nombre – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Tue, 12 Mar 2024 07:36:29 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Las cosas por su nombre https://www.reinadelcielo.org/las-cosas-por-su-nombre/ Sat, 06 Jan 2024 14:06:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=475 Ese deseo de modernizar todo, incluido aquello que responde a verdades eternas, está lastimándonos de modo invisible. Es un vicio de esta sociedad, que avanza lenta pero inexorablemente. Es como un intento de freír todo lo que nos rodea en el mismo aceite. De este modo todo termina teniendo el mismo sabor, sean papas, o un buen pescado. El gusto es el mismo, porque el aceite se ha ido impregnando de distintos sabores y ya no respeta la esencia del alimento que se sumerge en la moderna freidora eléctrica. Si nos dejamos alcanzar por este intento del mundo, ¡estamos fritos!

Este pensamiento vino a mi mente cuando por segunda vez escuché el mismo argumento. El intento era el de poner en un “contexto moderno” una frase de los Evangelios: una orden directa de Jesús a los apóstoles de ir y expulsar demonios. Sin dudas que es duro el explicar a la gente la existencia y acción de los espíritus malignos. Sin embargo su actuar es una verdad de fe, así como lo es la misión de sacerdotes exorcistas que cada Obispo debe disponer en su Diócesis.

Crucifijo en mano

La explicación que escuché es la de que en aquella época no había psicólogos ni psiquiatras, ni demasiados conocimientos científicos. Debido a ello, según esta particular visión, en las Escrituras se llamaba ?demonios? a las afecciones de tipo psiquiátrico, o aún a la epilepsia, o a determinadas afecciones de la personalidad que no se podía clasificar de otro modo. ¡Error! Jesús no llamaba a las cosas más que por su verdadero nombre. El expulsó a innumerable cantidad de demonios, incluso algunos de ellos intentaban entablar diálogo con El proclamándolo como el Hijo de Dios. Los demonios, obviamente, sabían demasiado bien quien era Jesús. Tan sólo recordemos cuando expulsó de una persona a una gran cantidad de espíritus malignos que fueron a alojarse a una piara de cerdos, los que se lanzaron por un barranco. Este es uno de los fragmentos más fuertes de los Evangelios.

De este modo si siguiéramos esta errada interpretación de las Escrituras, cuando Jesús enviaba a su gente a expulsar demonios, ¿es que acaso les encomendaba realizar terapia con las gentes? Debemos promover la claridad, no la confusión. Una cosa es una enfermedad psiquiátrica, y otra muy distinta es el actuar de los espíritus malignos, nos guste o no. San Luis Orione circulaba una vez por una ciudad en auto, y de repente lanzó una fuerte exclamación. ¿Qué es ese edificio? El conductor del vehiculo le dijo que era el hospital psiquiátrico del lugar. Don Luis dijo entonces que en estos lugares hay mucha gente con problemas médicos psiquiátricos reales, pero también muchos otros que en realidad tenían enfermedades espirituales, esto es infectaciones demoníacas o incluso posesiones.

La palabra (feat img)

Un tema difícil, es cierto, pero los cristianos debemos defender y predicar la verdad, aunque esta nos produzca incomodidades frente a un mundo que prefiere ignorarlas. Este mundo anhela explicarlo todo de acuerdo a los ojos de su ciencia, ciencia limitada y desprovista de fe. Dios es el que nos ha dado la medicina, y la psiquiatría, y tantas otras ayudas a las que debemos apelar cuando es necesario, porque es Él el que actúa por la mano de médicos y científicos. Dios nos ha dado todo, para nuestro beneficio, para que hagamos de este mundo un lugar de felicidad y crecimiento

Sin embargo, Dios nos ha dado también a los sacerdotes, más precisamente a los sacerdotes exorcistas, cuando de enfermedades espirituales se trata. El Bautismo, la oración, el ayuno, la Confesión y fundamentalmente la Eucaristía son las armas que El nos ha dado para mantener a raya a los espíritus malignos que tratan de promover la perdición de nuestra alma. Como decía San Pío de Pietrelcina, el demonio es como un perro encadenado, ¿quién sería tan tonto de ponerse al alcance de su mordida, sabiendo cual es la longitud de la cadena que lo sujeta?

Vivir en el mundo, sin ser del mundo, es nuestro desafío. Que el aceite en que el mundo nos trata de freír no nos toque. Que sus palabras, sus propuestas, sus modos, no nos alcancen. Tengamos la fe que nos permita ver a Dios en todos los momentos de nuestra vida, porque Él jamás nos deja solos, aunque nosotros no podamos, a veces, sentir Su Presencia.

Señor, danos Tu Gracia para que seamos modelos de Tu Amor, signos de Tu existencia.


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¿Cómo hablar a nuestros queridos difuntos? https://www.reinadelcielo.org/como-hablar-a-nuestros-queridos-difuntos/ Fri, 29 Oct 2021 13:39:21 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=8082 ]]> Muchas veces me piden oración por un difunto, alguien amado profundamente, y la pregunta que surge espontáneamente es: ¿Cómo se llamaba? ¡Qué tremendo error! La pregunta correcta es ¿cómo se llama? Por supuesto, nuestro ser amado no ha desaparecido, sino que ha salido del tiempo para ingresar a la vida eterna, destino del que ninguno de nosotros podrá evadirse.

Cuando pienso en los seres amados que yo he perdido, particularmente mi padre, siento que él está más que nunca escuchándome. Ya sin las limitaciones del mundo, sin la dificultad de moverme donde él esté, o de lograr hablarle de modo cercano. De ningún modo, mi papá está más que nunca escuchando todos mis pensamientos, mis oraciones, mis inseguridades y mis seguridades también.

No hay fórmulas para hablar con nuestros amados difuntos, porque ellos siempre nos escuchan. Están en un lugar donde Dios les permite ver más allá de esos dos agujeritos que son los ojos, a través de los que vieron cuando estaban en el mundo. Hoy ven en la amplitud de la vida eterna, porque están fuera del tiempo, fuera del lugar, están en la eternidad. Hay que sentirlos allí, atentos a nosotros, viéndonos en la perfección que Dios les permite, con los sentidos del alma y ya no los sentidos que usaron cuando estaban aquí.

Pero también me ocurre que cuando hablo y rezo con mi madre que aún está viva, y veo en ella las limitaciones de la vejez y la cercanía de su paso a la eternidad, no dejo de pensar lo perfecto que va a ser nuestro dialogo y nuestra oración cuando ella ya no esté conmigo aquí. Y también pienso en lo hermoso que será ese día en que estemos los tres juntos fuera del tiempo y el lugar, mi padre, mi madre y yo, unidos en la perfección del Amor de Dios por nosotros.

La presencia sutil pero real de nuestros amados difuntos se siente en el corazón, en el alma. No es locura, no es tampoco algo que los demás puedan comprender. Es simplemente un encuentro secreto que mantenemos muy dentro de nuestro corazón, y que no debemos dejar apagar porque es la manifestación de la Comunión de los Santos, la unidad de corazón con quienes ya hantransitado de esta vida.

Algunas personas dirán que esto está mal, que es espiritismo. Error enorme, esto es pura fe en la vida eterna, en nuestro destino de Reino. Espiritismo es invocar a las almas, y eso es un pecado muy grave. Nosotros simplemente sentimos su presencia y les hablamos de corazón, abiertos a que Dios les permita plantar algún sentimiento, algún signo en nuestro corazón, si es que esa es Su Divina Voluntad.

Fieles difuntos (ft img) 2

Otros dirán que es un error que va contra la psicología moderna, contra la necesidad del duelo. ¡El duelo es fundamental! Pero de ningún modo duelo equivale a olvidar a alguien amado, y mucho menos a desconectar el dialogo de alma a alma, de corazón a corazón. Ese dialogo, cuando bien realizado, sin ser algo enfermizo o que altere lo normal de nuestra vida, es un acto de sanación que nos permite seguir viviendo en la esperanza del encuentro definitivo con ese ser amado.

El nombre de un ser amado no pasa jamás, porque nuestra alma perdura por toda la eternidad, sin restricciones. Mi padre no era Juan, es Juan. Y así todos nosotros debemos comprender que nunca dejamos de ser quienes somos, y mucho menos al pasar a la eternidad. Así, el nombre de un ser amado no era, es. Ese ser amado está hoy más presente que nunca, más atento que nunca, abierto y despierto en todo momento a nuestras oraciones, porque las almas pueden responder a nuestras oraciones intercediendo ante Dios por nuestras necesidades. Nuestro dialogo y suplicas llegan así directo al Corazón de Dios a través de la intercesión de los santos y los ángeles, y de Maria en modo particularmente efectivo.

Madre mía, Reina del Cielo y de la Tierra, hoy cierro los ojos y siento claramente la esperanza del encuentro con mi ser amado, y allí se desvanecen las limitaciones del tiempo y del espacio, para poder así unirme en un abrazo que es anticipo de la promesa que nos espera, a ambos. Sin miedos, sin desesperanza, sin separarnos más, por siempre y para siempre.

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Autor: www.reinadelcielo.org


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Siete rasgos del Santo Nombre de la Virgen María https://www.reinadelcielo.org/siete-rasgos-del-santo-nombre-de-la-virgen-maria/ Fri, 27 Jul 2018 12:12:18 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=10484 A mediados del siglo XVIII los jansenistas empezaron a divulgar que la devoción a la Santísima Virgen era una superstición. San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia, salió en defensa de la Madre de Dios y publicó su famoso libro “Las Glorias de María”.

En dicha obra, capítulo X, se leen 7 importantes rasgos del Santo Nombre de María que todo cristiano siempre debe recordar:

1.- Nombre Santo

“El augusto nombre de María, dado a la Madre de Dios, no fue cosa terrenal, ni inventado por la mente humana o elegido por decisión humana, como sucede con todos los demás nombres que se imponen. Este nombre fue elegido por el cielo y se le impuso por divina disposición, como lo atestiguan San Jerónimo, San Epifanio, San Antonino y otros”.

2.- Lleno de dulzura

La Virgen María 3“El glorioso San Antonio de Papua, reconocía en el nombre de María la misma dulzura que San Bernardo en el nombre de Jesús. ‘El nombre de Jesús’, decía éste; ‘el nombre de María’, decía aquél, ‘es alegría para el corazón, miel en los labios y melodía para el oído de sus devotos’… Se lee en el Cantar de los Cantares que, en la Asunción de María, los ángeles preguntaron por tres veces: ‘¿Quién es ésta que sube del desierto como columnita de humo? ¿Quién es ésta que va subiendo cual aurora naciente? ¿Quién es ésta que sube del desierto rebosando en delicias?’ (Ct 3, 6; 6, 9; 8, 5)”.

“Pregunta Ricardo de San Lorenzo: ‘¿Por qué los ángeles preguntan tantas veces el nombre de esta Reina?’ Y él mismo responde: ‘Era tan dulce para los ángeles oír pronunciar el nombre de María, que por eso hacen tantas preguntas’. Pero no quiero hablar de esta dulzura sensible, porque no se concede a todos de manera ordinaria; quiero hablar de la dulzura saludable, consuelo, amor, alegría, confianza y fortaleza que da este nombre de María a los que lo pronuncian con fervor”.

3.- Alegra e inspira amor

“Tu nombre, oh Madre de Dios –como dice San Metodio– está lleno de gracias y de bendiciones divinas. De modo que –como dice San Buenaventura– no se puede pronunciar tu nombre sin que aporte alguna gracia al que devotamente lo invoca. Búsquese un corazón empedernido lo más que se pueda imaginar y del todo desesperado; si éste te nombra, oh benignísima Virgen, es tal el poder de tu nombre –dice el Idiota– que él ablandará su dureza, porque eres la que conforta a los pecadores con la esperanza del perdón y de la gracia”.

4.- Da fortaleza

“Los demonios, afirma Tomás de Kempis, temen de tal manera a la Reina del cielo, que al oír su nombre, huyen de aquel que lo nombra como de fuego que los abrasara. La misma Virgen reveló a santa Brígida, que no hay pecador tan frío en el divino amor, que invocando su santo nombre con propósito de convertirse, no consiga que el demonio se aleje de él al instante”.

“Y otra vez le declaró que todos los demonios sienten tal respeto y pavor a su nombre que en cuanto lo oyen pronunciar al punto sueltan al alma que tenían aprisionada entre sus garras. Y así como se alejan de los pecadores los ángeles rebeldes al oír invocar el nombre de María, lo mismo –dijo la Señora a santa Brígida– acuden numerosos los ángeles buenos a las almas justas que devotamente la invocan”.

5.- Promesas de Jesús

La Virgen y el Niño 3“Son maravillosas las gracias prometidas por Jesucristo a los devotos del nombre de María, como lo dio a entender a santa Brígida hablando con su Madre santísima, revelándole que quien invoque el nombre de María con confianza y propósito de la enmienda, recibirá estas gracias especiales: un perfecto dolor de sus pecados, expiarlos cual conviene, la fortaleza para alcanzar la perfección y al fin la gloria del paraíso. Porque, añadió el divino Salvador, son para mí tan dulces y queridas tus palabras, oh María, que no puedo negarte lo que me pides”.

“En suma, llega a decir San Efrén, que el nombre de María es la llave que abre la puerta del cielo a quien lo invoca con devoción”.

6.- Brinda consuelo

“San Camilo de Lelis, recomendaba muy encarecidamente a sus religiosos que ayudasen a los moribundos con frecuencia a invocar los nombres de Jesús y de María como él mismo siempre lo había practicado; y mucho mejor lo practicó consigo mismo en la hora de la muerte, como se refiere en su biografía; repetía con tanta dulzura los nombres, tan amados por él, de Jesús y de María, que inflamaba en amor a todos los que le escuchaban”.

“Y finalmente, con los ojos fijos en aquellas adoradas imágenes, con los brazos en cruz, pronunciando por última vez los dulcísimos nombres de Jesús y de María, expiró el santo con una paz celestial”.

7.- Buena aventura

“Roguemos pues, mi devoto lector, roguemos a Dios nos conceda esta gracia, que en la hora de la muerte, la última palabra que pronunciemos sea el nombre de María, como lo deseaba y pedía San Germán”.

“Concluyamos con esta tierna plegaria de San Buenaventura:

‘Para gloria de tu nombre, cuando mi alma esté para salir de este mundo, ven tú misma a mi encuentro, Señora benditísima, y recíbela’. No desdeñes, oh María –sigamos rezando con el santo– de venir a consolarme con tu dulce presencia. Sé mi escala y camino del paraíso. Concédele la gracia del perdón y del descanso eterno. Y termina el Santo diciendo: ‘Oh María, abogada nuestra, a ti te corresponde defender a tus devotos y tomar a tu cuidado su causa ante el tribunal de Jesucristo’”.

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Fuente: Aciprensa


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