Lourdes – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Tue, 16 Apr 2024 10:06:49 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Santa Bernardita Soubirous, vidente de Lourdes https://www.reinadelcielo.org/santa-bernardita-soubirous-vidente-de-lourdes/ Tue, 16 Apr 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=12340

En Nevers, en Francia, santa María Bernarda Soubirous, virgen, la cual, nacida en Lourdes de una familia muy pobre, siendo aún niña asistió a las apariciones de la Inmaculada Santísima Virgen María y, después, abrazando la vida religiosa, llevó una vida escondida y humilde. († 1879).

Vida de Santa Bernardita

El 11 de febrero, fiesta de la Santísima Virgen de Lourdes, nos recuerda las apariciones de la Virgen a una niña de 14 años que no sabía ni leer ni escribir, pero que rezaba todos los días el rosario, Bernardita Soubirous. Nació en Lourdes en 1844 de padres muy pobres. Por medio de ella la Virgen hizo surgir la prodigiosa fuente del milagro, a la cual acuden peregrinos de todo el mundo para reavivar su fe y su esperanza. Muchos regresan de Lourdes curados también en su cuerpo. La Virgen, durante la segunda aparición, le dijo: “No te prometo hacerte feliz en este mundo, pero sí en el otro”.

bernardita

A pesar de haber sido dócil instrumento para extener la devoción a la Inmaculada, Bernardita no se contaminó con la gloria humana. El día que el obispo de Lourdes, ante 50.000 peregrinos, colocó la estatua de la Virgen sobre la roca de Massabielle, Bernardita tuvo que permanecer en su celda, víctima de un ataque de asma. Y cuando el dolor físico se hacía más insoportable, suspiraba: “No, no busco alivio, sino sólo la fuerza y la paciencia”. Su breve existencia transcurrió en la humilde aceptación del sufrimiento físico como generosa respuesta a la invitación de la Inmaculada para pagar con la penitencia el rescate de tantas almas que viven prisioneras del mal.

Mientras junto a la gruta de las apariciones se estaba construyendo un grande santuario para acoger a los numerosos peregrinos y enfermos en busca de alivio, Bernardita pareció desaparecer en la sombra. Pasó seis años en el instituto de Lourdes, de las Hermanas de la Caridad de Nevers, y en el que después fue admitida como novicia. Su entrada se demoró debido a su delicada salud. En la profesión tomó el nombre de Sor María Bernarda. Durante los quince años de vida conventual no conoció sino el privilegio del sufrimiento. Las mismas superioras la trataban con indiferencia, por un designio providencial que les impide a las almas elegidas la comprensión y a menudo hasta la benevolencia de las almas mediocres. Al principio fue enfermera dentro del convento, después sacristana, hasta cuando la enfermedad la obligó a permanecer en la cama, durante nueve años, siempre entre la vida y la muerte.

A quien la animaba le contestaba con la radiante sonrisa de los momentos de felicidad cuando estaba a la presencia de la blanca Señora de Lourdes: “María es tan bella que quienes la ven querrían morir para volver a verla”. Bernardita, la humilde pastorcita que pudo contemplar con sus propios ojos a la Virgen Inmaculada, murió el 16 de abril de 1879.

Fue beatificada el 14 de junio de 1925 por el Papa Pío XI, y el mismo Papa la elevó al honor de los altares el 8 de diciembre de 1933.

Fecha de canonización: 8 de diciembre de 1933 por el Papa Pío XI.

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Fuente: Catholic.net


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El origen y la devoción de Lourdes https://www.reinadelcielo.org/el-origen-y-la-devocion-de-lourdes/ Thu, 15 Feb 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=15539 ]]>

El germen del origen y la devoción de Lourdes se basa en una persona y unos hechos: Bernardita Soubirous y las apariciones de la Virgen.

En el siglo XIX Lourdes era una pequeña aldea de 4.000 habitantes en la que se mezclaban cualificados profesionales (abogados, médicos, notarios…) con oficios más humildes (obreros, canteros, artesanos, molineros…). Los molinos eran muy numerosos, ubicados dentro y fuera de la ciudad, al lado del río Gave.

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En uno de estos molinos, en el Molino de Boly, nació Bernardita Soubirous el 7 de enero de 1844. Durante 10 años, ella y su familia residieron y trabajaron allí. A partir de 1854, una serie de acontecimientos van a poner a prueba la moral de la familia. El padre, Francisco, pierde un ojo en accidente de trabajo. Luego, será acusado de haber robado sacos de harina. Esto le costaría ocho días de cárcel. Más tarde, la sequía castiga a la región durante dos años. La falta continua de cosechas de trigo hace que los molinos se paren totalmente y el negocio acabe en la ruina.

Por aquellas fechas, una epidemia de cólera asola Lourdes, causando varios muertos y centenares de afectados, entre ellas Bernardita, que sufrirá las consecuencias del cólera y la tuberculosis durante toda su vida.

La familia Soubirous, sumida en la miseria, se ve obligada a abandonar el molino y trasladarse a una dependencia de una antigua cárcel (“le cachot” o calabozo).

En 1858, cuando Bernardita tenía 14 años, la Virgen se le apareció en 18 ocasiones. La primera fue el 11 de febrero. Bernardita y otras dos niñas fueron a recoger leña. De repente, en la gruta donde se encontraba, vio una luz con forma de una joven. La Aparición y Bernardita no intercambian palabra alguna, hacen la señal de la cruz. La segunda fue el 14 de febrero. La Señora le sonríe, pero sigue sin hablar. En la tercera, el 18 de febrero, Bernardita le pregunta su nombre. La Aparición no se lo dice de momento y le propone una cita diaria durante quince días. Del 19 al 23 de febrero tienen lugar las apariciones cuarta, quinta, sexta y séptima. La Señora y Bernardita se hablan, son citas de confidencias. Mientras, las autoridades acusan a la pequeña joven de perturbar el orden público y la amenazan con la cárcel. Del 24 de febrero al 1 de marzo se producen las siguientes apariciones, de la octava a la doceava.

Es aquí donde Bernardita, guiada por la Señora, descubre en la gruta la fuente donde beber y lavarse. Al principio es agua fangosa, pero pronto sale clara y limpia. Del 2 al 4 de marzo se producen las tres siguientes, en donde la Señora le dice a Bernardita que vaya y diga a los sacerdotes que se construya una capilla para que la gente venga en procesión. El 25 de marzo se produce la decimosexta aparición, en la cual la Señora le revela su nombre, la Inmaculada Concepción. El 7 de abril es la decimoséptima aparición, en la que Bernardita recibe a la Virgen con una vela, la luz de Pascua. El 16 de julio tiene lugar la última aparición, la despedida. Bernardita ya sabe que esta es la última vez que va a ver a la Inmaculada Concepción.

Estos hechos dieron lugar a las primeras peregrinaciones y al posterior levantamiento de una capilla, que finalmente se convertiría en el actual santuario. La Gruta de las Apariciones y la Basílica de la Inmaculada Concepción constituyen el original santuario. Posteriormente, se fueron añadiendo iglesias y edificios hasta completar lo que es hoy, pero siempre teniendo como referencia la Gruta y la basílica. Hoy en día, el Santuario de Lourdes es uno de los que más peregrinos y visitas recibe. Gentes de cualquier raza y lengua, de cualquier creencia y cultura acuden a la llamada del Mensaje de Lourdes.

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Fuente: Catholic.net

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Aparición de la Virgen en Lourdes – Francia https://www.reinadelcielo.org/aparicion-de-la-virgen-en-lourdes-francia/ Sun, 11 Feb 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=54 ]]> En los Pirineos Franceses se presenta en el año 1858 la Madre de Dios a una niña de catorce años, ignorante y carente de formación religiosa. Francia, de este modo, recibió en pocos años tres visitas de la Inmaculada Concepción: La Medalla Milagrosa en París en 1830, La Salette en 1846 y Lourdes en 1858.

Como suele ocurrir en muchas oportunidades, María elige a una niña campesina como testigo, demostrando una vez más que Dios no se interesa por las grandezas del mundo, cuando de enviar a Su Madre se trata. Nunca eligió Ella a príncipes o reyes o grandes dignatarios para dar sus mensajes. Gente sencilla y con el corazón abierto es lo que Dios quiere de este mundo, y es a ellos a quienes dirige a Su Madre.

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Bernardita Soubirous, la testigo de la Presencia Celestial en la Gruta de Massabieille en el pueblo de Lourdes, encontró a una María esplendorosa, que dio vida a un lugar de sanaciones y espiritualidad que llegará a millones de personas con el paso de las décadas. Vestida de blanco, refulgente como el sol, se presentó para confirmar el tercer Dogma Mariano que había sido promulgado por el Papa Pío IX pocos años antes: La Inmaculada Concepción de María. Este hecho nos llena el alma de alegría y da sentido por si solo a la Presencia de la Madre de Dios en Lourdes. Pero María hizo también otros prodigios, como el de hacer surgir una fuente de agua de la roca: esta agua no ha cesado de producir milagros de sanación física hasta hoy en día. Sin embargo, es la sanación espiritual el milagro mas grande de Lourdes: millones de personas concurren cada año a la Gruta en peregrinación, a manifestar su amor por la Madre del Salvador.

La testigo de la aparición siguió su vida luego de las dieciocho apariciones que pudo presenciar en la Gruta de Massabieille: Bernardita Soubirous dio curso a su naciente vocación religiosa, y se ordenó como la Hermana María Bernarda. Sin embargo, triste fue su vida de convento ante la incomprensión de su madre superiora y sus compañeras. Burlada, menospreciada y dejada de lado, supo con humildad entregar todo a la Voluntad del Creador. Enferma desde niña, tuvo un fuerte recrudecimiento de sus enfermedades con el paso del tiempo, hasta morir a los treinta y cinco años en una entrega total a Jesús y María.

La Hermana María Bernarda fue canonizada como Santa Bernardita, ante las evidencias de santidad que tuvo después de las apariciones, y hasta su serena muerte. Su cuerpo fue descubierto incorrupto después de muchos años, fresco como si hubiera muerto ayer. Y así se lo puede admirar en el convento de Nevers donde Bernardita pasó los últimos años de su vida terrenal. ¡Admiremos este prodigio del poder de Dios frente a nosotros, miren el rostro de Bernardita vivo como si hubiera muerto ayer!.

Lourdes es una joya muy importante en el alhajero de Dios: Jesús se lo regala a Su Madre, María Santísima. Es una manifestación Celestial llena de amor, de pureza, de humildad y de entrega a la Voluntad del Creador. ¡Es María en su máxima expresión!.

María, Madre mía, que te presentas a los más humildes envuelta en la Gracia de Tu Hijo. Envuélvenos en Tu Manto, cobíjanos de las impurezas del mundo y danos el calor de tu sonrisa. Haz que ahora, y por siempre, nos entreguemos a tu sencillez, tu silencio, tu humildad y tu confianza infinita en la Mano del Padre. Que el Espíritu Divino que tú recibiste para Gloria de los tiempos pasados, presentes y futuros, descienda sobre nosotros por Tu Sagrada Intercesión.

¡María, Madre mía, en tus brazos nos entregamos!

El momento

La aparición de María en Lourdes, Francia, se produce en el año 1858, veintiocho años después de la aparición de la Medalla Milagrosa (Santa Catalina Laboure en la Rue de Bac, París) y doce años después de la aparición de La Salette (Maximin y Melanie, en los alpes franceses). ¿Por qué tanta sucesión de gracias en Francia, en tan pocos años?. En aquellos años se propagaba desde Francia hacia el mundo una sucesión de doctrinas que ponían el centro en el hombre, alejándolo de Dios. Sectas y sociedades secretas fermentaron bajo los ideales de la revolución francesa, que bajo un aparente manto de buenas intenciones escondió un impulso al alejamiento de Dios, además de un ataque a la Iglesia de Cristo. También fermentaban en aquellas épocas muchas doctrinas incorrectas dentro de la propia iglesia. María vino a advertir de todo esto en esta sucesión de apariciones en suelo galo, a decirnos a los hombres que detengamos nuestro camino plagado de errores, que volvamos a poner a Dios en el centro de nuestras vidas, que no caigamos en doctrinas y filosofías del todo humanas, que solo sirven para ocultar a Dios de la vista del mundo.

Pero en el caso particular de Lourdes, vino a confirmar y agradecer la promulgación del tercer Dogma Mariano: María, la Inmaculada Concepción. Pocos años antes, en 1854, el Papa Pío IX había definido el nuevo dogma, después de siglos de meditación de los teólogos y Papas respecto de tan importante misterio de la obra de Dios. Y María se manifestó a esta pobre niña francesa bajo el titulo de La Inmaculada Concepción. ¡Que sorpresa la de los teólogos cuando esta ignorante niña manifestó un término sólo conocido por unos pocos!.

María nos advierte de los peligros, de nuestros errores, como una Madre que ama a sus hijos desde lo más profundo de su Corazón. Pero también nos felicita, nos incentiva a seguir, cuando hacemos algo correcto. Es una Madre educadora y formadora que se manifiesta cuando el bien de sus niños así lo requiere. En Lourdes vino a decirnos: gracias por tan hermoso regalo, por descubrir una joya tan preciada en el alhajero de la Santísima Trinidad. Madre perfecta y pura, concebida llena de gracia. ¡María, Inmaculada Concepción, sé la alegría del alma mía!

El lugar

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El pequeño pueblo de Lourdes, en las hermosas montañas de los Pirineos Franceses, fue el testigo de la aparición de María a Santa Bernardita de Soubirous. En el siglo XIX Lourdes es una cabeza de partido de más de 4.000 habitantes, entre los cuales hay notarios, abogados, médicos oficiales, pero también obreros, canteros, pizarreros y pequeños artesanos, tales como los molineros. Los diversos cursos de agua que bajaban de las montañas eran utilizados para motorizar la piedra de los molinos harineros que abundaban en el lugar. Los molinos son numerosos, algunos fuera de la ciudad, a lo largo de uno de los riachuelos que mueren en el Gave, como es el Lapacca. Justamente la hija de un molinero fue testigo y protagonista de la Presencia Celestial en el lugar, ya que la primera infancia de Bernardita ocurrió en un molino.

Pero Lourdes también fue un punto en que, al igual que muchos otros lugares de Europa, sufrió la hambruna y miseria que había sido profetizada por la Madre de Dios pocos años antes en la aparición de La Salette. El fracaso de las cosechas de trigo, nueces, papas y las pestes que la miseria trajo al pueblo, no fue ajena al pueblo de Lourdes.

Como suele ocurrir en muchas apariciones, María se presenta a niños humildes e ignorantes en lugares alejados y rurales, como una forma de manifestar su predilección por los mas humildes. Sin dudas que los corazones de muchos habitantes de Lourdes estaban abiertos al mensaje de Dios, preparados por el dolor y sufrimiento que se había abatido sobre sus hogares por aquellos tiempos. Acrisolados por la adversidad, los pobladores se entregaron a las evidencias que Dios puso en sus manos y dieron impulso a una de las apariciones que mas ha cambiado la historia del mundo, siendo actualmente el Santuario mas visitado junto con el de Nuestra Señora de Guadalupe, en México. No restemos méritos al pueblo de Lourdes, ellos hicieron con su fe una llama que iluminó la Presencia de María y dio esperanza a un mundo que se internaba en la oscuridad de doctrinas plagadas de egocentrismo y vanidad humana.

Gracias María, gracias pueblo de Lourdes, gracias Francia por habernos dado, con tu fe, la luz de la Presencia Divina que testimonia la sencillez y humildad que Dios espera de nosotros.

La vidente

Marie Bernard de Soubirous, Santa Bernardita o Santa Bernardette, es la sencilla alma que utilizó Dios para llegar a nosotros. Al igual que Santa Catalina de Laboure (La Medalla Milagrosa) Bernardita estuvo sola en todo momento, fue su testimonio el único soporte de la manifestación celestial que le tocó vivir. En muchas otras apariciones son múltiples los testimonios de los videntes (Fátima, La Salette, Medjugorje), pero en este caso fue ella contra la incredulidad de mucha gente. Es muy difícil para una niña de tan corta edad enfrentar con coraje la resistencia de nuestros corazones incrédulos, pero ella lo hizo apoyada únicamente en su fe inquebrantable y en su sencillez sin limites. ¡Pero no nos olvidemos de su coraje!.

Santa Bernardita nació el 7 de enero de 1844. En su bautismo le pusieron el nombre de Marie Bernard, pero desde pequeña la llamaban por el diminutivo “Bernardette”. Su padre Francisco era un hombre honesto y recto, que tenía el oficio de molinero. Durante la niñez de Bernardita su familia vivía en el molino de Boly, propiedad de una familia acomodada del lugar. Los Casterot habían entregado en renta el molino a Francisco: él se casó con Luisa Casterot cuando ella tenía 16 años de edad, y así se pensaba que su futuro estaría asegurado. Los hijos mayores eran niñas, de las que Bernardita era la primera, después de ella venía Toinette (dos años y medio más joven) y luego los dos varones, Jean Marie y Justin. El matrimonio era feliz: cuando los clientes venían a moler su trigo, la joven pareja les servía una comida completa. Esto podía hacerse en tiempos de abundancia, pero llegó a hacer crisis en tiempos de estrechez. Se puede decir de este modo que Bernardita nació en una familia de clase media, no fue pobre en su primer infancia. De hecho cuando ella nació fue confiada a una nodriza por seis meses. La nodriza, llamada Marie Avarant y de casada Lagues, vivía en Bartres, en el campo a 5 millas de Lourdes. Marie Lagues amamantó a Bernardette por 15 meses, desde junio de 1844 a octubre de 1845. De acuerdo con la costumbre ambas familias quedaron muy unidas entre sí.

Ella siempre recordó esos primeros diez años como sus años felices, en unión con sus padres y hermanos. Llamará a ese lugar el molino de la felicidad, porque allí descubre algo muy importante en la vida de todo hombre, de toda mujer: el amor humano. Alguna vez dirá: “Papa y mamá se aman”. Esta experiencia hará de ella una joven profundamente equilibrada, sobre todo en el momento de la prueba, de la miseria y de la enfermedad.

Comienza el sufrimiento de Bernardita

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A partir de 1854 varios acontecimientos vienen a trastornar la vida de la familia de Bernardita. Primero, un accidente de trabajo disminuirá a Francisco Soubirous, cuando una esquirla de la piedra del molino le salta a un ojo y lo deja tuerto. El fracaso de las cosechas de trigo (dos años de sequías profetizadas en La Salette) dejó en la hambruna al pueblo, pero también dejó sin trabajo a los molinos harineros. Mas tarde, cuando estamos ya en plena revolución industrial, aparecerán los nuevos molinos de vapor con los que no pueden competir los tradicionales molinos de agua. Todos estos molinos, empezando por el de Francisco Soubirous, van a la ruina. Las deudas y la imposibilidad de pagar el alquiler forzaron a los Soubirous a dejar el molino (fueron arrojados de su hogar) y albergarse en una miserable y pequeña habitación que les cedió un primo de Francisco llamado Andrés Sajous, que había sido una celda en otras épocas (se la conoce como le cachot, el calabozo). El lugar de hecho había sido abandonado como calabozo por ser insalubre, y recibe a la familia a comienzos del invierno de 1857. Les prestan una cama para los padres y otra para los cuatro hijos, y disponen además de un baúl y algunas banquetas. En un solo cuarto vivían los seis, el padre, la madre y los cuatro hijos. Para conseguir el escaso pan para los niños, Francisco y Luisa tomaban todo tipo de trabajos que podían encontrar. En medio de esta miseria Francisco fue falsamente acusado por el panadero de Lourdes de haber robado dos sacos de harina: le costará ocho días de cárcel. Al mismo tiempo una epidemia de cólera se abate sobre Lourdes, causando 38 muertos. Varios centenares de personas se ven afectadas por esta terrible enfermedad, entre ellas Bernardita, que sufrirá las consecuencias durante toda su vida.

Marcada y herida por los acontecimientos que han llevado a su familia a la marginación social, Bernardita es víctima de un doble sentimiento de exclusión. Primero en el pueblo: la señalan con el dedo como a la que vive en “el calabozo”. Y después que su padre tuvo que pasar una semana en la cárcel, la llaman la hija del “ladrón Soubirous”. Después en la parroquia: todos los domingos va a misa, pero a diferencia de sus compañeras no puede ir a comulgar, porque aún no ha hecho la primera comunión. Tiene catorce años, pero la enfermedad y el trabajo le han impedido ir a la escuela, por lo que no sabe leer ni escribir. Tampoco sabe hablar francés ya que sólo habla el dialecto de Lourdes, mientras el catecismo se enseñaba en idioma francés.

Su estancia en Bartres

En Noviembre de 1857 los Soubirous aceptan la propuesta de María Lagues (la antigua nodriza de Bernardita) para que ésta vaya como criada a su casa, en Bartre, un pueblecito cercano a Lourdes. Las dificultades económicas de la familia Soubirous dieron oportunidad a María Lagues para pedir hacerse cargo de Bernardita: el pretexto fue que le ayudase con otros niños, pero en realidad la quería para el pastoreo de ovejas. Quedó así como una pastorcita contratada aunque sin paga. Su padre, que la quería mucho, se dijo: “Será una boca menos que alimentar”.

Al ir a Bartres le prometieron que podría prepararse con el sacerdote del lugar para hacer su Primera Comunión. Tenía casi 14 años y era la única niña de su edad en Lourdes que no la había recibido. Pero al ver que era muy buena en su trabajo, la obligaban a pasar más tiempo cuidando las ovejas, lo que no le permitía asistir a las clases de catecismo. Los dos niños de la familia donde vivía se marchaban todas las mañanas a las clases de catecismo, mientras a ella le exigían marcharse al campo a pastorear. Esto le dolía mucho en su corazón. Pero el deseo de hacer la primera comunión hará que Bernardita regrese al “calabozo” en Enero de 1858, pocas semanas antes de la primera aparición.

Ha surgido un interrogante sobre la inteligencia de Bernardita. Muchos sugieren que no era inteligente. Es cierto que ella aprendía con dificultad y hasta ella misma decía que tenía “mala cabeza”, queriendo decir que tenía poca memoria. Al habérsele negado la posibilidad de estudiar, Bernardita, a los 13 años de edad todavía no sabía leer ni escribir. El maestro Jean Barbet, quién en una ocasión le dio clases de catecismo, decía de ella: “Bernardita tiene dificultad en retener las palabras del catecismo porque no puede estudiarlas, ya que no sabe leer, pero ella hace un gran esfuerzo en comprender el sentido de las explicaciones. Aún mas, ella es muy atenta y, especialmente, muy piadosa y modesta”.

Sin duda Bernardita había sabido cultivar un gran tesoro de Dios: un corazón adornado de las mas bellas virtudes cristianas: inocencia, amabilidad, bondad, caridad y dulzura. El sacerdote de Bartres, Abbé Arder, si bien se marchó a un monasterio poco después que llegara Bernardita, en los pocos contactos que tuvo con ella pudo captar la excelencia de su corazón. El tenía mucha fe en las apariciones de La Salette ocurridas once años atrás (1846) y así comparaba a Bernardita con los niños de La Salette. Decía: “Ella me parece una flor toda envuelta con perfume Divino. Yo le aseguro que en muchas ocasiones cuando la he visto, he pensado en los niños de La Salette. Ciertamente, si la Santísima Virgen se le apareció a Maximino y a Melania, lo hizo en orden a que ellos se convirtieran en simples y piadosos como ella.” Ni la ignorancia, ni la pobreza, ni el aspecto enfermizo de Bernardita le previnieron de apreciar en ella la simplicidad y la piedad. Decía el Sacerdote en una ocasión: “Mira a esta pequeña. Cuando la Virgen Santísima quiere aparecerse en la tierra, ella escoge niños como ésta”. Sus palabras fueron proféticas ya que a los pocos meses la Virgen se le comienza a aparecer en la gruta de Massabielle, cerca de Lourdes.

Todo estaba preparado: María observaba desde el Cielo cómo su pequeña caminaba hacia el momento de gloria de su vida terrenal. Había sido elegida, en el Plan de Dios, para jugar un papel importante en el llamado a los corazones inocentes, y ella misma era una criatura tremendamente inocente y pura. ¡Nada es casual en las manifestaciones Celestiales!

El regreso a Lourdes: las apariciones

última aparición de la Virgen de Lourdes

Cuando Bernardita vio que su deseo de prepararse para recibir la Comunión no era posible en Bartres, le pidió a María Lagues que le permitiera ir a Lourdes donde insistió a sus padres en que le concedieran regresar a casa. Quería recibir la Primera Comunión y tendría que empezar las clases de catecismo inmediatamente si quería recibirla en 1858. Sus padres accedieron y regresó a Lourdes el 28 de enero de 1858, sólo 14 días antes de la primera aparición de la Virgen.

Es importante, por lo tanto, comprender la razón por la que Bernardita se encontraba en Lourdes cuando tenía 14 años y comenzaron las apariciones: ella buscaba con todo su corazón recibir la Santa Comunión. La Virgen visita a un alma muy pura llena de amor por su Hijo, un alma dispuesta a cualquier sacrificio para llevar a cabo la obra de Dios. Bernardita, al verse impedida de recibir la comunión, recurre a la Virgen, reza diariamente el Santo Rosario y la Virgen le abre las puertas. La Virgen sabe que puede confiar en ella el trascendente mensaje que desea comunicar al mundo. De este modo, el 11 de febrero de 1858 era el día elegido para que el Cielo se hiciera presente en la tierra. Ese día cambiaría para siempre no solo la vida de Bernardita, sino que marca el comienzo de una fuente de Gracias que ha brotado para toda la humanidad, fuente que solo crece con el tiempo.

Ese día, con un tiempo tormentoso y amenazador, la madre de Bernardita le permitió ir al campo a buscar leña seca junto con su hermana menor llamada Toinette y una niña que vivía en una casa cercana, Jeanne Abadie. El lugar preferido estaba cerca del cementerio, pero como no encontraron ramas secas allí, siguieron camino pasando por el molino de Savy. De este modo se fueron acercando para recoger leña en un campo que había frente a la gruta de Massabieille. El canal que llevaba agua al molino de Savy pasaba frente a la gruta, de tal modo que las niñas debían cruzar el frío curso de agua para poder recoger la leña. Bernardita por su fragilidad física se quedó atrás. Las compañeritas habían pasado ya el canal, pero Bernardita no se atrevía a meterse al agua porque estaba muy fría y tenía miedo de enfermarse. Las demás insistían en que lo hiciese y cuando ella empezó a descalzarse, un ruido muy fuerte, parecido a un viento impetuoso, la obligó a levantar la cabeza y mirar hacia todos los lados.

¡Qué es esto!, se decía. Sin embargo las hojas de los árboles estaban inmóviles. El ruido del viento empezó de nuevo y más fuerte en la gruta. Bernardita notó entonces que sólo un arbusto que estaba en la gruta se movía con el viento, mientras los demás permanecían inmóviles. Y ahí, desde el fondo de la gruta, emergió una nube dorada e inmediatamente una maravillosa aparición se destacaba delante de ella, deteniéndose sobre el arbusto de rosas silvestres que estaba a la entrada de la gruta de Massabieile. En este mismo momento empezaron a sonar las campanas de la Iglesia parroquial y se oyó el canto del Ángelus.

La primera Aparición

De este modo, el 11 de febrero de 1858 en medio de una luz resplandeciente como el sol, pero dulce y apacible como todo lo que viene del Cielo, una joven prodigiosamente bella de unos 16 o 17 años de edad se dejó ver por Bernardita. Vestía un traje blanco, brillante y de un tejido desconocido, ajustado al talle con una cinta azul. Un largo velo blanco le caía hasta los pies envolviendo todo el cuerpo. Los pies, de una limpieza virginal y descalzos, parecían apoyarse en el rosal silvestre sobre el que flotaba la imagen, a la entrada de la gruta. Dos rosas brillantes de color de oro cubrían la parte superior de los pies de la Santísima Virgen. Juntas sus manos ante el pecho, ofrecían una posición de oración fervorosa. Tenia entre sus dedos un largo Rosario blanco y dorado con una hermosa Cruz de oro. Todo en Ella irradiaba felicidad, majestad, inocencia, bondad, dulzura y paz. La frente lisa y serena, los ojos eran azul celeste llenos de amor y los labios mostraban suavidad y mansedumbre. La Señora parecía saludarla tiernamente mientras se inclinaba ante Bernardita.

Bernardita se frotó sus ojos y los volvió a abrir, confirmando que no estaba soñando y que lo que veía era real. En ese momento, al ver la sonrisa de la Señora, perdió todo miedo y arrodillándose buscó su Rosario que traía siempre en su bolsillo. La Dama hizo una señal de aprobación con su cabeza y tomó el Rosario que llevada. Bernardita intentó hacer la señal de la Cruz, pero su mano quedó paralizada. En ese momento la Virgen tomo la Cruz del Rosario e hizo la señal de la Cruz e indicó a Bernardita que lo hiciera como ella. En ese momento su brazo paralizado quedó libre. La Señora empezó a pasar las cuentas del Rosario entre sus dedos y Bernardita empezó a rezar el suyo, cada una en oración interior. Sólo al final de cada misterio la Madre de Dios rezaba el Gloria con Bernardita. Al terminar, la Virgen le hizo señas con el dedo para que se acercara y extendiendo el brazo, se inclinó dulcemente y sonrió como despidiéndose de Bernardita, retornando hacia el interior de la gruta. ¡La Visión había desaparecido!.

Cuando las otras dos niñas volvieron a la gruta vieron a Bernardita de rodillas en el mismo lugar donde había visto a la Señora. Se rieron de ella, le dijeron que estaba loca, mientras le preguntaban si volvería con ellas o se quedaría allí. Bernardita cruzó entonces el curso de agua encontrándola tan caliente como la que utilizaba su madre para lavar la vajilla.

Bernardita preguntó a las otras niñas si habían visto algo en la gruta y al responderle éstas que no, les contó su experiencia y les pidió silencio. Pero la hermana de Bernardita se lo contó a su mamá. La madre no le creyó y ordenó a Bernardita que se dejase de imaginaciones y que le estaba prohibido regresar a la gruta. Esa noche, mientras rezaban el Rosario en familia, Bernardita rompió en llantos, repitiendo su invocación favorita: “Oh María sin pecado concebida, rogad por nosotros que acudimos a ti”.

¡Que sencillez!. Cuanta inocencia y pureza en todo lo que ocurre alrededor de la Madre de Dios. Nada parece especial a los ojos de los hombres en un primer momento, pero con el tiempo se comprende que Dios no requiere de palacios, ni de tronos humanos, ni de vanidosas manifestaciones de poder terrenal. La gruta era un lugar apartado que solía ser refugio de los cerdos que criaban los vecinos del lugar. Y pasó a ser el centro de atención de millones de personas que por más de un siglo han sabido ver allí la paz y la magnificencia que dejó el paso de la Reina del Cielo.

Segunda aparición

Bernardita insistió ante su madre para que la deje volver a la gruta, pero ésta se negó repetidamente con diversos argumentos. Pensaba que todo era una treta del demonio, o que su hija había vuelto loca, pero ante todo temía hacer el ridículo entre sus vecinos. Finalmente el día 14 de febrero las niñas insistieron en que les dieran permiso para regresar a la gruta. Todos pensaban que lo que le había pasado a Bernardita era un engaño de satán, y entonces le dijeron que fuera a la gruta y rociara agua bendita para terminar con todo aquello. Así huiría el demonio y se quedarían tranquilos. Ante estos argumentos la madre finalmente aceptó y le dio autorización para ir a la gruta acompañada de otras niñas que, conociendo la historia, insistían en acudir al lugar con ella.

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Cuando llegaron a la gruta, Bernardita les pidió que se arrodillaran a rezar el Santo Rosario. Apareció de nuevo la Virgen, como el rostro de Bernardita testimonió cuando se transfiguró frente a las demás niñas. Ella tiró el agua bendita y dijo: “Si vienes de parte de Dios, acércate a nosotras”. El agua bendita llegó hasta los pies de la Virgen y Ella sonriendo con mas dulzura se acercó a Bernardita. Tomó el Rosario y se persignó con él. Empezaron ambas a rezarlo. Bernardita estaba como muerta, su mirada extasiada fija en la gruta, tan así que las otras niñas empezaron a llorar ruidosamente. Esto atrajo a dos mujeres del cercano molino Savy. Cuando vieron a Bernardita en éxtasis trataron de moverla, de interrumpir su visión, pero nada de esto fue posible. Entonces una de ellas fue a buscar a su hijo Antonio, un joven de 28 años. El se quedó maravillado de lo que vio: el rostro de Bernardita era una visión celestial, no se sintió digno siquiera de tocarla. Obligado por su madre, Antonio tomó a Bernardita en sus brazos y la llevó hacia el molino Savy. En todo momento ella mantuvo sus ojos clavados en un punto por encima de su rostro. Al llegar al molino Bernardita volvió lentamente en si, dejando el éxtasis. Cuando su madre llegó al molino estaba furiosa, y si no castigó a su hija fue porque las señoras y Antonio la reprendieron. ¡Como se atrevía a enojarse con alguien que era mas un ángel que una niña!. Al atardecer ya toda la población comentaba las maravillas que ocurrían en la gruta de Lourdes, pero a los comentarios se unían las burlas, desprecios e insultos.

Tercera Aparición

Luego de muchas discusiones e intentos de vencer su moral y convicción interior, los padres de Bernardita empezaron a creerle ya que ella jamás había mentido antes y se caracterizaba por su obediencia. Además los convenció la naturalidad con que ella exponía los eventos y sus mas pequeños pormenores. El 18 de febrero una señora y una religiosa deseaban acompañar a Bernardita a la gruta. Fueron con ella primero a la Santa Misa de las 5:30 a.m. y de allí se dirigieron a Massabieille. Bernardita caminaba tan rápido que parecía como si una fuerza superior la empujase hacia allá. Se arrodilló y empezó el rezo del Rosario, lanzó un grito de júbilo al ver al fondo de la gruta a la Señora. Le preguntó si se podían quedar sus dos acompañantes y la Virgen dijo que sí. Ellas también se arrodillaron y se pusieron a rezar mientras encendían una vela bendita. Bernardita le pasó un papel a la Virgen pidiéndole que escribiera cualquier cosa que deseaba comunicarle, a pedido de una de las señoras. La Virgen le dijo entonces:

“Lo que tengo que comunicarte no es necesario escribirlo, hazme únicamente el regalo de venir aquí durante quince días seguidos”.

Bernardita se lo prometió y la Virgen le respondió: “Yo también te prometo hacerte dichosa, no ciertamente en este mundo, sino en el otro” .

La quincena milagrosa

El rumor de las apariciones se esparció rápidamente y una gran multitud acudió a la gruta a partir de entonces.

19 de febrero: Llegó Bernardita a la gruta acompañada de sus padres y un centenar de personas. A partir de este día, iba a todas las apariciones con una vela encendida.

20 de febrero: Alrededor de 500 personas la acompañaban.

21 de febrero: Varios miles de personas llenaban todos los alrededores de la gruta. Hubo un momento en que la aparición parecía hacerse hacia atrás, y como hundirse en el interior de la roca. Para no perderla de vista, Bernardita fue acercándose de rodillas. Observó que la Virgen se había puesto triste. Le preguntó, ¿qué te pasa?, ¿qué puedo hacer?. La Virgen respondió: “Rogad por los pecadores”.

Bernardita era objeto de toda clase de burlas, persecuciones y ofensas. Incluso las autoridades civiles tomaron carta en el asunto. El comisario llegó a recogerla para hacerle un largo examen. Amenazó con llevarla a la cárcel si continuaba yendo a la gruta. Uno de los principales médicos de Lourdes se dedicó a estudiarla, observarla y examinarla. Este llegó a la conclusión que en Bernardita no había ningún signo de alucinación, histeria o escape de la realidad. Dijo así: “Aquí hay un hecho extraordinario, totalmente desconocido a la ciencia y a la medicina”. Sin embargo las persecuciones no terminaron: la policía continuó tratándola indignamente. El Párroco de Lourdes la defendió enérgicamente, pero manteniendo una actitud cauta respecto de la aparición. De hecho no acudía a la gruta como las multitudes del pueblo y de la región si lo hacían. En todo este proceso Bernardita se mantuvo firme pero con humildad, nunca tomando una posición defensiva, ni de ataque contra nadie.

22 de febrero: La Virgen no se le apareció. Todos se burlaban de Bernardita. Ella lloraba pensando que quizás había cometido alguna falta y que por eso la Virgen no se le había aparecido. Pero tenía la firme esperanza de volver a verla. Una de las cosas que mas sorprendía a la gente era ver a una humilde y sencilla pastorcita, carente de adecuada educación, saludar con gracia y dignidad a la Virgen al concluir la aparición. Le preguntaron una vez: “Dime, ¿quién te ha enseñado a hacer tan graciosos saludos?”. “Nadie, contestó, no se como habré saludado, trato de hacerlo como lo hace la Visión y ella me saluda de este modo cuando se marcha.”

23 de febrero: Primera vez que la Virgen formula una orden concreta. Ante diez mil personas la Virgen le da a Bernardita un secreto que solo a ella le concierne y que no puede revelar a nadie. También le enseñó una oración que le hacía repetir, pero que no quiso que la diera a conocer. La Virgen le dijo: “Y ahora, hija mía, ve a decir a los sacerdotes que aquí, en este lugar, debe levantarse un Santuario, y que a él debe venirse en procesión”.

Bernardita se dirigió inmediatamente hacia la Iglesia a darle el mensaje al Párroco. El sacerdote le preguntó el nombre de la Señora, a lo cual Bernardita le respondió que no sabía. Después de escucharla, el párroco le dijo: “Puedes comprender que yo no puedo bastarme de tu solo testimonio. Di a esa gran Señora que se de a conocer; si es la Virgen, que lo manifieste mediante un gran milagro. ¿No dices que se te aparece encima de un rosal silvestre?. Entonces dile de mi parte, que si quiere un Santuario, que haga florecer el rosal”. El sacerdote se mostraba firme y distante en su actitud exterior, pero luego confesó que en su interior sentía una gran emoción y amor al escuchar los relatos de la pequeña niña. Su responsabilidad como pastor lo obligaba a ser cauto y conservador.

24 de febrero: Toda la gente quiso saber que pasaría con el encargo del Párroco y si la Virgen haría el milagro del rosal. Bernardita como siempre llegó a la gruta y se arrodilló, sin poner atención en absoluto a la gente que iba por curiosidad. Le contó a la Virgen lo que el sacerdote le había pedido. La Virgen solo sonrió, sin decir una palabra. Después la mandó a rogar por los pecadores y exclamó tres veces: “¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!”. Le hizo repetir estas palabras y Bernardita lo hacía mientras se arrastraba de rodillas hasta el fondo de la gruta. Ahí le reveló un secreto personal y después desapareció.

Bernardita por humildad no relató todo los detalles, pero los testigos contaron que también se le vio besar la tierra a intervalos. La Virgen le había dicho: “Rogarás por los pecadores…besarás la tierra por la conversión de los pecadores”. Como la Visión retrocedía, Bernardita la seguía de rodillas besando la tierra. Bernardita se volvió hacia los asistentes y les hacía señas de: “Ustedes también besen la tierra”. Desde entonces le fue encomendada a Bernardita la penitencia por los pecadores. Un día la Virgen la mandó a subir y bajar varias veces la gruta de rodillas, la Virgen tenía la cara llena de tristeza. “La Virgen me lo ha mandado por mi y por los demás”, dijo ella.

La fuente de agua milagrosa

Agua de Lourdes

El 25 de febrero María le dijo en la visión: “Hija mía, quiero confiarte solamente para ti el último secreto. Igualmente que los otros dos, no lo revelarás a ninguna persona de este mundo”.

Y ahora -le dijo la Virgen después de un momento de silencio- ve a beber y lavarte los pies a la fuente, y come de la hierba que hay allí. Bernardita miró a su alrededor y no vio ninguna fuente. Pensó entonces que la Virgen la mandaba al canal que pasaba frente a la gruta y se dirigió hacia allá. La Virgen la detuvo y le dijo: “No vayas allá, ve a la fuente que está aquí”. Le señaló hacia el fondo de la gruta. Bernardita subió y, cuando estuvo cerca de la roca, buscó con la vista la fuente no encontrándola, y queriendo obedecer, miró a la Virgen. A una nueva señal Bernardita se inclinó y escarbando la tierra con la mano, pudo hacer en ella un hueco. De repente se humedeció el fondo de aquella pequeña cavidad y viniendo de profundidades desconocidas a través de las rocas, apareció un agua que pronto llenó el hueco que podía contener un vaso de agua. Mezclada con la tierra cenagosa, Bernardita la acercó tres veces a sus labios, no resolviéndose a beberla. Pero venciendo su natural repugnancia al agua sucia, bebió de la misma y se mojó también la cara. Todos empezaron a burlarse de ella y a decir que ahora si se había vuelto loca. Pero, ¡misteriosos designios de Dios!, con su débil mano acababa Bernardita de abrir, sin saberlo, el manantial de las curaciones y de los milagros mas grandes que han conmovido la humanidad desde entonces. Con el paso de los días la gente entendió lo que había ocurrido en la gruta, en su verdadera dimensión. Lo que originalmente les pareció algo extraño y anormal, culminó siendo un regalo inmenso del mismo Dios.

El agua milagrosa de Lourdes ha sido analizada por hábiles químicos: Es un agua virgen, muy pura, un agua natural que carece de toda propiedad térmica. Además tiene la peculiaridad que ninguna bacteria sobrevive en ella. Simboliza la Inmaculada Concepción, en cuyo ser nunca hubo mancha de pecado original ni personal.

26 de febrero: El primer milagro de curación: El buen párroco de Lourdes había pedido una señal, y en vez de la muy pequeña que había pedido, la Virgen acababa de darle una muy grande, y no solo a él, sino a toda la población. Había en Lourdes un pobre obrero de las canteras, llamado Bourriette, quien veinte años antes había tenido el ojo izquierdo horriblemente mutilado por la explosión de una mina. Era un hombre muy honrado y muy cristiano. Mandó a la hija a buscarle agua a la nueva fuente y se puso a orar, y aunque estaba un poco sucia, se frotó el ojo con ella. Comenzó a gritar de alegría. Las negras tinieblas habían desaparecido, no le quedaba mas que una ligera nubecilla, que fue desapareciendo al seguir lavándose. Los médicos habían dicho que él jamás se curaría. Al examinarlo de nuevo no quedó mas remedio que llamarle a lo sucedido por su nombre: milagro. Y lo mas grande era que el milagro había dejado las cicatrices y las lesiones profundas de la herida, pero había devuelto aún así la vista. Muchos milagros siguen sucediendo en Lourdes, por lo que en el santuario hay siempre una multitud de enfermos.

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La primera vela en la gruta de Lourdes: Un día al final de la aparición, Bernardita se acercó a su tía que la acompañaba y le dijo: ¿Quieres darme una vela y permitirme dejarla en la gruta?. Entonces se dirigió hasta el fondo de la gruta y allí la dejó encendida, apoyándola en la roca. Esta vela quizás en su momento fue la única, ahora son millones las que arden constantemente ante la imagen de la Virgen. La vela encendida es un hermoso símbolo: la cera blanca y virgen de la que está formada siempre ha representado la humanidad que Cristo tomó de María, y que unida a la Divinidad es la Luz del mundo. Como la cera de la vela, ésta humanidad sagrada se consumirá delante de Dios en adoración, suplicas y acción de gracias. La luz de la vela, resplandeciente y radiante, simboliza la Divinidad del Hijo de María. La vela encendida representa igualmente al cristiano, que iluminado por la fe debe consumirse delante de Dios como víctima de penitencia y amor.

El 2 de marzo Bernardita fue de nuevo a ver al párroco de Lourdes, recordándole la petición de la Virgen de levantar un Santuario en el lugar de las apariciones. El párroco le contestó que era obra del Obispo quien ya estaba enterado de la petición y sería el encargado de poner por obra el deseo celestial de la Visión.

El 4 de marzo, ultimo día de la quincena y siguiendo su costumbre, Bernardita antes de dirigirse a la gruta asistió a la Santa Misa. Al final de la aparición, tuvo una gran tristeza, la tristeza de la separación. ¿Volvería a ver a la Virgen?. La Virgen siempre generosa, no quiso que terminara el día sin una manifestación de su bondad: un gran milagro, un milagro maternal, coronación de la quincena de apariciones: un niño de dos años estaba ya agonizando, se llamaba Justino. Desde que nació tuvo una fiebre que iba poco a poco desmoronando su vida. Sus padres, ese día, lo creían muerto. La Madre en su desesperación lo tomó y lo llevó a la fuente: el niño no daba señales de vida. La madre lo metió quince minutos en el agua que estaba muy fría. Al llegar a la casa, notó que se oía con normalidad la respiración del niño. Al día siguiente, Justino se despertó con tez fresca y viva, sus ojos llenos de vida, pidiendo comida y sus piernas fortalecidas. Este hecho conmocionó a toda la comarca y pronto a toda Francia y Europa, tres médicos de gran fama certificaron el milagro, llamándolo de primer orden.

Entonces el gobernador de Tarbes, ciudad a la que pertenecía Lourdes, reunió a todos los alcaldes de la zona para dar instrucciones precisas de prohibir de inmediato la asistencia a la gruta de todo ciudadano. Todo fue en vano, cada día acudían mas peregrinos de todas partes. No obstante las persecuciones, las burlas y las injurias, Bernardita continuaba visitando la Gruta. Iba a rezar el Rosario con los peregrinos. Pero la dulce visión no aparecía. Ella ya estaba resignada a no volver a ver a la Virgen.

Yo soy la Inmaculada Concepción

Vigen de Lourdes

El 25 de Marzo fue el día de la gran revelación. En el día de la Anunciación Bernardita se sintió fuertemente movida a ir a la Gruta. Muy contenta obedeció ese llamado en su corazón, y fue inmediatamente. Como era una fecha solemne, los peregrinos tenían la esperanza de que la Virgen se aparecería y cuando llegó Bernardita se asombró de la cantidad de personas que encontró. Fue este día 25, en la historia de las apariciones, un día de gloria. Bernardita volvió a preguntarle a la Señora: “quieres tener la bondad de decirme quien eres y cual es tu nombre?”. La visión resplandecía mas que nunca, sonriendo siempre, y siendo su sonrisa la única respuesta. Bernardita insistió…”¿quieres decirme quien eres?, te lo suplico Señora Mía”. Entonces la Señora apartó su vista de Bernardita, separó sus manos, hizo deslizar en su brazo el Rosario que tenía en sus dedos, levantó a un mismo tiempo sus manos y su cabeza radiante, en tanto que sus manos se juntaron delante del pecho, su cabeza se afirmó y, mas resplandeciente que la luz del sol, dirigida la vista al cielo dijo:

“YO SOY LA INMACULADA CONCEPCIÓN”

Y así desapareció, dejando en Bernardita esta imagen y ese nombre. Bernardita oía por primera vez esas palabras. Mientras se dirigía a la casa parroquial para contarle al párroco (ya que éste le había dado el encargo de preguntar a la visión como se llamaba) iba ella por todo el camino repitiendo “Inmaculada Concepción”, esas palabras tan misteriosas y difíciles para una niña analfabeta. Cuando el párroco oyó el relato de Bernardita, quedó asombrado. ¿Como podía una niña sin ninguna instrucción religiosa saber el dogma que solo unos cuatro años antes había la Iglesia promulgado?. En 1854 el Papa Pío IX había definido el dogma de la Inmaculada Concepción. El sacerdote comprobó definitivamente que Bernardita no se había engañado, era ella, la Virgen Santísima, la soberana Madre de Dios quien se le aparecía en la Gruta. Años después confesó que mucho le costó reprimir la emoción que sintió cuando la niña pronunció esas palabras. Su corazón no podía ya ocultar la maravilla que estaba ante sus ojos. Bernardita también encontró entonces la seguridad de que era la Madre de Dios quien le hablaba, lo que le dio una gran paz y alegría en el corazón.

Este es el mayor misterio de Lourdes, revelado graciosamente por María a Bernardita: Los dogmas de la iglesia son fundamentales para dar firmes cimientos al Cuerpo Místico de Cristo. La iglesia, cuerpo vivo y en permanente evolución desde que Jesús mismo le dio vida, se nutre de las verdades que hacen de María un pilar fundamental de nuestra fe. Inseparable es María de Su Hijo, Jesús. E inseparable es la pureza de la Madre y la Pureza del Hijo. Inmaculada Una, inmaculado El. ¿Cómo podría el Padre haber dado la naturaleza humana a Su Hijo, si no fuera en un Cuerpo y un Alma Inmaculados?. La nueva Arca de la Alianza, María, fue, es y será la más pura obra de la Creación. La nueva Eva que vino a corredimirnos junto a Su Hijo: el Redentor, el nuevo Adán. Jesús y María, unidos indisolublemente en la obra de la Salvación: El sobre Su Trono de Rey, Ella a sus pies, como Su mas perfecta discípula.

5 de Abril: El día lunes de Pascua Bernardita volvió a la gruta, rodeada de una verdadera multitud de personas que oraban con ella. Arrodillada como era su costumbre, tenia en la mano izquierda la vela encendida que le acompañaba en todas las ocasiones y la apoyaba en el suelo. Absorta en la contemplación de la Reina de los Cielos, y mas sabiendo ahora con seguridad que era la Virgen Santísima, levantó sus manos y las dejó caer un poco, sin percatarse que las tenia sobre el extremo de la vela encendida. Entonces la llama comenzó a pasar entre sus dedos y a elevarse por encima de ellos, oscilando de un lado para el otro, según fuera el leve soplo del viento. Los que estaban ahí gritaban: “se quema”. Pero ella permanecía inmóvil. Un médico que estaba cerca de Bernardita sacó el reloj y comprobó que por mas de un cuarto de hora la mano estuvo en medio de la llama, sin hacer ella ningún movimiento. Todos gritaban ¡milagro!. El médico comprobó que la mano de Bernardita estaba ilesa. Después que terminó la aparición: uno de los espectadores aproximó a la mano de Bernardita la llama de la misma vela encendida, y ella exclamó: “¿Oh que quiere usted, quemarme?

La última aparición

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Fue el día 16 de Julio de 1858, día de la Virgen del Carmen. Bernardita, que llevó el escapulario del Carmen toda su vida, se siente de nuevo movida a ir a la gruta, que está cercada, vigilada y prohibida por las autoridades locales. Va acompañada de su tía Basile y unas vecinas. Bajan por praderas contiguas a la gruta, siendo acompañadas por una multitud que al verla no dudó del llamado de María. Se arrodillaron lo mas cerca posible de la gruta pero sin poder llegar a ella.

Bernardita recibe la última visita de la Virgen y diría luego: “Nunca se había aparecido tan gloriosa”. Bernardita había cumplido su misión, con gran amor y valentía ante todos los sufrimientos que tuvo que sobrellevar y ante todos los obstáculos que el Enemigo puso en su camino. Su confesor dijo repetidamente: “La mejor prueba de las apariciones es Bernardita misma, su vida”.

Los ataques del demonio

Se lee en el libro del Génesis que la enemistad entre la mujer y el demonio durará por siempre. Y esto es así porque es María quien vence al mal, con Su Pureza infinita y con Su Inmaculado Corazón. Es que satán simplemente no puede soportar tanta perfección celestial en una criatura. María representa y anticipa la derrota del mal, es la prueba de la santidad a la que se llega por el camino de la humildad, el silencio y la entrega a Dios. Este es el motivo por el que en toda aparición Mariana se producen ataques del maligno, y no fue Lourdes la excepción, ya que durante la cuarta aparición Bernardita escuchó claramente un coro de aullidos que provenían del canal que corre frente a la Gruta. Voces altisonantes, como de fieras que peleaban entre si, voces que le ordenaban que escape de allí. María también escuchó, ya que levantó su mirada en dirección a esas voces. De inmediato estas profirieron profundos gritos y se dieron a la fuga, no escuchando Bernardita más esos sonidos.

Pero antes de que terminen las apariciones hubo otros ataques del maligno: una señora llamada Honorine pasaba por la gruta cuando escuchó gritos y sonidos de bestias peleando dentro de la gruta. Esto le ocurrió también al día siguiente, por lo que la dama huyó aterrorizada y no fue a la gruta por mucho tiempo. También un niño llamado Juan Bautista Estrade sufrió un gran susto: al pasar frente a la gruta se detuvo a rezar por un momento. En ese momento vio que desde la gruta se dirigía hacia él una hermosa dama, que flotaba sobre una nube, pero una nube cuyos colores eran como los de las tormentas. Esta mujer fijó sus ojos en los del niño, que aterrorizado vio que eran enormes y negros. El niño comprendió que era el demonio y huyó. Solo luego de varios días aceptó narrar lo sucedido. Muchos otros eventos de este tipo sucedieron por esos días.

Pensemos por un instante en la gigantesca obra que surgió a partir de la aparición de Lourdes, y cuantas almas fueron rescatadas de las garras del mal a través de las gracias derramadas por la Madre de las Gracias allí. Además, Lourdes es un símbolo de pureza, de la Inmaculada Concepción, de principio a fin. Es a partir de estos simples pensamientos que comprendemos cuanto daño le hizo a los planes del príncipe de la mentira lo que ocurrió en la gruta de Massabieille. Por supuesto, quiso arrebatar de las manos de María semejante logro, más nada puede hacer él frente a la Reina del Cielo. ¡Con su calcañal Ella aplasta su cabeza

El mensaje de la Madre de Dios en Lourdes

El Mensaje que la Santísima Virgen dio en Lourdes, Francia, en 1858, puede resumirse así:

1. Es un agradecimiento del Cielo por la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, que se había declarado cuatro años antes (1854), al mismo tiempo que así se presenta Ella misma como Madre y modelo de pureza para el mundo que está necesitado de ésta virtud.

2. Es una exaltación a las virtudes de la pobreza y humildad aceptadas cristianamente, al escoger a Bernardita como instrumento de su mensaje.

3. Un mensaje importantísimo en Lourdes es el de la Cruz. La Santísima Virgen le repite que lo importante es ser feliz en la otra vida, aunque para ello sea preciso aceptar la Cruz.

4. La importancia de la oración, del rezo del Santo Rosario, de la penitencia y humildad (besando el suelo como señal de ello). También un mensaje de misericordia infinita para los pecadores y la importancia del cuidado de los enfermos.

Bernardita después de las apariciones

Santa Bernardita

La humilde jovencita escogida para tan gran misión permaneció después de las apariciones como era antes, es decir la Virgen se encargó de conservarla sencilla, humilde y modesta. A ella no le gustaban el bullicio ni la popularidad. Pasaba como una más, excepto por sus virtudes, por su inocencia, su candor y rectitud en su obrar. Hizo su primera comunión el mismo año de 1858, el 3 de junio, día de Corpus Christi. Nada espectacular sucedió excepto que ella había piadosamente recibido a Jesús. Dios seguía visitándola, no con brillantes apariciones, sino por la prueba amarga de los sufrimientos: de la incomprensión, burla, casi siempre estaba enferma, soportaba dolores de toda clase, recogida y resignada con paciencia. Sufría de asma crónica, tuberculosis, vómitos de sangre, aneurisma, gastralgia, tumor de una rodilla, caries en los huesos, abscesos en los oídos que le ocasionaron sordera, pero ésta se le curó un poco antes de su muerte.

La Virgen le dijo a Bernardita: “No te prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el próximo”. Y estas palabras de la Virgen se cumplieron plenamente en nuestra santa. Mucho tuvo que sufrir durante su vida hasta su muerte a los 35 años. La salud de Bernardita era muy delicada, muchas veces tenía que estar en cama con fiebre. Tenía días críticos con ataques de asma que muchas veces eran tremendamente dolorosos. Muchos encontraban cura a sus enfermedades en la fuente de Lourdes, pero no Bernardita. Un día le preguntaron: “¿No tomas del agua de la fuente?. Estas aguas han curado a otros, ¿por qué no a ti?. Esta pregunta insidiosa pudo haberse convertido en una tentación para Bernardita en no creer en la aparición, pero ella no se turbó. Le respondió: “La Virgen Santísima quizás desea que yo sufra. Lo necesito”. ¿Porqué tu más que otros?. “El buen Dios solo lo sabe”. ¿Regresas algunas veces a la gruta?. “Cuando el Párroco me lo permite”. ¿Porqué no te lo permite todo el tiempo?. “Porque todos me seguirían”. Antes habías ido aún cuando se te había prohibido. “Eso fue porque fui presionada.” La Virgen Santísima te dijo que serías feliz en el otro mundo, así que estas segura de ir al cielo. “Oh no, eso será sólo si obro bien”. ¿Y no te dijo Ella que hacer para ir al cielo?. “Nosotros lo sabemos muy bien, no es necesario que yo lo diga”.

Su últimos años en Lourdes

Bernardita no podía recibir en su casa el cuidado que ella necesitaba para su frágil salud y el gran número de visitantes curiosos le causaban fatiga. Viendo esta necesidad, Abbé Peyramale (el párroco de Lourdes) pidió a la Superiora del Hospicio de Lourdes que acogiera a la niña. Le dijo: “Es con ustedes que la niña debe estar. Ustedes pueden darle el cuidado que ella necesita en todos los aspectos”. En el año 1860, las Hermanas de la Caridad de Nevers, que servían el hospital y la escuela, le ofrecieron un asilo titular. Desde aquel día permaneció bajo su techo, con su salud delicada, pero con su consigna de siempre: no llamar la atención de nadie. Aún cuando sus padres ya se habían mudado del calabozo y vivían en un molino, le dieron permiso para permanecer con las hermanas. Su madre lloró por su partida pero sabía que era por el bienestar de la niña.

Sin ser brillante, Bernardita adquirió entonces gran cantidad de conocimiento elemental. En su tiempo en el hospicio permaneció siendo una niña de su edad. Era recta, sincera, piadosa pero traviesa, muy vivaz, a quien le encantaba reír, jugar y bromear. Muchas veces la ponían a cuidar niños más pequeños, como era la costumbre en las escuelas elementales y Bernardita se mostraba tan joven y juguetona como la más pequeña niña.

Al crecer, Bernardita tuvo como toda joven sus momentos de vanidad, queriendo estar arreglada y lucir bien. Pero todas estas vanidades pasaron por ella rápidamente y sin dejar ningún rastro en su corazón. Decía la Hermana Victorina: “La fiebre pasó rápidamente y no dañó su profunda piedad”.

La vocación religiosa

Santa Bernardita Religiosa

La Virgen Santísima le dio una gracia especial al llamarla a la vida religiosa. Parece que nunca Bernardita consideró en serio el matrimonio. A los 19 o 20 años, en 1863, la vocación de ser religiosa se le presentó claramente. Había considerado vagamente ser carmelita, pero no fue difícil hacerle comprender que su salud era muy delicada para enfrentar los rigores del Carmelo. Fue el Obispo Forcade de Nevers, que tenía en su diócesis la Casa Madre de las Hermanas de la Caridad del hospicio y la escuela de Lourdes, quien contribuyó definitivamente en su orientación. El le preguntó cuáles eran sus intenciones para el futuro y ella le respondió: “Señor Obispo, todo lo que pido es quedarme en esta casa como una sierva”.

Pero hija mía, ¿no has pensado en llegar a ser una religiosa como las hermanas a las que tan apegada estás?. “Oh, Señor Obispo, nunca he creído que esto pudiese ser para una ignorante y pobre niña como yo. Usted sabe bien que soy pobre y no tendría la dote necesaria”. No es la pobreza lo que debe detenerte. Se puede hacer una excepción a la regla y recibir a una joven sin dote, si ella tiene signos claros de vocación”. “Señor Obispo, sus palabras me han tocado profundamente, le prometo que pensaré en ellas”.

Habiendo hecho su elección, más ataques de enfermedad y la necesidad de intentar varios tratamientos médicos retardaron la puesta en práctica de su promesa. En 1866 escribió: “Estoy mas presionada que nunca a dejar el mundo en ingresar al convento. Ahora lo he decidido definitivamente y espero dejarlo pronto”. Por fin llegó el gran día a comienzos de Julio de 1866, tenía 22 años de edad. Por última vez fue a la amada gruta donde su despedida fue de todo corazón. “¿Ven la gruta?, era mi Cielo en la tierra”. Al día siguiente se despidió de su familia y el 4 de Julio de 1866 Bernardita dejó su pueblo natal para nunca más volver.

La Hermana María Bernarda (Marie Bernard)

Ni la superiora, la hermana Josefina Imbert, ni la maestra de novicias Madre María Teresa Vausou, entendían el tesoro que se les había confiado. Sí, admitían que la Virgen se le apareció, pero la veían tan “ordinaria” que tenían dificultad en ver santidad en ella. Su idea de santidad aparentemente era diferente a la de la Iglesia. En el proceso de Beatificación, el Reverendo Peach les dijo a sus estudiantes: “El testimonio llegó a esto: que Bernardita era muy ordinaria. Pero cuando se les preguntó si ella era fiel a las reglas, si tenía que ser corregida por desobediencia o en referencia a la pobreza y castidad, todas se apresuraron a decir: “Oh no, nada de eso”.”

¿Por qué sus superioras la juzgaban tan mal?, solo se puede encontrar respuesta en que era parte de la Providencia Divina para la santificación de Bernardita. De manera particular la Maestra de Novicias, Madre María Teresa Vauzou, quién fue la causante de muchos sufrimientos espirituales de Bernardita durante los 13 años que vivió en el convento. La Madre María, quien era estimada por su ojo agudo y su penetración psicológica, nunca fue capaz de leer en esta alma límpida su íntima unión con Dios, ni tampoco su total abandono a los deseos de la Divina Voluntad, la cual formaba su vida interior. Bernardita, sin haber estudiado sobre las formas de oración, pasaba horas en ella, recitando su Rosario con gran fervor. Vivía en unión perpetua con la Virgen Santísima y a través de Ella con Jesucristo. “Bernardita estaba totalmente perdida en Dios”. Al recibir el hábito de postulante recibió su nombre de religiosa el cual sería su mismo nombre bautismal, Sor María Bernarda.

Tres semanas después de haber recibido el hábito, Bernardita enfermó de gravedad con un nuevo ataque de tuberculosis y tuvo que ser puesta en la enfermería. Esta crisis de sofocación asmática y de tos fue tan seria que el médico pensaba que su muerte era inminente. La Madre Superiora llamó al Obispo y este le administró el Sacramento de Extrema Unción, pero ella no pudo recibir el Viático porque constantemente estaba vomitando sangre. Pensando que Bernardita estaba a punto de morir, la Madre Superiora quiso darle el consuelo de pronunciar sus votos. Habló con el Obispo, y la comunidad dio su aprobación unánime. Sabiendo lo que iban a hacer, Bernardita respondió con una sonrisa de agradecimiento. Fue el Obispo Forcade quien presidió la ceremonia. Bernardita dio su consentimiento por medio de signos ya que no podía hablar. Entonces le fue dado el velo de profesa. Se pensaba que estaba a punto de morir, pero Bernardita siempre ponía su salud en las manos de la Virgen.

La nueva religiosa se durmió y se despertó a la mañana siguiente en un estado de felicidad que ella declaró a su Superiora: “Mi Reverenda Madre, usted me hizo hacer la profesión religiosa porque pensaba que iba a morir. Bueno, mire no voy a morir”. La Madre Superiora entonces le respondió: “Tonta, tú sabías que no ibas a morir y no nos lo dijiste. En este caso, si no has muerto para mañana en la mañana, te quitaré el velo”. Y la hermana María Bernarda, con admirable sumisión heroica, le respondió simplemente: “Como usted desee, reverenda Madre”. Y a pesar del dolor que esto le causaba, supo aceptar este cáliz que el Señor le enviaba.

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Durante su noviciado, Bernardita fue tratada más severamente y quizás más cruelmente que las otras novicias. Sus compañeras decían: “No es bueno ser Bernardita”. Pero ella lo aceptaba todo y veía en ello la mano de Dios. Bernardita profesó el 30 de octubre de 1867 con el nombre de Sor María Bernarda, cuando tenía 23 años de edad. Sin embargo, la felicidad de ese momento fue teñida por una ruda humillación. Cuando llegó el momento de distribuir a las nuevas profesas los trabajos, la Madre Superiora respondió a la pregunta del Obispo: “¿Y la hermana María Bernarda?, “Oh, Señor Obispo, no sabemos que hacer. Ella no es buena para nada”. Y prosiguió: “Si desea, Señor Obispo, podemos tratar de usarla ayudando en la enfermería”. A lo cual el Obispo consintió. La hermana María Bernarda recibió el dolor de esta humillación en su corazón, pero no protestó, ni lloró, simplemente aceptó el cáliz.

Muchas tribulaciones tuvo que pasar; humillaciones, grandes y pequeñas se apilaban sobre ella, y ella decía: “Cuando la emoción es demasiado fuerte, recuerdo las palabras de nuestro Señor, “Soy Yo, no tengan miedo”. “Ante el rechazo y humillaciones de mis Superioras y compañeras inmediatamente agradezco a nuestro Señor por esta gran gracia. Es el amor de este Buen Maestro el que hará desaparecer el árbol del orgullo en sus malas raíces. Mientras más pequeña me hago, más crezco en el Corazón de Jesús.”

A Bernardita se le concedió un gran regalo al comienzo de 1874. Había sido asistente de enfermería, un trabajo que amaba mucho, pero sus fuerzas se diminuían. Después de un ataque de bronquitis en el otoño de 1873, por el cual tuvo que ir al hospital, se determinó que estaba muy débil para seguir ayudando en la enfermería y se le dio el trabajo de menos esfuerzo físico en el Convento, el cual era al mismo tiempo el más importante, y el cual ella amó mucho más que el de ayudante de enfermería: la nombraron asistente de sacristán. Su nueva posición le daba la oportunidad de pasar mucho tiempo en la capilla, cerca del Santísimo Sacramento. Estaba casi sin supervisión, lo que le permitía hablarle al Señor en el Tabernáculo, sin que nadie pensara que ella era extraña. Manejaba todos los artículos sagrados con gran reverencia. El corporal, los purificadores y las albas los trataba consciente que Jesús Encarnado los había tocado durante el Sacrificio de la Eucaristía. Por eso no permitía que nadie le ayudase en este ministerio.

Pero este regalo no duró por mucho tiempo, ya que su salud constantemente empeoraba. A partir de 1877 no es más que una inválida. Se le provee cuidado lo más posible y ella obedece todas las prescripciones. Pronunció sus votos perpetuos el 22 de septiembre de 1878, en un tiempo en que se sentía mejor. Pero no duró mucho. Al siguiente 11 de diciembre retornó a la enfermería, para nunca más salir. Sus últimos meses fueron muy difíciles, haciéndole pasar por la noche oscura del alma. Perdió confianza, la paz del corazón y la certeza del Cielo. Fue tentada al desánimo y desesperación. Pensaba que era indigna de la salvación. Este fue su cáliz más amargo y su sufrimiento mayor.

También sufría mucho físicamente. La cama le causó tener la espalda repleta de llagas. Su pierna tuberculosa se le reventó. Desarrolló abscesos en los oídos, los que la hicieron prácticamente sorda por un tiempo. Si no hubieran sido tan evidentes sus síntomas, nadie hubiese sospechado que estaba enferma. Su actitud tan serena y gozosa no manifestaba el profundo sufrimiento que padecía. No perdió su fortaleza y su aceptación. A una hermana que le dijo que iba a orar para que el Señor le mandara consolación, ella le respondió: “No, no, no consolación, solo fortaleza y paciencia”. Bernardita padeció su pasión durante la Semana Santa de 1879. El día 16 de Abril de 1879 rogó a las religiosas que la asistían que rezaran el Rosario, siguiéndolo ella con gran fervor. Al acabar un Ave María, sonrió como si se encontrara de nuevo con la Virgen de la Gruta y murió. Eran las 3:15 PM. Sus últimas palabras fueron la conclusión del Ave María: “Santa María, Madre de Dios, ruega por mí pobre pecadora….pecadora…”.

Santa Bernardita

Santa Bernardita 2

Pocos años pasaron desde el fin de las apariciones para que la iglesia abra el proceso de investigación de las apariciones de la gruta de Massabieille. Se convoco a teólogos y médicos, geólogos y científicos. No sólo se investigó a la propia Bernardita, sino también el origen de la fuente de agua que surgió en la gruta. Pero el determinante fue el abrumador numero de testimonios de conversiones, milagros de sanación y gracias que las multitudes recibieron. Se aprobó la aparición dándose libre acceso a la devoción de la virgen en Lourdes a las multitudes que acudían a la gruta, al Santuario que se abrió allí, al agua que surgía de la fuente y que curaba a muchos enfermos. Atrás quedaron los años iniciales de persecución, donde la policía prohibía el acceso y perseguía a Bernardita, llegando incluso a intentar encarcelarla. Lourdes se fue transformando en un punto de espiritualidad Mariana que derramaba sus Gracias por el mundo entero, reproduciendo el amor por María entre sus hijos. Y como continuación de la obra del Cielo allí, Bernardita dio testimonio de una vida de santidad oculta, pero que salió a la luz con el paso de los años, como ocurre con las maravillas del Señor: ocultas y pequeñas en un inicio, esplendorosas cuando salen a la luz.

Bernardita fue finalmente Canonizada el 8 de Diciembre de 1933 ante el amor y la alegría de todo un pueblo. Celebramos su fiesta el día en que partió a la casa del Padre, el 16 de Abril. Lourdes se ha convertido en el santuario Mariano mas visitado de Europa y el segundo en el mundo, después del Santuario de la Virgen de Guadalupe en México. Infinidad de enfermos han sido sanados en las aguas milagrosas de Lourdes, pero el mayor milagro siguen siendo las muchísimas conversiones del corazón.

El cuerpo incorrupto de Bernardita

Santa Bernardita cuerpo incorrupto

Después de su muerte, su cuerpo fue puesto en la pequeña Capilla Gótica, situada en el centro del jardín del Convento y la que estaba dedicada a San José. Fue en esta Capilla en la que, después de 30 años, en Septiembre 22 de 1909 reconocieron el cuerpo, en vista al proceso de Beatificación diocesano. El cuerpo fue hallado en perfecto estado de preservación. Su piel dura, pero intacta, mantuvo su color. Hubo un segundo reconocimiento en Abril 18, 1925, poco antes de su Beatificación el 12 de Junio de 1925. (ver Santos Cuerpos Incorruptos)

De este modo, dos veces se abrió el féretro de Bernardita durante su proceso de Beatificación y Canonización, después de décadas de su muerte. Y en ambas oportunidades se encontró su cuerpo totalmente incorrupto pese al paso de los años. Esta señal de Dios, un milagro ante nosotros, testimonia la santidad que ella tuvo en vida y que le mereció entrar al Reino de Dios de la mano de su amada Madre Celestial.

Su cuerpo, aún incorrupto en la actualidad, está expuesto en una urna de cristal en el convento de San Gildard, en Nevers, Francia. Miremos el rostro resplandeciente, pleno de felicidad, de Bernardita. Ella nos muestra con que alegría se llega al final de la vida, cuanto se tiene la seguridad plena de estar entrando en la Patria Celestial

¡Santa Bernardita, ruega por nosotros!

Oración a la Virgen de Lourdes

“Santísima Virgen de Lourdes, que a ninguno desamparas ni desechas, mírame con ojos de piedad y alcánzame de tu Hijo perdón de mis pecados para que con devoto afecto celebre tu Santa e Inmaculada Concepción, en tu milagrosa imagen de Lourdes y reciba después el galardón de la bienaventuranza del mismo de quien eres Madre. Amén.”

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Los cinco últimos milagros reconocidos por la Iglesia en Lourdes https://www.reinadelcielo.org/los-cinco-ultimos-milagros-reconocidos-por-la-iglesia-en-lourdes/ Fri, 09 Feb 2024 12:20:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=26305 ]]> El 11 de febrero la Iglesia celebra la festividad de la Virgen de Lourdes, día que se conmemora cuando, en 1858, María se aparecía por primera vez en la cueva de Massabielle a una jovencita Bernardette Soubirous.

La que a día de hoy es una de las mayores advocaciones marianas del mundo está muy vinculada a los enfermos y a las curaciones físicas y espirituales. De hecho, la primera de ellas se produjo el 1 de marzo de 1858 cuando Catherine Latapie sumergió su brazo herido en el manantial y quedó sanado.

Desde entonces millones de personas han peregrinado hasta Lourdes, y sin contar este extraño tiempo de pandemia, hasta seis millones de personas visitan cada año el santuario, entre ellos decenas de miles de enfermos.

La Iglesia Católica ha reconocido un total de 70 milagros y casi 7.200 curaciones inexplicables, siempre desde una exhaustiva investigación científica. De hecho, en Lourdes hay una Oficina Médica encargada de estudiar estas sanaciones y para ello utilizan 7 exigentes criterios.

Desde 1999 a 2018, en dos décadas, se han reconocido los últimos cinco milagros producidos en Lourdes, donde la tecnología y la ciencia avanzada han debido rendirse ante la evidencia.

Estos son los últimos cinco milagros, que tienen como protagonistas a dos franceses y tres italianos:

Jean-Pierre Bély, milagro tras recibir la Unción de enfermos

Este hombre de 51 años sufría esclerosis múltiple y llevaba ya dos años en silla de ruedas cuando llegó a Lourdes el 9 de octubre de 1987. Si bien había perdido su capacidad de andar, después de haber recibido el sacramento de los enfermos se dio cuenta de que podía volver a mover los brazos y las piernas.

Jean-Pierre Bély decía que adquirió una fuerza espiritual desconocida en él cuando recibió los tres sacramentos de sanación de la Iglesia: la Reconciliación, la Eucaristía y la Unción de enfermos. Aseguraba que esta energía recibida se difuminó por todo su organismo provocando su curación instantánea. Se liberó en el acto de dolencias que sufría desde los 16 años.

Fue sólo después de once años de investigación que su curación fue reconocida como “correspondiente a un hecho inusual e inexplicable” y declarado milagro el 9 de febrero de 1999.

Anna Santaniello, la mujer que salió andando de la piscina

Esta mujer italiana de 41 años llegó a Lourdes el 19 de agosto de 1952 víctima de una descompensación cardíaca por enfermedad mitral, consecuencia de una artritis reumatoide aguda, y a quien los médicos no veían cura.

Esta malformación le impedía caminar y hablar claramente. Asimismo, le causaba cianosis en la cara y edemas en las extremidades inferiores. Según dijo al diario de «La Città» de Salerno, “ya casi no lograba respirar y le dije a mi hermano que mi último deseo era ir a Lourdes”, a donde llegó “viva aunque en camilla”.

Conducida a las piscinas en camilla, salió por su propio pie: “el agua estaba helada, pero sentí inmediatamente algo que hervía en el pecho, como si me hubieran restituido la vida. Después de pocos segundos, me levanté con mis propias fuerzas y comencé a caminar, rechazando la ayuda de los camilleros, que me miraban con incredulidad”. El 21 de septiembre de 2005 su curación fue declarada “milagrosa” por la Iglesia.

Hermana Luigina Traverso, la monja que sintió “un calor fuerte”

La monja italiana tenía 30 años cuando en julio de 1965 llegó a Lourdes por primera vez. Afectada por una parálisis de la pierna izquierda, participó en las celebraciones tumbada en una camilla. El quinto día de la peregrinación, durante la adoración, sintió un fuerte calor que la invitó a enderezarse. Inmediatamente pudo mover los miembros inferiores paralizados y el dolor desapareció.

Reconocido como milagro 11 de octubre de 2012, esta salesiana aún vive en su monasterio.

Danila Castelli, milagro en las piscinas

La italiana Danila Castelli tenía 35 años y cuatro hijos. Se le diagnosticó un cáncer extraordinariamente virulento que le producía tumores en cualquier parte del cuerpo. Sufrió ocho operaciones y vivía atiborrada a pastillas para soportar los dolores.

En 1989 los médicos se rindieron y le aconsejaron buscar tranquilidad para sus últimos días. Fue con su marido a Lourdes, no buscando un milagro (ya habían ido otras veces con la esperanza de la curación) sino para estar ante la Virgen en un último “viaje de novios”. Iba a morir con 43 años: quería pedir a la Virgen “que Ella estuviese siempre cerca de mis hijos”. Pero tras formular su oración, de inmediato se sintió tan aliviada que el dolor desapareció. Y toda la enfermedad.

Hermana Bernadette Moriau, invitada a quitarse los dispositivos

Esta francesa, religiosa de Bresles (Oise), se curó a los 69 años, el 11 de julio de 2008 tras padecer una patología en la llamada cola de caballo o cauda equina, agrupación nerviosa en el extremo de la médula espinal fundamental para la movilidad de las extremidades inferiores y la funcionalidad de los órganos pélvicos. Fue operada cuatro veces de la columna vertebral y se veía obligada a tomar morfina para el dolor.

Rezando en la capilla de su comunidad pocos días después de una peregrinación diocesana a Lourdes, revive en su corazón un momento fuerte vivido en la Basílica de San Pío X durante el sacramento de los enfermos: luego se siente invitada a quitarse el corsé y la férula que ha usado durante casi veinte años, y descubre que su pie ha vuelto a su posición normal. Después de los exámenes médicos, su curación fue reconocida como el 11 de febrero de 2018, precisamente día de la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes.

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Fuente: Religión en Libertad


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«Si se conoce a Bernadette, es imposible no enamorarse de ella y no pensar en el Paraíso» https://www.reinadelcielo.org/si-se-conoce-a-bernadette-es-imposible-no-enamorarse-de-ella-y-no-pensar-en-el-paraiso/ Fri, 21 Apr 2023 00:51:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=22162 Hace unos días ha llegado a Orio al Serio (Bergamo), una reliquia de Bernadette Soubirous, que en los próximos meses recorrerá treinta y cuatro diócesis italianas. Pues bien, ¿qué es lo que nos quiere decir hoy esta extraordinaria santa? Se lo ha preguntado Costanza Signorelli a Vittorio Messori en una entrevista de La Nuova Bussola Quotidiana, que nos revela por qué el mensaje de la Virgen de Lourdes es más actual que nunca:

Como el Cielo, o como un espacio sin límites ni obstáculos: así fue Bernadette Soubirous para la Virgen. Fue su pedazo de Cielo en la tierra, donde Ella pudo moverse en total libertad con el fin de llevar a cabo su plan de Salvación por las almas y el mundo entero. Tal vez fue por esto que, con la pequeña santa de Lourdes, “la Señora” se sintió como si estuviera en casa.

Además, “si se conoce a Bernadette, es imposible no enamorarse de ella y no pensar en el Paraíso”, afirma Vittorio Messori que, en relación a las dieciocho apariciones de la Santa Virgen en Lourdes, ha escrito uno de los ensayos más completos que se han publicado nunca en materia. Es más: Messori sigue siendo, por propia admisión, uno de los más fervientes devotos del Santuario mariano y, también, de la “pequeña analfabeta sobre cuyos hombros pesa toda la verdad de este acontecimiento sobrenatural». 

Por todo esto, le hemos pedido que nos hable de esta extraordinaria Santa, en vista de que su reliquia -una costilla de su cuerpo incorrupto- recorrerá nuestro país.

– ¿Qué quiere decirnos, hoy, Bernadette?

– Le respondo con una anécdota. Cuando, en plena noche, Bernadette llegó al convento de Nevers, donde vivió encerrada hasta el final de sus días, elevó la mirada al cielo y dijo: “He venido aquí a esconderme, la Santa Virgen se ha servido de mí y después me ha puesto, justamente, en mi lugar y yo soy feliz por ello”. Después de años de clausura, un día le propusieron a Bernadette volver durante un tiempo a su amada Lourdes. Rápidamente respondió: “No volveré nunca. Yo no soy importante, sólo la Señora es importante, por eso no quiero quitarle la luz a la Señora, ni siquiera por un día. Mi lugar está aquí, no entre la multitud“. Por eso no sé si a Bernadette le gustará que una parte de su cuerpo incorrupto esté dando vueltas. Sin embargo, ciertamente estará contentísima si esto sirve para atraer toda la atención posible sobre la Virgen de Lourdes y sus mensajes. Por lo demás, a Bernadette lo único que le gustaría es desaparecer.

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-¿Se puede decir que este permanecer en la sombra fue uno de los signos más grandes de su santidad?

– Ocultarse fue, sin duda, uno de los caracteres principales de la santidad de Bernadette. Decía que ella sólo era un instrumento, “la escoba que ha utilizado la Virgen para, después, ocultarme detrás de la puerta”, y ni tan siquiera comprendía por qué había sido elegida una persona como ella. Bernadette, una vez dicho lo que le habían pedido que dijera, habría querido callar para siempre. De hecho, en Nevers obtuvo la garantía de que no habría vuelto a hablar de Lourdes. El día después de su llegada al convento, la superiora reunió a todas las monjas del monasterio y de los pueblos cercanos; la santa entonces contó su encuentro con la Virgen de Lourdes, tras lo cual todos fueron obligados a permanecer en silencio, con gran alivio por su parte. A pesar de que muchos iban a Nevers para verla, Bernadette recibía, obligada por las monjas, sólo a los obispos. Y a sus preguntas, sólo repetía: “Haced referencia a las cosas que he dicho en cuanto las he escuchado”. Mantuvo esta voluntad de ocultación incluso después de su muerte.

– ¿Qué quiere decir?

-Todo el que entre en la iglesia del convento de Nevers, no verá enseguida a Bernadette. De hecho, sólo buscándola podrá ver su cuerpo incorrupto, en un altar lateral: “Si realmente me queréis enterrar en la iglesia, dijo poco antes de morir, ponedme en un lugar escondido”. Y ciertamente no está contenta con la urna en la que la han puesto, demasiado lujosa para ella.    

– Pasemos al mensaje de Lourdes. Lo primero que la Virgen le dijo a Bernadette fue: “No te prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el otro…”.

-Y así fue. Bernadette pasó su vida en el dolor físico. Murió con 35 años, entre grandes sufrimientos, pero nunca se quejó. Nunca buscó el dolor, desde luego no era masoquista, pero siempre lo aceptó y acogió. En una ocasión, en los últimos momentos de su vida, en los que le costaba tanto respirar, se le escapó decir: “Me gustaría que alguien me abriera el pecho para poder respirar mejor”. Se arrepintió inmediatamente porque pensó que se había quejado. Otro día, que transcurrió por enésima vez en la enfermería, Bernadette dijo: “Mi oficio es estar enferma”. Bernadette vivió en la fe verdadera, es decir, aceptó siempre y voluntariamente todo lo que el Cielo le pedía, sin pedir nunca ni más ni menos.

-Volviendo a la aparición: la Virgen habló de la Vida eterna -el “otro  mundo”- como promesa de felicidad…

-Un día, una hermana le dijo a Bernadette: “Sufres mucho, pero de todas formas estás segura de que irás al Paraíso, porque la Santísima Virgen te lo prometió”. Bernadette, que había ocasiones en los que sabía ser severa, respondió secamente: “¿El Paraíso?”, ya que no estaba segura de merecérselo. Esto demuestra con qué conciencia de la Vida eterna vivió Bernadette cada día en este tierra.

-A menudo se considera que Lourdes es un lugar de sanación física; sin embargo, en realidad la Virgen no habló nunca de “enfermos o enfermedades” del cuerpo…

-La Virgen ha venido para ayudarnos a sanar en el espíritu. Lourdes, en su esencia, no es una clínica del cuerpo, sino una clínica del espíritu. La misma Bernadette no pidió nunca la curación física, sino que pedía sin cesar la de su alma. Sin embargo, una cosa tiene que quedar clara: las curaciones físicas concedida por el Cielo son valiosas y son la prueba material de la veracidad de estas apariciones marianas. Además, hay que decir que Lourdes es el único santuario en el mundo que tiene un dispensario medico en su interior, donde se han verificado muchos milagros. A pesar de lo cual, es necesario subrayar que la Virgen, en sus dieciocho apariciones, habló de pecado, de penitencia como reparación al mal espiritual, y nunca habló de enfermedad y curación física. A este respecto, es muy significativo lo que le sucede al cuerpo de Bernadette después de su muerte.

– ¿Qué sucedió?

– Cuando murió en 1879, a los 35 años de edad, parecía que tenía más de 70 de lo consumido que estaba su cuerpo a causa de los males que lo habían destrozado. Pues bien, no sólo la muerte no consiguió nunca corromper su cuerpo, sino que lo transformó, haciendo que fuera bellísima. Las monjas ancianas que habían vivido con ella y asistieron a la exhumación de su cuerpo, se quedaron asombradas porque vieron con sus ojos que la muerte la había transfigurado. Dos de ellas se desmayaron por la emoción.

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– Volvamos a las palabras que la “Señora” profirió durante las apariciones. El miércoles 24 de febrero de 1858 dijo: “Penitencia, penitencia, penitencia. Reza por la conversión de los pecadores”. ¿Qué significaba “hacer penitencia” para Bernadette?

– El Papa Bergoglio ha dicho en varias ocasiones que quiere que la Iglesia sea como un hospital de campaña. Pues bien, Lourdes es exactamente un hospital, pero (¡no lo olvidemos!), sobre todo y en primer lugar para las enfermedades espirituales. La Virgen, en Lourdes, vino para ayudarnos en el espíritu, para curar el alma. Entonces, esta “penitencia” invocada tres veces sirve para recordarnos esto precisamente: tenemos que rezar mucho, tenemos que alejarnos con firmeza del pecado y tenemos que cuidar los bienes del espíritu. Hoy existe la peligrosa tendencia a concebir la Iglesia como una realidad horizontal y no vertical; se quiere reducirla a una ONG, es decir, a una organización comprometida en sanar los males materiales del mundo. Pues bien, la Virgen, en Lourdes, a través de Bernadette nos recuerda que la misión principal de la Iglesia es conducirnos a la Vida eterna. Las obras de caridad materiales son necesarias y valiosas, pero sólo si son una consecuencia de la fe.

– Una última pregunta: ¿por qué, entre todas las apariciones marianas, la que está más cerca de su corazón es precisamente Lourdes, y santa Bernadette?

– Nací el 16 de abril, que es precisamente el día en que Bernadette nació al cielo. También es el cumpleaños del papa emérito, Joseph Ratzinger, con el que siempre nos hemos alegrado de haber nacido el mismo día que la santa de Lourdes. Pero, aparte de estas anécdotas, lo que siempre me ha atraído de Lourdes es esta evidencia, que se impone: los planes de Dios no son los de los hombres. Pensemos en esto: cuando nosotros, los hombres, queremos anunciar algo verdaderamente importante, elegimos al personaje más cotizado, más conocido, con más títulos. Al contrario, cuando María ha querido hablarnos, ha elegido de verdad a la última entre los últimos: no había ninguna más ignorante, más enferma, más pequeña, más ignorada, menos apreciada, más sospechada: su padre había sido denunciado por hurto, su madre tenía fama de borracha. Ella misma, en sus oraciones a la Virgen, dijo: “Si hubiera habido en la tierra una niña más ignorante y estúpida, Tú habrías elegido a esa”. Conociéndola de verdad, es imposible no enamorarse de ella: en Bernadette vive el Evangelio en estado puro. Es la más pobre, pero a la que se le da todo lo que importa. Yo veo en Bernadette la realización más radical del Evangelio. Por esto, cada noche le pido que interceda por todos nosotros.

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Traducido por Elena Faccia Serrano.
Fuente: Religión en Libertad


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Huía de su vocación, pero la pandemia hizo que se reencontrara con Jesús https://www.reinadelcielo.org/huia-de-su-vocacion-pero-la-pandemia-hizo-que-se-reencontrara-con-jesus/ Fri, 07 May 2021 19:11:52 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=25639 La pandemia que está asolando todos los rincones del mundo también afecta al terreno religioso, y son abundantes los casos de jóvenes de la “Generación Covid” que han encontrado su vocación a lo largo de los últimos meses.

Es el caso de Genevieve Gignoux, una joven de Phoenix (Arizona) que con 18 años se preparaba para comenzar sus estudios en la universidad cuando supo que “Dios tenía otros planes”. “No sé donde estaría ahora de no ser por el Covid”, cuenta a Clarifying Catholicism mientras se prepara para ingresar en las Hermanas Dominicas de María Madre de la Eucaristía.

Una infancia cerca de la fe

Genevieve creció en una familia profundamente católica. “Ir a misa y rezar juntos me ayudó a abrazar personalmente la fe”. También influyeron “mis padres, que siempre han sido un ejemplo de amor y entrega, y nos enviaban a mis hermanas y a mí a eventos organizados por religiosas” desde la infancia.

La joven valora como una bendición haber recibido una educación católica. “Tuve la suerte de asistir a Sant Mary´s Catholic High School, donde encontré amigos católicos y profundicé en la fe con los sacramentos y la doctrina que nos enseñaban”, cuenta.

Unas monjas “nos daban clase de teología y nos contaban sus historias de vocación”. Esto impactó a Genevieve, que sintió “una profunda convicción de que necesitaba encontrar” la suya, “y comencé a rezar para conocer la voluntad de Dios”.

“Nunca más feliz” que rezando en Lourdes

Ver a su hermana mayor encontrarse con el Señor y discernir su vocación motivó aún más la inquietud de la estudiante. “Su sí a Jesús profundizó mi deseo de encontrar el mismo gozo que ella en la vida religiosa”, pero a medida que avanzaba en sus estudios, desechó la idea pensando lo extraño que sería que Dios llamase a dos hermanas a la vez.

Sin embargo, durante su último año en la escuela, un viaje a Lourdes “tuvo un gran impacto en mi fe”. Cuenta que “una noche, las hermanas nos llevaron a la gruta a rezar, me arrodillé, y supe que nunca había sido más feliz que en aquel momento. Lourdes aumentó mi vocación, pero no me di cuenta en ese momento”.

No podía ignorar la llamada

Genevieve quería ir a una prestigiosa universidad católica. Estaba emocionada cuando visitaba el centro, pero sentía que “algo no estaba bien. Estudiantes católicos, buenos programas, amigos que estudiarían allí…faltaba algo”.

“Comencé a asistir a misa diaria y aumenté mi oración, pidiendo a Dios para hacer lo correcto. `Solo quiero hacer Tu voluntad, renunciaré a esta vida si me lo pides, pero necesito que me lo muestres´”, rezaba.

“El día de la Virgen de Lourdes, pedí ayuda a María. Al acostarme, sentí un presentimiento y pensé: `¿Qué pasaría si yo debiese ser monja y lo hubiese ignorado todo este tiempo?´. Desde ese momento, decidí que discerniría mi vocación”.

“Dios tenía otros planes”

“Al día siguiente, escuchamos las historias de vocación de algunas hermanas que estaban en la escuela, y cuando nos íbamos, me dijeron que la hermana Mercedes quería hablar conmigo”.

“Fui a su despacho y me invitó a ir al retiro de discernimiento en marzo de 2020”, recuerda. “Tenía una imagen perfecta en mi cabeza de cómo sería todo. Iba a misa diaria, tenía más vida de oración, me preparaba para ir a un retiro… Estaba convencida de que, con todo eso, Dios me daría la gracia de conocer Su voluntad”. Pero una vez más, “Dios tenía otros planes”.

Genevieve habla en su canal sobre las virtudes del liderazgo católico.

Y llegó la pandemia

Era marzo, y “con la llegada del Covid, se canceló el retiro. Me sentía perdida, no sabía a qué me llamaba Dios, y se cancelaron la misa y la escuela”, cuenta. “Decidí frecuentar la adoración, y acabé yendo casi todos los días. Era el momento más incierto de mi vida, y a la vez fue una de las mayores bendiciones que jamás he recibido”.

“Mi alma se refugió en la tranquilidad de la capilla, y me enamoré de Jesús. Una noche, me di cuenta de que Dios me estaba ofreciendo todo lo que siempre había soñado en la vida religiosa y experimenté a Jesús invitándome: `ven y sígueme´”.

“Me entregué por completo a Su plan”, explica, “incluso si eso significaba renunciar a cosas por Él. Solo quería estar con Jesús, y supe que si me llamaba a la vida religiosa, sería con las Hermanas Dominicas de María”, donde también está su hermana mayor.

El miedo se convirtió en algo pequeño

Hablando con la hermana Mercedes, “le conté todos los miedos que hacían que elegir la universidad pareciese más fácil, pero me dijo que no podía dejar que el miedo controlara mi decisión, y me habló de la paz y el gozo que sigue a actuar según el llamado de Dios”.

Genevieve sabía que “no tenía excusa para decir que no, y si lo hacía, me arrepentiría para siempre”. A la mañana siguiente, llamó a la hermana Joseph Andrew y pidió hacer la solicitud. “El miedo no desapareció, pero se convirtió en algo pequeño e insignificante”, confesó.

Todas las piezas encajaban

Entonces “me di cuenta de cómo cada gracia que Dios me ha dado era una preparación para el momento en que conocí cuál era mi vocación, que era la pieza que faltaba para completar el rompecabezas de mi vida”.

Genevieve fue aceptada para ingresar en las Hermanas Dominicas el 22 de agosto, después de la eucaristía.

“Experimenté una plenitud de gozo que solo Dios puede dar cuando hacemos su voluntad. Sin el Covid, no sé dónde estaría en este momento. Aunque todo parezca incierto y haya motivos para temer, si le entregamos ese miedo a Dios, Él traerá algo mejor de lo que jamás podríamos imaginar” concluye Genevieve, ya formando parte de las Hermanas junto con otras 17 jóvenes postulantes.

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Fuente: Religión en Libertad


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Según un estudio, los videntes de Medjugorje se Comunican con un Ser Externo https://www.reinadelcielo.org/segun-un-estudio-los-videntes-de-medjugorje-se-comunican-con-un-ser-externo/ Fri, 28 Feb 2020 19:50:39 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=23959 ]]>

Unos dicen que se trata de una autohipnosis. Otros que están mintiendo. Y otros que se comunican con un ser sobrenatural que no es la Virgen María. Pero nadie ha podido presentar pruebas, sólo son conjeturas, opiniones y prejuicios. Sin embargo hay una investigación sobre los videntes que demuestra que hay algo objetivo y físico afuera cuando reciben mensajes.

Que actúa sobre ellos produciéndoles ciertos efectos oculares y auditivos sólo a ellos.

La cara de la imagen corresponde a Monseñor Ratko Peric, Obispo de Mostar

TRES LÍNEAS DE RESISTENCIA CONTRA LAS APARICIONES DE MEDJUGORJE

Podemos identificar tres tipos de argumentos contra Medjugorje.

EObispo de Mostar-Duvno, Monseñor Ratko Peric, emitió un comunicado el 27 de febrero de 2017 afirmando que la Virgen María nunca se había aparecido en Medjugorje.‍ Concretamente ha dicho que:

“Teniendo en cuenta todo lo que esta Sede Diocesana hasta ahora ha investigado y estudiado, incluyendo los primeros siete días de las supuestas apariciones, se puede tranquilamente decir que no ha habido apariciones de la Virgen María en Medjugorje”, declaró el Obispo local Ratko Peric.

Y agregó algo importante sobre las presuntas contradicciones de los videntes desde los primeros días. Ha dicho que la “mujer que aparece” se comporta de manera muy diferente a la Virgen María Madre de Dios.

Concretamente ha dicho que:

“Ella no habla en primer lugar, tiene una risa extraña, después de ciertas preguntas desaparece, a continuación vuelve. Obedece a los ‘videntes’ y a los curas para bajar de la colina de la iglesia, aunque de mala gana.Ella no está segura de cuánto tiempo va a estar visible. Permite que algunos de los videntes se paren sobre su velo que está sobre el suelo. Permite que otras personas toquen la ropa y su cuerpo.

¡Esto realmente no es el la Virgen del Evangelio!”, dijo el obispo Ratko Peric.

De las palabras del Obispo Peric surgiría que admite que algo sobrenatural estaría sucediendo allí, pero la que aparece no es María. Por lo tanto si no es la Virgen María, tendría que ser una intervención del demonio.

Pero también sucede que Monseñor Peric es refractario a las apariciones de la Virgen en general porque no cree que la Virgen María se aparezca en absoluto en la Tierra (y sus argumentos son lo que han sido los plantados por los comunistas que regían la zona en 1981).

El obispo Peric se basa también en lo escrito por Donal Anthony Foley, autor de Medjugorje Revisited: ¿30 años de visiones o Fraude religioso? Quien se centra en los primeros siete días de las supuestas visiones, y en particular las transcripciones de las conversaciones grabadas con los videntes durante la primera semana en junio de 1981.

Estas transcripciones son “la clave para entender Medjugorje” Foley cree, ya que “ponen de manifiesto los graves problemas con la aceptación de las visiones como genuinamente sobrenaturales”.

Foley comparó Medjugorje a las supuestas visiones marianas en Marpingen, en Alemania, que data de la década de 1870 que llevó a considerarlas la “Lourdes alemana”.

El lugar atrajo grandes multitudes, especialmente en los años 1930 y 1950, antes que el interés disminuyera gradualmente.

El entonces Obispo Reinhard Marx de Trier emitió un comunicado en 2005 diciendo los hechos no eran de carácter sobrenatural.

Y pronostica que:

“El hecho es que tomó casi un siglo el interés en Marpingen para finalmente morir. Lo que indica que probablemente tendremos devotos de Medjugorje con nosotros por algún tiempo en el futuro”, dijo Foley.

Parece claro que la línea de Foley es diferente que la de Peric, porque no reconoce que las apariciones sean de ninguna fuente sobrenatural (celestial o demoníaca), y por lo tanto lo atribuye a un engaño humano.

Finalmente el cardenal Arinze, en su nuevo libro – Veneración Mariana: una base firme – también duda de las apariciones de Medjugorje.

Arinze, valora cómo algunos peregrinos han experimentado “un cambio de corazón, una conversión” allí.

Pero él cree que esto es “más debido a su uso del sacramento de la confesión que a las supuestas visiones”, que él cree que son “altamente sospechosas”.

Y concluye que cualquiera que sea la verdad detrás de las apariciones, para el cardenal Arinze, los efectos pastorales de Medjugorje son “lo más importante”.

“Si los frutos son buenos”, dijo, “nos regocijamos”.

La del Cardenal Arinze es otra línea de los que descreen de Medjugorje.

No cree en las apariciones, pero sea lo que sea que suceda allí, los frutos son buenos, admite.

El punto que no pueden explicar los contrarios a Medjugorje es cómo se sucede el contacto de los videntes con algo exterior a ellos y que es eso exterior.

HAY ALGO AHÍ AFUERA

En concreto el Dr. James Paul Pandarakalam, psiquiatra británico, especialista en fenómenos paranormales, ha concluido en sus estudios de la década pasada que los videntes de Medjugorje tienen una desconexión parcial y variable del mundo exterior en el momento de la experiencia aparicional y que sus ojos están convergiendo en el mismo punto.

Hay un grupo de sincronismos que sugieren la objetividad externa y no hay evidencia que sugiera la probabilidad de autohipnosis.

Hay evidencias para creer que las apariciones de Medjugorje implican manifestación psicoquinética de un poder controlado superior. 

El fenómeno de voz controlado externamente es un ejemplo.

Las observaciones médicas y sincronismos sugieren que los videntes de Medjugorje están respondiendo a un poder externo y no a un estímulo interno.

Los dos modos de percepción también sugieren que hay algo físico presente en frente de los videntes. La inaudibilidad selectiva de las voces de los videntes de Medjugorje va en favor de una experiencia aparicional mariana.Ya que este es un fenómeno característico durante la visita terrestre de la santísima madre.

Por lo tanto si hay algo físico allí afuera, solo evidenciado a los videntes, quedan dos posibilidades:

1- que efectivamente se trata de una aparición de la Virgen María,

2- o una falsificación realizada por el maligno (como dicen algunos evangélicos también si pruebas y llenos de prejuicios). 

Pero los contenidos teológicos y pastorales de los mensajes descartan esta última posibilidad.

LAS VOCES DE LOS VIDENTES DE MEDJUGORJE SE TORNAN INAUDIBLES

Desde mediados de 1980 esto ha fascinado a los especialistas de la medicina y otras ramas de la ciencia que han estudiado a los videntes de Medjugorje:

Tan pronto como comienza la aparición, las voces de los videntes comienzan a ser inaudibles.Y sus laringes paran de moverse, al mismo tiempo que sus labios continúan moviéndose, ya que hablan con la Virgen María.

El Dr. James Paul Pandarakalam, un psiquiatra británico, especialista en fenómenos paranormales y por mucho tiempo observador de los eventos de Medjugorje, se refiere al expediente diciendo que:

“el fenómeno de la voz” sólo se ha observado en las apariciones marianas.Y que no hay personas psíquicamente dotadas que hayan sido capaces de imitarlo”.

Por otra parte, el Dr. Pandarakalam establece que el fenómeno se observó con anterioridad en tres apariciones que la Iglesia católica ha reconocido oficialmente.

En las apariciones de Lourdes (1858), Fátima (1917) y Beauraing (1932-33), así como durante las supuestas apariciones en Garabandal (1961-65)en el que la Iglesia nunca ha realizado un juicio definitivo.El Dr. Pandarakalam comparte estos hechos científicos e históricos en junio del 2011 en la revista británica científica británica The Ground of Faith, una revista sub-titulada “Explorando la ciencia, el misticismo y la experiencia, juntos”:

El fenómeno de la voz reportado en las apariciones marianas no se ha registrado en la literatura sobre el PKER (actividad psicokinética espontánea recurrente). 

Se observó en Francia en Lourdes en 1858, en Fátima en Portugal en 1917, en Beauraing en Bélgica en 1932, en Garabandal en España desde 1961 a 1965, y también en Medjugorje, en Bosnia desde 1981 hasta el presente“, escribe el Dr. Pandarakalam.

Antes de afirmar queel fenómeno parece ser impuesto desde el exterior, y por lo tanto no está sometido al control consciente de los videntes: ‘Este fenómeno tiene analogías en el tipo de control de PKER y se puede presumir como una actividad superior psicokinética externamente compuesta como una actividad con una cualidad mística’.

LAS OBSERVACIONES DE LOURDES, FÁTIMA Y BEAURAING

El psiquiatra británico seguidamente presenta la documentación de cómo el fenómeno de la voz también se observó durante las apariciones de la Virgen María oficialmente aprobadas por la Iglesia en Lourdes, Fátima y Beauraing:Santa Bernadette de Lourdes, la única vidente de las apariciones en el pueblo francés en 1858:

Su voz también se desvanecía mientras hablaba con la Virgen.

René Laurentin, el teólogo francés quien hizo un estudio en profundidad de las dieciocho apariciones de Lourdes, confirma la selectiva inaudiblilidad de Bernadette, la vidente única allí.”

“En las apariciones colectivas en Beauraing, donde cinco videntes estaban involucrados, la inaudibilidad no se ha registrado con frecuencia. Sin embargo, el padre Schellinckx declaró: ‘La pequeña Gilbert movía los labios. Después de esto yo la miré, su cabeza inclinada con devoción, perdida en las profundidades de la oración’.” 

“En los casos históricos – que, como hemos visto, la información carece de disciplina científica – las discrepancias en los detalles de los eventos es de esperar. Pero los libros que describen las visiones de Fátima registran por unanimidad una forma diferente de inaudibilidad selectiva, que se observó con respecto a las seis experiencias de las apariciones que tuvieron lugar allí. 

Había tres videntes en Fátima, de los cuales se informó que: 

“Lucía ve a la Señora, le habla y la escucha. Jacinta ve a la Señora, la escucha, pero no la ve. 

Francisco ve a la Señora, pero ni la oye ni habla con ella”.

“Uno de los testigos de los acontecimientos de Fátima confirmó la inaudibilidad externa de las voces de los videntes.
Maria Carreira informó que ‘cuando los niños empezaron a correr hacia el árbol, nosotros lo hicimos también.
Luego empezamos a escuchar algo.
Que sonaba como ‘una voz de alta frecuencia, pero nadie podía entender una sola palabra.
Era como el sonido de abejas.’’ 

EL SONIDO DE LAS ABEJAS, TAMBIÉN SE ESCUCHÓ EN MEDJUGORJE

Este “sonido de las abejas”, que a veces se describe como “un sonido bullicioso”, también se ha observado durante las apariciones en Medjugorje, el Dr. Pandarakalam señala al explicar:

Tres componentes están involucrados en la producción de la ‘palabra hablada’

Ellos son el sonido de voz, la resonancia y la articulación”.

El sonido básico producido por la vibración de las cuerdas vocales se denomina “sonido voz”.‍ Esto es con frecuencia descrito como un sonido “Buzzy”. El sonido de la voz se amplifica y modifica por los resonadores del tracto vocal es decir, la garganta, la cavidad bucal y las fosas nasales.‍ Son los resonadores que producen la voz reconocible de una persona. La lengua, paladar y los labios son los articuladores del tracto vocal que modifican el sonido resultando en palabras reconocibles.

“El ‘Sonido Buzzy’ se ha informado que se ha escuchado en Fátima y Garabandal, así como por observadores cercanos en el lugar de las apariciones de Medjugorje.”

“El diafragma está involucrado en la producción del sonido de voz.

Y la grabación de los movimientos de los músculos del diafragma mostraron los mismos contadores que en una persona que está hablandoEn otras palabras, el sonido voz se produce en el momento que los videntes conversan con la aparición y la articulación también se está produciendo, pero sin la parte de resonancia.”

“Los videntes están reconociendo su voz, pero la amplificación de la voz es interferida.

Los mismos videntes han admitido oír las voces propias en la comunicación verbal durante la experiencia de las apariciones, pero con sorpresa, por qué otros no pueden oír. 

Grabaciones de vídeo y fotos demuestran que durante ciertos períodos de la experiencia de las apariciones, algunos de los videntes conversan juntos y mantienen conversaciones de forma simultánea.”

LAS OBSERVACIONES “SUGIEREN FUERTEMENTE” QUE MEDJUGORJE ES UNA APARICIÓN GENUINA

El Dr. Pandarakalam visitó Medjugorje por primera vez en 1985. 

Durante los años ha regresado muchas veces para los estudios de seguimiento.

En los últimos años estuvo presente en las apariciones del cumpleaños de la vidente Mirjana Dragicevic-Soldo el 18 de marzo de 2009, 2010 y 2011 y durante cinco de sus apariciones mensuales, la última el 2 de octubre de 2010.

Suscribiendo la teoría de que las apariciones en Medjugorje puede ser explicada como una manifestación de psychokinesis.

En su nuevo artículo en The Ground of Faith, el Dr. Pandarakalam no duda en concluir que las apariciones de Medjugorje es muy probable que sean apariciones auténticas de la Virgen María:

La experiencia de videntes con la actividad PKER sugiere fuertemente la manifestación de una aparición en el lugar físico.

El autor de este artículo quisiera referirse al fenómeno de la voz como un fenómeno psicokinético. 

En términos heurísticos, la inaudibilidad selectiva de las voces de los videntes marianos, como se observa claramente en Medjugorje, es como un fenómeno psicokinético positivo externamente controlado, pero sin duda es más que eso. 

En otras palabras, la desaparición de las voces de los videntes de las apariciones marianas es un ‘control externo parafísico superior’ o un tipo trascendente de fenómeno psicokinético.
Las apariciones colectivas en Medjugorje cumplen con los criterios considerados antes, en el que el control parafísico ha sido un componente importante de ellas”, escribe el Dr. Pandarakalam.
“El fenómeno de la voz persistente demostrada por los videntes de Medjugorje, la parcial desconexión sensorial con el mundo exterior y la desconexión selectiva sensorial dentro de sí mismos parece probable que sean manifestaciones psico kinéticas superiores de naturaleza mística de parte de la aparición.
O combinados con actividades psicokinéticas de los videntes, lo cual es evidencia de una presencia física en el lugar.”

“La desaparición de las voces de los videntes marianos es un fenómeno psicokinético generado y controlado externamente: un tipo trascendental de actividad psicokinética” 

El experto de lo paranormal escribe antes de concluir:

“Visiones + inaudibilidad selectiva de las voces de los videntes y otras actividades psicokinéticas superiores = fuerte posibilidad de una aparición mariana en el lugar físico”, e incluso:
“actividad PKER con abundantes visiones es evidencia de una aparición en el lugar físico de Medjugorje”.

Antes de llegar a estas conclusiones, el Dr. Pandarakalam también señala cómo ningún medium u otros de los llamados “psíquicamente dotados”, participantes en prácticas espirituales fuertemente contrarios a la Iglesia Católica, han sido capaces de imitar el fenómeno de la voz:

“Una observación interesante sería que ninguna persona psíquicamente dotada ha sido capaz de imitar el fenómeno de la voz.

A pesar del hecho de que Medjugorje se ha convertido en un escenario de fama mundial para las visitas de personas psíquicamente / espiritualmente dotadas”, escribe el Dr. Pandarakalam.

CRÍTICOS MEDJUGORJE ESTÁN EQUIVOCADOS

Por último, en su artículo afirma el Dr. Pandarakalam que los críticos de Medjugorje se han equivocado en su visión del fenómeno de la voz:

“A pesar de que las voces de los videntes de Medjugorje son inaudibles durante su comunicación verbal con la aparición, sus movimientos de los labios parecen como si tuvieran el control auditivo de sus voces.
Esta misma observación descarta la manipulación y la afonía psicógena.
Los críticos de Medjugorje también argumentaron ventriloquia como una explicación alternativa.Pero es una fonación sin articulación, mientras que el fenómeno de la voz en cuestión es la articulación sin la fonación“, escribe el Dr. Pandarakalam.

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Fuente: Foros de la Virgen


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Lourdes es un milagro de la misericordia de María https://www.reinadelcielo.org/lourdes-es-un-milagro-de-la-misericordia-de-maria/ Thu, 07 Feb 2019 19:28:38 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=19950

Con el fin de sumarnos al júbilo de todo el orbe católico, este 11 de febrero, por un nuevo aniversario de las apariciones de la Virgen en Lourdes, recordamos aquí palabras del Dr. Plinio Corrêa de Oliveira*, penetradas de devoción y entusiasmo delante de las incontables maravillas que la maternal clemencia de María Santísima ha prodigado a los peregrinos en el célebre santuario.

Cuando menos esperaba, la pequeña campesina Bernadette Soubirous fue objeto de una gracia indecible: la Providencia la escogió para ser la vidente a la cual la Santísima Virgen se aparecería, en una gruta de Lourdes. A partir del día 11 de febrero de 1858, las visiones se sucedieron, y fueron el preanuncio de la serie de milagros que no cesaron hasta hoy, dejando la impiedad confundida y enmudecida. Por otro lado, sirvieron de ocasión para una inmensa expansión de la devoción a Nuestra Señora por el mundo entero. Las curas prodigiosas de Lourdes se repetían y se transformaron en un cántico de gloria a la Inmaculada Concepción, dogma promulgado poco tiempo después por el Papa Pio IX.

Nuestra Señora se impone al desprecio de los impíos

Lourdes es, en realidad, una de las más extraordinarias manifestaciones de la lucha de Nuestra Señora contra el demonio, pues esta aparición se dio en el auge de las persecuciones y desprecios movidos por el anticlericalismo del siglo XIX para debilitar la Iglesia. Muchos, acobardados por el respeto humano, fingían no tener más fe. Pocos profesaban claramente la religión católica, y los que no lo hacían, pedían pruebas de ella.

Nuestra Señora aparece entonces y se suceden los milagros, operados con la solicitud y magnanimidad maternales de la Virgen Santísima. De las piedras de la gruta de Massabielle brotó una fuente de agua, que hasta ese momento no existía. Naturalmente, los enfermos, que recurren a todo para aliviar sus dolores, comenzaron a bañarse en esas aguas y – ¡oh! maravilla! – comienzan a curarse en número sorprendente.

Los impíos no queriendo dar el brazo a torcer, inmediatamente elevan la voz, y afirman no tratarse de enfermedades auténticas y, por tanto, no lo eran tampoco las curas. No podía haber milagro, porque la veracidad de estos los desmontaría. A fin de eliminar cualquier duda y hacer triunfar la insondable bondad de Nuestra Señora, la Iglesia constituyó un centro médico especial, con los recursos más modernos que la ciencia tenía, para analizar y comprobar las enfermedades antes que los enfermos se bañasen. Munidos del certificado, ellos entraban en las aguas y poco después salían – varias veces, no siempre – cantando las glorias de Nuestra Señora, porque habían obtenido la curación. Los médicos realizaban un nuevo examen y, según el caso, declaraban que no había explicación científica para el restablecimiento del enfermo.

En el transcurso de los meses y de los años las curaciones se fueron multiplicando, y la piedad católica constituyó todo un expediente sobre esta maravillosa manifestación de la compasión de Dios hacia los hombres.

En el transcurso de los meses y de los años las curaciones se fueron multiplicando, y la piedad católica constituyó todo un expediente sobre esta maravillosa manifestación de la compasión de Dios hacia los hombres.

Tres actitudes de María frente al dolor humano

Gruta IrlandaEstos milagros, así como todos los acontecimientos de Lourdes, son ricos en enseñanzas para nosotros. La más valiosa de estas lecciones será, tal vez, acerca del sufrimiento.
Vemos en Lourdes tres actitudes de la Providencia y, por tanto, de Nuestra Señora ante el dolor humano. Dentro de la perfección de los planes divinos, tales procedimientos tienen su razón de ser, a pesar de parecer contradictorios.

Por un lado, llama la atención la pena que Nuestra Señora tiene de los padecimientos de los hombres, y cómo, en una extraordinaria manifestación de su insondable bondad materna, atiende a sus ruegos y practica milagros para curar sus cuerpos.

Por otra parte, Nuestra Señora tiene también compasión de las almas, y para probar que la Fe Católica es verdadera, practica milagros para operar conversiones.

Pero existe una tercera realidad en Lourdes, no menos significativa que las anteriores: son los innumerables enfermos que para allá se dirigen y vuelven sin el tan anhelado restablecimiento. ¿Por qué misteriosa razón Nuestra Señora devuelve la salud física a unos y no la devuelve a otros? ¿Cuál es la razón más profunda de eso?

Creo que esta ausencia de curación puede ser tomada como uno de los más maravillosos milagros de Lourdes, si consideramos que para la inmensa mayoría de las almas, el sufrimiento y las enfermedades son necesarios para santificarse. Es por medio de esas pruebas físicas y morales que ellas alcanzan la perfección espiritual a la que fueron llamadas. Y quien no comprende el papel del sufrimiento y del dolor para operar en las almas el desapego, la regeneración, para hacerlas crecer en el amor a Dios, quizá no entienda que, por regla general, por esa forma los hombres alcanzan la bienaventuranza eterna. Y tan indispensable nos es el sufrimiento para llegar al Cielo, que San Francisco de Sales no dudaba en calificarlo de “octavo sacramento”. Ahora bien, Nuestra Señora actuaría entonces contra el interés de la salvación de las almas, si las libra de todas las enfermedades. Claro está, a determinadas personas, por circunstancias y designios especiales, de algún modo conviene sustraerles el sufrimiento. Son excepciones. La mayoría de los que van a Lourdes vuelven sin haber obtenido la cura. Y en esto podemos ver cómo la Santísima Virgen, tan misericordiosa, sin embargo respeta la voluntad divina en lo que se refiere a los sufrimientos humanos.

Milagros de la caridad cristiana

Pero, como la Madre que ayuda a los hijos a llevar sus cargas, Nuestra Señora en Lourdes concede al enfermo tal conformidad con el padecimiento, que no se tiene noticia de alguien que, estando y no siendo curado, se resintiera. Por el contrario, las personas regresan a sus lugares inmensamente resignadas, satisfechas de haber podido hacer su visita a la célebre gruta de los milagros, y contemplar la bondad de María hacia otros infortunados que no ellas.

Hay incluso el hecho de no pocos enfermos, oriundos de los más lejanos países de la Tierra, viendo en Lourdes la presencia de personas más necesitadas de curación que ellos, decir a la Virgen estar dispuestos a renunciar al propio restablecimiento, desde que Ella lo conceda a aquellos. Es decir, aceptan el sufrimiento y la enfermedad en beneficio del otro. Este es un verdadero milagro de amor al prójimo por amor a Dios.

Milagro moral arrancado a la debilidad humana; el milagro más estupendo que una cura propiamente dicha.

Si es bella esa resignación, más bonita aún es la generosidad cristiana de las monjas de un convento de clausura cerca de Lourdes. Son contemplativas recogidas que tienen el propósito de expiar y sufrir todas las enfermedades, a fin de obtener para los cuerpos y almas de los incontables peregrinos las gracias y favores que éstos van allí a suplicar. De manera que nunca piden su propia curación y aceptan todas las enfermedades que la Providencia disponga caer sobre ellas, en beneficio de aquellos peregrinos. Si Dios acoge sus ofrecimientos, llevan a veces una vida entera de pruebas o mueren de una muerte prematura, con la intención especial de hacer bien a las otras almas.

Ante este heroísmo, me pregunto: ¿hay algo en la Tierra más digno de admiración?
No conozco. ¿Qué valor tienen, riquezas opulentas, extraordinarios dotes y cualidades naturales, grandezas de cualquier especie en el concepto humano, cerca del holocausto de una de esas monjas ignoradas por el mundo? Puñaditos de barro, y nada más.

Cuando echamos una mirada a nuestro alrededor, cuando consideramos las miserias de la naturaleza humana decaída por el pecado original, comprendemos que semejantes actos de abnegación se hallan tan distantes de nuestro egoísmo y causan una tal repulsa a nuestro amor propio, que constituyen de hecho un milagro más grande que todas las espectaculares curas verificadas en aquel santuario mariano.

La mayor enseñanza de Lourdes

Y entonces comprendemos la gran enseñanza de Lourdes. No es la apologética, tan inmensa, tan importante. Pero es la de la aceptación del dolor, del sufrimiento, y hasta de la derrota y del fracaso si es preciso.

Alguien objetará: “Es muy difícil resignarse a cargar el dolor de esa forma”.

La respuesta la encontramos en la agonía de Nuestro Señor Jesucristo, en el Huerto de los Olivos. Puesto delante de todo el sufrimiento que le aguardaba, Él le dijo al Padre Eterno: “Si es posible, aleje de mí este cáliz. Pero sea hecha tu voluntad y no la mía”. El resultado es que vino un ángel a consolar a nuestro Señor.

Esta es la posición que cada uno de nosotros debe tener frente a sus dolores particulares: si es posible, sean alejados de nuestro camino. Pero se haga la superior voluntad de Dios y no la nuestra. Y a ejemplo de lo que se dio con Jesús en el huerto, la gracia también nos consolará en las pruebas que María Santísima permite se abatan sobre nosotros.

Tengamos, pues, coraje, ánimo, comprensión del significado del sufrimiento y alegría por sufrir: estamos preparando nuestras almas para el Cielo.

*Extraído de conferencias en 6/2/1965 y 10/7/1972

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Fuente: Heraldos del Evangelio


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“Si no me curas Jesús, se lo diré a tu Madre” https://www.reinadelcielo.org/si-no-me-curas-jesus-se-lo-dire-a-tu-madre/ Fri, 22 Sep 2017 17:52:58 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=10240 ]]>

Lourdes 1928. Se cuenta de este niño paralítico de 10 años que sus padres llevaron a Lourdes con la esperanza que fuera curado. Su mamá lo anima contándole los milagros que se dan en Lourdes y el amor inmenso que nos tiene la Santísima Virgen María y cómo intercede por nosotros ante su hijo Jesús.

Por la tarde iban a bendecir a los enfermos con el Santísimo Sacramento que lleva el sacerdote. Llegan a tiempo y se colocan en su sitio para recibirla. El sacerdote imparte la bendición al niño enfermo. Y éste le dice a Jesús:

“Si no me curas se lo diré a tu madre”

El sacerdote continúa su camino. Al regresar se detiene de nuevo delante de este pequeño y le imparte nuevamente la bendición con el Santísimo Sacramento. Esta vez el niño, en voz alta, exclama:

“Jesús, si no me curas se lo diré a tu madre”.
Al instante quedó curado.

Hace muchos años leí esta bella historia y aun hoy cuando necesito un favor especial de nuestro Señor para alguna persona, acudo primero a su madre y le cuento lo que iré a pedirle a su hijo. Luego voy al oratorio donde está Jesús en el sagrario. Después de acompañarlo un rato y rezar, le hago mi petición.

Nunca he quedado defraudado

María es una madre bondadosa, como todas las madres, pero ella, la llena de gracia, nos brinda bendiciones de su hijo Jesús.

Recuerdo de niño que cuando necesitaba algo de mi papá, acudía a mi mamá. Ella, por la noche le decía y al día siguiente obtenía lo que esperaba. Con María es igual. Su hijo nada le va a negar.

Es como en la boda de Caná en que ambos asistieron. Me encanta esta historia por el increíble desenlace. A pesar de lo que su hijo le dice, ella intercede y ¡de qué manera!

¿No crees que hará lo mismo por ti?

“Tres días más tarde se celebraba una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. También fue invitado Jesús a la boda con sus discípulos. Sucedió que se terminó el vino preparado para la boda, y se quedaron sin vino. Entonces la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino.» Jesús le respondió: «Mujer, ¿por qué te metes en mis asuntos? Aún no ha llegado mi hora.» Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga.»”
(Jn 2, 1- 5)

Al final, ¿qué es lo importante? Como suele decirnos mi mamá: “Saber que no estamos solos. Tenemos una Madre en el cielo”. Y, ¿qué nos dice nuestra madre del cielo? “Hagan lo que mi hijo les diga”.

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Fuente: Aleteia.org
Autor: Claudio de Castro


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