargaría del resto. (ver artículo)
Para navegar en este mundo, necesitamos adaptarnos a las cambiantes condiciones que este mundo-mar tumultuoso nos propone cada día. Una vela, una brújula y un ancla serán imprescindibles... (ver artículo)
¿Qué mejor que recurrir a san José, padre de la Sagrada Familia, cuando necesitamos un techo? Si fue el encargado por Dios de velar por María y su Hijo, ¿cómo no iba estar pendiente con igual cuidado de cada uno de los hijos de Dios?
Con humildad (ver artículo)