Monte Tabor – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Tue, 06 Aug 2024 11:20:00 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Transfiguración de Jesús https://www.reinadelcielo.org/transfiguracion-de-jesus/ Tue, 06 Aug 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=15569 ]]>

Narra el santo Evangelio (Lc. 9, Mc. 6, Mt. 10) que unas semanas antes de su Pasión y Muerte, subió Jesús a un monte a orar, llevando consigo a sus tres discípulos predilectos, Pedro, Santiago y Juan. Y mientras oraba, su cuerpo se transfiguró. Sus vestidos se volvieron más blancos que la nieve, y su rostro más resplandeciente que el sol. Y se aparecieron Moisés y Elías y hablaban con Él acerca de lo que le iba a suceder próximamente en Jerusalén.

Pedro, muy emocionado exclamó: -Señor, si te parece, hacemos aquí tres campamentos, uno para Ti, otro para Moisés y otro para Elías.

Pero en seguida los envolvió una nube y se oyó una voz del cielo que decía: “Este es mi Hijo muy amado, escuchadlo”.

El Señor llevó consigo a los tres apóstoles que más le demostraban su amor y su fidelidad. Pedro que era el que más trabajaba por Jesús; Juan, el que tenía el alma más pura y más sin pecado; Santiago, el más atrevido y arriesgado en declararse amigo del Señor, y que sería el primer apóstol en derramar su sangre por nuestra religión. Jesús no invitó a todos los apóstoles, por no llevar a Judas, que no se merecía esta visión. Los que viven en pecado no reciben muchos favores que Dios concede a los que le permanecen fieles.

Se celebra un momento muy especial de la vida de Jesús: cuando mostró su gloria a tres de sus apóstoles. Nos dejó un ejemplo sensible de la gloria que nos espera en el cielo.

Un poco de historia

Transfiguración 3

Jesús se transfiguró en el monte Tabor, que se se encuentra en la Baja Galilea, a 588 metros sobre el nivel del mar.

Este acontecimiento tuvo lugar, aproximadamente, un año antes de la Pasión de Cristo. Jesús invitó a su Transfiguración Pedro, Santiago y Juan. A ellos les dio este regalo, este don.

Ésta tuvo lugar mientras Jesús oraba, porque en la oración es cuando Dios se hace presente. Los apóstoles vieron a Jesús con un resplandor que casi no se puede describir con palabras: su rostro brillaba como el sol y sus vestidos eran resplandecientes como la luz.

Pedro quería hacer tres tiendas para quedarse ahí. No le hacía falta nada, pues estaba plenamente feliz, gozando un anticipo del cielo. Estaba en presencia de Dios, viéndolo como era y él hubiera querido quedarse ahí para siempre.

Los personajes que hablaban con Jesús eran Moisés y Elías. Moisés fue el que recibió la Ley de Dios en el Sinaí para el pueblo de Israel. Representa a la Ley. Elías, por su parte, es el padre de los profetas. Moisés y Elías son, por tanto, los representantes de la ley y de los profetas, respectivamente, que vienen a dar testimonio de Jesús, quien es el cumplimiento de todo lo que dicen la ley y los profetas.

Ellos hablaban de la muerte de Jesús, porque hablar de la muerte de Jesús es hablar de su amor, es hablar de la salvación de todos los hombres. Precisamente, Jesús transfigurado significa amor y salvación.

Seis días antes del día de la Transfiguración, Jesús les había hablado acerca de su Pasión, Muerte y Resurrección, pero ellos no habían entendido a qué se refería. Les había dicho, también, que algunos de los apóstoles verían la gloria de Dios antes de morir.

Pedro, Santiago y Juan experimentaron lo que es el Cielo. Después de ellos, Dios ha escogido a otros santos para que compartieran esta experiencia antes de morir: Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz, Santa Teresita del Niño Jesús y San Pablo, entre otros. Todos ellos gozaron de gracias especiales que Dios quiso darles y su testimonio nos sirve para proporcionarnos una pequeña idea de lo maravilloso que es el Cielo.

Santa Teresita explicaba que es sentirse “como un pajarillo que contempla la luz del Sol, sin que su luz lo lastime.”

¿Qué nos enseña este acontecimiento?

Nos enseña a seguir adelante aquí en la tierra aunque tengamos que sufrir, con la esperanza de que Él nos espera con su gloria en el Cielo y que vale la pena cualquier sufrimiento por alcanzarlo.
A entender que el sufrimiento, cuando se ofrece a Dios, se convierte en sacrificio y así, éste tiene el poder de salvar a las almas. Jesús sufrió y así se desprendió de su vida para salvarnos a todos los hombres.
A valorar la oración, ya que Jesús constantemente oraba con el Padre.
A entender que el Cielo es algo que hay que ganar con los detalles de la vida de todos los días.
A vivir el mandamiento que Él nos dejó: “Amaos los unos a los otros como Yo os he amado”.
Habrá un juicio final que se basará en el amor, es decir, en cuánto hayamos amado o dejado de amar a los demás.

Dios da su gracia a través de la oración y los sacramentos. Su gracia puede suplir todas nuestras debilidades.

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Fuente: Catholic.net


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Bajar del Tabor, salir del Cenáculo https://www.reinadelcielo.org/bajar-del-tabor-salir-del-cen%e2%a4%b5lo/ Thu, 21 Mar 2019 16:51:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=327 Cuando Jesús subió al monte Tabor y transfigurándose en luz apareció junto a los Profetas del Antiguo Testamento, generó tal gozo en los apóstoles que lo acompañaban que ellos quisieron quedarse allí, para vivir en forma permanente la Gracia de la Presencia de Dios en ese lugar.

Sin embargo Jesús les explicó que la vida debe ser vivida en trabajo y obra para beneficio del Padre, no para disfrutar de las caricias que circunstancialmente el Cielo da. Bajaron entonces del Tabor a seguir el camino, que terminó en la Pasión y Cruz en Jerusalén.

Cuando María y los apóstoles se reunieron en el Cenáculo en Jerusalén y recibieron la llama del Espíritu Santo, no solo se llenaron de Sus Dones, sino que sintieron un gozo inmenso que los llevó a disfrutar en felicidad el momento. Y si bien se quedaron unos días disfrutando de la unión y llenos del Espíritu Divino, y en la Presencia de María, la Madre de Dios los envió a los cuatro puntos del mundo a evangelizar y crear la Iglesia de Dios. Salieron entonces del Cenáculo para seguir el camino, y muchos de ellos para terminar crucificados, lapidados o perseguidos por difundir la Palabra del Señor.

¿Cuál es la enseñanza que vemos en estos dos hechos, que vienen directamente de Jesús y María?.

Muchas veces buscamos en la oración o en el contacto con Dios sólo consuelo o relajación por las presiones del mundo. Lamentablemente algunas disciplinas espirituales modernas llevan a la gente a la meditación sólo como forma de sentirse mejor, de liberarse del estrés del mundo actual. Particularmente las tendencias orientalistas tan en boga en muchas sociedades de occidente, que por moda buscan su espiritualidad en el lugar equivocado.

laicosOrar es dialogar con Dios, es buscar Su encuentro en nuestros corazones. Muchas veces la oración nos encuentra en serenidad y alegría, mientras en otras oportunidades nos cuesta orar, como si estuviéramos caminando en arena pesada. ¿Entonces orar es malo?. ¿Debemos dejar de orar?. Como decía el Padre Emiliano Tardiff: ¡a veces es Viernes Santo y a veces es Domingo de Pascua!. Si Jesús tuvo momentos de enorme gozo y también momentos de inmenso dolor, nosotros no podemos pretender que al acercarnos a Dios sólo encontremos consuelo y relax. No podemos buscar a Dios como un consuelo o como un analgésico espiritual. El mensaje de Jesús es fuerte: ¡Hay que salir y enfrentar las injusticias y los dolores del mundo!. También hay que vencer las debilidades de la naturaleza humana, las tentaciones cotidianas.

Lo mismo ocurre con aquellos que buscan permanentemente la Presencia Mística de Jesús o María, los milagros, las manifestaciones de Ellos aquí. Pero se quedan con el placer que eso les dá, sin cambiar su vida realmente, sin enfrentar los dolores y los altos costos de una conversión verdadera.

Buscar a Jesús es tomar su Cruz, y seguirlo. ¿Entendemos qué es realmente la Cruz?. ¿Creemos que llevar la Cruz es una forma de encontrar alivio a nuestros problemas mundanos?. Llevar la Cruz es una forma de imitar la disposición del Señor a enfrentar, por amor, todas las injusticias e impiedades del mundo.

Cuando encontramos regocijo, en esos momentos en que Dios nos da regalos que nos consuelan y acarician el alma, tocamos el Cielo, sentimos la cercanía del Reino. Pero no podemos quedarnos allí, ya que el camino al Gólgota nos está esperando allí abajo, en la forma y los tiempos en que la Voluntad de Dios disponga.

Buscar sinceramente a Dios no es buscar relajación, felicidad terrenal o solución a nuestros problemas. Todo lo contrario: buscar al Señor es aceptar Su Voluntad para cualquier cosa que El quiera hacer de nuestra vida, sea lo que nosotros esperamos, o todo lo contrario.

Dios, en Su infinito amor, nos regala momentos parecidos a lo que ocurrió en el Monte Tabor, o a lo que ocurrió en el Cenáculo en Jerusalén. No nos quedemos allí: bajemos del Tabor, salgamos del Cenáculo y vayamos al mundo a difundir Su Palabra, a dar testimonio de Su amor, aunque duela.


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