Ambos, inseparablemente, nos muestran un lado Divino que da testimonio de nuestra Realeza como hijos de Dios, y un lado humano por el que encontramos el sendero hacia la Patria Celestial... (ver artículo)
Fue ella la primera que adoró al Verbo encarnado en su seno virginal, y la que al nacer le ofreció el primer obsequio del amor y la primera confesión de fe. (ver artículo)
María fue el Arca de la Nueva Alianza, porque acogió al Verbo Encarnado, al que le dio vida como Hombre. Nosotros también tenemos que ser la Casa de Dios... (ver artículo)
Cuando miras a la Madre, entonces, ves en realidad al Hijo. Porque el Hijo hizo a la Madre, para que la carne de la Madre forme la Carne del Hijo. (ver artículo)
Mi María, hermosa y joven Niña de Galilea, que enamoraste mi corazón porque sabías que era el modo de abrir la puerta al soplo del Amor Verdadero. (ver artículo)
¡Un Mendigo de amor! Nuestro Dios, El que es Dueño y Creador de todo el universo, se hace un pobre pordiosero para golpear las puertas de nuestro corazón... (ver artículo)
Cuando damos Luz, irradiamos paz y unión, serenidad y seguridad, fortaleza y verdadera sabiduría. Cuando damos Luz, rompemos las barreras que nos separan del amor. (ver artículo)
"Yo soy no sólo la Reina del Cielo, sino también, la Madre de la Misericordia. Y también ¡Tu Madre!” Esto le fue revelado a Sor Faustina. (ver artículo)