Quiero consagrarme a ti con todo el fervor de mi espíritu. Sobre el ara del altar en que te inmolas por mi amor, deposito todo mi ser y mi alma. (ver artículo)
De rodillas ante San Francisco, hizo Clara la promesa de renunciar a las riquezas y comodidades del mundo y de dedicarse a la oración, pobreza y penitencia... (ver artículo)