Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, Italia
Bartolo Longo, devoto ferviente de María, una noche vio en sueños a un amigo muerto años atrás que le dijo “Salva a esta gente, Bartolo. Propaga el Rosario. Haz que lo recen. María prometió la salvación para quienes lo hagan”
En el año 79 (ver artículo)