mano de Dios – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 08 Sep 2023 18:51:14 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 El mundo sobrenatural https://www.reinadelcielo.org/el-mundo-sobrenatural/ Fri, 08 Sep 2023 10:19:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=375 Hace un tiempo leía un libro de Chesterton sobre la vida de San Francisco de Asís. Allí el autor trataba de manifestar la dificultad, o casi la imposibilidad, de narrar la vida de un santo de modo justo y completo. Chesterton decía que ?para escribir la vida de un santo se necesita otro santo?. La sinceridad de este hombre me pareció fresca y auténtica. Un sentimiento en lo más hondo de su corazón le indicaba que las cosas que ocurren en el alma de un santo son muy difíciles de comprender desde los ojos de una persona mas o menos normal.

Todos los Santos

Los santos viven una vida opuesta a la que el mundo nos propone. Ellos buscan dominar su cuerpo, el amigo asno (como decía Francisco de Asís), porque saben que el alma es algo mucho más sublime y delicado que nuestra carne. Tenemos un alma que busca a su Dios, pero se encuentra envuelta en un cuerpo que la trata de doblegar con sus llamados y necesidades. Disciplinas, ayunos, ofrendas, insistentes apelaciones a la humildad de aspecto y palabra, sencillez y pobreza, son formas a las que los santos apelan para doblegar el llamado carnal que invita a vanidades y orgullos vanos.

¿Acaso son estas actitudes comprendidas por el hombre de mundo? ¿Son vistas como manifestaciones de una persona sana, o quizás como las de un ser conflictuado? ¡Que diría al respecto un psicólogo no abierto a las cuestiones del espíritu! No, el hombre no comprende. Por eso Chesterton decía que sólo un santo puede comprender lo que le ocurre a otro santo, y describirlo con justicia y precisión.

Pero más allá de esta dificultad básica, hay algo que me sigue sorprendiendo en los libros sobre la vida de nuestros queridos santos, y es la insistencia de muchos autores a eliminar o reducir a su mínima expresión la vida sobrenatural que ellos viven. Es como si se esforzaran en mostrar la faceta estrictamente humana y mundana, dejando lo sobrenatural de lado o incluso relativizándolo. Frases como “se dicen muchas cosas sobre milagros alrededor de la vida de esta alma, pero no sabemos si eso era verdad o no”. O también “los milagros que se relatan son leyenda y no son importantes para comprender la santidad de esta alma”.

¡Si que son importantes! Jesús, en el testimonio de los Evangelios, realiza una abrumadora cantidad de milagros, los que son expresiones de Su Poder Sobrenatural. Los milagros ocupan un lugar mucho más prominente que cualquier otro elemento presente en las Escrituras. Y si el Señor ha actuado de este modo en Su paso por la tierra, ¿por qué pensar que esta no es la forma correcta de evangelizar? Dios nunca ha dejado a Sus santos solos, siempre los ha engalanado con Gracias de todo tipo. Diálogos interiores que estas almas sostienen con Su Divinidad, y milagros que se derraman ante el mundo como testimonio del Poder de Dios actuando a través de un ser que decide amarlo sin límites.

Tocar el cielo con la manos

¿Por qué se oculta o reniega de la vida sobrenatural de los santos? Quizás por vergüenza, o por vanidad intelectual. Es como que ser parte del mundo moderno implica no ser ?anticuado? al aceptar abiertamente las verdades espirituales. Mejor ser racionalista, inteligente y materialista, antes que exponerse al ridículo ante una sociedad que se desenvuelve entre computadores, cables y conexiones inalámbricas. ¡Que poco lugar se deja a las cosas de Dios en esta maraña de ideas y dispositivos intrascendentes y pasajeros! Admiro, en cambio, a aquellos autores que con valor y una fe limpia y franca, relatan y aceptan la vida espiritual que adorna y engalana la vida de las almas santas. Almas que por Gracia de Dios podemos disfrutar, almas que viven un balance perfecto entre este mundo y el Cielo tan añorado.

Este es el aspecto que Chesterton sentía era imposible de describir, ese estado permanente que tienen los santos de vivir con un pie en la tierra, y otro en el Reino. Una vida en lo natural, pero conectados a lo sobrenatural. Ellos ven en cada cosa que los rodea, o que sucede, la Mano de Dios. Dios Creador, pero también Dios Presente y actuando ante cada mínimo detalle de nuestra vida.

Esta aceptación abierta del mundo sobrenatural es una consecuencia básica del crecimiento espiritual. No se puede amar a Dios, mientras lo condenamos en nuestra mente a una Presencia distante e indiferente, allá arriba en Su Trono. ¡No! El Señor nunca nos ha dejado, se ha quedado en cada Eucaristía que se celebra en el mundo, en cada Hostia Consagrada, y en nuestro corazón que recibe Su Espíritu cuando lo llamamos y amamos con sinceridad.

Claro que no se puede comprender a un santo, o las cosas que ellos hacen, si no entendemos que estar unidos a Dios es estar en este mundo, sin ser del mundo. Somos como unos vagabundos en este desierto, que buscan la entrada a la Ciudad maravillosa de Dios, que nos espera. Pero si no creemos en esa Ciudad, la Jerusalén Celestial, ¿cómo podremos ingresar en ella?

Nuestra fe se cimenta en una aceptación abierta de Dios, y Sus cosas. Santos, Ángeles, almas del Purgatorio, todo es parte del mundo de Dios. Aquí en la tierra vivimos un destierro, aislados en gran medida de ese mundo sobrenatural que es nuestro verdadero origen, y destino. Seamos como niños que con un corazón sincero y simple, aceptan las palabras de sus padres, porque es a través de ellos que conocen y descubren el mundo. Nuestro Dios, enamorado perdidamente de nosotros, nos llevará de la mano si es que lo dejamos hacerlo.


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Descubrir, Don de Dios https://www.reinadelcielo.org/descubrir-don-de-dios/ Thu, 25 Apr 2019 22:40:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=341 ]]> La historia del hombre está plagada de prodigios, avances inexplicables por el salto que representaron para la humanidad, instantes de lucidez extrema que abrieron las puertas al desarrollo. ¿Podemos no ver la mano de Dios en ello?

Pensemos por un instante en la infancia de Mozart: a qué temprana edad, siendo un niño de menos de diez añitos, fue capaz de componer e interpretar obras que marcaron para siempre nuestra concepción de la música. Y aún hoy, escuchar sus hobras nos hace sentir la “genialidad” increíble de este simple hombre. ¿Cómo pudo hacerlo?. ¿Podemos, sinceramente, no ver la mano de Dios en el talento de ésta alma?. Dios dejó caer de Su Trono ésta joya, para que por las manos de Mozart llegue a las generaciones futuras. ¿Qué hizo Mozart con éste don?. ¿Lo utilizó para salvar su alma, glorificando la bondad del Señor que nos legó por sus manos tal prodigio?.

Otro ejemplo: pensemos en todo lo que representó para la ciencia humana la vida de Einstein, sus avances inexplicables, sus hallazgos sorprendentes. ¿Es que realmente podemos pensar que todo fue obra de su inteligencia, o será que Dios volvió a derramar otra gota de su Omnipotencia, a través de los dones que puso en la mente de éste simple hombre?. Y así podríamos dar ejemplos de personas que realizaron prodigios en todas las disciplinas que hacen a nuestro mundo.

La enseñanza es muy clara: ¡el hombre no crea nada, jamás!. Todo lo ha creado Dios, el único Creador. Y El va haciendo que el hombre vaya descubriendo esos frutos de la Creación, en los tiempos que el Plan de Dios así lo establezca. De éste modo el hombre tiene en estas gracias recibidas una enorme prueba: reconocer en ellas el legado de Dios, que por Misericordia nos deja ir sacando de Su desván las cosas que mejoran nuestra vida, o errar pensando que provienen de su propio mérito.

¿De que sirven éstas gracias si el hombre desconoce que son obra de Dios?. La soberbia, el pecado que siempre alejó al hombre del Creador, está haciendo que el ser humano se considere “creador” de sus avances, negando la Mano Divina. El hombre sólo “descubre” los frutos de la Creación, por gracia del propio Señor que va dando dones aquí y allá, permitiendo que se revele de a poco la Gloria de Su Omnipotencia Creadora.

Y advertimos también cuántas de éstas almas dotadas de dones se perdieron en un mar de soberbia y vanidad, y cuantas de sus obras fueron transformadas por el hombre en instrumentos al servicio del mal, del materialismo, la vanidad, el odio y la destrucción.

Esta sociedad tecnológica cree que tiene algún mérito, se habla de los avances del hombre, y no de las gracias de Dios que nos permite “espiar” por una rendija los frutos de Su Reino. ¿Y que hacemos nosotros con ello?.

Nada es creado por nosotros, sólo descubrimos aquello que Dios ha mantenido fuera del alcance de nuestra vista, de nuestro entendimiento, cuando El así lo desea. Hagamos de éstas maravillas no sólo un motivo de agradecimiento al Señor, sino también un instrumento de mejora de éste mundo, pero para beneficio del Plan de Dios. No utilicemos los dones de Dios para poner a riesgo nuestras almas, que las gracias recibidas no sean un instrumento de perdición, sino de salvación.


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Algunos de los cien lugares de España tocados por la mano de Dios https://www.reinadelcielo.org/algunos-de-los-cien-lugares-de-espana-tocados-por-la-mano-de-dios/ Thu, 02 Aug 2018 17:23:43 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=15529

De La Coruña a Murcia hay mil kilómetros, que en coche se recorren en unas 9 horas. De Gerona a Huelva hay unos 1.200, que se recorren en 11 horas. Y de Bilbao a Málaga hay 900 kilómetros que se recorren en unas 9 horas. España no es un país pequeño, pero tampoco desmesurado: en unas distancias asequibles hay una inmensa riqueza de paisajes y de monumentos históricos, y también de lugares sagrados empapados en historia y tradición.

En el libro 100 destinos en España con la gracia de Dios encontramos cien santuarios y lugares ligados a la fe que merecen ser visitados, contemplados, rezados y meditados. El libro incluye un mapa desplegable para ubicar bien las posibles rutas.

“¿Por qué no sale la ermita de mi pueblo?”

Podrían haber sido muchos más, varios miles. Un estudio de 2002 calcula que hay unos 12.000 santuarios y ermitas en España, el 35% dedicados a la Virgen. A eso, hay que añadir 23.000 parroquias. E infinidad de conventos y monasterios.

“¿Dónde está la ermita de mi pueblo, dónde la iglesita románica del pueblo de mis abuelos, la fuente de la Virgen de la romería de agosto…?”, dirá cualquier lector español. Evidentemente, el autor, Txema Logroño Zubillaga, tenía que hacer una selección, siempre insuficiente, y agrupar los lugares sagrados por zonas.

Como ejemplo de algunos, podríamos nombrar a San Juan de la Peña, en el Pirineo de Huesca; según parece, aquí se guardó por siglos el cáliz del diácono San Lorenzo, que habría sido el usado por Jesús, guardado por San Pedro y hoy en la catedral de Valencia.

Algunos son imprescindibles, otros son tesoros ocultos

Para hacernos una idea de la selección, en la comunidad de Madrid se han elegido 3 espacios:

El Real Monasterio de la Encarnación, con la sangre de San Pantaleón que debe volverse líquida el 27 de julio
La Iglesia de Santa Catalina, en Villamanta, que tiene los restos del papa santo hispano San Dámaso, y los de Santa Maravilla de Jesús
El Monasterio del Escorial

Y en la provincia de Barcelona la selección es:

Santa María del Mar, templo gótico del siglo XIV
La Basílica de la Virgen de la Merced, del siglo XVIII, con un mausoleo dedicado al obispo mártir Urquinaona (el libro detalla destrucciones de la Guerra Civil)
El monasterio de Montserrat
El monasterio románico de Sant Miquel del Fai, con “la mayor iglesia troglodita del país” y la atalaya desde donde “uno puede dar gracias al Señor por todo lo bello que tiene la Creación”.

Así, vemos que se mezclan en la selección lugares muy conocidos con otros mucho menos, y se dejan de lado algunos conocidísimo y visitadísimos, como puedan ser las catedrales de Barcelona y Madrid e incluso la Sagrada Familia de Gaudí. Solo caben cien, y se han de incluir algunos sitios especiales por su carga espiritual y poco conocidos.

Los Pirineos y su zona cercana concentran 11 monumentos:

– las reliquias de la catedral de Santiago en Bilbao,
– Nuestra Señora de Zenarruza en Vizcaya,
– Aránzazu en Guipúzcoa,
– el monasterio de Aralar en Navarra,
– San Fermín en Pamplona,
– la colegiata de Roncesvalles,
– el monasterio de Leyre,
– San Juan de la Peña y la Virgen de la Peña de Aniés en Huesca,
– San Úrbez y Torreciudad en la misma provincia
– y el santuario de Nuria en el Pirinero catalán.

Historia, leyenda y buenas fechas para visitar

Por ejemplo, en la remota ermita rupestre de San Urbez, en el Pirinero de Huesca, “se acude cuatro veces al año, 1 de mayo, el martes de Pascua de Pentecostés, el 14 de septiembre y el 15 de diciembre; se celebra la misa venerando una reliquia del santo, se cantan los gozos y posteriormente se reparte vino y caridad”.

Un breve vídeo sobre San Úrbez y su ermita

Salir de internet, abrir el alma yendo a los sitios reales

Por supuesto, hacer la peregrinación completa real implica un cierto sufrimiento y dedicar tiempo para que el espíritu se afine con las durezas y hermosuras del camino y el cuerpo quede relegado al lugar humilde que le pertenece. Un viaje en coche con los niños a una ermita no cumple todas esas condiciones. Pero incluso así es posible ponerse en disposición de orar y de maravillarse ante la naturaleza y el contacto con los santos que nos precedieron y oraron en ese lugar, o con el misterio de la acción de Dios y la Virgen en ese sitio.

En nuestra cultura “digital” y acelerada, incluso un documental edificante o un testimonio inspirador que vemos en la Red queda sepultado en apenas unos segundos por la siguiente distracción internetera, que puede ser el clásico tutorial de amaestrar jirafas o un vídeo de koalas y gatitos. O el indignante tuit de un político.

En esa avalancha de distracciones, Dios puede enviar sus mensajes al hombre, pero el alma y la mente no tienen tiempo de recibir ni procesar lo que Dios le envía. Por eso, la peregrinación, el viaje sacro, incluso una simple visita orante a una capilla de campo, es la actividad espiritual más útil: nos desvirtualiza, nos hace de carne y hueso, nos saca de las pantallas, nos para, nos amplía el alma y nos hace conectar con la eternidad.

Una buena forma de evangelizar es animar a los que nos rodean a visitar estos lugares tan especiales y a hacerlo con deseo de tocar el Misterio y ponerse “cerca” de Dios. Este libro ayuda a despertar ese anhelo y da ideas de por dónde empezar.

¿Visitar estos cien puntos y orar en ellos? No es un reto tan imposible…

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Fuente: Religión en Libertad


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