Vivimos siendo parte de una generación que ha perdido el rumbo, que está perdida, y que no reacciona. Una generación que no está “recalculando” la ruta para evitar un desastre. (ver artículo)
Nuestra forma de preparar el corazón, para encontrarnos con Dios hecho un niño, es ponernos en oración y dejar que Él, con su presencia, ilumine nuestras vidas. (ver artículo)
No tenemos forma de detener con nuestros esfuerzos individuales este crimen que se multiplica y avanza como una marea sangrienta, salvo nuestra oración permanente. (ver artículo)
Nada le falta a la Iglesia para completar su hermosura, y sin embargo lo más maravilloso que la constituye es el milagro de nuestra fe, fe activa que la mantiene en movimiento, en continua ascensión. (ver artículo)
Si quieres buscarme conocerme y seguirme invoca la luz, al Espíritu Santo que iluminó a mis discípulos y que ilumina a todos los pueblos que lo invocan. (ver artículo)
Vivimos un tiempo de Gracia, no lo desperdiciemos. Adoremos al Amor de los Amores, que en tiempos de Misericordia nos baña con el Amor que brota de la Llaga de Su Costado (ver artículo)
El odio recorre estaciones como los celos, la envidia, las murmuraciones, la depresión, la desesperación. Cuando odiamos a alguien, perdemos totalmente de vista nuestra historia, y nuestro futuro. (ver artículo)
Muchas veces le decimos a Dios: Señor, yo quiero hacer Tu Voluntad, pero no sé cómo conocerla. ¡Ayúdame! Entonces tenemos que poner los pies en el Camino y avanzar con paso decidido... (ver artículo)