promesas de la virgen – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Wed, 17 Jul 2024 07:46:54 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Promesas a los que cantan el “Ave Maris Stella” https://www.reinadelcielo.org/promesas-a-los-que-cantan-el-ave-maris-stella/ Wed, 17 Jul 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=8509 Durante un levantamiento en Roma, un gentío llegó a la casa donde se hospedaba Santa Brígida. En seguida, la cabeza del bando habló violentamente de quemar viva a la santa. En ese instante, Santa Brígida recurrió a Nuestro Señor, preguntándole si ella debía huir y refugiarse en un lugar más seguro. Jesucristo la aconsejó diciendo que se quedara en ese mismo sitio. Jesús le dijo:

“No importa la premeditada acción que preparan de conspirar contra tu vida. Mi poder quebrantará la malicia de tus enemigos. Si Mis enemigos me crucificaron, es que Yo lo he permitido.” Luego, Nuestra Santísima Madre añadió: “Reúnanse en grupo, y cantad el Himno, “AVE MARIS STELLA”; y yo os guardaré de todo peligro.” (Este título significa: “SALVE, ESTRELLA DEL MAR”)

Aquí, dos versiones, ambas son traducciones de latín realizada por distintas personas, ambas son válidas.

Himno Ave Maris Stella Nº 1

(Salve, Estrella del mar)
Salve, del mar estrella,
Salve, madre sagrada
De Dios y siempre virgen.
Puerta del cielo santa.

Tomando de Gabriel
El Ave, Virgen alma,
Mudando el nombre de Eva,
Paces divinas trata.

La vista restituye,
Las cadenas desata,
Todos los males quita,
Todos los bienes causa.

Muéstrate madre, y llegue
Por ti nuestra esperanza
A quien, por darnos vida,
Nació de tus entrañas.

Entre todas piadosa,
Virgen, en nuestras almas,
Libres de culpa, infunde
Virtud humilde y casta.

Vida nos presta pura,
Camino firme allana;
Que quien a Jesús llega,
Eterno gozo alcanza.

Al Padre, al Hijo, al Santo
Espíritu alabanza;
Una a los tres les demos,
Y siempre eternas gracias.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.

Himno Ave Maris Stella Nº 2

(Salve, Estrella del mar)

Salve, Estrella de mar
Gran Portal del cielo,
Eres siempre Virgen
Madre del Señor.

Pronunciando el Ave
La boca de Gabriel,
Cambia de Eva el nombre,
Y nos fundó en la paz.

Desliga a los cautivos.
Alumbra a los ciegos.
Despide nuestros males.
Danos dicha plena.

Muéstrate ser Madre,
Y ofrece nuestras preces
Al Verbo Encarnado,
En tu Seno Virginal.

Virgen escogida,
Madre más benigna,
Presérvanos sin culpa,
Virtuosos y apacibles.

Pedimos vida pura.
El camino asegura.
Y ver a Jesucristo,
En gozo sempiterno.

Gloria a Dios Padre;
Gloria a Dios Hijo;
Y al Santo Espíritu,
Dios, Uno y Trino.
Amén.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.

Extracto, segundo sermón de San Bernardo: “El ángel fue enviado”

Arcángel Gabriel

«Oh tú, quienquiera que seas, que sabes que estás expuesto a los peligros del tempestuoso mar de este mundo más que lo que gozas de la seguridad de la tierra firme, no alejes tus ojos del esplendor de esta Estrella, de María Estrella del Mar, a menos que desees ser devorado por la tempestad.

Si los vientos de las tentaciones surgen, si eres arrojado a las rocas de las tribulaciones, mira esta Estrella, llama a María.

Si eres arrojado aquí y allá en las oleadas del orgullo, de la ambición, de las calumnias, de la envidia, levanta la mirada hacia esta Estrella, llama a María.

Si tú, aterrorizado por la magnitud de tus crímenes, perplejo ante el impuro estado de tu conciencia, y sacudido por el temor de tu Juez, empiezas a ser engullido por el abismo de la tristeza o el hoyo de la desesperanza, piensa en María; en todos tus peligros, en todas tus dificultades, en todas tus dudas piensa en María, llama a María. No serás confundido si la sigues, no desesperarás si le rezas, no te equivocarás si piensas en ella».

«Alza tus pensamientos y juzga con qué afecto quiere Él que honremos a María que ha llenado su alma con la plenitud de su bondad, de modo que toda esperanza, toda gracia, toda protección del pecado que recibamos la reconozcamos como viniendo a través de sus manos». «Veneremos a María con todo nuestro corazón y todas nuestras oblaciones, pues esa es la voluntad de quien ha hecho que recibamos todo por medio de María». «Hijos míos, ella es la escalera para los pecadores, ella es Mí mayor confianza, ella es todo el fundamento de mi esperanza».

Santo Tomás en su ensayo sobre la Salutación Angélica dice:

Ella es bendita entre todas las mujeres porque ella sola ha quitado la maldición de Adán, ha traído bendiciones a la humanidad, y ha abierto las puertas del Paraíso. Por eso es llamada María, nombre que significa “Estrella del Mar”, pues así como marineros conducen sus naves a puerto mirando las estrellas, así los Cristianos son llevados a la gloria por la intercesión de María».

San Buenaventura escribe en su Pharetra:

«Oh Santísima Virgen, así como todo el que te odia y es olvidado por ti necesariamente perecerá, así todo el que te ama y es amado por ti necesariamente será salvado».

El mismo Santo en su Vida de San Francisco habla así de la confianza de éste en la Bienaventurada Virgen:

«Amó a la Madre de nuestro Señor Jesucristo con un amor inefable, por ella nuestro Señor Jesucristo llegó a ser nuestro hermano, y por ella obtuvimos misericordia. Junto a Cristo colocó toda su confianza en ella, la miró como abogada propia y de su Orden y en su honor ayunó devotamente desde la fiesta de San Pedro y San Pablo hasta la Asunción».

Con estos santos juntaremos el nombre del Papa Inocencio III, quien fue eminentemente distinguido por su devoción a la Virgen, y no sólo celebró sus grandezas en sus sermones, sino que construyó un monasterio en su honor, y lo que es más admirable, en una exhortación que dirigió a su grey para que confíen en ella, usó palabras cuya veracidad fue luego ejemplificada en su propia persona. Así habló en su segundo sermón sobre la Asunción:

«Que el hombre que está sentado en la oscuridad del pecado mire la luna, que invoque a María para que ella interceda ante su Hijo, y le obtenga la compunción de corazón. Pues ¿quién que la haya alguna vez llamado en su desgracia no ha sido escuchado?».

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Fuente: Oraciones y devociones católicas


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Promesas de la Virgen para quien reza el rosario https://www.reinadelcielo.org/promesas-de-la-virgen-para-quien-reza-el-rosario/ Fri, 07 Jan 2022 11:19:43 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=7987 La Virgen María, madre de Dios y madre nuestra, siempre aboga e intercede por sus hijos. Así mismo, a aquellos que recen el rosario, les ha prometido:

  • Protección y gracias abundantes a los que recen el rosario.
  • Obtener todo lo que se le pida, por intercesión de la Virgen María, mediante el rezo del rosario.
  • Aquellos que lo recen no irán al infierno, podrán vencer los vicios, disminuir los pecados y ser defendidos.
  • Aquellos que lleven los misterios del rosario como testimonio de vida, no conocerán la desdicha.
  • Serán liberados del purgatorio quienes recen el rosario devotamente.
  • Los que propaguen el rezo del rosario, recibirán asistencia de la Virgen en sus necesidades.
  • El rezo del rosario otorgará, al que lo reza, la virtud de las buenas obras y la piedad de Dios para las almas

Origen del Santo Rosario

Santo Doninto y el rosario

A finales del siglo XII, Santo Domingo de Guzmán sufría al ver que la gravedad de los pecados de la gente estaba impidiendo la conversión de los albigenses y decidió ir al bosque a rezar. Estuvo en oración tres días y tres noches haciendo penitencia y flagelándose hasta perder el sentido. En este momento, se le apareció la Virgen con tres ángeles y le dijo que la mejor arma para convertir a las almas duras no era la flagelación, sino el rezo de su salterio.

Santo Domingo se dirigió en ese mismo momento a la catedral de Toulouse, sonaron las campanas y la gente se reunió para escucharlo. Cuando iba a empezar a hablar, se soltó una tormenta con rayos y viento muy fuerte que hizo que la gente se asustara. Todos los presentes pudieron ver que la imagen de la Virgen que estaba en la catedral, alzaba tres veces los brazos hacia el Cielo. Santo Domingo empezó a rezar el salterio de la Virgen y la tormenta se terminó.

En otra ocasión, Santo Domingo tenía que dar un sermón en la Iglesia de Notre Dame en París con motivo de la fiesta de San Juan y, antes de hacerlo, rezó el Rosario. La Virgen se le apareció y le dijo que su sermón estaba bien, pero que mejor lo cambiara y le entregó un libro con imágenes, en el cual le explicaba lo mucho que gustaba a Dios el rosario de Avemarías porque le recordaba ciento cincuenta veces el momento en que la humanidad, representada por María, había aceptado a su Hijo como Salvador.

Santo Domingo cambió su homilía y habló de la devoción del Rosario y la gente comenzó a rezarlo con devoción, a vivir cristianamente y a dejar atrás sus malos hábitos.


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