Perú – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 30 Aug 2024 10:42:25 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Santa Rosa de Lima – Patrona de América https://www.reinadelcielo.org/santa-rosa-patrona-de-america/ Fri, 30 Aug 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=5055 ]]>

Desde nuestra querida Diócesis de Zárate – Campana, nos hacen llegar esta hermosa noticia y posibilidad de conocer el verdadero rostro de Santa Rosa de Lima, patrona de América.

Santa Rosa de Lima, Patrona de América Latina, nació el 30 de abril de 1586. Su verdadero nombre era Isabel Flores y Olivia.

Se cuenta que, era especialmente bella, por lo que, siendo aún muy pequeña, al verla dormir en su cuna tan hermosa como una flor, su madre y su nodriza la llamaron Rosa.

En 1597, en la localidad de Quives, fue confirmada con el nombre de Rosa de Santa María por el Obispo Toribio de Mogrovejo, segundo Arzobispo de Lima, que años después fue santo.

Rosa era muy alegre, cantaba con una voz hermosa y componía canciones; se sometía a penitencias por las conversiones y soportaba con entereza sus múltiples enfermedades.

Santa Rosa

Rosa dividía su tiempo entre el trabajo y la oración. Pasaba horas bordando y dedicaba los frutos de su trabajo a ayudar a la manutención de su familia, de 10 hermanos. Su espiritualidad estaba marcada por un gran amor hacia Jesús presente en la Eucaristía y hacia la Santísima Virgen María.

Sus padres, don Gaspar Flores y doña María de Oliva, le hacían frecuentar fiestas y banquetes para que llamara la atención de los jóvenes más ricos de la ciudad y lograr así un matrimonio ventajoso. Pero si bien Rosa obedecía yendo a las fiestas, no estaba en sus planes contraer matrimonio sino consagrar su vida a Dios.

A los 20 años, abrazó la espiritualidad de la Tercera Orden de Santo Domingo, al igual que Santa Catalina de Siena, modelo de vida para Rosa.

Recibió el hábito negro y blanco el 10 de agosto de 1606 en el convento al que iba a rezar diariamente. A pesar de usar el hábito de la Orden de Santo Domingo, Rosa no fue monja de clausura sino que contiunó viviendo con sus padres como terciaria dominica y dedicaba gran parte del día a la oración.

La obediencia, la humildad y la caridad fueron sus principales virtudes. Rosa fue un ejemplo de sencillez y un testimonio de vida Evangélica. Su dedicación hacia los pobres, los enfermos y los necesitados le ganó en vida el amor de los limeños. Los milagros se sucedieron mientras vivía y después de su muerte. Falleció el 24 de agosto de 1617, a los 31 años.

Tanto el pueblo como las autoridades civiles y eclesiales acudieron al funeral; toda Lima estaba conmocionada y pedía su canonización. Luego de su muerte, su confesor aseguró que “Jamás, ni de día ni de noche, perdía la presencia de Dios en su corazón y que su alma nunca fue mancillada por el pecado venial”.

El 12 de abril de 1671 el Papa Clemente X la proglamó Santa, estableciendo su fiesta el día 30 de agosto, declarándola Patrona de América Latina, Indias y Filipinas. Fue la primer Santa de Nuestro Continente.

El congreso de Tucumán de 1816 la nombró PATRONA JURADA DE LA INDEPENDENCIA ARGENTINA.

Fuente: Basílica de Santa Rosa, CABA

El verdadero rostro de Santa Rosa de Lima

Estudios científicos recientes han develado cual fue el verdadero rostro de la patrona de América, les compartimos este video alusivo. ¡Mira el video!

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Fuente: Arzobispado de Zárate Campana


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San Martín de Porres https://www.reinadelcielo.org/san-martin-de-porres/ Fri, 03 Nov 2023 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=5597 Religioso dominico peruano

El racismo, esa distinción que hacemos los hombres distinguiendo a nuestros semejantes por el color de la piel, es algo tan sinsentido como distinguirlos por la estatura o por el volumen de la masa muscular. Y lo peor no es la distinción que está ahí, sino que ésta lleve consigo una minusvaloración de las personas -necesariamente distintas- para el desempeño de oficios, trabajos, remuneraciones y estima en la sociedad. Un mulato hizo mayor bien que todos los blancos juntos a la sociedad limeña de la primera mitad del siglo XVII.

Fue hijo bastardo del ilustre hidalgo -hábito de Alcántara- don Juan de Porres, que estuvo breve tiempo en la ciudad de Lima. Bien se aprecia que los españoles allá no hicieron muchos feos a la población autóctona y confiemos que el Buen Dios haga rebaja al juzgar algunos aspectos morales cuando llegue el día del juicio, aunque en este caso sólo sea por haber sacado del mal mucho bien. Tuvo don Juan dos hijos, Martín y Juana, con la mulata Ana Vázquez. Martín nació mulato y con cuerpo de atleta el 9 de diciembre de 1579 y lo bautizaron, en la parroquia de San Sebastián, en la misma pila que Rosa de Lima.

La madre lo educó como pudo, más bien con estrecheces, porque los importantes trabajos de su padre le impedían atenderlo como debía. De hecho, reconoció a sus hijos sólo tardíamente; los llevó a Guayaquil, dejando a su madre acomodada en Lima, con buena familia, y les puso maestro particular.

San Martín de Porres 2.jpg

Martín regresó a Lima, cuando a su padre lo nombraron gobernador de Panamá. Comenzó a familiarizarse con el bien retribuido oficio de barbero, que en aquella época era bastante más que sacar dientes, extraer muelas o hacer sangrías; también comprendía el oficio disponer de yerbas para hacer emplastos y poder curar dolores y neuralgias; además, era preciso un determinado uso del bisturí para abrir hinchazones y tumores. Martín supo hacerse un experto por pasar como ayudante de un excelente médico español. De ello comenzó a vivir y su trabajo le permitió ayudar de modo eficaz a los pobres que no podían pagarle. Por su barbería pasarán igual labriegos que soldados, irán a buscar alivio tanto caballeros como corregidores.

Pero lo que hace ejemplar a su vida no es sólo la repercusión social de un trabajo humanitario bien hecho. Más es el ejercicio heroico y continuado de la caridad que dimana del amor a Jesucristo, a Santa María. Como su persona y nombre imponía respeto, tuvo que intervenir en arreglos de matrimonios irregulares, en dirimir contiendas, fallar en pleitos y reconciliar familias. Con clarísimo criterio aconsejó en más de una ocasión al Virrey y al arzobispo en cuestiones delicadas.

Alguna vez, quienes espiaban sus costumbres por considerarlas extrañas, lo pudieron ver en éxtasis, elevado sobre el suelo, durante sus largas oraciones nocturnas ante el santo Cristo, despreciando la natural necesidad del sueño. Llamaba profundamente la atención su devoción permanente por la Eucaristía, donde está el verdadero Cristo, sin perdonarse la asistencia diaria a la Misa al rayar el alba.

Por el ejercicio de su trabajo y por su sensibilidad hacia la religión tuvo contacto con los monjes del convento dominico del Rosario donde pidió la admisión como donado, ocupando la ínfima escala entre los frailes. Allí vivían en extrema pobreza hasta el punto de tener que vender cuadros de algún valor artístico para sobrevivir. Pero a él no le asusta la pobreza, la ama. A pesar de tener en su celda un armario bien dotado de yerbas, vendas y el instrumental de su trabajo, sólo dispone de tablas y jergón como cama.

Llenó de pobres el convento, la casa de su hermana y el hospital. Todos le buscan porque les cura aplicando los remedios conocidos por su trabajo profesional; en otras ocasiones, se corren las voces de que la oración logró lo improbable y hay enfermos que consiguieron recuperar la salud sólo con el toque de su mano y de un modo instantáneo.

Revolvió la tranquila y ordenada vida de los buenos frailes, porque en alguna ocasión resolvió la necesidad de un pobre enfermo entrándolo en su misma celda y, al corregirlo alguno de los conventuales por motivos de clausura, se le ocurrió exponer en voz alta su pensamiento anteponiendo a la disciplina los motivos dimanantes de la caridad, porque “la caridad tiene siempre las puertas abiertas, y los enfermos no tienen clausura”.

Pero entendió que no era prudente dejar las cosas a la improvisación de momento. La vista de golfos y desatendidos le come el alma por ver la figura del Maestro en cada uno de ellos. ¡Hay que hacer algo! Con la ayuda del arzobispo y del Virrey funda un Asilo donde poder atenderles, curarles y enseñarles la doctrina cristiana, como hizo con los indios dedicados a cultivar la tierra en Limatombo. También los dineros de don Mateo Pastor y Francisca Vélez sirvieron para abrir las Escuelas de Huérfanos de Santa Cruz, donde los niños recibían atención y conocían a Jesucristo.

No se sabe cómo, pero varias veces estuvo curando en distintos sitios y a diversos enfermos al mismo tiempo, con una bilocación sobrenatural.

El contemplativo Porres recibía disciplinas hasta derramar sangre haciéndose azotar por el indio inca por sus muchos pecados. Como otro pobre de Asís, se mostró también amigo de perros cojos abandonados que curaba, de mulos dispuestos para el matadero y hasta lo vieron reñir a los ratones que se comían los lienzos de la sacristía. Se ve que no puso límite en la creación al ejercicio de la caridad y la transportó al orden cósmico.

Murió el día previsto para su muerte que había conocido con anticipación. Fue el 3 de noviembre de 1639 y causada por una simple fiebre; pidiendo perdón a los religiosos reunidos por sus malos ejemplos, se marchó. El Virrey, Conde de Chinchón, Feliciano de la Vega -arzobispo- y más personajes limeños se mezclaron con los incontables mulatos y con los indios pobres que recortaban tantos trozos de su hábito que hubo de cambiarse varias veces.

Lo canonizó en papa Juan XXIII en 1962

Desde luego, está claro que la santidad no entiende de colores de piel; sólo hace falta querer sin límite.

¿Qué nos enseña su vida?

La vida de San Martín nos enseña:

  • A servir a los demás, a los necesitados. San Martín no se cansó de atender a los pobres y enfermos y lo hacía prontamente. Demos un buen servicio a los que nos rodean, en el momento que lo necesitan. Hagamos ese servicio por amor a Dios y viendo a Dios en las demás personas.
  • A ser humildes. San Martín fue una persona que vivió esta virtud. Siempre se preocupó por los demás antes que por él mismo. Veía las necesidades de los demás y no las propias. Se ponía en el último lugar.
    A llevar una vida de oración profunda. La oración debe ser el cimiento de nuestra vida. Para poder servir a los demás y ser humildes, necesitamos de la oración. Debemos tener una relación intima con Dios
  • A ser sencillos. San Martín vivió la virtud de la sencillez. Vivió la vida de cara a Dios, sin complicaciones. Vivamos la vida con espíritu sencillo.
  • A tratar con amabilidad a los que nos rodean. Los detalles y el trato amable y cariñoso es muy importante en nuestra vida. Los demás se lo merecen por ser hijos amados por Dios.
  • A alcanzar la santidad en nuestra vidas. Por alcanzar esta santidad, luchemos…
  • A llevar una vida de penitencia por amor a Dios. Ofrezcamos sacrificios a Dios.

San Martín de Porres se distinguió por su humildad y espíritu de servicio, valores que en nuestra sociedad actual no se les considera importantes. Se les da mayor importancia a valores de tipo material que no alcanzan en el hombre la felicidad y paz de espíritu. La humildad y el espíritu de servicio producen en el hombre paz y felicidad.

Oración

Virgen María y San Martín de Porres, ayúdenme este día a ser más servicial con las personas que me rodean y así crecer en la verdadera santidad. Amén

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Fuente: Catholic.net

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Nuestra Señora de Chiquinquirá https://www.reinadelcielo.org/nuestra-senora-de-chiquinquira/ Wed, 06 Feb 2019 19:47:42 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=20148

Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá es la patrona y reina de Colombia, de la ciudad de Maracaibo y del Estado Zulia en Venezuela, y de la ciudad de Caraz, en el Departamento de Ancash en Perú.

Cuenta la tradición que entre los primeros conquistadores del Nuevo Reino de Granada, Antonio de Santana, encomendero de los pueblos de Suta y Chiquinquirá, era especialmente devoto de la Virgen del Rosario. Por este motivo fabricó en el pueblo de Suta su dormitorio y pequeña capilla. Deseando poner en ella una imagen de la Madre de Dios, mandó pintar una imagen de Nuestra Señora del Rosario en una manta de algodón. Era la manta más ancha que larga y para que no quedasen en blanco los campos que quedaban a ambos lados de la Madre de Dios, mandó pintar a San Andrés Apóstol y a Santa Antonio de Padua uno a cada lado. Luego que recibió la imagen, acomodó el lienzo en un bastidor de madera y lo expuso en el altar de la capilla.
Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Boyacá, Colombia.Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Boyacá, Colombia.

Pasaron algunos años y el desaseo y la humedad deterioraron el lienzo, que apareció roto por varias partes y la pintura estaba casi borrada. A la muerte de Don Antonio, su viuda, se trasladó a Chiquinquirá llevándose consigo el cuadro al que colocó en una capilla. Diez años más tarde vino a aquel lugar una piadosa mujer llamada María Ramos, cuñada del difunto Santana, quien reparó el cuadro y lo expuso en el mejor lugar de la capilla.

Un viernes, 26 de diciembre de 1586, se disponía a salir de la capilla, cuando una india cristiana le llamó la atención hacia la imagen, que aparecía rodeada de vivos resplandores. Volvió el rostro María Ramos y fue grande su asombro al advertir la transformación que se había obrado en el lienzo, cuyos colores, antes tan borrosos y desteñidos, aparecían ahora vivos y claros.

Nuestra Señora del Rosario de ChiquinquiráNuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá

Pio VII la declaró patrona de Colombia en 1829 y fue coronada canónicamente en 1919. En 1983 el hoy Beato Álvaro del Portillo, durante su viaje a Colombia visitó el Santuario, cumpliendo así un deseo de San Josemaria Escrivá de Balaguer.

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Fuente: Opus Dei

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Película de San Martín de Porres https://www.reinadelcielo.org/pelicula-de-san-martin-de-porres/ Thu, 06 Nov 2014 20:39:49 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=2769 El santo mulato nació en Lima en 1579 de padre español y madre panameña. Tardó su padre en reconocerlo pero al final asintió, teniendo de todas formas que partir dejando al pequeño al cuidado de su madre.

Son misteriosos los caminos del Señor y fue un santo quien lo confirmó en la fe de sus padres. Fue Santo Toribio Mogrovejo, segundo arzobispo de Lima y actual patrono del Episcopado Latinoamericano, quien hizo descender el Espíritu sobre su moreno corazón, corazón que el Señor fue haciendo manso y humilde como el de su Madre.

Martín aprendió el oficio de barbero y también algo de medicina. El muchacho era inteligente, y fue tal su amor por los hermanos que no tardó en aprender para poderlos servir mejor. Desde niño sentía predilección por los enfermos y los pobres en quienes reconocía sin duda el rostro sufriente de su Señor. A los quince años la gracia recibida y el ardor por vivir más cerca de Dios en servicio completo a sus hermanos humanos lo impulsó a pedir ser admitido como donado en el convento de los dominicos que había en Lima.

Te invitamos a ver la película de este primer santo negro de América. Conocido también como “el santo de la escoba” por ser representado con una escoba en la mano como símbolo de su humildad …

 


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