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La misa es la forma de orar más conocida por la humanidad, pero no siempre funciona. A continuación aconsejamos algunas prácticas que pueden ayudar a que se siga con interés y devoción.
1: Comienza con una oración en silencio.
“Señor Jesucristo, (ver artículo)
Rita cuenta que en estos testimonios suele escuchar “historias en las que Nuestra Señora siempre llamó a estas personas a la conversión y a caminar hacia Jesús..."
(ver artículo)
Nuestra Señora dijo que las almas del Purgatorio pueden ver a sus seres queridos durante los momentos en que oramos por ellas por su nombre. (ver artículo)
Es preciso que los hombres vuelvan a descubrir la Pascua que celebramos en cada una de nuestras Eucaristías. La gracia de la Pascua es un profundo silencio, una paz inmensa y un sabor puro en el alma. (ver artículo)
La Iglesia es quien enseña de qué forma se debe llevar acabo un acto litúrgico. Debes saber esto si eres parte de un coro parroquial. (ver artículo)