meditación – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 06 Dec 2024 19:10:45 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Oraciones para Adviento y Navidad https://www.reinadelcielo.org/oraciones-para-adviento-y-navidad/ Fri, 06 Dec 2024 09:50:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=10771 ]]>

Nuestra forma de preparar el corazón, para encontrarnos con Dios hecho un niño, es ponernos en oración y dejar que Él, con su presencia, ilumine nuestras vidas.

Aquí encontrarás una forma adecuada para meditar la Palabra de Dios, reflexionar y orar.

También puedes descargarte las oraciones en formato PDF, aquí


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Hoy pude ver mi error https://www.reinadelcielo.org/hoy-pude-ver-mi-error/ https://www.reinadelcielo.org/hoy-pude-ver-mi-error/#comments Fri, 13 Sep 2024 10:28:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=411 ]]> Sí, hoy pude ver mi error, error de muchos años, casi una vida. El evento que me obligó a reflexionar ocurrió durante una jornada en que participé, donde algo así como ciento cincuenta jóvenes se unieron para compartir un día escuchando y aprendiendo las cosas del Señor. Sin embargo, lo que tocó mi alma fue ver a un grupo de unos veinte adultos sirviendo y asistiendo la jornada de modo totalmente desinteresado y con una notable dedicación y esfuerzo.

En realidad, yo era uno más de esos veinte adultos, y feliz corría de un lado para el otro apoyando, cuidando, moviendo cosas. En un momento estaba almorzando con un grupo de sacerdotes y seminaristas que nos vinieron a acompañar y ser parte de la jornada, y una señora muy conocida por mí vino a la mesa a limpiar los restos, a servir bebidas, a traer más comida. Ella lo hizo una y otra vez con una sonrisa que era notable, reflejando una alegría inocultable.

¿Qué tenía de raro eso? Pues que la señora tiene una muy buena posición económica y social y pudiendo estar siendo servida ella misma en su casa o en cualquier otro lugar, eligió estar allí, sirviendo. Empecé a mirar a mi alrededor y vi que había muchas personas con distintos roles en el mundo, pero todos tenían la misma actitud. ¿Por qué ellos estaban tan felices allí en lugar de estar en sus cosas, su vida, sus distracciones, sus familias? Evidentemente esta gente había descubierto un tesoro y lo disfrutaban a sonrisa abierta. De hecho, yo mismo estaba en ese grupo, gozando a cada instante también.

Me senté a reflexionar y a poco de ello caí en la cuenta de mi error, un gran error. Dios me ha llamado varios años atrás, y desde entonces me he preguntado una y otra vez por qué. Por qué teniendo tantas otras personas me había buscado de modo tan ostensible a mí para que trabaje para él. Esta se ha transformado a lo largo de los años en la más fundamental pregunta de mi vida.

sembrar talentos

He pensado qué talento ha puesto Él en mí que sea necesario para el bien de Su Obra. Que elemento de mi vida es parte de Su Plan para esta humanidad, en particular para estos tiempos de oscuridad en que vivimos. Una y otra vez he tratado de comprender cual es el rol de este engranaje que soy, en el diseño que es el plan que Dios ha trazado alrededor de mi vida. Convencido de que algo misterioso se esconde detrás de esta pregunta, me he puesto a orar una y otra vez pidiéndole al Señor me ayude a discernir cual es el propósito de mi existencia, a la luz de lo que Él espera de mí.

Y ayer pude ver cuál ha sido y es mi error. Dios no me necesita, no a mí en particular, para llevar adelante Sus propósitos. Ese pensamiento ha sido una muestra más de mi egocentrismo y soberbia. No. El me ha llamado porque quiere salvarme, a mí, en modo personal. El vio que estaba perdido en las aguas del mundo, sumergido en vanidades y regodeos de poder y dinero, que son los engranajes con que se mueve esa horrenda maquinaria que es el mundo. Él vio claramente que estaba a riesgo de perderme, de condenarme, por toda la eternidad.

Así, Dios quiso llamarme para tenderme una Mano Salvadora, Su Mano. Todas estas cosas que Él me permite hacer como miembro de Su Obra, son nada más que las formas, los vehículos que Él me entrega amorosamente para que evite mi propia condenación, para que me salve. Cuánta vanidad y soberbia la de pensar que Él me llamó porque necesita usar mis talentos, porque necesita mi ayuda. Inflado como un sapo, me he pasado años tratando de dilucidar la pregunta correcta, pero planteada del modo equivocado.

En esa gente que entregaba su día, su sonrisa, su esfuerzo, para mezclarse más allá de edades, clases sociales o educación, trabajando humildemente en lavar vasos, armar mesas, mover equipos y pegar carteles, en esa gente he comprendido el tesoro escondido en el llamado que Dios me hizo. Es un llamado personal, puedo contestar sí o no, en mi está la respuesta. Pero en cualquier caso, lo que está en juego no es cuanto se beneficia Dios de mi cooperación, sino si salvo mi alma, o me condeno eternamente en medio del egocentrismo y vanidad que me amenazan a cada momento. Esas personas me dieron una lección, en nombre de Dios, que fue el que las utilizó para que comprenda.

Camino

Y a ti, mi amigo, mi amiga, que estás leyendo este texto, espero estas palabras lleguen a tu corazón también, para que empieces a luchar contra tu egocentrismo, tu vanidad, tu ambición, tu envidia, tus anhelos de mundo que sobrepasan de modo gigantesco tus anhelos de Cielo. No eres más que nadie, ninguno de nosotros es más que ningún otro. Si no nos vemos reflejados en la humildad del Maestro que lavó los pies de Sus discípulos, ¿por qué creemos que podríamos llegar a salvarnos?

He vivido en el error. Perdón Señor por ser tan ciego. Extiende por favor Tu Mano una vez más, y ayúdame a matar mi vanidad. Ayúdame a ser sencillo como vos, para poder disfrutar así de la verdadera pobreza de corazón, como es que Tú la predicas en Tu Palabra. Pobreza que está más allá de nuestra cultura, dinero, o inteligencia, que son todos dones que Tú nos das. Tu pobreza de Corazón tiene en realidad mucho que ver con lo que hacemos con Tus Dones, si es que los usamos para nuestra condenación, o para nuestra salvación.

El Señor le dijo hace muchísimo tiempo al Profeta Isaías: “Tus caminos no son Mis Caminos”. Ahora comprendo cabalmente por qué se lo dijo.


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El crimen del siglo https://www.reinadelcielo.org/el-crimen-del-siglo/ Fri, 30 Aug 2024 17:09:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=447 ]]> Extrañas épocas nos toca vivir, donde el hombre flota sobre nubes de confusión y crueldad. Vemos cómo, con gran despliegue mediático, el hombre del siglo veintiuno grita ¡salven a la ballena!, mientras con la misma voz reclama ¡maten a los bebés nonatos! Se preocupa y reclama por la lucha contra la contaminación de ríos, mares y aire, cuando al mismo tiempo y en nombre de la no contaminación de los derechos de las madres, proclama el exterminio de las pequeñas almas que puras e inocentes habitan los vientres sembrados con la semilla de la vida.

Muchas veces vemos como se defiende el derecho de las madres y la obligación social de atender circunstancias dolorosas, las que se propone resolver con el homicidio de los más débiles e inocentes, mientras se reclama el no carácter criminal de semejante actitud. ¿En que momento se produce el chispazo que da origen a la vida? ¿Al mes de la concepción, a los dos meses, en el propio instante de unirse la semilla paterno-materna? Todos tenemos acceso a documentos visuales tremendos, que no podemos mirar porque el alma estalla en nuestras retinas. Imágenes de fetos destrozados, pequeños cuerpecitos arrancados o succionados, lanzados al cesto de basura como si fueran un despojo sin valor alguno. Me pregunto, ¿quien puede ver semejantes imágenes y seguir defendiendo el homicidio de estas almitas? ¿Qué diferencia hay entre destrozar el cráneo de un bebé de uno o dos meses de concebido, o arrancar un bebé de un mes de nacido de los brazos de su madre en plena calle, y arrojarlo debajo de los automóviles que pasan? En ningún caso se pueden defender estos hijos de nuestra era, son almas inocentes, victimas de nuestro mundo.

Maternidad 4

El hombre ha tenido crímenes horribles en su conciencia, el peor de todos fue el Deicidio cometido contra Jesús, Hijo del Padre, Verbo Encarnado, dos mil años atrás. Pero este siglo sin dudas lleva sobre la conciencia del hombre el más horrible eco de la Crucifixión del Señor, que es la proliferación del asesinato de millones y millones de inocentes bebés en los vientres de sus madres. Este mundo confunde y arrastra a mujeres jóvenes a cometer el más horrible de los pecados, el asesinato de la carne de la propia carne. La culpa cae y se encarna en aquellos que tienen responsabilidad de conducción, de legislación, de ejecución de los abortos que proliferan entre las naciones. Pero también posa su mirada en todos aquellos que tienen la obligación moral de elevar su voz de reclamo, grito de vida.

¡Detengan este crimen, el mayor crimen de la humanidad en estos tiempos!

Jesús perdona, siempre perdona a aquellos que vuelven a Él con verdadero arrepentimiento, con ánimo de volver a Su rebaño. Aquellos que somos pecadores y hemos caído lo sabemos bien, Jesús no solo perdona, sino que también olvida. Pero el alma tarda mucho tiempo en sanar aquellas heridas que son más profundas. El pecado más difícil de sanar y olvidar es aquel que aquí llamamos el crimen del siglo, esto lo saben muy bien los sacerdotes, directores espirituales que ayudan a sanar heridas profundas. Pero ellos también saben que el mayor agradecimiento de un alma a su director espiritual es el de haber sido convencida de seguir adelante en un proyecto de vida, y ceder a la tentación de abortar.

Los silencios son complicidad, cuando Dios nos pone en lugares desde los que algo podemos hacer, sea poco o mucho. Lugares que nos obligan a ser valientes y comprometidos hijos de María, fieles a Ella, Madre Divina. Cada niño arrancado de un vientre materno es una espada que atraviesa su Inmaculado Corazón, y cada silencio de uno de sus hijos, cada acto de cobardía, es también una lágrima en su rostro atribulado.

No tenemos forma de detener con nuestros esfuerzos individuales este crimen que se multiplica y avanza como una marea sangrienta, salvo nuestra oración permanente y reparación por los pecados del mundo. Sin embargo, sí podemos hacer muchas cosas con nuestro esfuerzo colectivo, con humildad y coraje siguiendo a nuestros pastores que son quienes llevan la lámpara en alto para iluminar el camino. No callemos a nuestra conciencia, que a cuatro vientos grita:

¡No maten a los bebés!

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La hermosura de la Iglesia https://www.reinadelcielo.org/la-hermosura-de-la-iglesia/ Fri, 21 Jun 2024 10:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=8655 Mis hermanos queridos, qué gran error cometemos al pensar a nuestra Iglesia con los ojos del siglo, del tiempo en que vivimos, de nuestra generación. Si es que ese pensamiento llega a hacernos entender su hermosura, es porque estamos realmente inspirados y llenos del Espíritu Santo. Pero yo, en mi experiencia corta e imperfecta, he aprendido que la mirada que debemos darle es totalmente distinta, mucho más amplia, si es que queremos hacer que nuestros ojos resplandezcan ante su vista, que lloremos de emoción al pensar en Ella.

Miremos a nuestra Iglesia en el Vientre de María, allá en Belén, porque Ella empezó a nacer allí cuando nació El Salvador. Así es, la Cabeza de la Iglesia, El Salvador, nace en María y de María, cuando Ella dio a Luz a la Luz que alumbra al mundo. María, Madre de Dios y Madre de la Iglesia, trajo al mundo la hermosura de la Iglesia, resplandeciente frente a los pastores que admirados fueron a la gruta a ver a Quien los Angeles anunciaron con cantos de alegría.

Eucaristía 1

La Hermosura de la Iglesia, en Su más profunda majestuosidad, reluce cuando pensamos en la Santa Misa. No sólo por el Milagro perpetuo que ocurre cada día en cada Sagrario de la tierra con la Presencia Real de Jesús en el Pan y el Vino, sino porque la Misa es perfecta, en su construcción y plena harmonía. Por favor mediten en la hermosura de la Misa, que de principio a fin nos pone de rodillas frente a las maravillas de Dios derramadas sobre el mundo por generaciones, desde Adán y Eva, hasta el Nuevo Adán y la nueva Eva, Jesús y Maria. Vean en la hermosura de la Santa Misa a la Oración Perfecta, aquella que seguirá celebrándose por los siglos de los siglos para regocijo del Cielo todo.

Y si a Jesús se le llama El Verbo Encarnado, es porque El es la Palabra, reflejada en las Escrituras que nos llenan el alma ante cada lectura. La Biblia hace relucir a la Iglesia, porque es una columna que la sostiene y da vida, y sin embargo la riqueza no se agota allí. A diferencia de los hermanos cristianos separados que solo creen en la Biblia, nosotros damos pleno reconocimiento a toda la tradición que piedra por piedra construyó a la Iglesia. Los santos y su legado, que pueblan nuestros altares, la hacen hermosa ante el reflejo de su vida. ¡Que hermosura la de tantos santos hermanos que se elevan en los altares y dan nombre a los templos de toda la tierra!

Para nosotros, católicos enamorados de la hermosura de la Iglesia, la lectura de tantas maravillas escritas a través de los siglos configura alimento que fortalece y da vida a nuestra fe. Documentos, revelaciones a Santos y escritos que nos dan el entendimiento de cómo son las cosas de Dios para nosotros, mientras vivimos aquí en la tierra. Como ocurre con los cuatro Dogmas de María, que nos explican su Maternidad Divina, su Virginidad Perpetua, su Inmaculada Concepción y finalmente su Asunción al Cielo. ¡Y ello es solo una muestra de las enseñanzas que como piedras preciosas visten a nuestra Casa!

Y qué decir de aquella noche del Jueves Santo, noche sacerdotal donde nace la Eucaristía, verdadero Corazón Viviente de la Iglesia, y luego de Ella todos los demás Sacramentos. Por ellos nos bautizamos, nos reconciliamos con El Señor, recibimos al Espíritu Santo, nos unimos en matrimonio, nos unimos a El comiéndolo como Alimento Perpetuo. La Iglesia nos da así los medios para marcar cada momento fundamental de nuestra vida, para vivir unidos a Ella en sus venas por donde fluye la Vida. Y también Ella nos da los medios para consagrar a aquellos, nuestros pastores, que con sus manos realizan el Milagro del Pan y el Vino, porque sin ellos la hermosura de la Iglesia no sería completa, como lo es cada día en cada rincón del mundo en que se celebra la Eucaristía.

Jesús en la cruz (ft img)

Un día, Jesús se acostó sobre Su Trono de Maderos, dejó que lo claven a él, y se elevó frente a nosotros como el Rey del Universo. Desde ese día adoptamos ese signo para que se nos conozca: la Majestuosa Cruz que simboliza el Sacrifico del Cordero del Padre por todos nosotros. Dios Padre dio así la medida de Su Amor por la humanidad del modo más extremo, para no dejar dudas de cuan fuerte es la Paternidad que El ejerce sobre la Iglesia, sobre Cristo que es la Cabeza, y sobre cada uno de nosotros que la completamos en la Comunión de los Santos.

Nada le falta a la Iglesia para completar su hermosura, y sin embargo lo más maravilloso que la constituye es el milagro de nuestra fe, fe activa que la mantiene en movimiento, en continua ascensión. Sean pocos o muchos, los que con su fe y su entrega a la Voluntad Divina hacen brillar la Casa, ellos son los que más hermosura brindan, porque con Jesús a la Cabeza, ellos son las manos, los pies, los ojos, y cada pequeña parte de ese Cuerpo Místico de Cristo, en las eternas y maravillosas Palabras de San Pablo.

La Iglesia es así la Jerusalén Celestial, el Templo Viviente allá en la cima de la colina, Eterna y resplandeciente, que nos espera para la Vida en la Eternidad, a la que estamos llamados. Es la Esposa del Cordero, Jesús Resucitado, que con Sus llagas que emanan la Luz de la Vida nos espera en el desposorio de las almas, porque con El viviremos unidos por los lazos del Amor Eterno, que es Dios mismo. Esa es la Promesa del Reino, que con Su Misericordia y nuestra entrega a Su Voluntad confiamos en alcanzar un día, el gran día.

Pero, mis queridos hermanos en María, por encima de todo debemos siempre guardar en nuestro corazón el sentimiento de la hermosura de la Iglesia como reflejo de su hermosa Madre, María, que vestida como Reina de todo lo Creado, nos mira y nos invita a contemplarla en su majestuosidad Divina. María, Madre de Dios, Madre de la Iglesia, Madre mía, Madre tuya, Madre de todos nosotros. Qué Mujer tan extraordinaria, que ante su paso se doblan las rodillas de los Angeles, se aterrorizan los ángeles caídos, estallan en alabanzas los santos del Cielo, y Dios mismo sonríe ante la Maravilla de Su Creación.

La hermosura de la Iglesia es, así, reflejo perfecto del Vientre de Aquella que no sólo formó al mismo Dios, sino que también se hizo Madre de todos nosotros, de cada uno de nosotros. Madre de la Maravillosa Iglesia que nos congrega frente al Pan Sagrado, Dios mismo Presente en medio de Su Pueblo, cada día, en cada Misa celebrada alrededor del mundo. Por Jesucristo, Rey y Señor de la Historia, esperamos el cumplimiento de la promesa del Reino, unidos a El ante el Altar Eucarístico, viviendo a pleno en cada instante el inmerecido don de ser parte de la hermosura de Su Iglesia, nuestra Iglesia.

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Autor: www.reinadelcielo.org


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Sobre la devoción al Espíritu Santo – Audioreflexión https://www.reinadelcielo.org/sobre-la-devocion-al-espiritu-santo-audioreflexion/ Fri, 17 May 2024 10:11:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=11820 Puedes escuchar esta reflexión

Transcripción del audio

Un poco más con respecto a la devoción al Espíritu Santo. La devoción a nuestra querida Pequeña Árabe, o Marian de Belén, o Santa María de Jesús Crucificado. Ella tenía una tremenda devoción por el Espíritu Santo y el Señor no hacía más que confirmárselo a través de revelaciones.

Con respecto a esta oración, le dijo el Señor durante un éxtasis.

Si quieres buscarme conocerme y seguirme invoca la luz, al Espíritu Santo que iluminó a mis discípulos y que ilumina a todos los pueblos que lo invocan. En verdad os digo: Quien quiera que invoque al Espíritu Santo, me buscará, me hallará y tendrá la conciencia delicada como la flor del campo. Si es padre o madre de familia la paz reinará en su hogar y su corazón gozará de paz en este mundo y en el otro. No morirá en tinieblas, sino en paz. Es mi ardiente deseo que los sacerdotes digan una misa por mes, en honor al Espíritu Santo. Cualquiera que la diga o la oiga será honrado por el mismo Espíritu Santo. Tendrá luz, tendrá paz, curará a los enfermos, despertará a los que duermen.

Espíritu Santo (ft img)

Otra cosa que quería decir es que nuestra querida Arabita adaptaba esta oración. Ella la recomendaba siempre y cuando le daban estampas para que escribiera una oración en el anverso de la estampa. Por ejemplo ponía:

Espíritu Santo, inspíranos. Amor de Dios, consúmenos. Al verdadero camino, condúcenos.

También adaptaba la oración a los países. Y en nuestro caso, con toda la situación que vivimos en la Argentina, con respecto al tema del aborto, sería muy sano hacer esta oración adaptada:

Espíritu Santo inspira a Argentina.
Amor de Dios consume a la Argentina.
Al verdadero camino, conduce a la Argentina.
María, Madre mía, mira a la Argentina.
Con Jesús, bendice a la Argentina.
De todo mal, de toda ilusión y de todo peligro,
preserva a la Argentina. Amén.
(Oración adaptada.)

Esta oración adaptada es de una oración que ella dice en Francia, desde su convento carmelita.

No olvidemos que la Misión tiene una hermosa oración al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo, ven.
Por medio de la poderosa intercesión
del Corazón Inmaculado de María,
tu amadísima Esposa, ven.

No olvidemos que el Espíritu Santo es eje y corazón. Y que nuestra principal devoción, el Rosario a la Santísima Trinidad, tiene un eje muy fuerte en Jesús, en el Padre y en el Espíritu Santo. De modo que la Misión está llena de la invocación al Espíritu Santo, como Jesús, como el Padre y como el propio Espíritu Santo le pedían a Santa María de Jesús Crucificado.

Que Dios los bendiga en este día.


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La Llaga de la Misericordia https://www.reinadelcielo.org/la-llaga-de-la-misericordia/ Wed, 10 Apr 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=389 Por el honor que Dios me concede al escribir sobre Sus cosas, puedo conocer a gente excepcional, enamorados de Su Iglesia, de Su Sagrado Corazón, de Su Inmaculada Madre. En este capítulo estaba absorto, escuchando a dos apasionados corderos del rebaño del Pastor Divino que intercambiaban frases distantes años luz del mundo tal y como lo conocemos. Yo, testigo mudo, gozaba y deseaba ese intercambio reemplazara por completo tantas otras cosas que uno vive a cotidiano. Vivía así un paseo por el jardín de las cosas de Dios, ni más ni menos. Él, un sacerdote como Dios manda, ella, una pequeña seguidora del Hombre Dios, juntos, dos verdaderas presas del Pescador de hombres, en el buen y bíblico sentido del término.

En estos giros estábamos, cuando la conversación se fue aproximando a algo que llamó mucho mi atención, hasta que intervine y exclamé: ustedes están compartiendo sus experiencias espirituales sobre una devoción que debiera difundirse por el mundo entero, particularmente en estos tiempos de tribulación y persecución de todo lo bueno. Me miraron atentos, pensativos. Quise decir entonces que sus comentarios sobre la importancia de la devoción a la Llaga del Costado del Señor son especialmente importantes para nuestro mundo, porque sin dudas esta es la Llaga de la Misericordia.

Cuando Jesús moría desangrado en el Gólgota, ante la mirada azorada de Su Madre y unos pocos testigos, se deslizaron algunos hechos que en pocos minutos marcaron la historia de la Iglesia, de la humanidad. La canonización del primer santo, San Dimas, el buen ladrón. El mismo Dios lo declaró canónicamente Santo desde Su Cruz. También las inolvidables Palabras a Juan y María, haciéndonos a todos nosotros hijos, con Juan, de semejante Madre. Pero otro hecho excepcional fue el que protagonizó el soldado romano con la punta de su lanza, tratando de verificar si el Divino Reo estaba realmente muerto.

Él clavó el metal hasta el fondo, traspasando Piel y Músculos, hasta llegar al Corazón del Crucificado. De allí, para su sorpresa, brotó abundantísima Sangre y Agua, que lo bañaron en la fría, tormentosa y oscura cima del Gólgota. El Signo fue derramado en el momento preciso, el momento del triunfo, cuando el Salvador del mundo nos dio Vida Eterna llevándose nuestros pecados con Su propia entrega. Sangre y Agua, Vida y Redención. Sangre que representa la Vida que nos da el Salvador, y Agua que representa el lavado de nuestros pecados.

Así lo rezamos en esa hermosa oración que es el Anima Christi: “Sangre de Cristo embriágame, Agua del Costado de Cristo lávame”. La Misericordia de Dios nos alimenta con la Sangre que da la Vida Eterna, y nos lava con el agua del Sacramento de la Reconciliación. El Sacrificio de Jesús significó la Salvación de la humanidad, no por el mérito de hombre alguno, sino por el mérito exclusivo del Hombre Dios, Jesucristo Dios Vivo, Verdadero Dios y Verdadero Hombre. La Salvación proviene exclusivamente de Él, por Su Infinita Misericordia, que se derramó de Su Costado en el culmen de aquel día de dolor y triunfo, cuando ya Su Cuerpo exánime se presentaba ante la Madre de todos nosotros, Madre de la humanidad, Madre del dolor.

Ser Dios

Muchos siglos después Santa Faustina Kowalksa vio al Señor que le decía: “Pinta un cuadro según la imagen que te muestro en este momento”. Jesús se presentó entonces a ella con una mano bendiciendo y la otra señalando Su Sagrado Corazón, del que brotaban dos rayos que iluminaban el mundo. Un rayo era rojo, el otro blanco. Según explicó Jesús a Faustina, estos rayos representan la Sangre y el Agua, mismos que brotaron de Su Corazón a través de la Llaga de Su Costado.

La Llaga de la Misericordia, Llaga del Costado del Señor, sigue derramando la Lluvia de la Misericordia sobre todos nosotros, porque vivimos los tiempos de la Misericordia Divina. A Francisco de Asís se abrió esa llaga, y al Padre Pío también, derramando abundantísima sangre que unió a estos dos extraordinarios hombres a la Redención del Señor, invitándolos a ellos y a nosotros todos a ser corredentores, como es Corredentora la Madre del Señor. Dios nos invita así a configurarnos a Su Cruz, a llevarla, a dejarnos envolver en esta Lluvia de Gracias, de Misericordia Divina, que abundante y profusamente brota de Su Costado.

Hoy, ahora y siempre, adoremos la Llaga del Costado de Cristo como signo de Su Infinita Misericordia. La Lanza que traspasó a aquel Cordero en la cima del Gólgota sigue traspasando Su Misericordiosísimo Corazón en la forma de incontables ofensas y pecados, que se acrecientan al son y el crepitar de la hoguera espiritual en la que el mundo gozoso se sumerge. Nada detiene el fluir de la Sangre y el Agua, hasta que un día el Padre Eterno invite al Justo Juez a derramar Su Justicia.

Vivimos un tiempo de Gracia, no lo desperdiciemos. Adoremos al Amor de los Amores, que en tiempos de Misericordia nos baña con el Amor que brota de la Llaga de Su Costado, la Llaga de la Misericordia.


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El odio https://www.reinadelcielo.org/el-odio/ Fri, 17 Nov 2023 10:12:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=7397 Leía en un hermoso libro de fe esta frase: “El odio es el testimonio que da de sí un alma perdida”. Es una expresión muy fuerte, pero absolutamente cierta, porque así como Dios es Amor, y así como el Reino de Dios es Amor, es también cierto que el infierno y su administrador son odio, absoluto odio. Reflexionar sobre esto es fundamental, porque todos somos tentados, de un modo u otro, a odiar.

Sabemos que Dios permite al maligno tentarnos, porque de ese modo somos probados y nos ganamos la Promesa Máxima, la salvación. Derrotar la tentación debe ser nuestra principal misión durante la vida en la tierra, un trabajo del que no podemos distraernos, jamás. De este modo vamos construyendo un camino que cada vez nos conduce de manera más clara a Jesús, a estar junto a Él en cada minuto de nuestra vida.

Cuando el odio entra en nuestros corazones, ponemos una barrera infranqueable entre Dios y nosotros. Para ser claros, nos colocamos del lado del mal, cerrando todo paso a la Luz del Señor. Es por eso que es tan importante reconocernos del lado de la oscuridad en cuanto aparecen signos de odio en nuestra alma, y empezar de inmediato a luchar para regresar junto a Aquel que nos espera con Rostro preocupado, a Aquel que es la Luz del mundo.

Silencio

Cuando el odio avanza dentro de nosotros, da cabida a toda clase de males que se manifiestan en nuestra forma de pensar, de hablar, de actuar. Estamos perdidos en un mar de oscuridad, y si bien podemos tener satisfacciones en lo humano, no hay forma en que podamos ser felices. La culpa nos inunda, nos bombardea de día y de noche, nos quita absolutamente la paz. Luchar con nuestros propios medios en ese contexto puede significar hundirnos aún más, si es que lo hacemos sin pedir y buscar la ayuda de Dios. Solo se sale del camino del odio pidiendo ayuda a Dios, abrazando Su llamado de Amor, de Paz.

El camino del odio recorre estaciones como los celos, la envidia, las murmuraciones, la depresión, la desesperación. Cuando odiamos a alguien, perdemos totalmente de vista nuestra historia, y nuestro futuro. Nos transformamos en un ser que, quienes nos rodean, no reconocen, ni nos reconocemos nosotros mismos. Pero si continuamos alimentando el camino del odio, llega un punto en que nos identificamos con ese sentimiento y lo abrazamos hasta hacernos como una nueva persona, alguien desconocido ante los demás. Nos transformamos en odio que camina, que respira, que vive.

La frase inicial, esa que dice que “el odio es el testimonio que da de sí un alma perdida”, fue dicha por Jesús mismo en Revelación Privada a Maria Valtorta en su maravillosa obra “Poema del Hombre-Dios”. De este modo, el Señor quiere mostrarnos que no hay lugar para el odio cuando vivimos en el Reino del Amor, que es el estado en que nos encontramos cuando unimos nuestra voluntad a la Voluntad de Dios. Un alma perdida es un alma muerta, un alma que ha perdido la unión con La Vida misma. Vivir el Reino de Dios en nuestras almas es vivir, respirar y caminar el Amor. Nos transformamos en Amor que camina, que respira, que vive.

Lo sé, en este momento estás hurgando en tu alma buscando rastros de odio, de resentimiento, de heridas pasadas que no cierran. Quizás encuentras demasiado, y te espantas de ello. Quizás no encuentres mucho, pero tampoco sientas que estás identificado con el Amor. Mi amigo, tienes que comprender que la vida es lucha, es pendular entre el Cielo y el infierno, siempre a un paso del precipicio, y sin embargo luchando por seguir adheridos a la rama del Árbol que nos da la Vida. El Árbol es Jesús mismo, que por Su Misericordia nos abre las puertas a Su Luz, tendiéndonos una Mano que nos rescata del fango, nos eleva de las tinieblas del odio.

La vida es convidar a los demás la Bella Noticia que nos trae Jesús, el Amor, que es la única arma que disuelve el odio hasta exterminarlo por completo. Donde había odio, Jesús planta jardines de paz, de consuelo, de alegría. Dios no solo arranca el odio de raíz, Él también planta en esa herida que quedó en nuestra alma una flor, una flor maravillosa que expele la más hermosa fragancia. Perfume de Reino, olor a Salvación, anticipo de nuestra felicidad eterna.

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Fuente: www.reinadelcielo.org


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Generación perdida https://www.reinadelcielo.org/generacion-perdida/ Fri, 17 Feb 2023 08:07:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=25261 Vivimos siendo parte de una generación perdida, inconsciente totalmente de su ignorancia, de su ceguera. Se que suena fuerte decirlo, y que algunos reaccionarán diciendo todo lo contrario. Que el hombre nunca tuvo tantos conocimientos, ni tanta tecnología a su disposición, ni tantas comodidades para hacer la vida más llevadera. No niego todo eso, porque es absolutamente innegable, está a la vista de todos nosotros.

Sin embargo, me pregunto. ¿De qué sirve?

De qué sirve todo esto si nos transformamos en una generación asesina, que ha avanzado en leyes que promueven el aborto de niños inocentes, hasta en fechas cercanas al nacimiento. No es que sea menor o mayor el crimen, ante los ojos de Dios, si se materializa inmediatamente después de la fecha de la concepción, o ya cercano al noveno mes. Es el mismo crimen. Pero para ser sinceros, me parece que ya es ir demasiado lejos el atreverse a cortar una vida que ya tiene absolutamente todo lo necesario para salir al mundo y Vivir. Es una muestra de cuan lejos están dispuestos a ir.

De qué sirve todo esto, también, si esta generación además condiciona a médicos y personal de la salud, obligándolos a no sólo ser cómplices, sino a ser instrumentos del homicidio. Esta sociedad condena a muchos excelentes profesionales de la ciencia médica a optar entre traicionar su conciencia, o ir a la cárcel. Demasiado parecido a las persecuciones de los primeros cristianos. Renuncias a tu fe, o vas al circo romano a enfrentar a los leones.

De qué sirve toda esta tecnología que nos hace la vida cómoda, si luego es utilizada para que no podamos educar a nuestros hijos de acuerdo a nuestra fe, o como mínimo de acuerdo a nuestra conciencia. Vivimos una generación que nos hace ver como en los colegios a los que van nuestros niños los pervierten para cumplir con supuestas leyes que van totalmente en contra del orden natural. E igual que ocurre a médicos e instituciones médicas, obligan a educadores e instituciones educativas a optar entre traicionar su Fe y su moral, o enfrentar a los leones. Y lo peor de todo, es que ponen a padres contra hijos, porque el error avanza y se transforma en un nuevo prisma moral. La moral del error.

Y de qué sirve todo este avance médico, si se lo utiliza crecientemente para cercenar tempranamente la vida de aquellos que la sociedad no considera práctico seguir sustentando. Hablamos de ancianos, personas enfermas, niños defectuosos. Demasiado parecido a lo que hacían en Esparta. Y por supuesto, todo bajo el paraguas protector de que es “para permitir una mejor calidad de vida a los que sí merecen vivir”, que de ese modo se hacen merecedores de toda la atención del estado. El estado decide quien vive, quien no.

De qué sirve finalmente toda esta modernidad, si no es capaz de detener una simple epidemia de resfrío, que es sólo más mortal que las anteriores. Vivimos una generación tan ciega, que ni siquiera es capaz de mirar al Cielo, y comprender que Dios está detrás de esto. Ni siquiera aquellos que tenemos Fe somos capaces de confesar públicamente que sí, que esto es una purificación que Dios nos da, un llamado a cambiar. Siendo políticamente correctos, “mejor no hablar de ciertas cosas”, parece ser el dogma. Tremendo error, del que Dios no deja de tomar nota. En este sentido, quiero agregar que debemos leer con atención toda la Biblia, incluido el Antiguo Testamento, porque allí está la historia de las traiciones del pueblo elegido, y como respondió Dios, una y otra vez. Jesús mismo nos dijo que El no venía a cambiar una sola coma de la Ley, sino a hacerla cumplir.

Es increíble, pero ni siquiera esta pandemia global ha sido capaz de hacerle aprender la lección a esta generación. Se puede decir, sin temor a equivocarnos, que el mundo ha aprendido poco, muy poco, a pesar de que Dios nos está advirtiendo que debemos cambiar. Que debemos poner el freno, y cambiar el rumbo. Que debemos vestirnos de saco y ceniza, y llenarnos de ayuno y oración. Que debemos salir a los tejados a predicar que Dios Existe, que nos ama, y que no está nada tranquilo con cómo van las cosas aquí abajo.

Vivimos siendo parte de una generación que ha perdido el rumbo, que está perdida, y que no reacciona. Una generación que no está “recalculando” la ruta para evitar un desastre. Nosotros, como parte de ella, debemos ser distintos, debemos nadar contra la corriente, como el salmón. No importa cuan fuerte nos arrastre la presión de la sociedad, es fundamental que perseveremos en nuestras convicciones, y luchemos no sólo por nuestras almas, sino también por las de los que nos rodean.

Hay demasiado en juego, por eso justamente debemos perseverar hasta el fin. Es la hora de los valientes, de los héroes anónimos, los que desde el llano defienden la Verdad, y la Vida. Los que desde el llano defienden a Dios.

Cualquier otra cosa que se diga, es simple palabrerío vacío.

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Como el Cura de Ars https://www.reinadelcielo.org/como-el-cura-de-ars/ Fri, 29 Jul 2022 07:30:24 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=837 ]]>

Hablamos de San Juan Bautista María Vianney, más conocido como el Cura de Ars. Dios hizo de él algo muy especial, de hecho para mucha gente es el modelo de párroco, el párroco universal al que todos aspiramos como ejemplo de pastor que nos guía aquí, en el campo de batalla cotidiano que es el mundo.

El Curita de Ars sufrió todas las adversidades imaginables antes de ser ordenado sacerdote. Dios no lo había dotado mucho, en términos de inteligencia o capacidad de aprender, y así le costaba demasiado el idioma latín que en esa época del siglo XIX era la lengua de la Iglesia. No lograba aprobar sus exámenes en el seminario, de hecho no había mucha motivación en sus superiores para dejarlo avanzar y llegar a su ordenación sacerdotal.

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Sin embargo, era evidente que su principal virtud era una voluntad inquebrantable de llegar a ordenarse sacerdote, pese a todos los obstáculos y limitaciones que se le presentaban en el camino. A duras penas y con escasa voluntad, lo ordenaron sacerdote pero lo enviaron al peor pueblo que se podía imaginar en esa época: Ars. En la Francia de aquellos tiempos Ars no solo era un pequeño lugar, sino también uno totalmente alejado de Dios, donde iban muchos de los alrededores a hacer sus cosas poco honestas, porque allí se concentraba la diversión de la comarca.

Con tan negativas perspectivas, fue a parar como párroco de Ars nuestro nobel Juan Bautista. De inmediato empezó a trabajar y nunca cesó de hacerlo, recibiendo de Dios signos de toda clase. Con Dios hizo el Cura de Ars un equipo inquebrantable que obró de día y de noche. El Cura de Ars ponía su esfuerzo y su ignorancia, Dios ponía Su inspiración, Su Gracia y Sus milagros. El resultado fue poderoso: no sólo la conversión de Ars, sino de toda la comarca vecina.

Con el tiempo, las multitudes acudieron a Ars a confesarse y escuchar Misa, fenómeno similar al ocurrido en el siglo XX con nuestro amado Padre Pio de Pietrelcina. El Cura de Ars y el Padre Pio comparten mucho, deben pasar abundante tiempo juntos en el Cielo en la actualidad, unidos en la Comunión de los Santos. ¿Cómo es que este sacerdote pasó de ser un casi fracasado seminarista a transformarse en el modelo de Párroco universal?

Dios no quiso que él sea un gran teólogo, ni que sea particularmente inteligente, sino que sea puro de corazón. Como nuestro Papa Francisco, que no quiere grandes pompas ni vestuarios, sino hablar a nuestra gente con la sencillez del Santo de Asís, que fue tan sencillo que ni siquiera sacerdote aceptó ser. La línea entre San Francisco y el Cura de Ars es muy clara, es la sencillez del corazón que permite a Dios obrar y mostrar claramente que es El el que está detrás de todo.

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Jesús quiere que lo veamos en los sencillos, que de ese modo se transforman en simples instrumentos al servicio de Su obra. No son las grandes formalidades las que facilitan el actuar del Espíritu Santo, ni las grandes interpretaciones teológicas las que llegan al común de la gente y le hacen comprender y sentir el Amor de Dios. Son los simples actos de caridad cristiana y sencillez del corazón los que nos hacen comprender al Pobre de Nazaret, El que no tenía un lugar para reposar Su Cabeza.

Riquezas del mundo, pobrezas del alma humana, gritos de nuestro espíritu que busca sobreponerse a tanto daño infligido por el pecado original, que nos arrastra una y otra vez a las miserias de nuestro ser. Jesús nos recuerda en el Cura de Ars que no somos nada, que cuanto mas pequeños y sencillos nos hagamos, más se verá brillar Su Obra a través de nuestras manos y nuestra boca.

No nos esforcemos por ser “más”, sino todo lo contrario. ¡Menos es más! Cuando más nos humillemos a nosotros mismos, nos hagamos como un tinterillo del que Dios extrae la tinta para escribir Su Historia, más seremos dignos de ser reconocidos como trabajadores de Su Viña. Dios es artífice de nuestro destino, si es que en la negación de nosotros mismos lo dejamos brillar a El. En nuestros actos se verá entonces al Señor, porque seremos “Otros cristos”.

El Cura de Ars, como modelo de materia prima que para nada parecía servir, fue transformado en luz que alumbra los siglos e ilumina el camino de tantos. Nosotros debemos mirarlo y comprender las formas en que Dios actúa, a través de su testimonio de vida. Una y otra vez Jesús nos dice lo mismo:

“Niégate a ti mismo, toma tu cruz, y sígueme”


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La Virgen Caminante https://www.reinadelcielo.org/la-virgen-caminante/ Fri, 27 May 2022 00:15:03 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=10046 Mientras pasaba las cuentas del Rosario entre mis dedos, meditaba sobre los polvorientos caminos de Palestina hace dos mil años. El calor, las amenazas de los delincuentes que todo el tiempo atacaban las caravanas, las piedras del camino. Entre estas incomodidades pude entrever a una hermosa y joven Niña de Galilea, que sin dar demasiada atención a todo aquello avanzaba con la mirada puesta en lo alto y una sonrisa fresca y abierta dada a Dios que embelesado la observaba.

Diálogos maravillosos se entrecruzaban entre esa delicada y pequeña alma, y el Creador del Universo que orgulloso de Su Obra la miraba una y otra vez, sin poder quitar Su Mirada del Camino que Ella transitaba con pie firme, cuidando por su bien. Ella siempre estaba dispuesta a ponerse en Camino, en movimiento. Lo hizo cuando tuvo que visitar a su prima Isabel, y nuevamente cuando con José se movieron hacia Belén para cumplir con el mandato del censo del emperador Romano Tiberio. También lo hizo cuando con José fueron a presentar al Niño al Templo en Jerusalén, y cuando tuvieron que huir de prisa a Egipto. Y también cuando a los doce años del Niño fueron a Jerusalén, con la conmoción de haber perdido a Jesús mientras regresaban a Galilea.

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Con mi mirada aun puesta en aquellas polvorientas rutas pude comprender que Ella, la Niña de Galilea, estaba siempre preparada para ponerse en movimiento, para ponerse en Camino. Fue allí que recordé que fue Jesús mismo quien se definió como El Camino, la Verdad, y la Vida. Es entonces que comprendí que si Jesús es el Camino, Ella es por definición la Madre del Camino. Y por eso no resulta nada sorprendente que María sea la Virgen Caminante, quien nos lleva a entrar al Camino, esto quiere decir que nos lleva a entrar en Jesús, su Hijo. Una vez que nos ponemos en Camino, estamos haciendo caso a nuestra Madre Celestial que nos quiere en movimiento, en actividad.

La pereza, el quedarse inmovilizado, o paralizado, es una forma de alejarse de Dios. La pasividad es un triunfo del mal, donde nosotros somos los derrotados. Cuando estamos mal, lo mejor que podemos hacer es disponernos a hacer algo bueno, algo que nos lleve a puerto seguro. En cuanto nos disponemos a caminar, a avanzar, es Jesús mismo quien comenzará a guiar nuestros pasos, porque el movimiento que realizamos es sostenido en El, que es el Camino sobre el que avanzamos.

Muchas veces le decimos a Dios: Señor, yo quiero hacer Tu Voluntad, pero no sé cómo conocerla. ¡Ayúdame! Y la realidad es que Jesús nos expresa Su Voluntad en nuestra vida cuando nos ponemos en movimiento. En cuanto nos disponemos a avanzar, El comienza a poner obstáculos en nuestro camino, indicándonos que la dirección no es la correcta, para que cambiemos de rumbo sin detener nuestra marcha. O también facilita nuestro avance, cuando elegimos el sentido que El quiere. Pero la clave para comprender lo que El quiere de nosotros, es poner los pies en el Camino y avanzar con paso decidido, con recta intención. Jesús, quien es el Camino sobre el que avanzamos, hará el resto.

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En nuestra vida, muchos son los momentos en que la angustia y el vacío se apoderan de nuestra alma. Perdemos el rumbo, ya no le vemos sentido al seguir. Todo lo que siempre creímos eran seguridades que nos sostenían, se vuelven contra nosotros. Y de repente, nos encontramos solos, absolutamente solos. María, la Virgen Caminante, también se encontró así cuando el Angel le hizo el anuncio de su Maternidad Divina. Ella, sin dudarlo por un solo instante, se sobrepuso a las angustias y miedos humanos que la abrumaron, y se puso en camino hacia la casa de su prima Isabel. En su vientre, Maria llevaba al Niño que iba a ser durante toda su vida, y durante nuestra vida también, el Camino seguro que debemos seguir para lograr nuestra felicidad eterna. Ella no solo se puso en Camino, Ella llevaba en su Vientre al Camino mismo.

María es así la Virgen Caminante, aquella que hace de nosotros sus fieles seguidores, hijos atentos que ponen sus polvorientos pies detrás de los suyos. En el Camino avanzamos confiados en la Providencia de Aquel que guía cada uno de nuestros pasos. Maria, delante nuestro, se deja guiar suavemente por las Manos de su Hijo. Y así, uno detrás de otro, avanzamos por esta vida en que todo es una sorpresa permanente. Con ojos admirados contemplamos a esta Mujer extraordinaria que llena y perfecciona nuestras vidas, que le da sentido a nuestro existir.

Jesús, Tu que eres El Camino, gracias por enviarnos a Tu Madre, que nos pone en movimiento, nos saca de nuestras apatías. Gracias también por iluminar cada recodo de nuestra ruta con la Luz de Tu Presencia, reflejada en el rostro de la Virgen Caminante, quien delante nuestro señala y resguarda cada paso de nuestra vida. Ya no quiero jamás volver atrás, ni quedarme detenido. Solo quiero caminar, Señor, porque mi vida es movimiento, propósito, anhelo de salvación, impulso que me lleva hacia adelante, en Ti, que eres el Camino sobre el que mis pies se apoyan con firmeza cada día.

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