Medalla Milagrosa – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 15 Nov 2024 19:05:15 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Catalina Laboure, vidente de la Medalla Milagrosa https://www.reinadelcielo.org/nuestra-senora-de-la-medalla-milagrosa/ Fri, 15 Nov 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=3487 Catalina Labouré, novicia de las Hijas de la Caridad, el 27 de noviembre de 1830, en París, vio a la Santísima Virgen, y de ella aprendió la siguiente jaculatoria: “Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti”. Pequeña oración que nosotros también podemos repetir a diario.

Anteriormente, en el mes de julio de aquél mismo año, la novicia ya había visto a la Virgen, por primera vez. En aquél momento Nuestra Señora le presentó sobre el altar de la capilla dos tableros que presentaban las dos caras de una medalla. Catalina, la novicia, tenía la misión de hacer acuñar una medalla igual a ese modelo. Con la promesa de la Virgen, que dice: “Todas las personas que la lleven con confianza, colgada al cuello, recibirán grandes gracias”.

Descubre esta hermosa historia en el video que te presentamos a continuación:

Nota: Si el video no se reproduce correctamente, aparecerá un mensaje que te invita a verlo directamente en YouTube.

Fuente: www.aleteia.org

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Inmensa imagen de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en Brasil https://www.reinadelcielo.org/inmensa-imagen-de-nuestra-senora-de-la-medalla-milagrosa-en-brasil/ Fri, 06 Dec 2019 18:05:27 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=23465 En Laurentino, un pueblo de siete mil habitantes en el Valle de Itajaí (Santa Catarina, Brasil), se alza esta imagen de Nuestra Señora de las Gracias, que es como se conoce en Brasil a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Con sus 25 metros de altura, es la mayor del mundo de esta advocación y está muy vinculada a la devoción del lugar, pues es obra de un escultor local y la construyeron, a lo largo de dos años, los habitantes de la localidad.

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Fuente: Cari Filii


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7 curaciones y milagros por intercesión de la Medalla Milagrosa https://www.reinadelcielo.org/7-curaciones-y-milagros-por-intercesion-de-la-medalla-milagrosa/ Fri, 29 Nov 2019 11:06:13 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=23438 Cada 27 de noviembre se celebra la fiesta de la Virgen de la Medalla Milagrosa, una devoción mariana relativamente reciente pero que se extendió rápidamente por todo el mundo provocando por un lado un mayor amor a María y por otro innumerables gracias a los fieles devotos.

Tal día como hoy hace 189 años se aparecía la Virgen María a una joven monja, Santa Catalina Labouré y le entregó el regalo de la Medalla Milagrosa para que la compartiera con todo el mundo. En esta aparición la Virgen le mostró cómo debería ser esta Medalla Milagrosa.

Con el permiso de la Iglesia, las primeras medallas se hicieron y distribuyeron en París en 1832. Aunque originalmente se conocía como la Medalla de la Inmaculada Concepción, se asoció con tantos milagros y bendiciones, que finalmente se popularizó como la Medalla Milagrosa. Y muchos cristianos que la poseen a día de hoy, todavía experimentan muchas de estas gracias.

Estos son únicamente siete milagros que se han atribuido al increíble poder detrás de las medallas y que recoge Beliefnet:

Milagro en el corredor de la muerte

Uno de los milagros más increíbles de la Medalla Milagrosa se produjo en una cárcel de Mississippi en 1943. El joven de 20 años Claude Newman estaba en el corredor de la muerte por disparar al abusador de su abuela y le preguntó a otro recluso qué llevaba puesto alrededor del cuello. El interno arrojó la medalla al suelo y le dijo a Claude que podía tenerla. Poco después de que el joven se colocara la medalla alrededor del cuello, la Virgen María, a quien Claude describió como la mujer más hermosa que Dios había hecho, se le apareció y le dijo que si quería ser su hijo debería pedir un sacerdote. Lo hizo de inmediato.

Junto con otros cuatro prisioneros a los que Claude les contó su historia se preparó para ser bautizado. Cuando compartió con el sacerdote y los otros hombres la idea del profundo perdón que se encuentra en la Confesión, el sacerdote se sorprendió de que la Virgen hubiera visitado a Claude nuevamente.

Para demostrar que estaba diciendo la verdad le recordó al sacerdote un voto de 1940 que había hecho a María de que construiría una iglesia en su honor si sobrevivía a una situación que amenazaba su vida. Claude fue bautizado cuatro días antes de la fecha prevista de ejecución en 1944. Debido a que el joven estaba tan feliz de ir al cielo, su última solicitud fue celebrar una fiesta. La ejecución se suspendió dos semanas y el preso se entristeció por lo que el sacerdote tuvo que consolarlo. Ya el día de su ejecución este joven dejó sorprendidos a todos los presentes al estar contento mientras era colocado en la silla eléctrica.

El milagro de la viuda

En 1834, tan sólo dos años después de que las primeras copias de la Medalla Milagrosa fueran distribuidas por París, las noticias de la medalla habían viajado por toda Francia. Una de las mujeres que supo de ellas fue una viuda de 70 años que había ingresado en el hogar de ancianos de Saint-Maur después de una terrible caída en agosto de 1833. No solo tenía que arrastrar la pierna izquierda, sino que necesitaba ayuda para caminar, y serías dificultades para sentarse y volver a levantarse. Cuando se enteró de la medalla solicitó una y se llenó de esperanza.

Tan pronto como la recibió fue a confesar. Al día siguiente, que era el primer viernes del mes, recibió la Sagrada Eucaristía y comenzó a rezar una novena a los Sagrados Corazones de Jesús y María. También veneraba la medalla, que llevaba alrededor del cuello, 20 veces al día. El séptimo día de la Novena ya no sentía dolor alguno. Todos en el hogar de ancianos se sorprendieron cuando comenzó a caminar sin ayuda. Después de haber recibido esta gracia incluso pudo subir escaleras y arrodillarse.

La Virgen se apareció a Santa Catalina Labouré en la Rue du Bac de París

Recuperación milagrosa

En 1836 la Medalla Milagrosa ya había sobrepasado las fronteras de Francia y se había extendido por toda Europa. En enero de ese año, un sacerdote en Italia colocó secretamente una medalla bajo la almohada de un hombre de 27 años que se había vuelto indiferente sobre su fe. Aunque se estaba muriendo de neumonía no quería arrepentirse de sus pecados ni volver el rostro a Dios. Como el sacerdote y un capellán no habían logrado convencerlo de que lo hiciera, el sacerdote le dio un tiempo al joven para que reflexionara sobre lo que habían hablado con él.

Antes de que el sacerdote regresara, el joven se reconcilió con su madre y le pidió que llamara al sacerdote, porque quería renunciar a los pecados de su pasado y volver a su fe. Cuando el sacerdote le mostró la medalla y se la dio, el joven comenzó a besarla devotamente. Con remordimiento, confesó sus pecados y recibió la absolución, y también recibió los últimos ritos. Pero para asombro de todos comenzó a sentirse mejor y se recuperó por completo en pocos días. Se quedó con la medalla y con frecuencia la besó con gran devoción y gratitud a Dios y a la Santísima Madre.

Milagro de la vista

También en 1836 se produciría otro hecho extraordinario, en este caso en Bélgica. Rosalie Ducas, una niña sana de apenas cuatro años, perdió repentinamente la vista el 9 de noviembre de 1835. Perder la vista de esta manera fue traumático para la pequeña, y al darse cuenta de que la necesitaba ayuda celestial, el párroco de Jodoigne-la-Soveraine le dio a la madre de la niña una Medalla Milagrosa.

El 11 de junio de 1836, la mujer colocó otra medalla alrededor del cuello de su hija y comenzó a rezar una novena. A las seis horas dejó de quejarse del dolor. En el cuarto o quinto día de la novena, Rosalie abrió los ojos. Los padres se sintieron tan esperanzados que rezaron aún más. Para asombro de Rosalie, sus padres y el sacerdote, la niña recuperó la vista el noveno día de la novena.

Curación de una enferma mental

A finales de 1837 la Medalla Milagrosa ya estaba por todo el mundo, también en China donde se produjo otro hecho extraordinario gracias al mártir San Juan Gabriel Perboyre, canonizado por San Juan  Pablo II, y que estando en misión en Ho-Nan le dio la medalla a una mujer con problemas mentales.

Este santo sería más tarde encarcelado, torturado durante aproximadamente un año y martirizado en 1840 debido a su fe cristiana. En todo ese tiempo fue informado por otros católicos sobre la mujer a la que había dado la Medalla Milagrosa. Le dijeron al sacerdote que ella quería desesperadamente que él escuchara su confesión. Aunque era casi imposible para ella hacer una confesión coherente, él compasivamente aceptó escucharla. Aunque ella no sabía lo qué era, el santo le dio la Medalla Milagrosa para que pudiera estar bajo la protección de la Santísima Madre. Solo cuatro o cinco días después esta mujer estaba totalmente curada. 

El milagro del helado

A pesar de las enormes gracias que siempre han acompañado a la Medalla Milagrosa, muchos en la Iglesia no creían realmente en su poder. El jesuita John A. Hardon era una de esas personas. No mucho después de ser ordenado un religioso vicentino le alentó a promover la Medalla Milagrosa asegurando que la Virgen hace numerosos milagros a través de ella. El padre Hardon para ser educado realizó un folleto sobre estas medallas pero nunca quiso uno para él.

Sin embargo, en 1948 cuando el sacerdote de los Estados Unidos se encontró con un niño de diez años que estaba en coma tras un accidente en trineo decidió ver si sería útil. Una hermana que trabajaba en el hospital encontró una así como una cinta que el sacerdote podía usar para colgarla del cuello del pequeño. Aunque el niño tenía un daño cerebral permanente e inoperable, el sacerdote leyó la oración que lo inscribió en la Cofradía de la Medalla Milagrosa. Tan pronto como terminó la oración, el niño abrió los ojos y le pidió helado a su madre. Era la primera vez que hablaba en casi dos semanas. Nuevas radiografías mostraron que el daño cerebral había desaparecido, y fue dado de alta del hospital tras tres días. Al igual que el niño y su familia, la vida del sacerdote y su creencia en la medalla cambiaron para siempre.

Milagro del ascensor

En la década de 1950, en la entonces Checoslovaquia comunista, un adolescente recibió una Medalla Milagrosa de un seminarista clandestino. Pese al riesgo de llevar símbolos religiosos, este joven decidió colocar la medalla en su cuello y utilizarla mientras trabajaba un verano en una construcción. Cuando su supervisor le dijo que se lo quitara, continuó usándolo.

Al día siguiente, cayó en un agujero que contenía el motor con ruedas, engranajes y correas en movimiento de un montacargas poco sofisticado que permitía a los trabajadores de la construcción transportar materiales a los pisos superiores del edificio de apartamentos que se estaba construyendo. Sus compañeros de trabajo lograron sacarlo y atónitos vieron que resultó ileso. Pudo levantarse y seguir trabajando. Y creía fervientemente que era la protección de la Santísima Madre, recibida a través de la medalla, lo que lo mantuvo a salvo.
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Fuente: Cari Filii


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Milagrosa oración a la Virgen para pedir por un enfermo https://www.reinadelcielo.org/milagrosa-oracion-a-la-virgen-para-pedir-por-un-enfermo/ Fri, 16 Aug 2019 08:02:10 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=23021 ¡Oh María, sin pecado concebida,
cuya inmensa bondad y tierna misericordia
no excluye el alivio de este amargo fruto de la culpa
que se llama enfermedad,
de la cual es con frecuencia víctima nuestro miserable cuerpo!

¡Oh Madre piadosa,
a quien la Iglesia llama confiada
¡Salud de los enfermos!
Aquí me tenéis implorando vuestro favor.

Lo que tantos afligidos obtenían
por la palabra de vuestro Hijo Jesús,
obténgalo este querido enfermo,
que os recomiendo,
mediante la aplicación de vuestra Medalla.

Que su eficacia,
tantas veces probada
y reconocida en todo el mundo,
se manifieste una vez más:
para que cuantos seamos testigos
de este nuevo favor vuestro,
podamos exclamar agradecidos:
La Medalla Milagrosa le ha curado.

Amén

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Fuente: La luz de María


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Salvado por la Medalla Milagrosa https://www.reinadelcielo.org/salvado-por-la-medalla-milagrosa/ Fri, 10 Feb 2017 19:10:51 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=8794 ]]>

Se drogaba y prostituía, robaba hasta en la iglesia, pero una Medalla Milagrosa le cambió.

Kevin Botello Acuña es un joven colombiano que comparte con su hermano la cama donde duermen y agradecen tener al menos una comida al día. Aunque pobre, mantiene viva la esperanza en que Dios de alguna forma le ayudará para lograr romper el estigma del abandono social. Con 17 años de edad anhela ingresar en la universidad y casarse algún día, manteniéndose firme en su actual opción de celibato hasta el matrimonio.

Esta vida entregada a Dios, orante, devoto, prestando servicio animando con su voz las eucaristías en la parroquia, es la vida buena que ha conocido tras una dura batalla. Siendo apenas un adolescente Kevin se dejó conscientemente seducir por “el enemigo”, según él mismo lo cuenta a Ana Beatriz Becerra de Portaluz, en una terraza de su natal Arauca.

Es esta una localidad de Colombia limítrofe con Venezuela que ha sido fuertemente golpeada por la violencia de grupos armados ilegales y declarada zona de concentración guerrillera. Al verlo en la parroquia, alabando a Dios en el canto, pocos podrían suponer su pasado con las drogas, el alcohol, prostituyéndose y delinquiendo, para tener el dinero que le permitía seguir “esclavizado en los vicios”, nos cuenta.

La inocencia perdida

kevin2Creció en una familia católica y mantiene vivo el recuerdo de cuando “mi papá me llevaba desde muy pequeño en los brazos a la iglesia”, dice, honrando la herencia espiritual de su progenitor. Fue normal entonces que Kevin, siendo apenas un niño que comenzaba a ir al colegio, ayudara como acólito al padre Omar, párroco de la iglesia María Auxiliadora. Teniendo la confianza y cariño del sacerdote, a sus 14 años de edad, la comunidad lo dejó a cargo de recolectar las ofrendas en la iglesia. El padre Omar jamás imaginó que esta responsabilidad sería la puerta que “el enemigo” usaría para tentar al niño. “El 50 % de las ofrendas yo las tomaba, entraba a la habitación del padre y sin que él se diera cuenta lo hurtaba de una manera increíble para luego malgastar el dinero”, reconoce Kevin.

Al descubrirse los continuos hurtos, el sacerdote lo expulsó de la parroquia. Kevin, lejos de caer derrumbado por la situación, se dejó llevar, silenciando su conciencia. “Conocí a una persona mayor que me llevó por el camino del alcohol, el vicio y el robo”, recuerda. Evita “por respeto”, dice, dar cualquier nombre de terceros involucrados en esta etapa de su vida.

Esclavo de sus pasiones, pronto ya no sólo hurtaba el dinero de la colecta -también en otros templos-, sino que también asaltaba a personas más débiles que él. “Atraqué a una viejita que iba una noche en el barrio Los Fundadores; la amenacé con un arma blanca y le quité su monedero en el cual solo habían lo equivalente a dos dólares y un celular de los más económicos” recuerda Kevin con los ojos húmedos, avergonzado.

La prostitución y el caos

Su apego al dinero, que rápido llegaba y rápido gastaba, se fusionaba con las oportunidades que -sin ser entonces consciente- el enemigo de Dios ponía en su camino. Se dejó llevar sin pensar en las consecuencias. “Empecé a tener relaciones sexuales con homosexuales, no por placer sino por dinero”, nos cuenta y agrega una reflexión sobre aquél sórdido ambiente que en algún grado se vio forzado a vivir. “Al compartir con ellos todo ese tiempo y tras conocer sus experiencias creo que los homosexuales no nacen, sino que se hacen y la mayor causa es por placer… conocí el caso de hombres que tenían muchas mujeres; entonces estaban con una, una semana, y luego se cambiaban con la otra; prácticamente ellos empezaron a atarse de las mujeres y empezaron a buscar conductas completamente paganas, ellos como sentían cierto placer en eso. Tenían mujer, tenían hijos pero me decían: ‘No Kevin es que yo siento placer en esto, yo como que me siento libre así’. A muchos les preguntaba si de siempre habían sentido eso y me decían que no, que con el tiempo se volvieron así”.

La suma de actos errados cometidos por Kevin también implicó que tuviera enemigos e incluso ser amenazado de muerte. Su madre intervino entonces enviándolo por varios meses a una finca donde siempre por las tardes, dice, recordaba cómo su padre allá en Arauca se aproximaba a la cama, donde él yacía borracho tras llegar de madrugada, orando para que él dejara los vicios. Ese recuerdo le dolía el alma.

“Pero el enemigo es muy astuto e intenta maquillar el mal con lo bueno –explica Kevin-. Luego pensaba que lo hecho estaba bien porque con la plata que ganaba a veces con los gays o robando, cierta parte la compartía con mi papá. No me daba cuenta que estaba enviando mi alma a la condenación eterna”.

La Medalla Milagrosa, milagrosa

Medalla Milagrosa (ft img)A su regreso de la finca y tras un nuevo tropiezo, Kevin comprendería que el poder de Dios se manifiesta -como enseña Papa Francisco- en la misericordia. Su madre lo había consagrado a la Santísima Virgen María desde que lo llevaba en el vientre y como un recuerdo de este acto de amor, había comprado una cadenita de plata con la medalla de “La Milagrosa”, que guardaba para entregársela algún día. Ella nunca había contado a su hijo de este evento espiritual realizado por amor a él.

“Esa cadenita con la Virgen yo se la robé y la vendí”, cuenta Kevin; y se le quiebra la voz llorando por su falta de antaño. Su madre -dice el joven-, sin enojos, sólo le suplicaba por saber en qué lugar la había vendido. “Quería recuperarla”. Finalmente Kevin cedió. “Cuando mi madre llegó con la cadena se postró y llorando me narró el porqué era tan importante esa medallita con su cadena. En ese momento sentí una mano suave que pasó por mis ojos y me quitó la venda que tenía, me hizo ver cómo había destruido a mi familia y mi propia alma”, señala con voz pausada.

Rescatado para Dios

Esa misma mañana se fue a la iglesia María Auxiliadora, recuerda. Postrado ante el Señor, en el Santísimo, suplicó ayuda, “cambiar mi vida”. Luego llegó al despacho del padre Omar “y llorando le pedí perdón, le conté todo lo que había pasado, él también llorando me abrazó y me dijo: ‘Tranquilo Dios está ahí para levantarte de nuevo’; y me dio la oportunidad de volver a acolitar” recuerda Kevin.

Reconciliado luego sacramentalmente, este hijo pródigo tuvo la gracia de la esperanza al descubrir y poner al servicio de la Iglesia un talento que Dios le ha dado: su calidad vocal y aptitudes para la música. Alabando con su canto al Santísimo y ante la imagen de la Virgen, Kevin ha ido sanando sus heridas: “La música es como un salvavidas que Dios colocó en mi vida”, reconoce.

Hoy su anhelo es tener la oportunidad de ir a la Universidad, acceder a un trabajo, casarse algún día y formar familia. Para lograrlo dice: “Le pido a Dios que me dé la gracia de mantenerme fiel. Yo por mi parte estoy pendiente de la eucaristía diaria, la lectura de la palabra, hacer el rosario en familia y servir al Señor con el carisma que Él me ha regalado, con el don de la música y el don del canto”.

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Fuente: Religión en Libertad


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