meta – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 17 Aug 2018 17:46:44 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 De una vida de éxito a evangelizadora de pandilleros https://www.reinadelcielo.org/de-una-vida-de-exito-a-evangelizadora-de-pandilleros/ Fri, 17 Aug 2018 17:46:44 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=15744 Sair del Toro era una mujer que abandonó en la adolescencia la fe católica en la que había sido educada por su madre. A los 28 se había convertido en un personaje conocido con su propio programa de radio y como exitosa y demandada planificadora de bodas en Seattle. Tenía mucho dinero e influencia pero se encontraba vacía. Fue entonces cuando se abrazó con fuerza a la fe de su infancia y se convirtió en una de las evangelizadoras más potentes de EEUU, especialmente en el mundo hispano.

Cientos de pandilleros, asesinos, ladrones, pero también mujeres maltratadas, violadas y en situaciones límites han encontrado a Dios gracias a su ministerio. “Creo que cuando te entregas libremente al Señor se dan grandes gracias, y puedes ser testigo”, afirma en Catholic News Agency.

“No tenía amor, sólo tenía dinero”

Sair del Toro 2Recuerda su vida anterior a conocer a Cristo. Conducía un Mercedes, tenía una casa espectacular y no le faltaba el dinero. “Todo parecía perfecto, pero me faltaba algo, no tenía amor, sólo tenía dinero”. Este sentimiento le embargaba ya en todo momento por lo que un día se dirigió a Dios: “¿Dónde estás? ¿Quién eres?”.

Iba a empezar así su regreso a la Iglesia Católica. Pero fue clave el consejo que recibió: si quería encontrar a Dios tenía que mirar al Santísimo Sacramento. Lo tomó al pie de la letra y rápidamente entró en una capilla de adoración para ver y abrazar el tabernáculo para saber por fin si Dios estaba realmente en esa “cajita”.

“Entré allí, abracé a Jesucristo, y Él salió y me abrazó. Sentí su presencia en mi corazón, en mi mente y en mi alma, Él me estaba abrazando. Fue el abrazo más grande de mi vida”, asegura esta mujer, que define aquel momento como el que cambió completamente su vida.

Su madre quiso ingresarla en un psiquiátrico

Después de aquella experiencia de amor de Dios decidió dejar su exitoso trabajo, su casa y se fue a un convento en Omaha. “Mi madre pensó que estaba loca”, recuerda ella. Tanto que incluso llevó a Sair a un hospital psiquiátrico, que curiosamente era gestionado por unas monjas.

El médico le preguntó si escuchaba a Dios, si escuchaba su voz y le amaba. Ella tenía miedo a responder con sinceridad por si concluían que estaba loca y acaba ingresada en el psiquiátrico. Sin embargo, sintió que Dios quería que dijera la verdad. El doctor llegó a la conclusión de que Sair no estaba loca sino enamorada completamente de Dios.

De EEUU a México y vuelta de nuevo

Durante varios años estuvo en la vida religiosa hasta que supo que Dios la llamaba a otra cosa. Dejó el convento y también Estados Unidos para regresar a su México natal. Allí participó activamente y con gran éxito en distintos ministerios católicos de evangelización y de anuncio de devociones como la del Sagrado Corazón.

En 2013 regresó a Estados Unidos para enseñar la Teología del Cuerpo de Juan Pablo II a las parejas, especialmente hispanas, de la Archidiócesis de Los Ángeles.

Pero casi a la vez comenzó a hablar de Dios y a lograr numerosas conversiones entre expandilleros, presos y personas violentas, consiguiendo incluso que acabasen consagrando su vida y la de sus familias a Dios.

Hace unos meses, por ejemplo, la llamaron para que anunciara la Buena Nueva a un grupo de 200 hombres, la gran mayoría pandilleros llenos de tatuajes, traficantes e incluso asesinos. “Logramos consagrar a todas esas personas –explica Sair- lo cual fue un milagro, porque la mayoría de esas personas han matado personas, han estado involucradas en negocios muy sucio, o han vendido droga…”.

Vidas que cambian

Sair del Toro 3Ahora, “estas personas que nunca pensaríamos que estarían consagradas al Señor están cambiando sus vidas y las de sus familias también”. Buscando un terreno común con los miembros de estas pandillas, le comentó que la jerarquía de la Iglesia era muy parecida a la de una pandilla, pero del lado del Señor y no del lado de la muerte.

“Cuando les enseñas cómo funciona la Iglesia, cómo trabaja Dios, cómo funciona el respeto, en realidad es lo mismo, pero en el ejército de Dios”.

Sair del Toro afirma que les anuncia que su vida puede cambiar, que pueden ser más felices que nunca, que pueden conocer la gracia, y sobre todo vivir para siempre. “Sienten que realmente tienen ahora algo, que valen algo pues les damos la esperanza de la vida, de la eternidad”, concluye.

Ayuda a miles de mujeres hispanas

Pero además esta incansable católica es directora de Magnífica, el apostolado en español de Endow, un ministerio centrado en las mujeres. Y es aquí donde está realizando una importante labor con cientos de ellas, muchas con terribles historias a sus espaldas.

Una de las mujeres a las que ha podido ayudar es Rachel (nombre ficticio). Cuando tenía 14 años se escapó de casa de sus padres para ir a una fiesta. Esa noche fue secuestrada y llevada de Ciudad de México a la frontera con Estados Unidos, donde fue vendida a un hombre que la mantuvo en cautiverio durante 10 años.

En ese tiempo esta joven tuvo dos hijos con su secuestrador, hasta que un vecino se percató de que algo raro ocurría y llamó a la Policía, por lo que Rachel y sus hijos pudieron ser rescatadas. Ahora ella encuentra ayuda y sanación en la Iglesia a través del grupo Magnífica.

“Mi meta es el cielo”

Muchas mujeres que han experimentado violencia doméstica o el drama del aborto también llegan a la Iglesia a través de esta vía, y encuentran la felicidad en ella tras sufrir lo indecible durante años.

Gracias a personas como Sair son miles de personas las que conocen esta Iglesia, “hospital de campaña”, donde pueden sanar heridas profundas.

“La gente que me conoce sabe que lo hago de corazón, de lo contrario podría estar haciendo cosas diferentes por mucho dinero. Pero mi meta es el cielo y quiero ser santa, realmente quiero ser santa. Así que me relajo dejando que Dios haga lo que quiera conmigo”.

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Fuente: Religión en Libertad


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El Camino es la meta https://www.reinadelcielo.org/el-camino-es-la-meta/ Fri, 03 Nov 2017 17:21:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=361 ]]> Más de un millón de jóvenes se pusieron en marcha hoy en Argentina, para peregrinar como todos los años por sesenta kilómetros hasta la Basílica de la Virgencita de Luján, Patrona del país. Virgen gaucha, amiga y compañera, que acompaña a estos chicos en medio de sonrisas, oración, diálogo de amor, verdadera unión. Un millón de jóvenes es una enorme proporción de los habitantes de Buenos Aires, una muestra muy clara de que la juventud mantiene ese fuego en el corazón que es capaz de moverla a tan gran esfuerzo.

Basílica de LujánEmociona el sólo pensar cuantas historias se derraman sobre el asfalto debajo de esos pies cansados que avanzan paso a paso rumbo a la casita de la Madre de Dios. Nada los detiene, miran al frente y sueñan con un futuro lindo y claro, hablan de vocaciones, de carreras, de novias y novios, de frustraciones y fracasos también. La compañía abraza y consuela, fortalece y da ánimos para seguir en el camino de la vida.

La caminata a Luján es como la vida, variada, pero siempre sorprendente. A veces con sol, o lluvia, con frío, o calor, con buena compañía, o solitaria, con ánimo de ruego angustiante, o de agradecimiento ante la gracia recibida. A veces es simplemente una expresión de amor a la Virgen, en otras es una respuesta temprana y apasionada a su llamado amoroso. Pero la caminata es siempre un esfuerzo que nos enseña sobre aquello que es verdaderamente importante en la vida.

Hace algunos años conocí a un hombre que mostraba con orgullo sus proezas como escalador de montañas, Carlos Carsolio. El tenía el record de haber escalado en más oportunidades que nadie las más altas montañas del mundo, casi todas ellas en el Tibet. Había visto perder miembros, por congelamiento, a muchos de sus compañeros, y también vio morir a varios otros, en caídas o por congelamiento y asfixia. Sin embargo, él seguía escalando, rompiendo record tras record, adquiriendo fama en el círculo de los escaladores de altas cimas.

Un día, el hombre entró en una profunda depresión, cayó en un vacío que lo hundióen la inmovilidad absoluta. Había alcanzado tantas cumbres, que ya no tenía metas por delante, todas habían sido superadas. ¿Qué hacer de la vida entonces? Nada lograba motivarlo a seguir el camino, estaba empantanado en una oscuridad existencial asfixiante. Buscó y removió su interior tratando de descubrir una grieta en la que hacerse firme y volver a escalar alturas existenciales donde vuelvan la luz y el aire. Cayó al fondo del vacío una y otra vez, hasta que finalmente vio el camino hacia lo alto.

La motivación que había tenido hasta entonces era la de hacer cima, la de tocar ese instante de fama y gloria, para descender al llano, a soñar con otra cumbre. Pero ahora había comprendido que lo que más había disfrutado no eran esos momentos de fugaz felicidad en la cumbre. Su verdadera felicidad, oculta y silenciosa en el interior de su alma, había estado en escalar, en caminar. Esos largos momentos de subir, de buscar el mejor sendero, de afirmarse en la roca saliente que le permita subir, habían sido su felicidad. Una alegría moderada, pero fuerte, silenciosa y sostenible.

Peregrinación a LujánCarlos comprendió que la verdadera felicidad y motivación estaban en escalar, en el camino, y no en la cima. Las cimas fueron metas circunstanciales, cambiantes, que permitieron y justificaron el lanzarse a andar. Pero fue en el camino que él conoció la verdadera amistad con sus compañeros, fundamentada en el amor de los que comparten el riesgo. Fue en el camino que aprendió a sobrevivir a toda inclemencia. Y fue en el camino también donde probó sus verdaderos límites, se conoció a si mismo en las circunstancias extremas, esas que tensan la cuerda de la vida hasta el límite de casi cortarse. De allí en adelante, él fue feliz escalando, caminando. Las cimas no fueron ya nunca más el centro de su vida, sino un regalo extra que a veces estaba, y a veces no.

Del mismo modo, los chicos peregrinan a Luján sabiendo que es la Virgencita la que los pone en movimiento, la que los invita a caminar como forma de crecer. El punto final del recorrido es un momento de extrema felicidad, por la satisfacción de haberlo logrado, por estar en la casa de María de Nazaret, por estar juntos en el festejo con Jesús Eucarístico. Atrás ha quedado el recuerdo del camino y sus enseñanzas, sentimientos que perdurarán por años y años, frutos de amor y unión.

Sepamos ver en el llamado de la Madre de Dios la invitación a caminar, para que el camino sea un encuentro con Jesús en nuestro corazón. Que el camino nos haga fuertes en la fe, en la esperanza, con los pies cansados, pero con el alma llena de la alegría que sólo proviene de sentirse amigos de Dios. Jesús estará andando a nuestro lado, sonriendo o llorando, abrazándonos o señalándonos la ruta allá adelante, mientras al oído nos dice suavemente: ?Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.? (Juan, cap. 14, vers. 6)


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