irlandesa – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Thu, 14 Mar 2019 22:34:55 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 La religiosa que pasó de casi morir a tiros a transformar una ciudad de Sudán del Sur https://www.reinadelcielo.org/la-religiosa-que-paso-de-casi-morir-a-tiros-a-transformar-una-ciudad-de-sudan-del-sur/ Fri, 15 Mar 2019 09:57:24 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=20834

La obra de la monja irlandesa Orla Treacy, de las hermanas de Loreto, que está desarrollando una importante labor misionera en una peligrosa zona de Sudán del Sur no ha pasado desapercibida para el gobierno de Estados Unidos.

Su lucha a favor de los más débiles en medio de una espiral de violencia y de una hambruna que hace estragos ha llevado al Departamento de Estado a conceder a esta religiosa el International Women of Courage Award (Premio Internacional a las Mujeres de Coraje), un galardón que reconoce a mujeres de todo el mundo que trabajan por la justicia y la paz en los lugares en los que estos valores son más necesarios.

Candidatura promocionada por la embajadora Gingrich

Religiosa Orla premiadaSon los propios embajadores de Estados Unidos por el mundo los que proponen sus candidatos y luego la Secretaría de Estado elige a las mujeres premiadas. Precisamente, la candidatura de la hermana Orla Treacy fue promovida para el galardón por Calista Gingrich, actual embajadora estadounidense ante la Santa Sede, y esposa de Newt Gingrich, una de las figuras republicanas más relevantes y que fue presidente de la Cámara de Representantes. Éste se convirtió al catolicismo en 2009 gracias a Calista, católica devota.

El premio a la religiosa fue entregado por la primera dama de EEUU, Melania Trump, y el secretario de Estado, Mike Pompeo

“Como embajadora de Estados Unidos ante la Santa Sede tuve el gran honor de nombrar a la hermana Orla para este premio otorgado a mujeres que muestran un valor y un heroísmo extraordinarios para defender la paz, la justicia y la dignidad humana, a menudo con un gran riesgo personal. La hermana Orla encarna estas cualidades y más. Su compromiso con la gente de Rumbek es una marca de su valor único, su fuerza interior y su gran dedicación a la justicia de las mujeres. Con cada contrato firmado, cada comida provista y cada diploma otorgado, la hermana Orla Treacy promueve el estatus de las mujeres y la causa de la paz en Sudán del Sur”, afirma Gingrich.

Una obra impresionante en Sudán del Sur

Orla Treacy nació en Irlanda en 1973. Educada en un colegio religioso pronto sintió la llamada a la vida religiosa ingresando finalmente en las Hermanas de Loreto. En 2006, junto con otras hermanas de su congregación comenzó una nueva misión en lo que hoy es Sudán del Sur, un país asediado por la guerra, los conflictos entre clanes, la inseguridad y el hambre.

Es lo que hoy son las Escuelas de Loreto en Rumbek, que a día de hoy es mucho más que un centro educativo. Es como dijo Mike Pompeo, secretario de Estado, “un faro de esperanza” en una zona marcada por la oscuridad.

En 2017 la hambruna se extendió por todo Sudán del Sur, incluida la ciudad de Rumbek. Más del 40% de la población sufría malnutrición, entre los que había un millón de niños. La hermana Treacy sabía que tenía que hacer algo y había que hacerlo con urgencia.

Medidas que salvaron a muchas personas

Religiosa Orla premiada 2La directora de la misión creó una clínica médica en la propia escuela y empezó a servir comidas a sus estudiantes, empleados y a sus familias. Esta alimentación afectó directamente a las tasas de asistencia de la escuela, que mejoró en un 95%.

Además, las hermanas trabajaron con miembros de la comunidad que están dispuestos a arriesgar sus vidas para conseguir abastecimientos y transportar provisiones de alimentos a través de las áreas de conflicto en Sudán del Sur.

Todos estos esfuerzos, junto a un programa de nutrición para bebés desnutridos han mejorado drásticamente la salud de los niños no sólo de esta ciudad sino de toda la región gracias a las más de 700.000 comidas que estas religiosas han logrado dispensar en plena hambruna.

El otro gran pilar de la obra que encabeza esta religiosa irlandesa es la ayuda que sus escuelas y sus obras están proporcionando a las niñas y mujeres del país. Gracias a esta misión se están evitando matrimonios forzados y se fomenta la posibilidad de que se puedan formar, cosa que de otra manera parecería inviable.

“Dentro de la escuela las niñas viven en paz y armonía”, afirma esta monja, pese a que fuera sus tribus estén en conflicto permanente.

Contra los matrimonios forzados

En Sudán del Sur había y todavía persiste hoy una tasa de violencia contra las mujeres de las más altas del mundo. La violación y otras formas de violencia sexual están generalizadas y se cometen con impunidad. En muchos casos se ven forzadas a contraer matrimonios concertados y son sometidas a una servidumbre doméstica. Más de la mitad de las jóvenes están ya casadas cuando cumplen los 18 años. Este país tiene además una de las tasas de mortalidad materna más alta del mundo. Asimismo, el 76% de las niñas no recibe educación alguna.

Al llegar a Rumbek, esta religiosa se mostró decidida a cambiar el rumbo que propiciaba esta situación. Empezaron con un internado para niñas, y ahora hay también una escuela secundaria para niñas, una escuela primaria mixta y un centro de atención primaria.

Durante los últimos 13 años, la hermana Orla y sus compañeras han educado a numerosas niñas y jóvenes salvando a muchas de matrimonios forzados cuando apenas son todavía unas niñas.

Amenazada a punta de pistola en la escuela

Esta firmeza también le ha costado a la religiosa muchos problemas e incluso le ha podido costar la vida. Cuando una de sus estudiantes se vio obligada a contraer matrimonio forzada por su familia, la hermana Orla hizo todo lo posible para que no dejara al aula.

Poco después, un tío de esta niña se presentó en la escuela exigiendo a punta de pistola que dejara llevarse a la pequeña para entregarla en matrimonio. La religiosa galardonada se negó aún arriesgando la vida, y finalmente consiguió que esta menor no fuera entregada en matrimonio.

Desde aquel momento, las escuelas de la congregación establecieron el mandato de toda la comunidad de que los padres que deseen enviar a sus hijas a la escuela deben firmar un contrato con el compromiso de no obligarlas a contraer matrimonio mientras estén matriculadas en la escuela.

Este enfoque ha tenido un fuerte impacto en la región contra los matrimonios forzados Y ahora la iniciativa liderada por la religiosa irlandesa es apoyada por el Ministerio de Educación, asociaciones locales, jefes tribales, y los lideres de iglesias y otras comunidades.

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Fuente: Religión en Libertad


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Ella hacía tartas de día y salvaba judíos de noche https://www.reinadelcielo.org/ella-hacia-tartas-de-dia-y-salvaba-judios-de-noche/ Fri, 31 Mar 2017 16:06:16 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=9117 En el museo Yad Vashem de Jerusalén hay siete españoles reconocidos como Justos entre las Naciones, aquellos que se jugaron la vida por salvar a los judíos en su huida de las garras de Hitler. Nombres como Ángel Sanz-Briz, el ángel de Budapest, Martín Aguirre y Otegui o Sebastián Romero Radigales llenan de orgullo a los compatriotas que pasean por el muro de honor del jardín de los justos.

Pero una circunstancia tan colateral como el cierre del mítico salón de té Embassy, en el madrileño paseo de la Castellana número 12 –el 31 de marzo de 2017 clausurará sus puertas tras 86 años de vida–, nos ha puesto en la pista de dos personas anónimas en el muro pero que, sin embargo, se jugaron el tipo por ayudar a evacuar a miles de judíos a su paso por España, país clave en las rutas de escape hacia América o África. Una de esas personas es la propia fundadora del salón, la irlandesa Margarita Taylor que, afincada en España, utilizó su elitista lugar de reunión de grandes personalidades de la época para dar cobijo de incógnito a los refugiados. La otra persona fue el doctor Lalo Martínez Alonso, un gallego que falsificaba informes y trasladaba judíos en coches diplomáticos. Tuvo que huir con su familia a Londres al ser descubierto por la Gestapo. «Ambos son los injustos entre las naciones», afirma Patricia Martínez de Vicente, hija de Lalo, que descubrió todo este entramado entre unos papeles de su padre tras su fallecimiento y lo contó en el libro La clave Embassy, editado por La Esfera de los Libros en 2010.

Ante los funcionarios alemanes

Casa de té EmbassyMargarita Taylor convirtió en los años 40 el lugar de reunión de los funcionarios de las embajadas y la clase alta madrileña en una tapadera para salvar judíos. Recién llegada de Francia, tras vivir en su Irlanda natal y en la India durante muchos años, se fue a vivir a la zona más señorita de Madrid, porque le recordaba a sus anhelados Campos Elíseos. En uno de esos paseos se dio cuenta de que lo que faltaba en la zona era un lugar de encuentro con buena comida y mejor bebida. Así que se puso manos a la obra: ella misma compraba la harina, hacía los pasteles, los famosos emparedados que han sobrevivido a los años, y los cócteles novedosos recién traídos de París.

Lo más impactante de la historia es que, detrás de este cuento de mujer de alta alcurnia y aspecto frágil, se escondía una trama en la que, como mínimo, cuatro judíos al día se mezclaban con los funcionarios alemanes de la cercana embajada y tomaban juntos pastas cada tarde. «Un judío polaco, escoltado desde la cocina, se colaba en un grupo de amigos cualquiera. No compartía idioma, pero sonreía. Y si temblaba demasiado, le ponían un par de whiskys», escribe Martínez de Vicente.

Margarita TaylorLos comensales removían el archiconocido chocolate con picatostes sin percatarse de que su vecino de mesa había llegado dos días antes, medio muerto de hambre y lleno de piojos, directo a casa de Margarita, que vivía en el segundo piso del mismo edificio que el salón de té. Tampoco sabían que su medio de transporte había sido un coche diplomático británico donde venía escondido. Ni que aquella mujer irlandesa de Misa diaria en el Cristo de Ayala, gran anfitriona de los bon vivant, convivía con ese vecino de mesa, y con el resto de judíos, en su propio hogar: los alimentaba con la misma comida pija que ingerían los comensales de Embassy, les daba ropa y zapatos nuevos y los sacaba del edificio a plena luz del día con la Policía, la Gestapo, los funcionarios, los embajadores, los vecinos y hasta los cocineros mirando.

«El refugiado llegaba a horas intempestivas hasta el portal del paseo de la Castellana, 12. Margarita los acogía amistosamente en su vivienda. El día elegido para continuar con la ruta bajaban por la escalera común, conectada con la cocina de Embassy», cuenta Patricia Martínez de Vicente. «Entera y sin flaquear, Margarita Taylor despedía a todos en la puerta con un “God bless you” (“Dios te bendiga”)», recuerda la escritora, que define a la irlandesa como «una mujer única que no ha tenido el reconocimiento que se merece por todas las vidas que salvó». Solo hay que pensar que desde 1939 y hasta el final de la guerra entraban en España cerca de 200 refugiados al día y muchos de ellos hicieron una parada en la casa de Taylor.

«Chegaban mortos de fame»

médico gallegoSu amigo, el gallego Lalo Martínez, médico de la embajada británica en Madrid y voluntario de la Cruz Roja en la guerra civil –a la que sobrevivió «yo creo que por no pertenecer a ningún bando, porque mi padre decía que un enfermo es un enfermo, no importa de qué lado sea», recalca su hija–, fue el ejecutor de todo el entramado que tenía como centro de actuación el salón de té. «Él era el encargado de ir a la cárcel de Miranda de Ebro, a donde llevaban a los indocumentados que capturaban en la frontera con Francia». Con certificados médicos falsos, una ambulancia de Cruz Roja en ocasiones y un coche diplomático británico en otras, el doctor se afanaba en sacar a los judíos, uno a uno, del penal. «Apellidándose Martínez y con informes que avalaban el estado de salud de los presos –en su mayoría checos y polacos– convencía sin problemas a los carceleros de liberar a los rehenes. Muchas veces, por ejemplo, para evitar contagios», explica Martínez de Vicente.

El médico gallego (a la izquierda) con la Cruz Roja en 1936. Foto: La Esfera de los Libros
Camuflados, los refugiados llegaban de la mano de Lalo, bien hasta la casa de Margarita si continuaban hacia Gibraltar, bien hacia Vigo si su ruta de escape era Portugal. «Mi padre utilizó su casa gallega para dar cobijo a los judíos». La guardesa de la casa, que aún vive, recuerda que «chegaban mortos de fame» y ella, afanosa, cocinaba caldo gallego para todos. En Galicia, recuerda Patricia, su padre tenía «un compinche inigualable: el tío Rogelio, un cura que le ayudaba a camuflar a los refugiados para llevarlos hasta Portugal». Fue en 1942 cuando Lalo tuvo que poner freno a su afán. La Gestapo se enteró de todo y, con la excusa de la luna de miel con su querida Moncha, escapó de España hasta Londres, vía Portugal.

Lalo Martínez tampoco es un Justo entre las Naciones, apenas siquiera se conocía su historia si no fuera por Embassy, su inminente cierre y el encuentro casual de su hija con el diario titulado 1942, en el que escribió todos estos secretos. Eso sí, reconoce su hija con admiración, el Ayuntamiento de Madrid va a poner una calle con su nombre.

¿Dónde se descubrió esta historia?

Patricia Martínez de VicentePatricia Martínez de Vicente descubrió en los años 80 unos documentos de su padre fallecido. En un cuaderno con el escueto título 1942 se escondía toda una trama en la que varios españoles y británicos salvaron la vida a miles de judíos. Ni su padre ni su amiga Margarita, fundadora de Embassy, habían mencionado tal entramado jamás. Patricia empezó a tirar del hilo y encontró la historia de amor, bondad, lealtad y desprendimiento de la mujer que utilizó su salón de té como tapadera y del hombre que, con informes médicos falsos, liberaba a los refugiados del penal de Miranda de Ebro.

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Fuente: Alfa y Omega
Autor: Cristina Sánchez Aguilar (@csanchezaguilar)


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