La redacción de Reina del Cielo

Un milagro de la vida cotidiana

Pequeños relatos que conmueven el alma (De Nélida Beron, una lectora de Reina del Cielo)

Les quiero brindar un pequeño testimonio del cuidado de nuestra Madre. Hace unos años fuimos con la familia de vacaciones a la playa. Vivimos en una casa que nos daba inseguridad porque tenía un fondo muy amplio y sin vecinos. Yo me encomendé al cuidado de la Virgen, porque la verdad es que me daba miedo el lugar. El primer día estábamos acomodando las cosas que llevamos en la habitación y mi hija Rocío de cuatro añitos, que estaba sentada en la cocina que daba al fondo de la casa, empezó a avisarme a los gritos: ¡mamá la señora, la señora!. Corrí para ver quien estaba y no vi a nadie. Salí al parque y no había nadie, fui para el jardín del frente y la puerta estaba con pasador, a la derecha un muro y a la izquierda sin vecinos. Entonces le pregunté a mi hija: ¿a quien has visto? , porque no encontré a nadie y solo tardé tres minutos en llegar, a las corridas, revisando todo el lugar. Rocío me dijo: Mamá, había una señora con un Bebé en brazos, y no me quiso decir nada mas. Para la razón humana no podemos explicar quien fue, pero nosotros sabemos perfectamente quien en realidad nos visitó y cuidó. De hecho por la noche quisieron entrar a la casa porque vimos abiertas las rejas, pero nada nos pasó. Allí confirmamos que nuestra Madrecita nos estuvo cuidando, sin dudas. Dios quiera que éste humilde testimonio les de seguridad del cuidado amoroso de nuestra Madre.

Recibido el1/9/2005
Nelida Beron – nellyta1960@yahoo.com.ar