meditar – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Sat, 02 Sep 2023 09:28:28 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 La oración, voz del alma https://www.reinadelcielo.org/la-oracion-voz-del-alma/ Fri, 01 Sep 2023 09:14:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=477 ]]> Una voz se abre paso en mi interior como un susurro que me acompaña y me consuela, me comprende y me fortalece ¡Es que es mi Señor el que se hace Amigo, Hermano y Maestro cuando con humildad elevo mis palabras al Cielo! Ya no hay paredes a mi alrededor, todo es silencio y escucha, el mundo se congela por un instante, donde hasta el canto de los pájaros se ha suspendido para dar paso al dialogo santo. Los Ángeles escuchan atentos, sonríen y envuelven la escena. Son momentos donde la Divinidad se acerca a la humanidad, porque la voluntad del hombre conmueve el corazón de Dios y lo invita a alegrarse de Su creación.

Sí, es el alma la que expresa su voz cuando con sinceridad nos abrimos a hablar con Dios ¡Oh, la oración, si supiera el hombre sobre los maravillosos efectos y giros que se producen en el cielo cuando un alma ora con devoción! La oración abre las puertas del Corazón de Dios, y derrama ríos de Gracia que bañan nuestra alma, la que canta, sonríe y se alegra. Pero nuestra humanidad, poco dócil y dada a la pereza espiritual, suele darnos las espaldas al deseo de orar, y así sentimos que el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil. Señor, ¿cómo llegar a hablar contigo si es que no tengo la fe, la fortaleza y la perseverancia necesarias?

Jesús, nuestro Amigo, está siempre allí, del otro lado de ese desierto que debemos atravesar para llegar a Su Corazón. El desierto es nuestra humanidad que se resiste porque prefiere la comodidad a la entrega, la vanidad a la negación del ser, el mundo al Cielo. Cuando pisamos la arena caliente nos sentimos invadidos por la sequedad espiritual, pero si mantenemos la vista firme puesta en las verdes praderas que se dibujan en el horizonte, seremos capaces de caminar, y llegar. Jesús, mi Señor, Tú me esperas allí, porque sabes que en la oración descubro el diálogo contigo. Palabras que me llevan a Ti, al abrazo fraterno que como Dios Amigo me das cuando Te busco y llamo.

Oración del afligido (Ft Img)

El orar es una experiencia única, un nuevo descubrimiento cada vez. Si, porque la oración es siempre distinta, se nos presenta como un mar de distintas tonalidades, oleajes y hasta de diversidad en la intensidad de las mareas. Muchas veces el diálogo con Dios fluye fácil y directo, en otras oportunidades el orar se presenta como una tarea pesada y difícil como el avanzar en un océano turbulento y ventoso, mientras que en otros casos se ilumina nuestra alma con el fluir del rezo, produciendo un gozo que es difícil de explicar ¿Por qué es así?

Es Dios quien nos da la Gracia de encontrar distintos efectos en la oración. No se supone que el dialogo con Dios tenga una respuesta predecible, porque es siempre una propuesta de nuestra alma en espera de la respuesta del Señor. Así, Jesús juega muchas veces con nosotros, se oculta, o se manifiesta, nos hace ver Su sutil pero maravilloso sentido del humor, o nos insufla sentimientos profundos que nos hacen llorar sin saber por qué, o simplemente nos escucha con atención, como un verdadero Buen Amigo.

La oración despierta sentimientos que crecen sin siquiera saber nosotros de donde provienen. Es un misterio que se esconde en nuestro interior, caprichoso y ávido de sorprendernos cuando menos lo esperamos. Si, es la voz del alma. Esas emociones inexplicables son la manifestación de una vida que trasciende lo racional, porque son la expresión de nuestra vida espiritual, creada por Dios. Al orar, nuestra alma pide a gritos que reconozcamos su existencia, que comprendamos que debajo de esa maraña de pensamientos, miedos y seguridades, hay algo más, hay un puente que nos acerca a la Divinidad, a Dios.

Con los años he meditado mucho sobre esos intrincados espacios escondidos muy dentro de nuestro ser, y particularmente he descubierto en la oración y la meditación a la puerta que abre esos sentimientos. Las emociones se explican por el sentido de unidad en la Divinidad de El que me escucha, de Aquel que aguarda pacientemente el derramamiento de mis palabras, de mis pensamientos, de mis sentimientos. Esas emociones han adquirido un sentido inmenso, se manifiestan como la alegría de ser amigo de Dios, El que todo lo puede, El que todo lo da

Señor, yo te hablo, Tu me escuchas, mírame aquí, no tengo palabras para decirte lo que siento, pero Tu, Tu lo sabes todo.


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La hora Santa https://www.reinadelcielo.org/la-hora-santa/ Fri, 01 Apr 2022 10:17:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=199 ]]> HORA SANTA
ORACIÓN

¡Oh Señor nuestro Sacramentado! Míranos aquí en Tu adorable Presencia. Venimos a bendecirte y alabarte en unión de los ángeles que invisiblemente rodean esa Hostia Divina.

Venimos a consagrarte esta Hora Santa, gozándonos de estar aquí, en Tu acatamiento, a gustar de Tu compañía y a conversar contigo, que tienes palabras de vida eterna.

Sí, Dios nuestro. Quisiéramos contemplarte a través de esa Hostia Santa con el tiernísimo afecto con que os miraba tu Madre: con aquella devoción con que os seguían tus discípulos, y muy singularmente el Discípulo Amado, cuando la noche de la Cena reclinó su cabeza sobre tu ardiente Corazón.

Nos sentimos felices de hallarnos junto a Ti, y queremos aprovechar todos los momentos de esta Hora Santa para hacerte compañía, que tu presencia nos hace tan agradable. Concédenos, oh Jesús, no dormirnos, como se durmieron tus apóstoles la noche tristísima de tu agonía en el Huerto de los Olivos.

Míranos, Señor; somos tus hijos, a quienes tantas veces habéis alimentado con tu mismo Cuerpo y Sangre.

¡Señor! Vuelve hacia nosotros tus ojos misericordiosos; pon en nuestros pensamientos una ráfaga de la luz de tu Rostro, y en nuestros corazones una centellita siquiera del fuego que abrasa tu dulcísimo Corazón.

Concédenos, oh Jesús, sentir hondamente la verdad de aquellas palabras del Real Profeta: “es mejor una hora en tu Casa, que mil años en compañía de los pecadores”.

ACTO DE REPARACIÓN

consgración a Dios (ft img)

Divino Salvador de las almas: cubiertos de confusión nuestros rostros nos arrodillamos en tu presencia soberana, dirigiendo una mirada al solitario Tabernáculo, donde permaneces cautivo de amor, nuestros corazones se conmueven al contemplar la soledad y olvido en que os tienen tus criaturas. ¿Habréis derramado en balde vuestra Sangre bendita? ¿Será inútil tanto amor? Pero ya que nos has permitido esta noche unir nuestras reparaciones a las tuyas, y acompañarte en tu Sacramento, donde Tu, que sois el Sol del mundo, irradias silenciosamente sobre nosotros a todas las horas la luz de la verdad, el calor del amor divino, la belleza de lo sobrenatural y la fecundidad generosa de todo bien; ya que te has dignado escogernos de entre todos los hombres para gozar de tu compañía y amistad, permítenos por los que no os bendicen o blasfeman de Ti, oh pacientísimo Señor Jesús, adorarte por todos aquellos que os tienen olvidado, e implorar para ellos de la infinita misericordia de tu Corazón indulgencia para sus olvidos y para sus crímenes.

· Oh Jesús! Por nuestros pecados, los de nuestros padres, hermanos y amigos, y por los del mundo entero: Perdón, Señor, perdón.

· Por las infidelidades y sacrilegios, por los odios y rencores: Perdón, Señor, perdón.

· Por las blasfemias; por la profanación de los días santos: Perdón, Señor, perdón.

· Por las impurezas y escándalos: Perdón, Señor, perdón.

· Por los hurtos e injusticias, por las debilidades y respetos humanos: Perdón, Señor, perdón.

· Por las desobediencias a la Santa Iglesia: Perdón, Señor, perdón.

· Por los crímenes de los esposos, las negligencias de los padres y las faltas de los hijos: Perdón, Señor, perdón.

· Por los atentados contra el Romano Pontífice: Perdón, Señor, perdón.

· Por las persecuciones levantadas contra los obispos, sacerdotes, religiosos y sagradas vírgenes: Perdón, Señor, perdón.

· Por los insultos a vuestras imágenes, profanación de los templos, abuso de los Sacramentos y ultrajes al Augusto Tabernáculo: Perdón, Señor, perdón.

· Por los crímenes de la prensa impía y blasfema, y por las horrendas maquinaciones de las sectas tenebrosas: Perdón, Señor, perdón.

· Por los justos que vacilan, por los pecadores que resisten a la gracia, y por todos los que sufren: ¡Piedad, Señor, piedad!

¡Perdón, Señor, y piedad por el más necesitado de vuestra gracia; que la luz de tus divinos ojos no se aparte jamás de nosotros; encadena a la puerta del Tabernáculo nuestros inconstantes corazones; danos a sentir algo del calor divino de tu Pecho, y que nuestras almas se derritan de amor y arrepentimiento. Amén

MEDITACIONES

I. Tu me llamas, ¡oh Jesús!, para ser testigo de tu agonía; yo lo deseo con ardor. Tu me mandas que vele y ore contigo durante esta hora: yo lo deseo de todo corazón pero, ¡ay!, conocida os es mi debilidad. Sosténme. Sin Ti seria más débil aún de lo que fueron tus Apóstoles. ¡Oh alma mía, no pierdas un momento de hora tan preciosa y santa! Con el Corazón de Jesús, adora al Eterno Padre. Yo vengo, ¡Dios eterno e infinitamente Santo!, a postrarme en compañía de tu querido Hijo delante de vuestra suprema Majestad, y anonadarme en presencia de tu grandeza; os ofrezco su agonía, y los intensos dolores de su Corazón para satisfacer a tu justicia y llorar mis pecados y los de todos los hombres, y, a fin de que te sea mi oración más agradable, la uno a la que hizo Jesús en el huerto.

II. Para comprender el dolor que sintió Jesucristo en el huerto de Getsemaní, sería necesario penetrar la grandeza de su amor. Amaba infinitamente a su Eterno Padre, y le veía ultrajado cruelmente por los hombres. Amaba profundamente a los hombres y los veía criminales y destinados a suplicios eternos. ¡Qué desconsolador para el más sensible de los corazones! ¿Qué le sugirió su infinito amor? Reparar los ultrajes hechos a su Padre, redimir y librar a los hombres de los castigos merecidos, poniéndose en lugar de ellos para sobrellevar el rigor de los suplicios que merecían. «Todos los hombres juntos no son capaces, ¡oh Padre mío!, de satisfacer a vuestra justicia, e indignas son de Ti las víctimas que podrán ofreceros; aquí me tienes, pues, dice Jesús: «Tu no rechazarás este holocausto. Herid, omnipotente Dios; tu justicia ultrajada sea satisfecha y el pecado del hombre expiado.» El Padre acepta la ofrenda de su Hijo; le carga con todas las iniquidades de los hombres, y desde entonces ya no le mira como el objeto de sus complacencias, sino como víctima cargada con todos los pecados del mundo. En ese mismo instante se siente Jesucristo como oprimido por el peso formidable de nuestras iniquidades. ¡Qué horrible y qué amargo cáliz para el Santo de los Santos! ¿Lo beberá? En cuanto le acerca a sus labios, su alma siente dolor, cae en mortal tristeza, le abruman la angustia y el tedio, y de él se apodera el terror. «Padre mío, exclama, desviad de mí este cáliz»; sin embargo de ello, Jesús bebe el cáliz de la amargura. Crece el dolor y quiere compartirlo con tres de sus Apóstoles: «Mi alma, les dice, está mortalmente triste; velad, pues, y orad conmigo.»

III. ¡Oh, qué horrores se le presentan a los ojos! Ve todos los poderes del infierno desencadenados contra él, y a todos los pecadores armados contra su sagrada persona. Ve acercarse las iniquidades del mundo; vendido por uno de sus discípulos, negado por otro y abandonado de todos. Ve las cadenas, los azotes, los clavos, las espinas y la cruz que le preparan y cargan sobre sus débiles hombros, y camina por el calvario hasta el monte, donde, clavado en el madero, exclama: «Perdónalos, porque no saben lo que hacen.» «Padre mío, Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu.»

¡Oh Jesús mío, crucificado por mis culpas en ese madero de ignominia! Perdóname, porque, arrepentido, me postro a tus plantas llorando mis pecados. Cuando contemplo tu Corazón derramando sangre divina, tiembla mi alma pecadora; cuando veo tus pies y tus manos clavados y tu sagrada cabeza cubierta de espinas, me confundo y anonado, porque yo fui la causa de tu dolor.

Oración joven(ft img)

IV. Considera, alma mía, que un Dios adorado en el cielo por los Angeles es ultrajado en la tierra por los pecadores; un Dios de infinita grandeza, es clavado en una cruz; en el cielo, delicias; aquí, sudor de sangre. ¡Oh Jesús, tanto como habéis amado a los hombres, y los hombres no se compadecen de Ti! Tu amor a nosotros fue tanto, que quisiste quedarte en la Sagrada Eucaristía para consolarnos y fortalecernos. Haz, Señor, que todos te amemos con amor puro y santo para que tu Corazón reine en el nuestro y seamos tu digna morada.

Bendito sea vuestro santo nombre en todo el universo; sea tu Sagrado Corazón amado y adorado de todos los hombres; sea tu Iglesia honrada, respetada y salga siempre victoriosa de tus enemigos; no se extinga jamás entre nosotros la antorcha de la fe, antes resplandezca con nuevo brillo; todos nuestros hermanos permanezcan unidos a la Iglesia Católica Romana; los separados de ella se conviertan a la verdad, todos los hombres respeten vuestro Evangelio, tus misterios, tus altares; y que nos sea, en fin, provechosa la sangre derramada en el Huerto y en el Calvario.

¡Oh, Salvador y Redentor mío! Haced que florezca vuestra Santa Religión y renazca la fe en las almas. No cese vuestra luz de iluminar los pueblos donde vuestra Ley ha brillado con tanto esplendor. Envíanos el ángel que vuestro discípulo amado vio atravesando el cielo con el Evangelio en la mano para evangelizar a los habitantes de la tierra y decirles: «Temed al Señor y tributadle los homenajes que le son debidos.» Danos Santos y haced que nuestro corazón sea semejante al vuestro.

¡Oh María! Hijos tuyos somos: muestra que eres nuestra Madre, reconciliándonos con tu Hijo Jesús. Angeles tutelares de esta nación, Santos protectores de nuestra amada Patria: venid en nuestro socorro, preservados del naufragio, sed nuestros intercesores para con Dios y suplicadle nos conceda sus misericordias y su amor. Sea el Corazón de Jesús conocido, amado y adorado en todo el universo. Amén.


ORIGEN DE LA HORA SANTA

La palabra (feat img)

La hora santa es una practica de origen divino. En una de sus apariciones a Santa Margarita María de Alacoque Jesús le dijo; “Todas las noches del jueves al viernes te haré participar de la mortal tristeza que quise padecer en el Huerto de los Olivos; tristeza que te reducirá a una especie de agonía más difícil de soportar que la muerte. Y para acompañarme en aquella humilde plegaria, que entonces presenté a mi Padre, te postrarás con la faz en tierra, deseosa de aplacar la cólera divina y en demanda de perdón por los pecadores”.

Pío XI, al comienzo del año Santo, exhortó al ejercicio de la Hora Santa como un “obligado y amoroso recuerdo de las amargas penas que el Corazón de Jesús quiso soportar para la salvación de los hombres”. Ya antes, en su carta encíclica sobre la expiación que todos deben al Sagrado Corazón de Jesús “Miserentissimus Redemptor” (8-V-1928) señaló: el Corazón de Jesús “para reparar las culpas recomendó esto, especialmente grato para El: que usasen las súplicas y preces durante una hora (que con verdad se llama Hora Santa), ejercicio de piedad no sólo aprobado, sino enriquecido con abundantes gracias espirituales”. En otra ocasión explicó que “su fin principalísimo es recordar a los fieles la pasión y muerte de Jesucristo, e impulsarles a la meditación y veneración del ardiente amor por el cual instituyó la Eucaristía (memorial de su pasión), para que purifiquen y expíen sus pecados y los de todos los hombres”. (21-III-1933).

Se trata por tanto de dedicar una hora a meditar los misterios cuando Cristo se sintió sólo y débil, como nosotros, y pide al Padre aparte el cáliz. Una hora para acompañarle, como el Ángel del huerto, en cuanto podemos, místicamente, junto al sagrario. Es una hora para volcar en su Sagrado Corazón todos nuestros afanes y sufrimientos, y recibir su gracia para sobrellevarlos. Una hora en definitiva, para agradecer su sacrificio y aprender de El.

PRÁCTICA DE LA HORA SANTA

Muchas personas no practican esta devoción porque envuelve un gran sacrificio. Esta devoción no es obligatoria. Pío XI facilitó el tiempo para la Hora Santa al fijarlo desde la puesta del sol hasta su salida, aunque la hora más indicada es la de once a doce en la noche del jueves a viernes. Cualquier lugar es válido aunque es preferible la Iglesia y ante el sagrario a ser posible.

En cuanto a las oraciones, no hay nada fijo establecido, pero a juzgar por las palabras de Nuestro Señor a santa Margarita, lo más propio parece ser la meditación de su amarga Pasión y Agonía, su grandísima humillación, su infinito amor no correspondido, y los ultrajes hechos a su divina Majestad.

La Hora Santa se puede llenar por tanto, con varias devociones, como por ejemplo: leer por espacio de quince minutos la agonía de Nuestro Señor y luego meditar otros tantos minutos lo leído; o hacer el devoto ejercicio del Vía Crucis o del Rosario doloroso. Sea cual sea la devoción elegida lo importante es que debe ofrecerse todo ello por la conversión de los pecadores, tal y como Jesús mismo manifestó a santa Margarita.


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Un Mendigo de amor https://www.reinadelcielo.org/un-mendigo-de-amor/ Fri, 15 Jan 2021 10:44:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=579 ]]> Jesús se manifestó a muchas almas a través de los siglos, a partir de aquel día en que Sus amigos, discípulos, apóstoles y Su propia Madre presenciaron Su Ascensión al Reino. De este modo, El se presentó hace ya tiempo a Santa Margarita María de Alacoque, para que a través de ella recibamos la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Y se apareció a Santa Gertrudis para enseñarnos, entre muchas otras cosas, el misterio de las almas del Purgatorio y la necesidad de orar por ellas. Y también se manifestó a Santa Faustina Kowalska, para regalarnos esa maravilla que es la devoción al Jesús Misericordioso, al Jesús de la Misericordia. Esa hermosa imagen que ha llenado en pocos años las iglesias, los hogares y los corazones de tantos enamorados de Jesús.

Pero dentro de la historia de Sor Faustina, en aquella lejana y fría Polonia, me conmovió el relato sobre la aparición que sin dudas volcó el alma de aquella sencilla joven mujer hacia el Amor de los amores. Faustina asistía a un baile en Varsovia cuando sorprendida ve a Jesús parado frente a ella, vestido de mendigo, de pordiosero, todo de harapos. Su mirada era una llamada al corazón de la joven Faustina, eran los Ojos de un mendigo, un mendigo de amor. Faustina quedó conmovida por esa imagen que no olvidó por el resto de su vida, ya que la colocó como la receptora de un extremo y casi lastimoso pedido de amor realizado por el mismo Dios.

Manos del alfarero

¡Un Mendigo de amor! Nuestro Dios, El que es Dueño y Creador de todo el universo, frente al que nuestra pequeña alma se torna minúscula e insignificante, se hace un pobre pordiosero para golpear las puertas de nuestro corazón y mendigarnos un poco de amor, una mirada, un pensamiento. ¿Tu crees que El no mendiga tu amor en este momento? A veces me imagino a Dios allí arriba mirando al mundo, a cada uno de nosotros, vivir nuestra vida al margen de El, sin siquiera considerarlo. Y sospecho que mira a cada alma, y espera, pacientemente, una mirada hacia El. Sus Ojos se llenan de lágrimas al ver que pasan los minutos, los días, los años, y Su llamado de amor sigue sin ser respondido.

Creo que nuestro Dios mendigo, enamorado perdidamente de nosotros, hace muchas cosas para atraer nuestra atención desde allí arriba. Se puede decir que literalmente lo intenta todo. Nos da alegrías y nos colma de bienes físicos y espirituales, para que lo reconozcamos y lo amemos. O nos llama con el dolor para ver si en ese punto de necesidad nos acordamos de El y pedimos Su intervención. O simplemente espera, y espera, mientras nuestra vida se derrocha en pequeñas miserias que no agregan nada a nuestra salud espiritual, sino todo lo contrario.

Mis amigos, ¿no se sienten incómodos de que tengamos tanta ceguera, que hemos forzado a nuestro Dios Amante a transformarse en un Mendigo de nuestro avaro amor? ¿Qué clase de hijos somos, de un Padre tan inmensamente tierno e insistente en volver a perdonarnos? ¿Qué clase de hermanos somos, de nuestro Jesús Adorable y Misericordioso? ¿Qué clase de agradecimiento tenemos por el Espíritu Divino, que no nos deja solos jamás, mientras le cerramos nuestro corazón una y otra vez? ¿Y que clase de hijos hacen llorar a su Madre con lágrimas de dolor, ante el abandono y la falta de obediencia a sus suaves mandatos?

Jesús, que me miras con lágrimas de dolor, que te abajas a lo más profundo de Tu Humanidad para acercarte a mi, para que reaccione ante Tu llamado. Con Tu rostro triste me invitas a darte una mirada, un pensamiento, una oración, una muestra de mi amor. Deseas que levante mis ojos en medio de este mar de rostros sin rostro, para que la Luz de Tu mirada me ilumine y cubra. Quiero darte mi amor para que sea como una gota de agua que apague, por un instante, esa sed infinita de amor que arde como una universal hoguera, allí en lo profundo de Tu Sagrado Corazón.

Quiero, simplemente, ser Tu amigo.

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Reina Del cielo


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Diez películas para meditar con el Papa en Cuaresma https://www.reinadelcielo.org/diez-peliculas-para-meditar-con-el-papa-en-cuaresma/ Wed, 08 Mar 2017 13:40:34 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=9058 Siguiendo el mensaje de Cuaresma 2017 del Papa Francisco, el sacerdote jesuita mexicano Sergio Guzmán ha publicado en la página web de la agencia católica SIGNIS una recensión de diez películas que pueden servir para profundizar en el lema del mensaje papal “La Palabra es un don. El otro es un don”.

Basándose en este documento e intercalándolo con la trama, el padre Guzmán, quien escribe desde la ciudad de Monterrey (en Nuevo León, México), recomienda “algunas películas que, como parábolas, pueden ayudarnos a reflexionar en la propia vida, en cómo estamos viviendo y cómo podemos volver a Dios y a los otros de todo corazón”.

La Strada, de Federico Fellini (Italia, 1954, 104 min.)

Esta película nos habla de un amor hasta el extremo (cfr. Jn 13,1). Gelsomina (Giulietta Masina) es vendida por su madre al circiense y brutal Zampanó (Anthony Quinn). Pese a la actitud agresiva y violenta de Zampanó, la muchacha se siente atraída por este estilo de vida en la strada (la calle); sobre todo cuando su dueño la incluye como parte del espectáculo. Aunque varios de los personajes que se encuentra en el camino le ofrecen que se una a ellos, Gelsomina no se separa de su amado. El Papa Francisco nos dice en el Menaje de Cuaresma: “Cada vida que encontramos es un don y merece acogida, respeto y amor. La Palabra de Dios nos ayuda a abrir los ojos para acoger la vida y amarla, sobre todo cuando es débil”. Gelsomina, la muchachita de la calle, la payasita de tierna mirada, es maestra en esto.

El hombre equivocado, de Alfred Hitchcock (EUA, 1956, 105 min.)

hitchcockLa película trata una historia real: la de Christopher Emmanuel Balestrero, un hombre acusado de un crimen que no cometió. Llama la atención lo que significan sus nombres: Cristóbal, “el que lleva a Cristo”; Emmanuel, “Dios con nosotros”. Con una excelente interpretación de Henry Fonda vemos a este hombre bueno (honrado, felizmente casado, padre ejemplar), llevado de un lado a otro como Jesús en su pasión (cfr. Lc 22-23). Ante el tribunal, en unas escenas impactantes y conmovedoras, podemos exclamar: “Verdaderamente este hombre era justo” (Lc 23, 47). Una película, como tantas de Hitchcock, que no nos deja tranquilos… y nos puede llevar a reflexionar en lo que no dice el Papa Francisco: “La Cuaresma es un tiempo propicio para abrir la puerta a cualquier necesitado y reconocer en él o en ella el rostro de Cristo”.

El Evangelio según san Mateo, de Pier Paolo Pasolini (Italia, 1964, 130 min.)

Una obra maestra de la cinematografía que presenta con respeto, emotividad y realismo la vida de Jesús según el Evangelio de san Mateo. Con pocos recursos, con actores no profesionales, utilizando decorados mínimos, con una banda sonora que va desde las misas de Bach y Mozart hasta el blues, Pasolini crea una historia convincente de Jesús. La película sigue de manera lineal los 28 capítulos de Mateo desde la Anunciación hasta la Resurrección. Nunca podremos saber con exactitud cómo era físicamente Jesús de Nazaret; pero el Jesús que nos presenta Pasolini convence, conmueve y nos puede ayudar a aproximarnos al rostro lleno de amor, ternura y compasión de Jesús.

Gran Torino de Clint Eastwood (EUA, 2008, 116 min.)

gran torinoWalt Kowalski (Clint Eastwood) es un viudo que vive con su perra Daisy en Highland Park (Míchigan), un barrio recientemente “invadido” por inmigrantes de procedencia asiática (comunidad hmong). Walt se muestra siempre frío y malhumorado con sus nuevos vecinos, hasta que descubre a un joven llamado Thao Vang Lor (Bee Vang) intentando robar su coche Gran Troino. Ya veremos la transformación del personaje y cómo toda la película puede ser una parábola cristiana. “La justa relación con las personas consiste en reconocer con gratitud su valor. Incluso el pobre en la puerta del rico, no es una carga molesta, sino una llamada a convertirse y a cambiar de vida. La primera invitación que nos hace esta parábola (del hombre rico y el pobre Lázaro) es la de abrir la puerta de nuestro corazón al otro, porque cada persona es un don, sea vecino nuestro o un pobre desconocido”, nos dice el Papa en su mensaje.

Chocolate de Lasse Hallström (Reino Unido, 2000, 121 min.)

La película nos remonta hasta el año 1959 –año en que el Papa Juan XXIII sueña y anuncia la celebración de un Concilio–, donde en un plano de vuelo somos llevados hasta una aldea gris y fría de la campiña francesa. En la iglesia del pueblo, a puertas cerradas, el sacerdote anuncia el comienzo de la cuaresma y exhorta al ayuno y a la penitencia. Desde el púlpito el sacerdote pregunta y se pregunta: “¿Dónde encontraremos la verdad? ¿Dónde se empieza a buscarla?”. Antes de terminar su sermón… un fuerte viento abre las puertas e irrumpe en toda la Iglesia. En este tiempo de Cuaresma una mujer y su hija llegan al pueblo y abren una chocolatería. Comer o no comer, salir o encerrarse, acoger o rechazar son los dilemas a los que se enfrentarán los protagonistas de esta historia.

¿Quién sabe cuánto cuesta hacer un ojal? de Ricardo Larraín, (Chile, 2005, 60 min.)

Esta película cuenta la historia de san Alberto Hurtado desde su niñez y juventud hasta su entrada a la Compañía de Jesús. Todo transcurre a principios de 1900, cuando el joven Alberto se pregunta por el sentido de su vida, de su fe como cristiano, de su vocación. En esta búsqueda pronto nos conectamos con él: cuando va al campo, a la universidad o con las costureras pobres a las que ayuda; cuando platica con su madre, cuando sale con los amigos, cuando ora y ayuna. Resuenan aquí las palabras del Santo Padre: “La Cuaresma es un tiempo propicio para intensificar la vida del espíritu a través de los medios santos que la Iglesia nos ofrece: el ayuno, la oración y la limosna. En la base de todo está la Palabra de Dios, que en este tiempo se nos invita a escuchar y a meditar con mayor frecuencia”.

Casino, de Martín Scorsese (EUA-Francia, 1995, 184 min.)

casinoAce Rothstein (Robert de Niro) es un corredor de apuestas, administrador de un Casino. El mismo nos cuenta su historia: “En medio del desierto ganamos dinero, es el resultado de todas esas luces brillantes, los viajes regalados por cortesía, la champaña, las suites gratis, las mujeres y el alcohol. Todo se dispuso para que nosotros nos quedemos con su dinero. Esa es la verdad sobre Las Vegas”. Rothstein sabe que ha tenido buena mano y que según él ha recibido un paraíso en la tierra. La verdad, como veremos a lo largo de la película, este gran apostador tendrá las de perder. “El apóstol Pablo dice que «la codicia es la raíz de todos los males» (1 Tm 6,10). Esta es la causa principal de la corrupción y fuente de envidias, pleitos y recelos. “El dinero puede llegar a dominarnos hasta convertirse en un ídolo tiránico”, leemos en el Mensaje del Papa.

El ciudadano Kane, de Orson Welles (EUA., 1941, 119 min.)

Charles Foster Kane (Orson Welles) es un multimillonario, magnate de la prensa, que ha estado viviendo solo en su suntuosa finca Xanadu durante los últimos años de su vida. Muere en la cama pronunciando la palabra “Rosebud” mientras una bola de nieve cae de sus manos y se hace añicos. El periodista Jerry Thompson (William Allad) investiga sobre la vida privada de Kane con el objetivo de descubrir el significado de su última palabra al morir. Toda la película gira entorno a este enigma. “Para el hombre corrompido por el amor a las riquezas, no existe otra cosa que el propio yo, y por eso las personas que están a su alrededor no merecen su atención. El fruto del apego al dinero es una especie de ceguera”, nos dice el Papa Francisco en su mensaje. Reflexionemos: ¿Cómo vivió el ciudadano Kane? ¿Qué lo fue cegando en la vida? ¿Qué añora antes morir?

Hermano sol, hermana luna, de Franco Zeffirelli (Italia, 1972, 130 min.)

Es una película llena de color, belleza y poesía sobre la vida de san Francisco de Asís (1181-1226). En poco más de dos horas podemos contemplar a Francisco cuando regresa enfermo y arrastrando los pies después de una guerra, cuando recuerda su vida llena de lujos, cuando baja a la tintorería de su padre y se conmueve hasta las lágrimas de la miseria de los obreros, cuando empieza su conversión y se despoja de su ropa para vivir en pobreza y con más libertad, cuando se va al campo y reconstruye una vieja iglesia, cuando inspira a muchos jóvenes a vivir el Evangelio. Francisco (Hermano sol) y Clara (Hermana luna) son dos grandes santos que pueden darnos mucha luz, color y esperanza en este tiempo en que el Papa Francisco nos invita a salir y ver al otro como don.

Las llaves del Reino, de John M. Stahl (EUA, 1944, 137 min.)

Las llaves del Reino es un clásico del género religioso protagonizada por Gregory Peck que nos presenta con respeto y emotividad la vida de un sacerdote católico entregado a la misión, humilde, abierto, de buen humor y gran corazón. La película derrocha ecumenismo, misericordia, tolerancia, caridad creativa. Al ver la película pensemos en el Papa Francisco que nos dice: “la Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo. El Señor ―que en los cuarenta días que pasó en el desierto venció los engaños del Tentador― nos muestra el camino a seguir. Que el Espíritu Santo nos guíe a realizar un verdadero camino de conversión, para redescubrir el don de la Palabra de Dios, ser purificados del pecado que nos ciega y servir a Cristo presente en los hermanos necesitados”.

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Fuente: Aleteia.org


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Música para orar y meditar https://www.reinadelcielo.org/musica-para-orar-y-meditar/ Tue, 14 Apr 2015 22:59:21 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=3908 Encontrar un espacio y el tiempo adecuado para hacer nuestra oración es muy importante. Conocer a Dios requiere que invirtamos tiempo a solas con él. Y nuestro diálogo puede muy profundo y enriquecedor.

En esta ocasión, queremos acercarles una secuencia de distintas canciones que nos pueden ayudar a descubrir a Dios dentro de nosotros mismos.

San Agustín decía, refiriéndose a Dios: “Belleza tan antigua y tan nueva, tú estabas dentro de mí y yo por fuera te buscaba…”

Deseamos que puedas dialogar de tú a tú con el Señor…

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