Dios nos ama infinitamente, tanto como para habernos dado a Su Propio Hijo como prenda de nuestra Salvación. Y Jesús murió en la Cruz como Perfecto Cordero de Sacrificio. (ver artículo)
Todo ocurrió en ese instante, en un momento, en la Palestina de hace dos mil años. El antiguo pueblo de Dios. Infinita Gracia para la humanidad... (ver artículo)
No tenemos forma de detener con nuestros esfuerzos individuales este crimen que se multiplica y avanza como una marea sangrienta, salvo nuestra oración permanente. (ver artículo)
Señor, hazme manso, prudente y humilde. Dame la fortaleza para callar, esperar y confiar en Ti. Enséñame a hacer pequeños sacrificios interiores que agraden a Tu Corazón Amante. (ver artículo)
El arado rompe, despedaza, abre, expone el alma al exterior para que la lluvia prepare, para que el sol germine la semilla. El dolor redime, cuando el alma responde al llamado. (ver artículo)
Si podemos unirnos en el diálogo sincero con Dios, podremos unirnos también en muchas otras cosas. La verdadera oración nos debe anonadar frente a la sublime y omnipotente Presencia de Dios (ver artículo)
Nuestro espíritu se fortalece porque sabe que ya viene la época linda, del brote verde y tierno de la obra nueva, de la satisfacción infinita, que a nada se puede comparar. (ver artículo)
Orar no es sólo un espacio de nuestra vida diaria para dialogar con Dios... Orar tiene un sentido más amplio aún: Dios espera que tengamos conciencia práctica de Su Presencia durante todo nuestro día... (ver artículo)