madre de Jesús – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Mon, 14 Aug 2023 10:44:34 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Cuando Miras a María https://www.reinadelcielo.org/cuando-miras-a-maria/ Mon, 14 Aug 2023 08:23:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=516 Imágenes de María en todas sus advocaciones, vestida de acuerdo al lugar y las costumbres del pueblo que rodeó cada una de sus manifestaciones, y con rasgos en su rostro que reflejan también quienes son los corazones que Ella quiere enamorar en cada caso. ¡María se adapta, como una Madre que busca de todas las formas posibles el educar y formar a sus hijos!

Virgen María 2

¡Las imágenes de María! Mirar a la Madre de Dios en los altares, esplendorosa y llena del amor que se derrama sobre nosotros, es mirar mucho más allá de la pequeña Mujer de Galilea que dos mil años atrás dio un humilde y escondido sí a un celestial visitante. Muchas veces nos ocurre a los enamorados de la Santa Madre de Dios que se nos pregunta u objeta tanto amor por la Virgen, como un posible olvido o error respecto del Dios Verdadero. ¿Y que decimos nosotros?.

Miren a la Virgen: ¿qué ven?. Se pueden observar muchos signos, porque Ella también manifiesta sus mensajes a través de la simbología de los pequeños detalles que rodean sus imágenes. Sin embargo, un dato en particular debe capturar nuestra atención: si observan bien, verán que la Virgen siempre tiene al Niño Jesús consigo. En muchas advocaciones el Niño está en sus brazos, mientras en otras se encuentra en su vientre: la cinta que María tiene sobre su vestido indica que está “encinta”, que tiene a su Niño consigo, para traerlo a este mundo,

De tal modo, cuando miramos a María podemos estar absolutamente seguros de que estamos mirando a Dios, al Niño Dios que está con Ella, siempre. Es que la misión de la Virgen es una y clara: ¡traernos a Jesús!. No se puede separar a ésta pequeña Mujer de Galilea de lo que es el motivo de su existencia: traernos al Niño Dios a nuestro mundo primero, y a nuestros corazones ahora, en nuestro tiempo. Y Jesús está muy contento de que sea Su Madre la que nos viene a buscar, a rescatarnos. El se siente feliz de estar en los brazos de Mamá o en su Seno Virginal cuando la envía a socorrernos.

Asunción de la Virgen

Jesucristo, el único Salvador, Dios Verdadero y Hombre Verdadero, ha elegido a la Criatura más perfecta para que sea Su Cuna, Su Tabernáculo, Su Cáliz. Las imágenes de la Virgen, de este modo, reflejan la unión indisoluble entre Dios y Criatura, entre Madre e Hijo, entre naturaleza Divina y humana, entre el Cielo y la tierra. No podemos mirar a la Virgen sin estar mirando a Dios al mismo tiempo, porque Ella es el Envase perfecto en el que Dios eligió venir a nosotros, Ella es la portadora de la Buena Nueva. María, la Esclava de Dios, es la primera en invitarnos a hacernos pequeños, hasta desaparecer, para que Cristo resplandezca a través nuestro. Ella nos enseña a negar nuestro ego, a negarnos a nosotros mismos, porque sólo El es, sólo Cristo es.

Cuando miras a la Madre, entonces, ves en realidad al Hijo. Porque el Hijo hizo a la Madre, para que la carne de la Madre forme la Carne del Hijo. Y si miras al Hijo, sin dudas también verás a la Madre, porque en Ella se resumen las virtudes que Dios, su Hijo, quiso infundirle a la Criatura más perfecta de la Creación, Su Madre.

¿Comprendes nuestro amor por la Madre, entonces, como un reflejo de nuestro amor por el Hijo, verdadero motivo de nuestra existencia y Dueño de nuestros corazones?


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Cada mañana, Sara, niña musulmana, reza ante la Virgen de Lourdes https://www.reinadelcielo.org/cada-manana-sara-nina-musulmana-reza-ante-la-virgen-de-lourdes/ Fri, 05 Mar 2021 19:36:47 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=25467

Esta niña acude a la Iglesia del Sagrado Corazón de Basora (Irak), cada mañana, mostrando el aprecio que el Islam tiene hacia María

«Esta mujer nunca me hace volver con las manos vacías». Esta «mujer», como la llama Sara, es María, la madre de Jesús. Cada mañana Sara sale a reunirse con ella en la Iglesia del Sagrado Corazón en Basora, en el sur de Irak.

La niña se detiene un momento frente a la réplica de la gruta de Lourdes, enciende una vela y besa la estatua de la Virgen, informa Avvenire. Luego se marcha en silencio.

Intrigado por este ritual, el obispo Atanasios Firas Dardar, vicario patriarcal de Basora para los católicos sirios, le preguntó quién era. La niña, que parecía no tener más de 12 años, le dijo que venía de Abo Sker, uno de los barrios chiítas más populares de la ciudad, y que vendía bolsas de plástico para ganarse la vida.

La joven musulmana agregó que no estaba segura de quién era María, lo que no le impidió venir todos los días a experimentar esta presencia maternal.

Una enseñanza

«La fe espontánea de esta niña representa la fe de todo hombre que confía en Dios», comentó el prelado, contando la historia en su página de Facebook. Tanto la tradición cristiana como la musulmana reconocen la concepción virginal de Jesús en el vientre de María.

Reunidos alrededor de la Virgen María, cristianos y musulmanes pueden encontrarse en el amor que le muestran. Es conmovedor ver que si María le habló a la joven Bernadette, también podría haber tocado el corazón de la joven Sara.

De hecho, no es casualidad que la Virgen María sea para muchos expertos en diálogo interreligioso, una figura clave para el diálogo con los musulmanes.

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Fuente: Aleteia.org


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Cómo murió la Virgen María https://www.reinadelcielo.org/como-murio-la-virgen-maria/ Fri, 23 Feb 2018 19:46:07 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=11356 ]]> Esto es lo que dice Juan Pablo II, San Juan Damasceno y la tradición de la Iglesia

¿La Santísima Virgen María murió? ¿Cómo y de qué murió? Son, por cierto, preguntas bastantes complicadas, y que durante años se han hecho desde los santos padres de la Iglesia, hasta los más eximios teólogos y mariólogos actuales.

Un tema que seguramente fue cuestión de discusión después de que Pío XII declarara el dogma de la Asunción, pues al final, por prudencia, no se pronunció definitivamente sobre la muerte o no de María: nunca aclaró si fue asunta después de morir y resucitar, o si fue trasladada al cielo en cuerpo y alma sin pasar por el trance de la muerte.

Pero una excelente aclaración sobre el tema la hizo san Juan Pablo II en la magnífica catequesis de la audiencia del 25 de junio de 1997. En base a esta, ofrecemos un resumen en varios puntos:

1. Si Cristo murió, sería difícil sostener lo contrario en lo que se refiere a su madre.

Muerte de la Virgen de CaravaggioSan Juan Damasceno se pregunta: “¿Cómo es posible que aquella que en el parto superó todos los límites de la naturaleza, se pliegue ahora a sus leyes y su cuerpo inmaculado se someta a la muerte?. Y responde: “Ciertamente, era necesario que se despojara de la parte mortal para revestirse de inmortalidad, puesto que el Señor de la naturaleza tampoco evitó la experiencia de la muerte. En efecto, él muere según la carne y con su muerte destruye la muerte, transforma la corrupción en incorruptibilidad y la muerte en fuente de resurrección” (Panegírico sobre la dormición de la Madre de Dios, 10: SC 80, 107).

2. Para participar en la resurrección de Cristo, María debía compartir, ante todo, la muerte.

El hecho de que María fue liberada por su condición divina del pecado original, que todo ser humano conlleva, no quiere decir que recibiera también la inmortalidad corporal. La Madre no es superior al Hijo, que aceptó la muerte, dándole nuevo significado, y transformándola en instrumento de salvación. Y para participar de la resurrección de Cristo, María debía compartir, ante todo, la muerte.

3. La muerte de María pudo concebirse como una “dormición”

El Nuevo Testamento no da ninguna información sobre las circunstancias de la muerte de María. Este silencio induce a suponer que se produjo normalmente, sin ningún hecho (extraordinario) digno de mención.

Cualquiera que haya sido el hecho orgánico y biológico que, desde el punto de vista físico, le haya producido la muerte, puede decirse que el tránsito de esta vida a la otra fue para María una maduración de la gracia en la gloria.

El ilustre mariólogo Garriguet escribió estas hermosas palabras; “María murió sin dolor, porque vivió sin placer; sin temor, porque vivió sin pecado; sin sentimiento, porque vivió sin apego terrenal. Su muerte fue semejante al declinar de una hermosa tarde, fue como un sueño dulce y apacible; era menos el fin de una vida que la aurora de una existencia mejor. Para designarla la Iglesia encontró una palabra encantadora: la llama sueño (o dormición), de la Virgen”.

4. La experiencia de la muerte enriqueció a la Virgen

Algunos Padres de la Iglesia describen a Jesús mismo que va a recibir a su Madre en el momento de la muerte, para introducirla en la gloria celeste. Así, presentan la muerte de María como un acontecimiento de amor que la llevó a reunirse con su Hijo divino, para compartir con él la vida inmortal.

De este modo la Virgen habiendo pasado por el destino común a todos los hombres, es capaz de ejercer con más eficacia su maternidad espiritual con respecto a quienes llegan a la hora suprema de la vida.

San Francisco de Sales considera que la muerte de María se produjo como efecto de un ímpetu de amor. Habla de una muerte “en el amor, a causa del amor y por amor”, y por eso llega a afirmar que la Madre de Dios murió de amor por su hijo Jesús.

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Fuente: Aleteia.org


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Natividad de Nuestra Señora https://www.reinadelcielo.org/natividad-de-nuestra-senora/ Wed, 01 Apr 2015 20:46:49 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=3778 Los testimonios o reflexiones publicados en esta sección son responsabilidad de quien los firma. Al publicarlos www.reinadelcielo.org no está emitiendo ninguna opinión sobre la veracidad de lo dicho, sino que sólo ha entendido que sus contenidos no contienen nada que atente contra las verdades de la fe y la moral y sí entiende que pueden ser favorables para el crecimiento espiritual de nuestros lectores. El juicio final sobre los hechos publicados corresponde a la Iglesia, a la que nos sometemos.

La redacción de Reina del Cielo


Pensar en la Natividad de Nuestra Madre María, es algo que nos lleva eleva a contemplar las maravillas de Dios obradas en cada ser humano, aunque en este caso ponemos atención lo que Él hizo sobre su elegida, la Madre de Jesús.

Monseñor Esteban Puig (ft img)Es así que les presentamos dos reflexiones de Mons. Esteban Puig, Vice Gran Canciller de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo de Perú. Así mismo la USAT ha publicado sus libros: La aurora en América (1999); Es hora de caminar: vida de Santo Toribio de Mogrovejo (2006); Marcando huellas (folleto ilustrado, 2007). Asimismo ha editado el libro del P. Antonio San Cristóbal Los retablos post-barrocos de San Pedro de Lloc y de Lambayeque (2008) y San Juan María Vianney, espejo de párrocos y sacerdotes (selección; 2010).

A continuación pueden leer estas dos profundas reflexiones acerca de la Natividad de Nuestra Señora, Reina y Madre.


 

REINA Y MADRE
VI
La Natividad de Nuestra Señora  (I)

El corazón  se  estremece de alegría al vislumbrar ya que la Niña María estaba prefigurada en el A.T. por mujeres que desempeñan papeles importantes en los planes de Dios: Ana, la madre de Samuel (cfr 1 S 1), Débora, Rut, Judit y Ester; el vellocino que se cubre de rocío por la acción de Dios ha sido interpretado de modo alegórico que sería una concepción virginal de Santa María (cfr Jc 6,37)  y, también, se le apropiaba el nombre de la Hija de Sión  (cfr. Zc 2,14),

Muchos siglos habían pasado desde que los hombres y mujeres israelitas anhelaban la llegada del Mesías que desde los inicios del mundo Dios había prometido que nacería el Redentor, el Salvador que liberaría  la humanidad entera del pecado, del mal, de la muerte, del dolor.  El pueblo de Israel deseaba que llegara ya el tan deseado Mesías. Pero todavía el círculo era muy amplio, muy distante de la mente y del corazón de tan esperado acontecimiento. El pueblo de Israel había sido escogido como el pueblo de la Promesa y, a través de los Profetas, recibían las predicciones divinas que señalaban que una doncella, descendiente del linaje de David “concebiría y daría luz un hijo, a quien pondría por nombre Emmanuel, que significa Dios con nosotros (Is 7, 14). Los piadosos Israelitas, generación tras  generación, evocaban con alegría  el nacimiento de la Madre del Mesías “aquella que ha de dar a luz”, como explicaba Miqueas apoyándose en la Profecía de Isaías.

Año tras año, el círculo se iba estrechando. Después del exilio en Babilonia la expectación mesiánica era más intensa y apasionada en Israel. Una emoción incontenible, enorme se extendía por aquellas tierras donde nacería el Mesías. Los salmos cantaban aleluyas: “Ahora sé que el Señor salva a su Ungido” (Sal 20/19, 7) “Yo mismo he Ungido  a mi Rey en Sion mi monte santo….Tú eres mi Hijo. Yo te he engendrado hoy. Pídeme y te daré en herencia las naciones” (Sal. 2, 6-8). “Destilad cielos el rocío de la alto, derramad nubes la justicia que se abra la tierra y germinará la salvación… (Is 45, 8). “Eres el más hermoso de los hijos de Adán, en tus labios se ha derramado la gracia. A tu diestra está la reina, adornada con oro de Ofir” (Sal 45/44, 3. 10). “Mira a mi siervo, a quien sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma” (Is 52, 13). “Tendrá piedad del débil y del desvalido y salvará la vida de los indigentes” “Salvará sus almas de la opresión  y la violencia, pues su sangre será precioso a sus ojos.” (Sal 72/71, 13-14) “El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: ”Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec” (Sal 110/109, 4) “El me invocara: Tu eres mi Padre, mi Dios, la Roca de mi salvación. Yo lo constituiré me primogénito, el más eximo entre los reyes de la tierra” (Sal 89/88, 27-28) El circulo de las Promesa se ha concentrado en un punto luminoso: ¡El Mesías está cerca! Y los libros Santos describen ya aspectos concretos de este Mesías. “Saldrá un vástago de la cepa de Jesé… (Is  11,1), nacerá en Belén de Judá, (Mi 5, 1-3), “un Niño nos ha nacido…” (Is 9,5),  entrará en Jerusalén montado sobre un asno (Zac 9, 9-10) será coronado de espinas, araran sus espaldas los pecadores, “varón de dolores…,  y en las puertas del gran suceso el anciano Simeón el Espíritu Santo  le comunica que no morirá hasta que vea al Mesías y Ana, la que con lágrimas y rezos pregona la redención de Israel.

Tantos elogios y suplicas al Mesías esperado por ser verdadero hombre debe  nacer de una mujer, tendrá una Madre, y además será la “engendradora” (Teotókos), Madre de Dios verdadero.  ¡Madre! Esta mujer Madre entra en la historia. Es una persona real, no mitológica ni  divina. Esa María la mujer Virgen y Madre. ¡Salve!

(Agosto 2014 )

 

REINA Y MADRE
VII
La Natividad de Nuestra Señora (II)

       Vino al mundo una Niña. No sabemos en qué lugar. Dicen algunos en Galilea o en la ciudad santa de Jerusalén. Otros en Jerusalén. Parece lo más probable pues cerca de la piscina llamada en hebreo Betzata o “probática” en griego, por estar cerca de la puerta de las ovejas que tiene cinco pórticos,  aquella en la que el pobre inválido que padecía una enfermedad desde hacía treinta y ocho años, contestará  a Jesús que le preguntaba “¿Quieres curarte? -sabiendo que  llevaba mucho tiempo intentando entrar en el agua pero no tenía a nadie que le metiera en la piscina cuando el ángel bajaba y la removía- el buen hombre le dijo:  “No tengo a nadie que me meta en la piscina” (cfr. Jn 5, 5-8). Cerca de ella  se han  encontrado las ruinas de una basílica bizantina del siglo V, edificada sobre la casa sobre la llamada casa de Santa Ana.

La liturgia ha inscrito los nombres de los padres de santa María en la Misa que se celebra el día de la Natividad de la Santísima Virgen María. Además, hay un libro apócrifo, no aceptado por la Iglesia como inspirado por Dios, del siglo II el Protoevangelio de Santiago que nos también da los nombres de sus padres, Joaquín y Ana. Una tradición antigua habla de san Joaquín y de santa Ana como padres de la Virgen Niña María. Por esto la liturgia pone en labios de María estas palabras del A.T. “me establecí en Sión. En la ciudad amada me dio descanso, y en Jerusalén está mi potestad” (Sir  24, 15). La esperanza de Israel en el deseado de las naciones, el futuro Mesías, ahora está a punto de ser una realidad pues los tiempos ya se habían cumplido y una doncella, María, sería la aurora resplandeciente que daría a luz al verdadero Príncipe de la paz.

Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos” (Gal 4, 4-5) Y Dios, bondadosísimo, Dios de todo consuelo, elije a su Hija, Madre, Virgen y Esposa. Y María – de Ilustre linaje, la criatura más bella y pura entre todas las mujeres, concebida sin pecado original, santísima y llena de gracia-,  vino a nuestra tierra sencillamente, humildemente, silenciosamente… el mundo no lo supo entonces. El mundo siguió dando vueltas…dormía la tierra.

(Septiembre 2014)

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